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La duda envolvía los pensamientos de Luzu en una suave manta de incertidumbre, un constante repiqueteo de preguntas que no paraban de resonar en un eco quejumbroso dentro de su vasto entendimiento que solo le dejaba más anonadado según pasaban las horas y los días al lado de Auron, su querido Auron.

Adoraba estar con él y hacer cosas juntos, era un placer que se removía en todo su sistema como las abejas en su cálido panal; aquella sensación era alimentada cada vez que escuchaba la voz de su compañero llamándole en busca de ayuda la cual recibía incluso cuando no la pedía, Luzu amaba verlo sonreír, amaba su risa, sus enfados, su seriedad, su picardía, sus maldades, su ingenuidad, sus ojos, sus manos, su cabello, sus labios, amaba todo de él sin importar qué, podía hacer una lista que seria inservible por el simple hecho de que nada quedaba fuera de esta, todo en Auron le parecía perfecto.

Pero últimamente había algo que quizás le estaba molestando de sobremanera, más de lo que el suave y gentil Luzu podía tolerar, ese algo era nada más y nada menos que la maldición que él mismo le puso como parte de su venganza. El momento en que la creó en su corazón solo había rencor y resentimiento, la forma física del afectado debía ser algo horrendo o como mínimo detestable, entonces ¡¿por qué Auron es literalmente un dulce?! Luzu no lo sabe, no lo entiende.

El castaño de ojeras pronunciadas largó un suspiro cansado mientras se dejaba caer de espaldas sobre el césped de aquel campo abierto, en espera de su pronto acompañante; seguía queriendo con intensidad al muchacho, eso no iba a cambiar por nada del mundo y menos por algo que él mismo provocó, el cambio en su apariencia, pero aquella situación le estaba molestando un poco, o como el propio Luzu diría:

— Ya me está tocando las pelotas...

— Y eso que acabo de llegar eh.

Evil volteó su a ver a su lado, lugar donde estaba Auron mirándole con esos ojos negros casi ausentes de vida si no fuera por ese brillo que de alguna forma conservaba, se puso de pie con rapidez cuando notó el ligero enfado en el rostro del más bajo.

— No era a ti, bueno, no directamente.

Auron alzó una ceja y solo ignoró el comentario, no tenía intensiones de preguntar y tampoco quería saber, al menos no por el momento.

— Entonces ¿pescar? — indagó el joven de dulce aroma al mismo tiempo que alzaba su caña de pesca la cual relucía con unos tonos violáceos a la luz del sol, consecuencia del uso de artes místicas sobre ella.

— Así es, vamos Auronsito ♥

Luzu no pudo evitar intentar sujetar su mano, acto que cortó al instante al sentir como sus dedos se ponían pegajosos; recatado, se alejó unos centímetros del más bajo para, con disimulo, limpiarse en su pantalón, no quería de alguna manera ofenderle.

En todo el trayecto al río el más alto no dejaba de mirarle de soslayo embelesado con ese aroma tan adictivo que desprendía su piel, pero eso no era todo, Luzu no podía ignorar la presencia de algunas abejas revolotear sobre Auron, intentando acaparar el dulce néctar de su persona. Luzu no podía creer lo que sentía, sentía celos de unas abejas.

¡Ridículo! —. Exclamó en el interior de su mente, y es que quizás sí era algo realmente ridículo si lo pensaba con detención, ¿celos por unas abejas? — esas abejas tienen más tacto con Auron en unos segundos que yo en toda la semana — acotó con molestia a la llamada de atención de su consciencia. El joven castaño suspiró casi en silencio como si ocultara su pesadumbres a su dulce acompañante, sus ojos no pudieron obedecer la orden de permanecer fijos en el camino y menos cuando se encontraba en medio de una encrucijada.

¿Es miel o caramelo?

El olor de su cuerpo era definitivamente miel pero su cuerpo en sí ¿qué era? ¿Por qué no podía dejar de ser empalagoso a la vista y al tacto? Luzu no quiere lidiar con abejas, quiere poder tocar su mano por "accidente" sin tener que lavarse por el dulce que desprenda.

¿Qué es? Parece miel, pero sabe que no es miel, ¿y si es fuego? Imposible, no soportaría su presencia.

— ¿Te pasa algo?

— ¿Uh?

— Llegamos... Hace quince minutos. — El más alto podía notar la incomodidad en el rostro del joven de suéter blanco, se había distraído tanto que no notó que todo ese tiempo lo había estado observando con demasiada insistencia.

— Ah, disculpa, estaba pensando.

— ¿En qué piensas? — indagó sin muchos ánimos realmente, mientras volvía a tirar el cebo con la esperanza de volver a sacar uno de esos libros tan extraños, ¿de dónde provenían a todo esto?

— Cosas sin importancia, no te preocupes. ¡Anda ya! Haz atrapado ya dos peces, eres muy bueno — elogió sincero mientras también se sentaba a su lado para pescar lo suyo.

— Vamos, puedes decirme — alentó flojo y por inercia buscando la cercanía del más alto.

— En realidad, no. En serio, no era nada.

— ¿Seguro?

— Claro — soltó más relajado, agregando una sonrisa para convencerle.

— Está bien, si tú lo dices.

El silencio se unió a su dúo haciendo de aquel momento un fantástico trío, suave y tranquilo; Luzu volvió su mirada nuevamente a su acompañante. No podía con la curiosidad disfrazada de incertidumbre que amenazaba con salir en forma de una declaración descarada o una pregunta poco respetuosa.

— Auron — llamó con el pulso acelerándose y el torrente sanguíneo desbocado, el ahora rubio le miró curioso — tú... ¿Qué eres?

El más bajo le miró por cortos segundos dejando al silencio dominar la situación, sabía a que se refería su castaño amigo, pero quería escucharlo.

— ¿Disculpa?

— ¿Qué...? — Luzu detuvo sus palabras, ¡al diablo las palabras, son un desperdicio cuando es el silencio el que habla!

Sus orbes, ahora de un tono rojizo acompañado de una picardía que hace poco se había presentado, se posaron sobre esos labios que desde hace tiempo le provocaba besar y sin decir más, colocó una mano detrás de su nuca para, en un acercamiento brusco y demandante, probó con el deseo desbordado importándole poco esa empalagosa molestia que era el dulce en sus manos.

En algún momento mandó al diablo su caña de pescar pero eso tenía sin cuidado al castaño, Evil tumbó sobre el césped al más bajo profundizando aquel beso introduciendo con malicia su lengua en la dulce boca de Auron, degustando del sabor en ella; no conforme con eso se coló entré sus piernas de una manera demasiado confiada, aprisionado al más pequeño contra el suelo.

El castaño cortó aquel rudo beso de manera lenta, como si no se quisiera separar nunca y es que así era, pero en algún momento debían respirar.

— Así que también en tu boca hay miel — comentó con ánimos de fastidiar.

— Cállate — al parecer lo había logrado.

Evil rió mostrando una dentadura extrañamente afilada que Auron nunca había visto para, acto seguido, besar con dulzura su mejilla, lamer el mismo sitio con su rasposa lengua y luego volver a depositar otro suave beso; el chico de las abejas no comprendía ese comportamiento tan cambiante, a veces le aterraba pero la mayoría del tiempo le gustaba, nunca sabía con que sorpresa le saldría su niño Luzu.

— Caramelo y miel, lindo.

— Si, si, quíta-

Sus palabras fueron interrumpidas por un nuevo beso, esta vez uno tranquilo a la vez que el castaño le acariciaba la espalda por sobre la ropa con una mano y con la otra tocaba su mejilla; Luzu dejó sus labios para repartir incontables besos en su cuello.

— Y-ya, no.

El más alto se separó con una sonrisa pintada en su rostro a la vez que se alejaba de él para sentarse nuevamente a su lado, Auron solo se limitó a guardar silencio, cada vez que decía algo medianamente ofensivo Luzu tenía la costumbre de callarle con un beso tierno y otras incluso llegaban a tener relaciones, pero el chico empalagoso no tenía ánimos de que alguien los encontrara en el pasto.

— ¡Atrapé uno! — exclamó el castaño sacando un libro con un brillos violáceos — ah, un libro encantado, yo quería un pez. Toma Auronsito, para ti ♥

Eres un gilipollas.

Fue lo último que pronunció antes de ver un brillo escarlata en los ojos del castaño y luego como éste de la nada se quitaba la ropa, el resto de este acontecimiento es historia, lo único que hay que saber es que Auron no pudo caminar por si solo de regreso a casa.

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