21. Jóvenes y tontos

Eylen

El calor ha hecho que los últimos días tenga que traer ropa extra para poder irme a casa más fresca. Supongo que hoy eso ha sido de gran ayuda luego del incidente con Jenna.

Me veo frente al espejo de cuerpo entero que hay en el baño de chicas y contemplo mi atuendo. El short es jean oscuro y la camiseta es blanca manga corta con diseños de flores rosas bordadas en diferentes tonos pasteles. En mis pies conservo las mismas zapatillas blancas.

Giro sobre mi eje y cierro la maleta con el uniforme dentro llevándola a mis hombros y salgo por la puerta de empleados que da al callejón haciendo mi camino a la parte delantera del restaurante. Harry se encuentra recostado del capó de su auto fumando de manera tranquila un cigarrillo.

Observo mi bicicleta estacionada en el ciclo parqueadero mientras llego hasta él.

—Lo que hiciste no estuvo bien —digo al pararme frente a él. —Además, puedo defenderme sola y lo sabes.

—Estoy consciente de ello. —responde dándome la razón al bajar la vista y observarme a través de sus gafas de sol —Pero si se meten contigo y yo estoy cerca no creas que no reaccionaré, aquello no fue un accidente la vi intencionalmente arrojarte esa bandeja.

Resoplo negando.

"Cuándo se trata de este tipo de asuntos él hará lo que le dé la gana, no sé porque me molesto..."

—¿A dónde me llevarás a comer? —decido cambiar de tema —Muero de hambre.

Harry sonríe y se levanta para quedar nuevamente erguido. Rompe toda distancia y lleva su mano libre a mi hombro derecho para quitarme la maleta y cedo ante eso. Su cercanía hace que termine inhalando ese olor tan particular que tanto identifico como suyo.

—Espero que esto no suene tan tonto como imagino, pero estaba pensando que podríamos tener un picnic.

Son pocas las veces que lo he visto sonrojarse por eso sonrío al ver que las mejillas de Harry comienzan a tomar un color rojo.

—¿Un picnic? —intento contener mi sonrisa, pero simplemente no puedo.

Harry deja mi maleta en la parte de atrás de su deportivo al cual por primera vez veo con el techo abajo.

Mi corazón revolotea emocionado al notar que justo al lado de donde ha puesto mi maleta hay una enorme canasta llena de comidas empacadas e incluso veo una botella de vino tinto y lo que parece ser una sábana.

—Sí, un picnic. —carraspea y voltea a verme —Tu extraño amigo Stanley me envió esta mañana los detalles del evento en la galería de arte y es hasta en la noche, así que tienes toda la tarde libre... No lo sé, París me lo sugirió anoche, creí que sería una buena idea, pero si quieres te puedo llevar a un restaurante y-

—¡Me parece una idea fantástica! —lo interrumpo y me alejo de él para rodear el auto y abrir la puerta de copiloto para subir.

Parece que mis palabras traen su alma de regreso a su cuerpo y suelto una risa cuando en vez de abrir su puerta lo que hace es brincar sobre la misma y queda sentado en el piloto.

—Perfecto. —dice con una sonrisa y deja el cigarrillo ya terminado en el pequeño cenicero que tiene cerca de los portavasos. —¿Alguna idea de a dónde podríamos ir?

—Cerca del Lago Springfield hay áreas verdes. —digo haciendo memoria —Incluso está en Lincoln Memorial Garden, pero creo que allí no dejan entrar con comida.

—Entonces al Lago Springfield —Harry arranca el auto y estira su mano para subir el volumen de la música.

No mentía cuando decía que estaba de buen humor.

Todo el camino se la pasó cantando muy desafinado las canciones de Green Day que sonaban por las bocinas mientras yo solo me reía ya que me gusta el ver este lado de él.

Cierro mis ojos y elevo mi cabeza al cielo sintiendo la brisa de julio levantar mi cabello y acariciar mi rostro en el proceso.

Quiero volver a sentirme culpable, quiero darle la razón a Erick y quiero que mi cabeza me grite lo tonta que estoy siendo al volver a estar nuevamente con la persona de la que tanto quise alejarme, pero abro los ojos y lo veo... Con sus dedos golpeando el timón del auto al ritmo de la música, con su rebelde cabello brillando bajo la luz del sol y su sonrisa danzando en su rostro.

"No puedo alejarme de él..."

Después de la cantidad de veces que nos hemos distanciado y de la misma manera vuelto a encontrar, es como si el universo nos hubiese transformado en magnetos y no importa que tanto nos alejemos, siempre volvemos a estar juntos.

❁❁❁

Bajamos del auto y Harry entrelaza nuestros dedos con una de sus manos, mientras que con la otra carga la canasta del picnic.

Como lo imaginé el lugar se encuentra bastante lleno, creo que incluso más que ayer, pero bastó caminar un par de metros por la orilla del lago pasando por niños corriendo entre risas escandalosas y parejas sonriendo, hasta que finalmente encontramos un espacio que no se encontraba con mucha gente cerca.

Ayudo a acomodar la sábana sobre el césped y Harry se arrodilla para comenzar a sacar las cosas.

Observo con atención sus movimientos hasta que la sábana queda llena de comida que colocó sobre un tablón de madera y así mismo me pasa una copa cuando ya está sentado a mi lado.

—Gracias —susurro.

Harry se quita las gafas dejándolas a un costado y se apresura a abrir el vino para servirlo en mi copa y en la suya.

—Espero que sea bueno. —comenta con una sonrisa nerviosa —No puedo creer que este lugar no tenga un Stuffs 24/7, me sentí muy extraño cuando compré todo esto en un supermercado que no es de mi padre.

Suelto a reír y digo: —Supongo que tendrás que hablar con el señor Oswald para que considere abrir una nueva sucursal aquí.

Harry se lleva la copa a sus labios para dar el primer sorbo así que también lo hago. No sabe tan mal, pero no es como si he probado muchos vinos así que no sé si en realidad es bueno o muy básico.

—Eh... Está normal —murmura con una sonrisa de lado y me pasa un club sándwich.

Dejo la copa a mi costado y lo acepto gustosa para darle una mordida. Si mi estómago pudiera hablar estaría agradeciéndole a Harry porque finalmente está recibiendo algo de comer el día de hoy.

Escucho que se está riendo, así que volteo a verlo aún masticando.

—¿Qué? —arqueo una ceja.

—Nada —sonríe sin mostrar sus dientes y lleva un dedo a mi mejilla quitando lo que parece ser mayonesa —Es solo que te ves adorable comiendo.

—No soy adorable, ¡ya te dije que tenía hambre! —doy otro mordisco y él asiente mientras se inclina para tomar un par de uvas rojas del tablón de madera y llevarlas a su boca.

Al terminar el emparedado tomo un más poco del vino y lo miro. Está contemplando el lago y a las personas a la distancia.

—Este lugar es agradable —dice sin voltear a verme, pero sabe que lo estoy viendo.

—Lo es —le paso mi copa ya vacía.

Voltea y la toma para verter más vino en ella y entregármela. También se sirve un poco más y lleva una mano a mi cabello para apartarlo de mi rostro.

Me quedo contemplando a sus ojos hipnotizada en ellos, Harry aparta su mano y sonríe de lado.

—¿Te gusta estar aquí? Ya sabes... ¿En el lugar que te vio nacer?

—No te mentiré, se ha sentido extraño el recorrer nuevamente las calles y visitar lugares como este que están llenos de recuerdos, pero... Sí, me gusta estar aquí, siento que finalmente estoy en casa.

Suelto un suspiro bajando la vista a mi copa.

—Lo siento, no quise incomodarte con esa pregunta, yo-

—No —me apresuro a decir —No, tranquilo, estoy bien.

Harry asiente.

—Eylen... Necesitamos hablar —dice tomando una posición más seria. —No podemos pretender que nada entre nosotros ha pasado y todo sigue igual que antes porque no es así.

—Está bien —dejo la copa de lado y me acomodo mejor en la sábana cruzando mis piernas —¿Por qué me engañaste con Megan?

Harry deja su copa junto a la mía y adopta la misma posición que yo, ahora estamos frente a frente.

—No lo hice, nena. —niega —Por lo menos no intencionalmente, sé que nos viste besándonos, pero no fue porque yo lo quise, fue ella quien lo hizo. —estira sus manos y toma las mías —Megan tenía esta loca idea de que si me besaba de alguna manera eso haría que mis sentimientos por ti cambiaran, puede que por eso demoré en reaccionar porque quería comprobar que no sería posible y lo hice, lo comprobé. Mientras ella trataba de profundizar el beso yo solo podía pensar en ti y en lo horrible que se sentía el besar los labios de alguien que no fueses tú.

Mis ojos se están comenzando a llenar de lágrimas, pero intento contenerlas.

—Me dolió mucho, Harry.

—Lo sé y ojalá pudiera retroceder el tiempo para poder apartarme de ella con rapidez y no dejarte escapar de mis manos, pero no puedo. Lo hecho, hecho está.

—Quiero que me disculpes —pido.

Él me mira extrañado.

—¿Disculparte? ¿Por qué?

—Por actuar tan estúpidamente, debí quedarme a escucharte y no salir corriendo a tomar malas decisiones como lo de ir con Denis y Kenai a emborracharme. —subo la vista al cielo para controlar el llanto, pero es inevitable. Al verlo nuevamente siento por mis mejillas las lágrimas resbalar. —No quiero poner excusas y justificarme por el hecho de que mi experiencia con Benjamín me dejó tan marcada que ya no puedo confiar en nadie, sé que debí actuar como una persona madura y en su lugar tomé todo mi enojo y arremetí contra lo nuestro y.... Oh Dios mío, que estemos aquí el uno frente al otro es algo que no esperé que sucediera ni en mis más salvajes sueños, Harry. Anoche dijiste que me extrañabas y te dije que yo también, pero en realidad puede que fuese más de lo que tú me habías extrañado a mí. Desde que nos separamos no he dejado de pensar en si aquello fue lo correcto o había echado a perder quizás mi única oportunidad de estar con un chico que de verdad me amaba y yo lo dejé ir.

Mis palabras lo han dejado en silencio, creo que de todo lo que pude decirle eso fue quizás lo que menos esperó oír.

—Eylen-

—No recuerdo mucho de aquella noche, pero si cuando te dije que te amaba. Quizá soy muy joven y tonta para creer en el amor, pero creo en nosotros. Estoy aquí frente a ti tragándome mi orgullo y pidiéndote disculpas porque parte de la caída que tuvimos fue por mi inmadurez.

—¿Puedo hablar ya? —pregunta al limpiar mis lágrimas y yo asiento.

—Nena, cuando veo atrás a todos mis crímenes y todas las cosas que he hecho mal, tú eres lo único que siento que ha sido bueno. Eylen, no tienes que pedirme disculpas, eso ya está en el pasado.

—¿Lo dices en serio? —susurro.

—Lo digo muy en serio, nena. Te amo demasiado, y ¿quieres saber algo? Antes de ti yo jamás le había dicho "te amo" de forma tan sincera a ninguna mujer que no fuese mi madre y te juro que cuando te lo digo se siente tan perfecto que me asusta. —sube una de mis manos y besa el dorso —Puede que yo también sea joven y tonto para creer en el amor, pero no me veo con absolutamente nadie que no seas tú y esa es la verdad.

Suelto sus manos y acerco mi rostro al suyo para besarlo.

Quizás sea el vino, pero sus labios saben aún más exquisitos que de costumbre.

Siento sus manos acunar mis mejillas mientras me besa con más ganas. Es como si en ese simple acto me recompusiera y lo encuentro peligroso, porque ya me he dado cuenta de que el amor que le tengo a Harry está volviéndose más fuerte que yo y no hay nada que lo pueda impedir.

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