16. El lago Pt.1
Eylen
Me llevo las manos a la cabeza tratando de ignorar en vano los golpes que resuenan de forma fuerte contra la puerta.
Son tan insistentes que termino abriendo los ojos molesta y me pongo de pie con rapidez.
Veo que Canela brinca de la cama siguiéndome mientras hago mi camino a la puerta principal y abro sin antes preguntar quién es el causante de todo el alboroto.
"O la causante..."
—¡Buenos días! —París me abraza y yo frunzo el ceño al notar que detrás de ella está Harry recostado en la puerta del copiloto de su auto.
—¿Qué sucede? —pregunto aún medio dormida cuando me ha soltado.
—Vinimos a buscarte, iremos al lago Springfield.
—¿Uh? —tallo mis ojos.
—Eylen, ¡son casi las diez de la mañana! ¿Cómo es posible que aún estés dormida?
—¿Cómo es posible que estén aquí? —replico.
Canela sale corriendo en dirección a Harry como si lo conociera de toda la vida. Harry se inclina y lo toma en brazos con una media sonrisa.
—¿Eso es lo que te sorprende? ¿Qué encontráramos tu dirección? —cuestiona París haciendo un gesto desdeñoso. —Por favor, Eylen, parece que eres nueva.
Llevo la vista otra vez a Harry que sostiene a Canela y le susurra cosas que por la distancia no puedo oír.
—¿Al Lago Springfield dijiste? —reacciono mirando a París. Ella asiente y me da una mirada burlona. —Ugh, ven aquí.
La tomo del brazo para que se adentre a la casa y Harry no pueda oír nuestra conversación.
—¿Qué pasa? —pregunta intrigada.
—¿Crees que sea una buena idea que vaya con mi exnovio y sus amigos, quienes ya sabes... son como familia para él a un día en el lago?
—¿Por qué no? —ladea la cabeza confundida. —Nos agradas y eres nuestra amiga también. —dice —Además, a Harry no parece molestarle, ¡él fue quien lo sugirió!
Mi corazón da un vuelco.
—¿De verdad? —pregunto incrédula.
—Sí. Harry se preocupa por ti, Eylen, nunca dejará de hacerlo. —se ríe y niega —Digo... claramente pudiste darte cuenta de eso anoche. —me quedo en silencio. París toma mi mano sana y la sacude. —¡Vamos! No me hagas rogarte, pasaremos un día divertido, creo que después de la horrible noche que tuviste ayer esto no suena del todo mal, ¿o sí?
—Bueno... —alargo la palabra dudando de ese hecho.
—Vamos, amiga, quiero por lo menos ponerme al día contigo, ¡mírate! —señala el lugar —Eres ya toda una mujer independiente con casa propia.
—Eh... es compartida, pero bueno. —subo los hombros conteniendo una sonrisa.
—Cierto —París escanea el lugar —¿Dónde está Erick?
—Trabajando. Es salvavidas en la piscina pública, estamos en verano así que los sábados son de los días más concurridos. —suelto un suspiro —Gracias al cielo es mi día libre, no quiero imaginar cómo se debe llenar el restaurante hoy.
—Ya no me cambies el tema, vamos, Eylen. —insiste —Si esto es porque Harry te pone nerviosa, tranquila, yo me quedaré junto a ti todo el día, además... Mañana regresamos a casa, nos iremos muy temprano así que dudo que nos vuelvas a ver por un buen rato.
París y su gran persuasión.
Había olvidado por completo que esta chica es muy buena cuando se trata de convencer.
—De acuerdo, ¿solo espera unos minutos ¿si? Me daré una rápida ducha y alistaré mis cosas —accedo y me giro para entrar a mi habitación.
Cierro la puerta y tomo mi celular para avisarle a Erick, después de la caótica noche de ayer lo que menos quiero es que cuando regrese a casa y no me vea se altere, así que me evito problemas y le escribo a mi amigo un breve mensaje antes de entrar a la ducha.
Noté que París ya lleva el traje de baño puesto y por encima solo unos shorts y una holgada camiseta algo transparente, así que decido imitar un poco ese look. Tomo una maleta pequeña y meto en ella ropa interior limpia, uno que otro producto corporal y un vestido blanco de tiras estilo veraniego que compré hace poco, será perfecto para ponerme al momento de regresar a casa ya que es bastante cómodo.
Es increíble el como antes la idea de usar una prenda como esa fuera lo más horrible que yo podía siquiera pensar, pero ahora las cosas han cambiado. Miro mi mano lastimada por la pelea de ayer y contemplo los morados nudillos que comienzan a tomar más color, parece loco, pero me siento más segura al ver que después de todo si puedo defenderme a pesar del miedo que siempre tengo cuando quedo en situaciones como esas.
Cierro la maleta y la cuelgo sobre mis hombros saliendo de la habitación con celular y llaves de la casa en mano. Tomo del gancho cerca de la puerta la correa de Canela y observo a Harry y París que juegan con él cerca del auto.
Sonrío sin poder evitarlo y cierro la puerta de la casa.
—Antes de hacer nuestro camino al lago, debo dejar a Canela en casa de Stanley. —aviso al estar junto a ellos. —Está entrenándolo así que no puedo llevármelo —sonrío.
Harry eleva la vista también tomando una postura más erguida y su mirada me pone nerviosa ya que no se molesta en disimular que literalmente me está escaneando de arriba a abajo.
—Claro —dice en un tono bastante serio, pero con una sonrisa de lado. —Tú solo guíame, sabes que no conozco estas calles del todo.
Trago duro y sostengo las mangas de mi maleta con los nervios aún saltando como locos. ¿Soy yo o su voz suena ahora más seductora que de costumbre? Asiento a lo que ha dicho mientras lo observo con atención.
Verlo de noche es una cosa, pero verlo de día es otra totalmente diferente. Se ve absolutamente hermoso con los rayos del sol matutino, todo en Harry me saca por completo de mis cabales.
Sus ojos, sus labios, su cabello, sus brazos definidos llenos de más tatuajes de los que recuerdo. Su imponente estatura, su distintivo aroma, todo en este hombre me calienta por completo. No puedo creer que de verdad estoy cayendo por este hombre así cómo si nada.
''Ay, Dios mío... ¡Contrólate, Eylen!"
Desvío la mirada y paso de él ya que siento mis piernas flaquear y lo que menos necesito es desmayarme frente a mi exnovio solo porque su sola presencia me altera.
Harry se ríe por lo bajo mientras rodea el auto para subir al piloto y sé que es de mi de quien se burla, de seguro mis expresiones tampoco son tan disimuladas. París, quien se encontraba muy entretenida con Canela como para darse cuenta del extraño momento que su mejor amigo y yo tuvimos, me regala una sonrisa y me extiende a mi perrito de regreso.
—¿Lista?
—Sí —asiento.
—¡Este será un día muy divertido, Eylen! —sonríe pasando uno de sus brazos por mis hombros —Ya lo verás.
❁❁❁
Luego de dejar a Canela con Stanley el camino al lago Springfield no fue tan largo o por lo menos no se sintió así ya que Harry y su mala costumbre de manejar muy rápido no es algo que controla a pesar de que no conozca las calles a la perfección.
Bajo del auto poniendo una mano en mi pecho agradeciendo el no habernos estrellado y respiro con más tranquilidad cuando la hermosa vista del lugar se abre paso ante mis ojos.
París y Harry bajan del auto y este último se coloca unos lentes negros de forma rápida complementando del todo su look casual. Debo admitir que para alguien que solo usa jeans negros, el verlo en pantaloneta es bastante sexy.
—Que hermosa mañana —murmura París comenzando a caminar por el muelle conmigo y Harry detrás de nosotras.
No está tan lleno, pero aun así hay mucha gente caminando por nuestros costados con bolsas de comida, flotadores de gran tamaño y atuendos parecidos a los nuestros.
Harry suelta un bufido a lo que su amiga ha dicho y saca de uno de sus bolsillos una cajeta de cigarrillos y el encendedor.
"Debe estar odiando mucho estar aquí ..."
Hago una mueca cuando expulsa la primera calada y veo que ya ha amargado el rostro.
Mientras nos acercamos más al final del muelle logro divisar a Tokio pasándole unas bolsas a su madre que ya se encuentra dentro del barco que usaremos. Creo que es el más bonito de todos los que se encuentran aquí, a pesar de que no es gigante, se ve espacioso y tiene dos pisos, la parte de arriba está techada y es moderna.
—¡Llegamos! —avisa París dándole una palmada a su hermano en el hombro —¿Ya subiste todo?
Él asiente.
—Sí, solo estábamos esperándolos —dice y la ayuda a subir con cuidado de no resbalar. —Hola, Eylen. —Tokio sonríe cuando fija su vista a mí —Honestamente no creí que te convenciera —se burla.
Me rio por lo bajo negando y digo: —Tú y yo sabemos que eso no es verdad, tu hermana es muy persuasiva.
Tokio se ríe.
—Bueno, bienvenida a bordo. —dice y me ayuda también a subir al barco.
❁❁❁
Harry
Veo a Eylen subir al barco y cuando ya ha avanzado para saludar a mi tía, Tokio voltea a verme con una sonrisa burlona.
—¿Qué? —arqueo una ceja aunque no se si puede notarlo ya que llevo gafas.
—¿Qué se siente volver a tener a tu chica cerca otra vez?
—Extraño. —murmuro y llevo el cigarrillo a mi boca.
Tokio se cruza de brazos sin quitar la mirada llena de gracia.
—¿Extraño en el buen sentido o en el mal sentido?
—¿Hay un buen sentido para la palabra extraño?
Tokio suelta un suspiro.
—Claro que sí, tú por ejemplo, eres una persona muy extraña —me señala —Y lo digo en el buen sentido.
Dejo salir el humo y sonrío de lado.
—Eres un imbécil —señalo el barco con mi barbilla —Vamos.
Subimos al barco y Tokio se aleja para tomar el volante y comenzar a manejar lejos del muelle en busca de un espacio donde puedan nadar y pasar una tarde sin tanta gente cerca. Al cabo de pocos minutos se estaciona en el lugar perfecto ya que los barcos de otras personas están lejos del nuestro y el espacio es bastante amplio.
Termino mi cigarrillo y abro una soda de lata que tomé del cooler que han traído. Bebo del burbujeante líquido mientras observo todo desde donde me encuentro que es en el segundo piso.
Mi tía y Tokio están asando brochetas de carne y vegetales abajo, muy sumidos en su conversación en japonés de la cual solo logro atrapar ciertas partes ya que están algo distantes. Chihuahua duerme sobre su cama para perros en una esquina siendo quizás el único que de verdad se está relajando en este barco. Busco a Eylen y París y las encuentro en el borde del barco a poca distancia de Tokio y mi tía conversando entre ellas moviendo los pies sobre las cristalinas aguas del lago.
No puedo creer del todo que esté aquí. Siento que esto es un sueño y me despertaré en cualquier segundo. Quizás debería parar de observarla ya que de seguro parezco un acosador desde donde me encuentro, pero no puedo evitarlo. Eylen se ve demasiado hermosa, con sus rizos rebeldes que han crecido más desde la última vez que la vi moviéndose al compás de la brisa, su piel acaramelada reflejada bajo la luz del sol... Sus piernas... ¡Dios! Sus piernas se ven preciosas, estas últimas semanas sí que han hecho un cambio en ella, un cambio que no creí que me pondría como loco, pero parece que sí. La camiseta que usa es corta y por ello tengo una vista a las pequeñas estrías que suben por sus caderas, ¡Carajo! Esta chica se está rompiendo de lo buena que está, el par de libras que ha aumentado solo me hace verla más radiante.
París le dice algo que la hace reír y sus mejillas llenas de vida se elevan con esa sonrisa que me ha vuelto loco desde la primera vez.
"¿Hace calor aquí o solo soy yo?"
Carraspeo dejando de mirarla y bebo de la lata de soda. Observo el lago a un costado mío y creo que por mi propia salud mejor comienzo a pensar en otra cosa.
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