71. ¿Regresas el tiempo?
Eylen
Estoy en la comisaría junto con Erick. Más que parecer la vida real, esto parece una película de terror.
Saco el celular de mi bolsillo y veo que mi prima me ha enviado un mensaje.
►Cuida de Erick por mí, siento mucho todo esto. Espero que un día puedan perdonarme.
⤻11:08 am
Y seguidamente me envía unas coordenadas geográficas.
►Estaré bien.
⤻11:08 am
Tomo las coordenadas que ha enviado y las pego en el buscador de Google.
«Madrid, España📍»
Niego sin poder creerlo y apago el celular.
La señora Karen, la madre de Erick, entra a la comisaría vistiendo su uniforme de Stuffs 24/7 y al verme sentada en una esquina corre hasta mí y me abraza, al separarnos veo que sus ojos se cristalizan.
—Pero, ¿cómo es que esto es real? —pregunta de forma nerviosa.
Yo muerdo mi labio inferior y niego, ya que no soy capaz de darle una respuesta.
Erick sale del interrogatorio y su madre se pone de pie para correr hasta él y abrazarlo. Mi amigo llora en los brazos de su madre y la aferra a su cuerpo.
—Eylen Stone —me llama un oficial —Vamos, es tu turno.
—Voy. —me pongo de pie y camino hasta él para poder seguirlo al interior del cuarto de interrogación.
Me siento en la mesa mirando mis manos mientras el mismo policía que me llamó se sienta frente a mí.
—Cuéntanos, Eylen. ¿Qué es lo que sabes?
—Sé que mi prima está muerta y su padre también —respondo sin mirarlo.
—Alice Aurora Meyers y Ryan Xavier Meyers. —dejo salir un suspiro y asiento. —Tú fuiste quien llamó a emergencias e informó lo sucedido. ¿Cómo lo supiste? ¿Alguien te avisó?
—Sí —asiento y subo la mirada para verlos —Alguien lo hizo.
—¿Cómo?
—Me enviaron una foto de Alice en el piso desangrada.
—¿Sólo la foto? ¿No te dijeron algo más?
—No.
—Señorita Stone, sabe que si no me dice la verdad retrasará la investigación, ¿verdad?
—Le estoy diciendo la verdad.
—Tendremos que confiscar su celular.
—¡No! —niego y me pongo de pie.
—Señorita Stone, esto es un doble asesinato. ¡¿Acaso no quiere cooperar con la investigación?! —ladea la cabeza en mi dirección —¿Sabe algo que nos podría ayudar a dar con los culpables de este asesinato?
—He dicho todo lo que sé, ¡¿por qué no me cree?!
—No parece sincera.
—Esto es basura, quiero irme de aquí.
—Muy bien, pero entregará su celular.
—No lo haré, no puede quitármelo.
—Somos la autoridad y justo ahora necesitamos todo lo necesario para poder resolver este caso y enviar presos a los responsables.
—¡Pues investiguen bien sin la necesidad de quitarme mi maldito celular!
El policía se pone de pie y me mira fijamente. Tengo que subir la mirada para poder verlo ya que es mucho más alto que yo.
—Debe cooperar.
—Y ustedes investigar por su propia cuenta. —respondo entre dientes.
—¿Sabe muy bien que de todas maneras le vamos a quitar el celular?
—No lo harán.
—¿Por qué está tan segura?
—Mi novio es Harry Andrews —informo de forma lenta y clara. Los ojos del policía se abren de forma sorprendida e incluso retrocede dos pasos —Si ustedes me ponen un dedo encima él vendrá por sus cabezas.
El hombre se queda en silencio, no creí ver venir el día en el que iba a usar el hombre de Harry para asustar a alguien, pero al parecer ha funcionado ya que el policía toma una profunda respiración y expulsa por ahí mismo de forma sonora mientras se gira y abre la puerta.
—Investigaremos por nuestra propia cuenta —dice —Gracias por su tiempo y lamentamos su pérdida.
Ruedo los ojos y salgo del cuarto para buscar a Erick y su madre.
—Mis pobres niños, miren como están de ensangrentados —dice la señora Karen.
A Erick le dieron una camiseta vieja y unos tenis que encontraron aquí en objetos perdidos, pero al igual que yo sus brazos y piernas están cubiertas de sangre.
—¿Podemos irnos a casa? Ya no soporto estar aquí —dice Erick y su madre asiente.
—Vamos, el auto está cerca. Necesitan ducharse y estar tranquilos.
La seguimos en silencio y salimos de la comisaría.
Estando en el carro lo único que mi mente puede pensar es en cómo Alice fue capaz de sacrificar a su propia hermana y su padre.
No entiendo nada, ¿acaso estaba en demasiados problemas con la familia Dallas? ¿Ella planeó todo esto? ¿Desde cuándo? ¿Por eso se pintó el cabello de regreso a rubio? ¿Ahora robará la identidad de su gemela?
Tantas preguntas solo aumentan mi dolor de cabeza y para cuando llegamos a casa de Erick estoy muy mareada.
Su madre me presta ropa limpia y también me da permiso de usar sus productos de aseo para poder tomar una ducha. Del estrés comienzo a sangrar en la ducha anunciando asi que mi periodo ha venido finalmente.
Bajo mis pensamientos y emociones revueltas termino de ducharme, me coloco una toalla sanitaria de las que estaban allí y salgo y del baño vestida con ropa más grande que yo.
Busco a Erick y lo encuentro en su cuarto acostado boca abajo sobre su cama abrazando una almohada. Al igual que yo ya está duchado y vestido con ropa limpia.
Cierro la puerta con seguro y camino hasta el borde de su cama juntando mis manos y viendo mis pies.
—Me ha escrito —dice de repente aun sin moverse de su lugar.
—A mí también —susurro.
—¿La estaban amenazando de muerte? —pregunta. —¿Planeó todo esto para poder salvarse? ¿Tomará la identidad de Alison?
Al parecer no soy la única que está llena de dudas y ha sacado conclusiones.
—¿Le respondiste? —indago refiriéndome al mensaje de Alice.
—No.
Suspiro —Yo tampoco.
Nos quedamos en silencio unos segundos y me giro para gatear por la cama y sentarme a su lado.
Él se gira quedando ahora viendo el techo y yo me cruzo de piernas jugando con las mangas del suéter de lana de su madre.
—Erick.
—¿Sí?
—Harry me engañó con su mejor amiga. Ayer entré a su casa y los vi besarse justo cuando ella ya estaba lista para irse de regreso a Los Ángeles, esperé que reaccionara, pero él no se apartó —le informo y aun sin moverse veo como pone su mirada en mí.
—¿Estás bien? —pregunta preocupado.
—No —trago saliva —No sabía que hacer así que terminé buscando refugio con una compañera de trabajo y ella y su primo prácticamente limpiaron mis lágrimas y me llevaron de fiesta. Me emborraché tanto que terminé bailando pole dance en el bar junto a las chicas del lugar.
Miro a Erick y tiene una mirada bastante sorprendida.
—Eylen... —dice sin poder creerlo.
—No te preocupes, Harry eventualmente me encontró y evitó que terminara desnuda frente a todos. Luego creo que discutimos un poco, la verdad no recuerdo mucho, solo que se puso a pelear y yo solo le pedía que no matara a Kenai —bufo.
—¿Se lo dijiste? ¿Le dijiste que lo viste besarse con su amiga?
—No tenía por qué hacerlo, él sabe lo que hace y que se hiciera el imbécil es muy su problema.
—Tienes razón.
—Erick, estoy tan frustrada.
—Él también lo estaba, Eylen —dice —Me tenía nervioso de tanto que me llamaba preguntado por ti. Por eso te llamé mucho y te escribí, pero jamás respondiste.
—No tenía cabeza para nada, lo siento.
—Como Alice tampoco aparecía y no respondía mis llamadas, creí que estaban juntas y por eso no me preocupé tanto.
—No —niego —Yo estaba en un bar ahogando mis penas con tequila y ella estaba seguramente huyendo del país y dejando como carnada a su pobre gemela —me llevo las manos al rostro y suspiro.
Siento la cama moverse y Erick se acomoda sentándose igual que yo.
—Está ciudad está llena de desgracia —dice.
—¿Erick?
—¿Sí, Eylen?
Nos miramos fijamente.
—Quiero irme de Chicago —suelto sin más —Dicen que huir no soluciona nada, pero que me digan cobarde, ya no lo soporto, necesito irme de aquí.
Erick asiente y toma una de mis manos entrelazando nuestros dedos en un gesto afectuoso.
—A dónde vayas, iré. Somos familia y ahora más que nunca tenemos que estar juntos. Si te quieres ir de Chicago, nos vamos los dos.
Mis ojos se llenan de lágrimas y sujeto con más fuerza su mano.
—Gracias —digo y recuesto mi cabeza en su hombro.
No puedo creer que ahora sólo seamos él y yo contra el mundo cuando hace unos meses éramos cuatro.
❁❁❁
Abro los ojos al oír que repiten mi nombre muchas veces. No puedo distinguir la voz hasta que estoy totalmente despierta.
—¡Eylen! —dice Denis y me siento de forma erguida en la cama de Erick.
No sé ni cómo terminé dormida, pero estoy sola en su habitación con mi rubia amiga y su primo frente a mí.
—¿Qué hora es? —pregunto aún adormilada. —¿Cómo entraron aquí?
—Son como las tres de la tarde —responde Kenai.
—Karen es mi amiga —dice Denis —Vi en sus estados de WhatsApp que su corazón estaba totalmente destrozado ya que hoy la novia de su hijo murió. Al principio me sentí mal, pero luego Karen comenzó a subir fotos de la chica y en muchas de esas salías tú.
—Denis le escribió a la señora Karen y ella le contó que la chica era tu prima y también parte de lo que pasó hoy. Por eso vinimos tan rápido como pudimos porque nos dijo que estabas aquí —prosigue a decir Kenai. —Lo sentimos tanto, Eylen.
Ambos primos se sientan en el borde de la cama y observo como el chico tiene el labio inferior roto y varios moretones en el rostro.
Estiro mis manos en su dirección y sin rechistar los dos se acercan y me abrazan.
—Gracias, chicos, significa mucho que estén aquí —digo y al cabo de unos segundos nos separamos —No creí que alguno de los dos quisiera volver a hablarme después de cómo terminó todo en la madrugada.
—Me han tocado novios celosos mucho peores, créeme. Una vez uno hasta me persiguió con una botella rota, esto no es nada —se señala el rostro, pero igual siento vergüenza por la forma en la que Harry lo agredió.
—Sí —Denis hace un gesto desdeñoso —Harry Andrews es la menor de nuestras preocupaciones ahora.
Suspiro aliviada y asiento.
—Chicos, —dice la señora Karen al entrar en la habitación —He preparado un par de bocadillos, si quieren pueden salir al patio trasero con Erick, estoy segura de que necesita compañía.
—Claro —asiento y me quito la sábana del regazo para salir de la habitación.
Sin importarme mucho estar descalza salgo al jardín con Denis y Kenai siguiéndome.
Erick está sentado en el césped viendo la copa del único árbol que tiene en su casa. Llego a su lado y me siento junto a él. Denis y Kenai se sientan a mi lado respectivamente.
—Si pudieras cambiar una sola cosa de todo lo que ha pasado ¿que sería? —pregunta Erick en mi dirección.
—No haber dejado Springfield para vivir aquí —respondo con honestidad.
Erick suspira.
—¿Si pudieras regresar lo harías? —indaga Kenai y miro en su dirección.
—Ahora más que nunca —le digo.
Él asiente y mira también a la copa del árbol.
—Hazlo —dice al cabo de unos segundos dónde nos habíamos quedado los cuatro en silencio.
Erick, Denis y yo giramos a verlo
—¿Qué? —pregunto confundida.
Kenai me sonríe —Vuelve a Springfield, rehaz tu vida. Te daré empleo en el restaurante de mi padre por las mañanas y puedes buscar otro por las noches para balancearte en los gastos de arrendamiento que vas a adquirir.
Miro a Erick y él también me observa.
—Kenai no suele tener buenas ideas todo el tiempo, pero esta es bastante genial —prosigue a decir Denis —Eylen, si este lugar te causa tanto daño, ¿por qué no sales en busca de algo mejor? Ya estás grande, es hora de dejar de llorar y empezar a hacer algo por ti.
—¿Sabes? Después de todo, yo gané el campeonato esta mañana —dice Erick con una media sonrisa —Esos son diez mil dólares que nos pueden ayudar por lo menos un par de meses a estabilizarnos allá.
—¿Estás diciendo que de verdad estas a bordo y nos mudemos a Springfield?
—pregunto casi sin poder creerlo.
—Te lo dije, a dónde tú vayas, yo voy —dice y pasa uno de sus brazos por mis hombros —Tenemos que cuidarnos.
—¿Entonces? —Kenai pregunta con una sonrisa —¿Qué dices? ¿Regresas el tiempo y vuelves a casa?
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