65. El cumpleaños pt.1
Harry
París me ha dejado sin novia todo el día.
Paso con Eylen tanto tiempo que estar sin ella se siente extraño, pero por fin es momento de ir por ella a casa de Tokio. Creo que la única razón por la cual no fui rápido a su lado cuando me avisó que ya estaba en casa de los Snyder fue porque consideré sano darle su espacio.
Además, Megan está de visita y no creo que sea justo dejarla sola para estar con mi novia.
—Meg, ¿estás lista? —toco tres veces su puerta.
—Sí, ya voy —responde desde el otro lado.
—Te espero abajo —digo y me apresuro a bajar las escaleras.
Saco el celular de mi bolsillo y le aviso a Eylen que en cinco minutos estoy allí.
Noto que me ha llegado un mensaje de un número desconocido.
►Espero que cumplas muchos años más, imbécil de mierda, para que en tu conciencia puedas tener presente todas las muertes que se ocasionarán por tu causa.
⤻6:28 pm
Las amenazas no son algo que lleguen a asustarme, de hecho, lo que hacen es causarme intriga y un poco de gracia.
"¿Quién en su sano juicio es capaz de amenazarme? " niego con una sonrisa ante la idea.
Tecleo una respuesta rápida.
Gracias por los bonitos deseos. ◄
6:28 pm⤺
Bloqueo el número, evitando así recibir más mensajes y guardo el celular en mi bolsillo nuevamente.
Escucho a Megan bajar y al girar veo que tiene un vestido corto color negro, que le llega dos dedos arriba de la rodilla, unos tacones bajos y el cabello suelto con ondas elaboradas.
—Vaya, Megan —sonrío cuando la tengo a mi lado —Te ves bonita.
—Gracias, Harry —responde con una enorme sonrisa. —Tú también te ves bien.
Me doy una mirada. Luzco igual que siempre. Visto todo de negro y de calzado llevo mis Vans negras.
En sí, mi cena de cumpleaños jamás ha sido algo tan formal. Solo un poco casual.
Salimos de la casa y me aseguro de que todo quede cerrado. Desactivo el seguro de la cerca y Megan sube a su auto para poder salir. Una vez que está fuera y en dirección a la casa Snyder yo prosigo a subir a mi auto y salgo. Espero a que la cerca se cierre y sigo el auto.
Repito el proceso de desactivar el seguro en la cerca de los Snyder y Megan se adentra al lugar estacionando el auto frente a la casa y yo hago la mismo ya que en si solo vinimos de paso.
Apago el motor y bajo del auto con la llave en la mano.
Megan baja del suyo y me sigue mientras toco el timbre de la casa. A los pocos segundos Tokio es quien abre la puerta.
—Mírense —dice mi amigo al escanearnos —Son el señor y la señora Smith —se ríe.
Megan también lo hace y se acerca para abrazarlo en forma de saludo.
—¿Lo que dices es que me parezco a Brad Pitt? —pregunto de forma sarcástica y me adentro a la casa —Gracias, acepto el cumplido.
No espero a que diga algo ya que voy directo a las escaleras para buscar a mi novia.
Llego a la habitación de París y toco la puerta.
Eylen es quien abre y mi boca se abre sin poder evitarlo.
—Hola —dice y se pone de puntillas para dejar un beso corto en mis labios.
Reacciono de inmediato y llevo mis manos a su cintura aferrándola a mí e intensificando el beso.
—¡Ugh! Si se van a comer háganlo en tu habitación, no frente a mi puerta —escucho a París decir y lo siguiente que siento es la risa de Eylen contra mis labios.
Nos separamos y llevo mis ojos a escanear todo su cuerpo sin importar estar siendo captado haciéndolo.
Lleva un vestido rosa pálido de encaje y hombros descubiertos. El vestido le llega a la rodilla. Tiene unos zapatos de bailarina del mismo color y su maquillaje es muy liviano, casi como si no tuviera nada, lo cual me encanta ya que ella no necesita nada de eso para verse preciosa, con solo sonreír para mí se ve espectacular.
—Te ves absolutamente preciosa —le digo al volver a sus ojos.
Eylen pasa sus manos por mis hombros y ladea la cabeza sonriendo.
—Gracias, tú te ves igual de precioso —susurra.
—Tanta azúcar me dará diabetes —se burla París y pasa por nuestro lado para salir de la habitación —Los espero abajo.
Me río y Eylen se aparta de mí para entrar a la habitación.
—Tengo nervios —me dice —Iré a tu casa por primera vez.
—Todo estará bien —respondo y me acerco para ayudarla a colocarse su cárdigan color blanco. Toma un pequeño bolso de hombro y lo deja colgando.
"Eylen es perfecta, santo cielo..."
—Eso espero —dice y me se acerca a mi para acomodar mi chaqueta —Alice y Erick no podrán venir, mi prima últimamente no se ha sentido muy bien, dice que los disculpes y que tengas una buena cena.
La tomo de la mano y me inclino para susurrar en su oído —Honestamente, no puedo esperar para probar el postre.
Eylen se ríe por lo bajo y cuando la veo está sonrojada.
Me encanta como puede lucir toda avergonzada cuando en realidad ambos sabemos las cosas que puede hacer sin temor alguno.
—Ya vamos —dice y tira de mi para salir de la habitación.
❁❁❁
Eylen
Bajo del auto viendo la enorme casa frente a mí.
Yo esperaba que fuera una mansión, pero no que fuera así de grande y hermosa.
Noto que somos los primeros en llegar ya que ni el Mercedes de Tokio ni el Range Rover de Megan están cerca.
Harry llega a mi lado y sostengo mi bolso para que no resbale mientras me guía a la entrada del lugar.
Toca el timbre y me da un beso corto en la frente antes de que la puerta se abra y una mujer de cabello castaño y de apariencia joven aparezca en nuestro campo de visión.
—¡Harry! —dice y a mí me regala una sonrisa —Bienvenidos, pasen.
—Kennedy —murmura y no se me pasa por alto el cómo la seriedad inmediata se apodera de él.
—Gracias —digo yo y me adentro al lugar siendo guiada por Harry.
—Ven, dame tu abrigo —pide Harry así que con su ayuda me lo quito para que lo cuelgue en los ganchos cerca de la puerta. Acomodo mi bolso ante la incómoda mirada que nos regala su madrastra.
Creo que se puede cortar la tensión con una tijera. Se nota a leguas que Harry de verdad no la soporta.
Kennedy se ve en sus, quizás, cuarentena y tantos. No sé cuántos años tenga el señor Oswald, pero la diferencia de edad parece ser mucha.
—¿El trayecto hasta aquí estuvo tranquilo? —indaga la mujer queriendo sacar conversación.
Ya que Harry no le pone ni el mínimo de interés a su madrastra yo me giro a verla y asiento a su pregunta.
—No hubo ningún inconveniente —respondo.
Ella hace una mueca mientras seguimos caminando y no hace ningún otro comentario mientras Harry me guía por una estancia preciosa hasta entrar a un comedor enorme.
—¿Aquí creciste? —le susurro y él asiente sin mostrar mucho interés por ese hecho —¿Cómo no te perdías? se ve que es inmenso este lugar.
—Mi muchacho —el señor Oswald habla antes de que Harry pueda responder mi pregunta así que nos dirigimos al final de la mesa donde se encuentra el hombre sentado —Y... ¿La señorita Stone?
Me quiero reír ante su actuación de desconcierto, pero me contengo.
—Papá, ya conoces a Eylen, pero oficialmente te la quiero presentar como mi novia —Harry me suelta y me señala.
Su padre abre los ojos en un gesto "sorprendido" y se pone de pie.
—Pero mira nada más —dice y me extiende una mano para estrecharla de forma cordial —La novia de Harry, quien iba a pensarlo.
Esta vez no me contengo y me río.
—No la asustes, papá.
—Bueno, pero es que estoy sorprendido y feliz. Es la primera vez que me presentas a una novia.
Harry rueda los ojos con una sonrisa. Por otro lado, la revelación de ese hecho me pone el corazón a latir de forma eufórica.
—Eylen —me dice el señor Oswald y atrae a la mujer de ojos marrones hasta él —Te quiero presentar a mi esposa, Kennedy.
—Un gusto —decimos ella y yo a la misma vez y nos estrechamos la mano.
El timbre nos hace a todos poner atención a la entrada del lugar.
—Iré —Kennedy señala la salida y se aleja antes de que alguien pudiera decir algo.
Harry me saca una silla y me siento en ella colocando mi pequeño bolso en una esquina del respaldar.
El lugar comienza a llenarse con voces conocidas en varias conversaciones que no logro entender.
La señora Snyder viene hablando en japonés con París. Tokio y Megan vienen riendo y en sus manos todos traen bolsas de regalo, bueno, todos excepto Megan ya que trae una caja enorme y otra más pequeña, tipo caja de pizza familiar sobre la grande.
Ellos dejan todo en una mesa pequeña cerca de la esquina del lugar donde de hecho, ya hay un par de regalos puestos.
"Mi regalo quedaría aplastado por cualquiera de esos..."
—¡Tío Oswald!
—¡Megan!
Desde mi lugar veo como Megan corre hasta el hombre al final de la mesa y lo abraza. Noto la familiaridad y el cariño con la que la rodea en brazos y se ríen mientras se separan y comienzan a hablar.
Una vez todos se saludan rápidamente, Kennedy empieza a acomodar a todos. París toma asiento a mi lado. Tokio enfrente de Harry, Megan enfrente de mí. La señora Snyder a un costado de del señor Oswald y Kennedy al otro.
—¿Recuerdan aquella navidad donde Harry y yo quedamos atrapados en la casa del árbol por casi seis horas? —suelta Megan mientras cada uno está sirviéndose de los platillos que están en la mesa.
El señor Oswald se ríe. —Como olvidarlo, estaban morados cuando logramos bajarlos de allí.
Noto como Harry niega con una sonrisa burlona, pero no dice nada.
—Casualmente vi el roble a lo lejos cuando estaba entrando a la propiedad y los recuerdos brincaron a mi memoria. —dice sonriente —Este lugar tiene tantos que siento que es literalmente la mejor parte de mi infancia.
Siento mi celular vibrar contra la silla. Con disimulo estiro mi mano y lo saco del bolso. Lo pongo sobre mis piernas y veo que es París.
Esto va a ser asi toda la cena.
⤻7:25 pm
¿De qué hablas? ◄
7:25 pm⤺
►De Megan presumiendo lo maravillosa que es su amistad con Harry. Siempre lo hace.
⤻7:25 pm
Tocará soportarla. ◄
7:25 pm⤺
►Quiero enterrarle un tenedor en el ojo. Es una presumida.
⤻7:26 pm
Bloqueo el celular y miro a París con una sonrisa. Lo devuelvo a su lugar y pongo mi atención en la conversación ya que me perdí por unos instantes.
—... Recuerdo que cuando la escalera se rompió y nos quedamos atrapados Harry rápidamente se despojó de su abrigo para cubrirme a mi aún más —dice Megan.
—Harry siempre ha sido muy caballero y protector —dice la señora Snyder uniéndose al tema.
—Creo que he tenido suerte, de tantas personas en el mundo, lo tengo a él en mi vida y también la dicha de llamarlo mejor amigo.
París rueda los ojos con disimulo y Megan sonríe.
—Ya basta —Harry ríe por lo bajo.
—No, recuerda que hoy te celebramos a ti —Megan toma su copa y nos mira a todos —¿Qué tal si empezamos con un brindis?
—Me parece excelente —el señor Oswald levanta su copa.
En la mía solo hay jugo de naranja ya que nada de lo alcohólico llamó mi atención.
—Por Harry —dice Tokio levantando su copa.
—Por Harry —decimos todos y chocamos las copas.
Doy un sorbo pequeño al jugo y dejo la copa en su lugar. Harry me toma de una mano y me da un apretón.
—¿Estas bien? —me susurra y asiento.
—Oh —Megan ríe —¿Recuerdan la vez que...?
"Esta será una noche larga..."
❁❁❁
Las horas pasan con Megan, Tokio y el señor Oswald hablando del pasado. París y su madre se mantienen hablando y Harry solo se la pasa en silencio acariciando mi mano mientras asiente a las historias que cuentan sobre él sin darle mucha importancia.
Eventualmente se le canta «feliz cumpleaños» y bajo los flashes de las cámaras sus mejores amigos lo obligan a soplar las velas y de mala gana lo hace. Sé muy bien -al igual que todos aquí- que a Harry no le gusta que le tomen fotos.
—Hora de los regalos —dice Megan.
—Sí, —la señora Snyder asiente —Mientras Kennedy y yo vamos a la cocina para repartir el dulce, ustedes pueden hacer eso.
Kennedy sonríe y se pone de pie. Seguramente sintiéndose feliz al ser solicitada para algo ya que la han ignorado toda la noche.
Ambas se retiran con el dulce y Harry deja salir un suspiro. Paso una mano por su hombro y me pego a él.
—¿Cansado? —cuestiono en un susurro.
—No diría casando —responde —Abrumado, quizás —sube los hombros.
—¿Extrañas a tu mamá? —lo miro expectante.
—Siempre lo hago, pero en mis cumpleaños más que nunca —vuelve a susurrar.
Me inclino para dejar un beso en su mejilla.
—Aquí tienes, perdedor, espero te guste —París deja una bolsa de regalo frente a nosotros.
Me separo de Harry para darle su espacio y pueda recibir sus obsequios.
—No tienen por qué molestarse, lo saben todos —dice él y toma la bolsa para abrir y revisar el contenido.
—Sí, lo sabemos, pero nos da igual —dice Tokio y también coloca una bolsa bastante grande al lado de la de París.
Harry saca la caja de zapatillas y sonríe de lado. Se pone de pie y abraza a París de costado.
—Me encanta, gracias.
Ella sonríe complacida y me giña el ojo. No mentía cuando dijo que era fácil comprarle algo.
—¡Ahora el mío! —Tokio lo apura.
Harry se aparta y toma la bolsa, arroja los papeles de regalo a un costado y saca una preciosa chaqueta de cuero negra.
"Se verá tan sexy cuando la use..."
—Hermano, gracias. Está genial —dice son una sonrisa.
Tokio sonríe y ambos chocan sus puños por encima de la mesa.
—Lo sé —sube los hombros —¿Conozco a mi mejor amigo o no lo conozco? —fanfarronea y todos ríen.
—Lo puedo debatir —Megan le responde con una sonrisa burlona.
—Este es el mío y de Kennedy —el señor Oswald pone una pequeña caja frente Harry —Esperamos que sea de tu agrado.
Harry rompe la envoltura y abre la caja. Lo primero que leo es la palabra Rolex. Harry saca el reloj plateado y lo mira con fascinación.
—Oh —es todo lo que puede formular.
Su padre sonríe complacido.
—Póntelo —le anima.
Harry asiente y se quita el que trae puesto y me lo da —Nena, guarda esto en tu bolso, por favor —pide y asiento.
Tomo mi bolso y hago lo que me pide, por ahí mismo saco mi pequeña cajita y la dejo en mi regazo.
Quizás no sea tan caro como todo lo que ha recibido, pero tiene un significado y es demasiado espacial para mí, así que cuando el termina de abrazar a su padre pongo la cajita sobre la mesa dispuesta a ser la siguiente.
—¡Ahora el mío! —exclama Megan de forma emocionada y le extiende una caja —Ábrelo.
—Bien, ya voy —Harry se ríe, vuelve a su lugar junto a mí y comienza a rasgar el papel. Miro sus caras. Ella está sonriendo emocionada y él está concentrando, tratando de descubrir que es lo que le ha dado. —¡No! —Harry se levanta de la silla y mira a Megan sin poder creerlo —¡No lo hiciste! Megan.
Ella se ríe —¿Te conozco mejor que nadie o no? —dice con falsa modestia.
—Déjame ver que es —pide París y Harry mueve lo que parece ser un disco de vinil de la banda Green Day, autografiado.
—Whao —suelta Tokio abriendo los ojos —Es el primer disco que sacaron.
—Sí, es el favorito de Harry —Megan sube los hombros.
—¿Como conseguiste los autógrafos? —pregunta Harry sin poder creerlo aún.
Bueno allí hay algo que no sabía. Tiene una banda favorita.
—Mi padre conoce a alguien —hace un gesto desdeñoso y le pasa la otra caja de gran tamaño —¿No creías que te iba a dar un disco de vinil sin donde colocarlo verdad?
—¡No lo hiciste!
—¡Lo hice! Es un tocadiscos.
—Megan —Harry rodea la mesa y la abraza.
Bajo la mirada. No hay forma que pueda superar eso. Ella logró en menos de tres minutos levantar el ánimo serio que Harry había estado teniendo toda la noche.
No me enoja, ya que no puedo competir con toda una vida de amistad a solo dos meses de conocerlo.
Kennedy y la señora Snyder entran al comedor con bandejas y sobre ellas platos con dulce y helado.
"Mi regalo puede esperar..."
Dejo salir un suspiro y guardo la cajita en mi bolso nuevamente.
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