42. Gritos y discusiones

Harry

Cuando me detengo frente al supermercado a toda velocidad el auto hace un chillido por la manera tan brusca en la que aparco.

Quedo muy mal estacionado, pero no me importa. Salgo y estrello la puerta del auto sin siquiera quitar las llaves y corro a la entrada.

—¿¡DÓNDE ESTÁ EYLEN?! —le grito al hombre de seguridad al cruzar las puertas.

—¿Quién? —pregunta confundido.

—EYLEN, CARAJO. ¿ACASO NO HABLO ESPAÑOL?

—Joven Andrews, aquí trabajan muchas personas, debe ser más específico.

Aprieto mis puños y doy un paso en su dirección de forma amenazante.

—Baja estatura, cabello rizado color negro hasta los hombros, ojos marrones muy oscuros y la futura causante de tu despido si no me das información sobre ella ya mismo.

El hombre traga duro y me mira con asombro.

—Ella, se fue...

—¿¡Se fue?!

—Sí, una chica asiática se la llevó.

"¿París?"

Saco el celular de mi bolsillo para llamar a mi mejor amiga —¿Dijo a dónde iba?

—Al hospital. Ya lo recuerdo bien, la jovencita Eylen estaba llena de moretones y parecía a punto de desmayarse. Dijo algo de querer ir por ayuda.

Siento la bilis subir por mi garganta. Donde ese hijo de perra le haya puesto un solo dedo encima... Quiero no pensar en las cosas que podría hacer y llevo el celular a mi oído cuando presiono la llamada.

Salgo del supermercado y corro a mi auto.

—Hey-

—¿¡Estás con Eylen!? —pregunto sin darle oportunidad de terminar su saludo.

—¿No eras tú el que dijo que no quería saber nada de ella? ¿Qué pasó con tu... Estoy firme con mi decisión?

París puede ser muy irritante cuando se lo propone.

—París, deja de lado tus malditas ganas de joderme y responde mi pregunta —digo entre dientes.

—Sí, la hospitalizaron.

Mi corazón late con mucha fuerza.

—¿Dónde?

—La traje al Red Maison, me era más fácil.

Suspiro con alivio, si Eylen está con París en mi clínica de confianza entonces puedo hacer mi camino un poco más calmado hasta allá.

—Llego en veinte minutos —aviso.

—Escúchame bien, cabeza hueca —amenaza —Ven rápido a hacerme compañía porque ese chico Wesly está aquí y no me agrada. Quiero que me traigas comida porque muero de hambre y también que le traigas flores o algo bonito a Eylen porque esta noche te vas a disculpar con ella.

Ruedo los ojos y no tengo que responder ya que me cierra la llamada.

Me agrada mucho que se preocupe por ella. Yo sé que París jamás estaría en mi contra, ella siempre hará lo correcto y estar con Eylen justo ahora lo es.

Meto el celular en el bolsillo de mi chaqueta y saco las llaves del auto para volver a entrar al supermercado y comprar lo que París pidió.

❁❁❁

Bajo del auto con una bolsa grande de papel en mis manos. Cruzo las puertas de la clínica y llego a recepción. Puedo ver ese cabello naranja tan llamativo perteneciente a Alice. Junto a ella está su novio y por supuesto el otro que no puede faltar, Max.

—Gracias —dice Alice a la chica detrás del mostrador.

Los tres se giran y entonces notan mi presencia.

—¿Dónde...? —intento hablar, pero ella me interrumpe.

—Habitación 15, en el tercer piso —dice de forma seria y frunzo los labios.

Veo como Max me observa con evidente desagrado, pero lo ignoro. No estoy aquí por ninguno de ellos.

Los sigo. En el ascensor el silencio solo es invadido por la pregunta de Alice.

—Esas flores que traes en la bolsa... ¿Son lirios? —su tono es muy neutral.

—Sí —respondo —Lirios stargazer.

—Sus favoritas —susurra cuando el elevador se abre.

Nadie dice nada. Caminamos hasta la habitación y Alice es quien abre la puerta seguida de su novio, Max y de mí.

Veo la habitación, idéntica a todas las que he usado cuando vengo. Mi sangre hierve al notar como Wesly está sentado a un lado de Eylen en la cama y la cabeza de mi pequeña está sobre su hombro mientras él le enseña cosas que no puedo ver en su celular.

París está sentada en el sofá y cuando me ve se pone de pie como si un resorte le hubiera salido en el trasero.

—Al fin llegaste, tengo mucha hambre —dice.

Los ojos de Eylen me miran con sorpresa y se aparta de Wesly.

París me quita la bolsa de las manos y me da el ramo de flores. Se va al sofá nuevamente a comer lo que le compré.

La habitación se ha tornado en un silencioso e incómodo ambiente.

—¿Qué pasó? —Max rompe el hielo y no se me pasa desapercibido el cómo va hasta Eylen y choca su puño con el de Wesly en un saludo.

"Claro... Son dos idiotas, obvio se iban a llevar bien..."

—El castigo se salió de control —susurra Eylen con la mirada a sus manos.

—Se le vino un estante del señor Sheldon encima. Mira sus brazos y mejilla izquierda —prosigue a decir Alice de forma acusadora —Cuándo llegó a casa le dije que la llevaría al hospital y no quiso. ¡Le dije que fuéramos con él director del colegio y no quiso!

Estoy perdido en los eventos y lo detesto. Wesly me da una mirada burlona y doy un paso adelante de forma amenazadora, pero París es más rápida y llama mi atención en japonés.

別のステップを踏まないでください (No des otro paso más) —dice con seriedad.

Me detengo. Eylen me mira con lágrimas en los ojos y controlo todo de mi para no empujar a Wesly de su lado y acostarme allí. Junto a ella.

—¿Te dejaran aquí? —indaga el novio de Alice.

—Solo por esta noche, para que descanse. Ya me dieron antiinflamatorios y otras pastillas para el dolor —responde.

—¿Soy el único que tendrá el valor de preguntar que mierda está haciendo Harry aquí? —Wesly me señala.

Siento los ojos de todos en la habitación puestos en mí. No me importa, camino hasta Eylen para darle las flores y las dejo en su regazo.

La miro fijamente y ella a mí.

—Yo lo llamé —responde ella en voz alta sin dejar de verme.

Yo, por otro lado, desvío la mirada para ver a Wesly y notar como su sonrisa de burla desaparece y es mi turno de sonreír.

"Idiota..." pienso, aunque muero de ganas por decírselo, pero darle un minuto de mi tiempo no lo vale.

—Tengo que decirles algo importante —suelta Eylen mirando a sus tres amigos y seguidamente a mí.

El hecho de que me quiera aquí después de supuestamente haber terminado cualquier tipo de relación conmigo me toma por sorpresa.

—¿Segura de que no quieres que me quede? —le pregunta Wesly.

—Es algo muy privado —le responde ella de forma asustada.

Ben debió darle un muy buen susto ya que de seguro le fue difícil tragar su orgullo y pedirme ayuda.

Aún recuerdo cuando me besó el día que ese chico de cabello largo apareció en el centro comercial. El pánico fue todo lo que pude ver en su delicado rostro. No imagino como debió sentirse ahora que estuvo sola con él.

—¿Segura? —insiste el idiota.

—Muy segura —Eylen asiente.

Wesly deja salir un suspiro y se pone de pie, cuando pienso que se va a ir de una buena vez, lo que hace es inclinarse y dejar un beso en la frente de Eylen.

Aprieto la mandíbula. Mis manos se forman en puños y una vez más, como si fuera un árbitro, París me vuelve a frenar con una advertencia en japonés.

—¡! (¡No!) —dice. Me giro y está frente a la puerta sosteniendo la mitad de la hamburguesa en una mano y la botella de agua saborizada en otra.

Niego más que nada para alejar los pensamientos de golpear a Wesly y me voy hasta ella para abrirle la puerta.

—Te espero y así nos vamos juntos —dice cuando está afuera.

—¿Como la trajiste? —pregunto ya que París no tiene auto. Tokio es su chófer personal y mi mejor amigo no está aquí.

—Pedí un Uber.

Sube los hombros despreocupada y se va a una silla del pasillo a sentarse para terminar de comer.

Me giro para volver junto a Eylen. Wesly pasa por mi lado empujando mi hombro con brusquedad y sale de la habitación.

Miro la puerta cerrarse e inhalo aire con fuerza tratando de no enojarme.

—Sólo lo diré —dice Eylen de manera alta. Camino hasta un lado de Alice mientras sigo escuchando —Ben me encontró. Me acorraló en el baño del supermercado y creo que, de no ser por la aparición de París, en estos momentos no se si estuviera aquí contándoles esto.

Veo de reojo como Alice se lleva una mano al vientre y otra a la boca.

—Ay no —dice con asco y corre al baño seguida de su novio. Eylen ve con preocupación a su prima hasta que se mete al baño privado y su novio cierra la puerta detrás de él.

—¿Cuándo mierda le va a decir a Erick? —pregunta Max en un susurro.

Abro los ojos con sorpresa —¿Alice está...? —intento preguntar, pero Max me interrumpe con un tono de voz cortante.

—¿Embarazada? Sí —dice.

—De gemelos —susurra Eylen —Pero no lo menciones, Erick no lo sabe.

"Demasiadas cosas por una noche..."

—Oh... —es todo lo que alcanzo a decir ya que la habitación se llena del sonido de Alice vomitando.

—Renunciaré a mi trabajo —avisa Eylen solo a nosotros dos —No quiero volver, tengo mucho miedo de que Ben se aparezca todos los días.

—Creo que es lo mejor que puedes hacer —Max asiente y camina hasta la cabecera de la cama en el lado izquierdo.

Yo hago lo mismo que él solo que en el lado derecho.

—No —niego —No puedes renunciar. Si aparece en tu colegio, ¿vas a dejar de ir? ¿Acaso vas a huir toda la vida de él? El que se tiene que alejar es Ben.

—Tú no sabes una mierda —escupe Max con fastidio —¿Por qué opinas? No tienes nada que hacer aquí, ni tampoco debes interponer tu decisión por lo que ella quiere.

—Sé tanto como tú y puedo opinar porque Eylen me importa —lo señalo.

Max se ríe con amargura —Aun no entiendo de donde sacaste a este tipo —le dice a Eylen —¿Te importa? —me dice —Apuesto a que ni siquiera sabes qué día cumple, o cuál es su libro favorito. ¡Si te importara tanto no estarías usándola para tu beneficio sexual cuando estas aburrido de tu novia!

—¡Maximiliano Noah Jones! —Eylen abre los ojos sorprendida.

Yo entrecierro los míos en dirección al chico. Me cuestiono el hecho de golpear a un posible menor de edad y los cargos que puede traerme, pero también me digo a mí mismo que estamos en una clínica así que pueden intentar arreglarle la cara después de que se la parta en dos.

—¡HARRY, NO!

Grita Eylen, pero es muy tarde. Ya estoy sosteniendo contra la pared a Max y mi puño impacta sobre su pómulo derecho. Los brazos de Eylen me rodean los hombros y me intenta alejar del chico.

—¡Soy la última persona con la que te quieres meter, imbécil de mierda! —le digo y lo suelto de forma brusca —¡Mucha boca para hablar, pero pocas agallas para pelear! ¿¡Verdad?!

—¡Harry! —Eylen se para frente a mí y dejo de ver a Max quien lleva una mano a su pómulo con claro miedo —¡¿Qué te pasa?!

—¡Él no sabe nada! —exclamo molesto —Nada de mí, nada de nosotros ¿¡Qué derecho tiene de hablar así?! Yo jamás te usaría por sexo, eso es... —me quedo en silencio viendo a Eylen —¿Acaso le dijiste que tú y yo...?

—No —sus mejillas se sonrojan —Claro que no.

—¡Tengo dieciocho, no soy estúpido! —escupe Max con enojo —Wesly me dijo que tienes novia y la engañas con Eylen. Sé que ya debieron haber tenido sexo, ella no es una virgen. ¡Perdió un bebé! Por amor al cielo —sube las manos en frustración —¡¿SI YA TE METISTE ENTRE SUS PIERNAS, POR QUE SIGUES AQUÍ?!

Eylen lo mira como si fuera un desconocido y con lágrimas resbalando por sus mejillas lo abofetea y lo hace muy fuerte con la mano izquierda.

Bueno, allí hay algo que no sabía, Eylen es zurda. La vez que me abofeteó a mí en el supermercado cuando estaba comportándome como un idiota con ella no lo noté.

—¡PUES SI ERES UN ESTÚPIDO! —le grito molesto ya que Eylen se quedó estática viéndolo y él a ella —¡Que me quiera más a mí en un par de semanas, de lo que te ha querido a ti en años no es mi culpa!

—¡Ya basta! —Eylen se lleva las manos a los oídos y cierra los ojos.

—¿¡Qué en el infierno está pasando?! —la voz de Alice inunda la habitación y Erick sale detrás de ella y cuando ve a Max viene en mi dirección de forma amenazante.

—¡¿Cuál es tu puto problema?! —me dice y tiene la osadía de empujarme.

Alice se para en medio de ambos y lo frena —Mi amor, no. No lo hagas, no con él.

—¡Golpeó a Max! —le dice él.

—¡Y yo jamás golpeo a alguien sin una razón! —respondo a la defensiva.

Como si no hubiera suficiente gente gritando en la habitación, París y Wesly vuelven a entrar.

—Les dije que este tipo tenía problemas de ira —comenta Wesly de forma burlona.

—¡Te voy a mostrar quien tiene problemas de ira, pendejo! —avanzo a él, pero Eylen y París se me cruzan y cada una me toma de un brazo.

París comienza a hablarme otra vez en japonés, me dice que me calme y que piense bien antes de golpear y dejar mal herido a alguno de estos imbéciles, que sólo los ignore y controle mis puños.

No soy una persona que se enoja con facilidad, de hecho, me controlo muy bien, pero cuando se trata de Eylen desconozco mis acciones. Actúo a la defensiva y ya me he dado cuenta de ello.

La fiesta en su casa donde mandé al hospital a ese sujeto que intentó llevársela a la cama y la fiesta en el hotel donde golpee al que le agarró el trasero son ejemplos de cómo brinco en su defensa antes de siquiera poder pensarlo.

La habitación estalla en gritos, nos gritoneamos entre todos y cuándo reacciono, Eylen está saliendo por la puerta casi corriendo.

La persigo hasta el elevador, la puerta está por cerraste y entro junto a ella.

Solo somos ella y yo.

—Nena, ¿Por qué...? —intento hablar, pero soy silenciado por sus labios ya que lleva sus manos a mi rostro y me besa.

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