37. Desesperado
Harry
—¡Eylen! —golpeo repetidas veces la puerta de su casa —Eylen, Eylen, por favor abre. Mi amor, abre la puerta. —golpeo hasta que mis nudillos se cansan y vuelvo a marcar su número. Como las últimas cien veces que la he llamado no me responde y la línea me vuelve a mandar al buzón. —Eylen, ¿podrías contestar mis mensajes? Pequeña, por favor, necesito hablar contigo, no sé si estas escuchado lo que te dejo y si es así, ¿podrías abrir la puerta?
Guardo el celular en mi bolsillo y comienzo nuevamente a golpear la puerta, incluso presiono el timbre repetidas veces.
La vecina de la casa de al lado abre su puerta y siento algo de vergüenza cuando la veo acomodarse la bata de dormir sobre su pijama. Sé qué es domingo y también sé que es muy temprano para que yo esté haciendo tanto escándalo, pero necesito hablar con mi pequeña.
—Joven —dice la mujer en un tono de voz alto y calmado —No creo que Eylen o Alice se encuentren allí.
—¿Sabe algo de ellas? Señora, necesito saber si están aquí.
—Ryan las corrió de la casa ayer por la mañana y un chico lleno de tatuajes las vino a buscar.
—¡¿Qué?! —aprieto mi puño. Siento mi sangre hervir del enojo.
No solo porque Wesly las vino a socorrer sino también porque Ryan en serio hizo eso.
—Fue una discusión muy fuerte, Alice y su padre pelean todo el tiempo, pero esta vez estuve a un segundo de llamar a la policía ante los gritos y las cosas rompiéndose. Luego Ryan les dijo que se fueran y ambas se llevaron pocas cosas cuando el chico que te mencioné vino por ellas
Doy un par de pasos hasta la mujer y miro detrás de mí cuando la puerta se abre y Ryan adormilado aparece en mi campo de visión.
—¿¡Qué es todo este maldito escándalo?! —gruñe el tipo, pero lo ignoro para preguntar algo más.
—¿Sabe dónde fueron?
—No, pero las vi despedirse del señor y la señora Baker, los ancianos de la casa de enfrente —señala detrás de mí —Quizás ellos sepan dónde están o mi amiga Karen, la madre de Erick el novio de-
—Alice —completo y siento la esperanza llegar. Puedo buscar a esa señora y conseguir información.
—Exacto —la mujer suspira. Yo muevo mi chaqueta y meto la mano en mi bolsillo trasero para sacar el arma —¡Oh, Dios mío! —dice alarmada cuando desactivo el seguro.
—Le pido por favor que llame una ambulancia para su vecino Ryan, eso solo si desea salvar su vida porque si los paramédicos no llegan a tiempo es muy probable que muera por los golpes que le voy a dar.
Es todo lo que digo antes girarme y disparar a la puerta justo al lado de la cabeza de Ryan.
Oigo a la mujer gritar y veo a Ryan correr de nuevo a la casa solo que esta vez entro y cierro la puerta con seguro detrás de mí.
—¿¡CORRISTE A LAS CHICAS DE LA CASA?! —grito enojado y doy un disparo a la escalera cuando lo veo con intención de huir.
—¡Es mi casa, puedo hacer lo que yo quiera!
Doy un paso al frente y disparo tres veces a la conexión del techo que sostiene el candelabro de la sala de estar.
Cae al suelo haciendo gran estruendo y lo veo temblar del miedo cuando llego hasta él. Guardo el arma en mi bolsillo y trueno mis nudillos.
Intenta retroceder, pero lo tomo del cuello de la camisa y lo bajo de un solo golpe al inicio de las escaleras.
—No mereces ser llamado padre o siquiera tío —gruño y estampo mi puño en su mandíbula.
Los siguientes minutos solo me encargo de golpearlo sin ningún problema y sin recibir un golpe de regreso ya que no le doy ni siquiera el chance de pelear.
Estoy tan furioso, y sé que si no me detengo lo voy a matar. Su sangre mancha mis manos, mi camisa y mi cara. El hombre llora y pide que me detenga cosa que no hago.
Me levanto y pateo su estómago con fuerza. Se dobla con dolor y escupe sangre.
—Lo... Merezco —llora —Sé que lo merezco, pero detente.
—¡Cállate maldita sea! —me arrodillo junto a él sacando el arma y no lo pienso dos veces cuando disparo a su brazo izquierdo en un punto donde sé que si le sacan la bala no va a perder nada. —su grito de dolor me saca una sonrisa y decido irme de aquí. Estoy siendo demasiado compasivo con este tipo, aunque sé que debería matarlo. —Soy un hombre de palabra, así que escúchame bien, imbécil —pongo la punta del arma donde le disparé y presiono con fuerza sobre la herida —Me entero de que vuelves a estar cerca de ellas y una bala va a ser disparada justo en tu frente.
El hombre grita y alejo el arma para salir de aquí porque no pienso seguir perdiendo mi tiempo con él.
❁❁❁
Eylen
—Doctor no mienta —dice Alice con un hilo de voz.
Hoy domingo, como le habíamos prometido a mi prima estamos en su primer control de embarazo. Solo Max y yo acompañándola.
—No mentiría sobre algo así, señorita Meyers —el doctor se ríe —Esos dos pequeños puntos latentes que ves aquí son los corazones de tus bebes, ambos fetos están en la misma bolsa lo que significa que-
—Voy a tener gemelos —susurra mi prima.
—Así es, felicidades.
Alice deja caer un par de lágrimas y el doctor procede a explicarle cosas que dejo de escuchar ya que mi mente se pierde por completo de la situación.
Max me observa y yo a él. Las lágrimas se acumulan en mis ojos y mi mejor amigo pone una mano con cuidado sobre mi vendaje y me ayuda a ponerme de pie.
—Estaremos afuera, creo que necesitamos algo de aire —Max se excusa por ambos y rápidamente me saca de la habitación.
El celular en mi bolsillo no deja de vibrar a medida que recibe nuevos mensajes. Desde hoy en la mañana Harry no ha dejado de escribir y llamar, por supuesto que no he leído algo o contestado alguna llamada.
—¿Qué tal si mientras te compro algo de beber me esperas afuera en el área verde de la clínica? —sugiere —Vi que hay un par de bancas.
Asiento sin protesta y salgo a paso rápido de este lugar.
El aire fresco de la mañana me recibe, así que inhalo y dejo salir un poco por mi boca tratando de tranquilizarme.
Sigo las indicaciones de Max y me siento en una banca vacía observando a las personas que entran y salen de la clínica.
Mi lado masoquista quiere escuchar su voz, quiere saber que tanto escribe y que tanto dice, pero mi lado herido solo quiere tumbarse a llorar sobre el césped y dormir deseando que todo lo que ha pasado en los últimos años en mi vida solo sea una cruel pesadilla.
El celular comienza a vibrar y lo saco viendo su nombre en la pantalla alumbrando otra nueva llamada que dejo desaparecer junto al resto.
Observo como mi buzón de llamadas está lleno y solo para tirar un poco más de sal a mi herida decido oír lo que dejó.
—Por favor, por favor déjame saber si estas bien —se oye desesperado y podría jurar que incluso muy triste —Mi amor, no dejaré de llamar. Eylen por favor responde. Pequeña, por lo que más quieras dime dónde diablos estas. —Harry hace una pausa y subo la mirada al cielo para que mis lágrimas no caigan. —Ah... —suspira —Y solo para que sepas por mí y no por nadie más... Acabo de moler a tu tío a golpes. ¿Por qué no me dijiste que las largó de la casa?
La grabación se corta. Bajo el celular y decido apagarlo.
❁❁❁
Harry
Observo la hora, son las ocho de la noche y finalmente me encuentro tocando la puerta de la suite donde Eylen y Alice están hospedadas.
La pelinaranja es quien abre la puerta y cuando me ve parado frente a ella una bofetada aterriza en mi mejilla.
Cierro los ojos y muevo mi cabeza en una negativa ya que es algo que esperaba, pero honestamente no de ella.
—¿Cómo te atreves a venir aquí después de todo lo que le dijiste a mi prima? Te creía diferente, Harry. Confíe en ti, en que no le harías daño.
—Cometí un error, Alice —doy un paso, pero ella pone una mano en mi pecho.
—No, vete de aquí. Desde anoche lo único que Eylen ha hecho es llorar, la rompiste, Harry.
—No fue mi intención, necesito explicarle.
—Escúchame —Alice me señala y veo la advertencia en su mirada —Eylen ha sufrido demasiado, casi me la matan una vez y lo único que ese idiota decía en la corte era: No fue mi intención. Yo no quería hacerlo, la amo más que a mi propia vida. Así que perdóname si no creo una mierda de lo que dices.
—¡Yo no soy Ben! —digo frustrado.
—No eres Ben, pero Harry eres más peligroso porque tú si eres consciente de lo que dices y haces. ¡A él se le entiende porque está demente, pero tú...!
—¡YO LA QUIERO, LA QUIERO MUCHÍSIMO! ¡MALDITA SEA!
Golpeo la pared y los vendajes en mis nudillos comienzan a sangrar.
—¿Qué?
—Quiero a tu prima, me gusta demasiado. ¡Carajo! Estoy desesperado por verla y pedirle de rodillas que me perdone.
Alice me mira las manos y cuando abre la boca para hablar Eylen sale de la habitación en su pijama y sus ojos hinchados por tanto llorar me hacen querer abrazarla contra mi pecho y decirle que todo va a estar bien.
—Mi amor —susurro.
—No me digas así —responde seria.
—Vuelve a dentro, Eylen. Harry ya se iba, ¿verdad? —Alice entrecierra los ojos en mi dirección y niego.
—No, no me voy de aquí sin antes explicar.
—¡Eres un intenso! —exclama molesta —Deja a mi prima tranquila.
—Alice baja la voz, por favor —pide Eylen —Me duele la cabeza y yo si quiero decirle a Harry un par de cosas.
—Pero-
—Necesito hacerlo, Alice.
Ambas se miran y finalmente la chica acepta con un asentimiento de cabeza —Esta bien.
—Pagué una noche en la suite que se encuentra en el piso de abajo, para que estés más tranquila y sepas dónde estaremos Alice —informo.
No me dice nada y se gira para entrar nuevamente a la suite presidencial. Eylen pasa de mi directo al ascensor y en silencio la sigo. Presiono el botón del piso de abajo y no demora mucho cuando ya estamos fuera de mi suite.
Abro la puerta y dejo que entre. En la sala tengo un ramo gigante de rosas rojas esperando por ella. Eylen se cruza de brazos y me mira esperando a que yo le diga algo.
—Son para ti —señalo las rosas.
—Se siente como un funeral —dice.
—¿Uh? —arqueo una ceja.
—No me gustan las rosas rojas, el funeral de mis padres estuvo lleno de rosas. No me traen buenos recuerdos.
Muerdo mi labio inferior —No sabía, discúlpame.
—Ahora lo sabes.
—Entonces hace unas semanas cuando te hice ese arreglo para Alice y para ti ¿No te gustó?
—No mucho, ya que incluía el hecho de que él que las envió fue el chico que me ha metido en dos escenas del crimen.
—¿Puedo saber cuál es tu flor favorita?
Eylen me mira exasperada y yo sonrío nervioso.
—Es el lirio stargazer, ahora ya basta porque eso no es importante.
"Lirio stargazer..." No pienso olvidar aquel detalle.
—Sí, disculpa. ¿Quieres sentarte? —señalo el sofá grande y me giro para retirar las flores del centro de mesa. Sostengo el jarrón en mis manos y la miro —Pondré esto en la cocina.
Cuando regreso Eylen no se ha movido de donde la dejé.
—Voy a contarte lo que pasó con mi exnovio hace un año.
—Mi amor, no tienes que-
—No me digas así.
—Eylen —llevo mi dedo índice a su mejilla y la miro fijamente —No-
—¿Qué no tienes curiosidad? —me interrumpe —Estoy harta de que me agarren de idiota, y si voy a decirte esto es porque ya aprendí la lección una vez y no dejaré que la historia se repita —suspira y aparta mi dedo de su rostro.
—Entiendo.
—Y espero que también entiendas que luego de esta noche, no quiero saber nada de ti.
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