32. Chantaje

Eylen

—Necesito que ya sea sábado, no soporto estar en clases y tampoco soporto estar rodeada de tantos estudiantes a la hora del almuerzo. Jamás había sido consciente de la cantidad de olores extraños en un mismo lugar. Tengo muchas náuseas justo ahora —Alice arroja su bandeja de comida en la mesa de la cafetería donde me encuentro sentada con Max. Abro los ojos asustada ya que se supone que lo de su embarazo es secreto y si sigue hablando nuestro amigo lo descubrirá. —No pongas esa cara —Alice me señala con una papa frita y Max rueda los ojos —Ayer que no viniste a clases y me dejaste a la deriva, él se dio cuenta.

—Oh —susurro y me cruzo de brazos sobre la mesa —Así que ya lo sabes —miro a mi amigo.

—No fue demasiado difícil, se trae unos humores todos extraños y cualquier cosa parece irritarla.

—Estoy embarazada, mis hormonas están como locas, ya basta de juzgarme —Alice golpea levemente la mesa y me rio en silencio.

—Prometí no decirle nada a Erick hasta que ella lo haga, pero me parece injusto que solo nosotros dos tengamos que soportarla a ella y sus hormonas locas, cuando él fue quien la embarazó y debe lidiar con su humor del demonio —se apresura a decir al ver la cara de pocos amigos que trae mi prima.

—Alice, ¿cuándo piensas decirle a Erick? —pregunto en un susurro.

—No estoy lista, ayer quise decirle en la cena, pero no pude —revuelve su cabello y bufa —Hace poco en media clase de Historia me llamaron de la clínica privada donde Harry estuvo hace unas semanas, ¿recuerdas? —asiento confundida y Max nos mira ambas de manera acusadora sin decir nada —Bueno, me confirmaron que el domingo al medio día es mi cita con el obstetra.

—¿Qué es un obstetra? —pregunto mirando a ambos.

—Es el doctor que se especializa en atender a las embarazadas —responde Max de manera obvia y lo veo abrir su botella de agua mientras bebe del contenido. Alice y yo lo miramos detenidamente —¿Qué? —baja la botella —Saben que tengo una hermana de tres años y pasé todo el embarazo cuidando a mi madre cuando mi padre trabajaba y eso era la mayoría del tiempo —sube los hombros —Sé más de lo que debería en cuanto a embarazos.

—Ah. Perdonen mi ignorancia, jamás llegué a consultar nada con un obstetra —suspiro.

—¡Oye, no! —Alice chasquea sus dedos en mi rostro y me hace mirarla
—No vuelvas a ese lugar de malos recuerdos, ya todo está en el pasado, Eylen, olvídate de ese idiota, no lo merece.

—Desde que me dijiste que estás... —hago una mueca y Alice al igual que Max se apresura a abrir su botella de agua y beber de la misma como si tratara de calmarse —Bueno, desde que me dijiste eso, no puedo dejar de pensar en lo ocurrido y en que él está de vuelta en la ciudad.

—Puede que Ben este de vuelta, pero está muy lejos, tú despreocúpate —Max pone una mano en mi hombro dándome tranquilidad.

—Entonces, ¿me van a acompañar el domingo? —Alice retoma el tema.

—Claro que sí —extiendo mi mano sobre la mesa y ella la toma dando un apretón.

—Si quieres que vaya entonces iré —prosigue a decir Max —Pero insisto en que Erick debe saberlo, estoy seguro de que se enojará cuando sepa que se perdió tu primer chequeo de embarazo.

Alice ladea una sonrisa y suelta mi mano para poder comer.

—¿Dónde está Erick? —pregunto mirando por encima de mis hombros a los estudiantes que entran por la puerta de la cafetería.

—Sí no me equivoco, en su práctica de natación, no debe tardar en venir, de seguro está cambiándose —ella responde de manera tranquila.

—Cierto, me comentó de las regionales —digo haciendo memoria.

—Sí. Varios miembros de consejos universitarios estarán en ese torneo buscando futuros nadadores estrellas, quizás y se gane una beca si todo le sale bien en ese torneo —comenta —Erick no necesita distracciones, créanme.

—Pero que gran manera de evadir la situación —le dice Max con sarcasmo. —No sé cómo lo consigues, pero todo siempre parece salir a tu favor.

—No le subas el ego, Max, un día la suerte no estará para salvarla —los regaño y ella sube los hombros despreocupada.

—Y bueno, señorita, ahora que por fin hay tiempo, ¿puedes explicar que está pasando con este tal Harry? Siento que me estoy perdiendo de muchas cosas, aun no me queda del todo claro eso de que ayer faltaste porque te quedaste dormida en su casa.

—Hasta donde yo tengo entendido no es la primera vez que duerme en la casa del chico —Alice se burla y Max abre la boca sorprendido.

—¿Están saliendo? ¿Cómo es eso posible? —frunce el ceño —Creí que no lo soportabas, estoy tan confundido.

Apoyo los codos en la mesa y llevo ambas manos a mis ojos. Escucho como Alice comienza a reír y Max la regaña diciendo que no es divertido.

—Hola, ¿de qué me perdí? —escucho la voz de Erick y cuando aparto las manos de mi rostro lo veo sentándose al lado de mi prima y deja un corto beso en sus labios mientras acomoda una bandeja de comida sobre la mesa.

—Nada, no te perdiste de nada —respondo y Max bufa.

Erick mira a Max esperando una respuesta, este sube las manos rendido y niega.

Mujeres... —es todo lo que dice.

Veo como Alice lleva una mano a su boca de manera disimulada y voltea a ver para otro lado. Su novio y Max no lo notan.

—¿Algún plan para mañana en la noche? —pregunta Erick, ya que normalmente vemos películas en su casa los sábados.

—Stone me estaba comentando en la clase de Biología sobre una fiesta a la que la invitaron —Max me señala y Alice me mira con atención al igual que Erick —Luego la profesora nos regañó por estar hablando y entonces no terminó de decirme nada.

—¿Fiesta? ¿De quién? —cuestiona Erick.

—¿De cuándo acá te invitan a fiestas? —prosigue Alice de manera seria.

—Trataré de no ofenderme por eso —los señalo —Es la fiesta de la hermana de un compañero de trabajo.

—Muy normal —Erick se burla.

—Hey, es en serio —estiro mi mano por la mesa sacando una papa frita de la bandeja de Alice y se la arrojo a Erick en el pecho —Es una chica muy agradable y me ayudó una vez que estaba en apuros.

—Ya... —susurra Alice y veo como suelta bocanadas de aire en silencio mirando a su bandeja —Olvídalo, no pienso ir.

—¡Alice! —chillo.

—Ya lo dije, no iré —niega —No intentes convencerme. Ni siquiera conozco a la chica.

—¿Cómo se llama? —pregunta Max.

—París —respondo —Y es como una hermana para Harry.

—Así que de allí es que la conoces —acusa mi amigo y Erick se pierde totalmente en la conversación.

—¿Se supone que debemos saber quién es Harry? —le pregunta a Alice y ella asiente —Está bien, y... ¿Nos cae bien? —mi prima vuelve a asentir con una media sonrisa.

—No, aún no nos cae del todo bien —Max contra ataca —Me ha amenazado con golpearme en repetidas ocasiones y se cree un "chico rudo" —hace comillas con los dedos —Por vestir de negro y tener tatuajes —se señala el pecho —¡Yo también puedo tener tatuajes y amargar el rostro para ahuyentar las personas! —golpea la mesa indignado y algunos estudiantes que caminan a nuestro alrededor lo miran de manera extraña —Pero no lo haré, porque soy una persona pacífica y mi madre me mataría si me hago algo en la piel —susurra lo último.

Erick se ríe —El único tatuaje que tu madre te dejaría hacerte seria uno que diga «amo a mi mamá» hace un corazón con las manos y Max rueda los ojos —Pero ya díganme quien es este Harry.

—Harry es el chico que nos llevó a tu casa el día del incidente con el amigo borracho de mi padre —Alice trata de mantenerse a raya, pero se nota a leguas que quiere vomitar.

—Oh, ¿él del deportivo gris?

—Ajá. También fue el que me ayudó a sacarte de prisión cuando Wesly no apareció.

—Recuerdo que lo mencionaste —Erick le da la razón a Alice y luego mira a Max —Lo siento, amigo, creo que me agrada el sujeto.

Max se cruza de brazos sobre la mesa. —Espera a que el loco ese te amenace y hablamos.

—Dramático —Erick niega.

No entiendo como aún sin estar presente, Harry consigue ser un tema de conversación.

Hago una mueca al ver la cara de sufrimiento de mi prima y decido ayudarla.

—Necesito ir al baño —me pongo de pie —Alice, acompáñame —ordeno y puedo ver el alivio en sus facciones mientras se levanta y toma su bolso consigo —Volvemos en seguida chicos.

—Jamás me enteré porque las chicas van juntas a los baños —le dice Erick a Max.

Pero no me quedo a oír su respuesta ya que salgo a paso rápido de la cafetería con mi prima siguiéndome los talones.

Una vez en los pasillos la veo tomar la delantera y correr todo lo que sus botines le dan hasta llegar al baño empujando la puerta con fuerza y buscando un cubículo disponible.

—¡Mierda! —gruñe al ver todos ocupados, pero en seguida una chica abre una puerta y Alice la jala del brazo con demasiada fuerza sacándola del cubículo.

—¡Oye! —se queja, pero mi prima no responde ya que se inclina al váter y vomita —Ew, Alice —dice la desconocida que al parecer conoce a mi prima —Que asco.

—Mal de estómago, no la culpes —le comento a la chica y esta asiente aún con el ceño fruncido.

Retrocedo y observo a Alice desde el lavamanos. Al cabo de unos minutos, termina, baja la cadena y se pone de pie levantando su bolso consigo.

—Compraré una incapacidad médica que me deje descansar en casa por lo menos tres días de la próxima semana, esto me tiene mal —murmura al acercarse a mí y saca su estuche de belleza sin mirarme.

—Puedo notarlo —le doy la razón —¿Qué fue lo que te causó náuseas esta vez?

—Erick —responde seria y yo arqueo una ceja. Alice saca un cepillo de dientes y una pasta dental pequeña y me mira —Trae encima el olor a clorox de la piscina junto con sus productos de aseo personal y a eso súmale su perfume.

—Tú sí que tienes un serio problema —niego y ella se inclina para comenzar a cepillar sus dientes.

Dejo que termine y cuando lo hace guarda todo en silencio y se pone brillo labial.

—¿Podrías sentarte junto a Erick el resto del almuerzo? —pide.

—¡Alice! —le doy un zape en el brazo —¿En serio quieres llegar hasta ese extremo?

—Solo por hoy —hace un puchero —Por favor, Eylen, ten piedad.

—¿No crees que notará lo extraño que va a ser eso? Yo ocupando tu lugar junto a él y tú sentada al lado de Max.

—Pídele que te explique Matemáticas o algo... Yo que sé. Los exámenes para nosotros los graduandos están cerca —mueve su mano en un gesto desdeñoso —Inventa algo.

—Está bien, lo hago si aceptas ir conmigo mañana en la noche a la fiesta de cumpleaños de París.

Alice entrecierra los ojos —¿Acaso me estás chantajeando?

—Yo jamás haría eso —sonrío.

Alice estira su mano en mi dirección —Bien, accedo a tu chantaje, pero solo bajo mis condiciones. Eso significa que estaré dos horas, máximo tres si me gusta el ambiente —dice y le estrecho la mano.

—Hecho.

—Eres una manipuladora.

—Algo debía aprender de ti.

Alice se ríe negando y dice: —Vamos, querida prima, aún debo terminar de soportar este día.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top