28. ¿Otra vez?

Eylen

No he sabido de Alice desde que salí del colegio. Supongo que se arregló muy bonita y se fue a su cena con Erick.

Toda la tarde estuve con la cabeza por las nubes, pensando... ¿En qué habría pasado si las cosas no hubieran terminado mal en mi situación?

"¿Habría sido un niño o una niña?"

Jamás lo sabré, su padre fue muy egoísta tanto conmigo, como con alguien que apenas se formaba.

—Respira, Eylen —susurro tratando de alejar los recuerdos, en vano.

Estoy en el suelo del pasillo de limpieza colocando precios a los desinfectantes. Sacudo mi cabeza y llevo una mano a mi estómago por encima de la camisa.

"Hubiera crecido mucho..."

Hace tanto deje de pensar en aquello, en lo que perdí y hablo de manera general. Extraño mucho a mi mamá y a mi papá.

Hoy ayudé a unos padres que traían consigo a una niña de quizás cinco años. Me llegué a preguntar como seria todo si mis padres aún estuvieran con vida y terminé llorando frente a los clientes.

María, una de mis compañeras, fue la que notó la desastrosa escena y corrió al rescate. Sin hacer preguntas y con una sonrisa tranquila me dijo que ella se encargaba de ayudar a la familia y fuera al baño a lavarme la cara.

Ha sido un día de muchas emociones. Ya quiero ir a casa. Aunque sé que de nada servirá ya que el tío Ryan está dando otras de sus famosas fiestas.

—¿Quieres conversarlo conmigo? Soy muy bueno escuchando —dice Tokio.

En toda la tarde fue testigo de cómo mi humor afectaba lo que hacía, por lo cual traté de aislarme en la bodega, limpiando y sacudiendo productos que pronto ingresarían a los estantes del supermercado.

Eventualmente tuve que salir ya que no me quedaría en la bodega hasta la media noche y fue allí cuando notó lo distraída y mal, que seguro me veía.

Me lo preguntó varias veces, pero la respuesta siempre fue la misma «estoy bien» y en ninguna ocasión el chico pareció creerme.

—Estoy bie-

—No es verdad —me interrumpe —No estás bien, desde que llegaste no has hecho más que llorar por momentos y luego ir al baño. ¿Hay algo que te esté causando problemas en casa?

"Si tan solo supieras todo lo que me causa problemas..."

—No quiero hablar de eso, Tokio, por lo menos no aquí, ni ahora —sonrío de lado y el asiente mientras se acuclilla frente a mí. Por la expresión en su cara de verdad parece preocupado y quiero llorar otra vez, no es justo que mis compañeros de trabajo me vean así.

Gracias al cielo Denis ha faltado por motivos personales, ya que de estar aquí de seguro estaría preguntando que me pasa cada cinco minutos.

—Entiendo —responde y se toma unos segundos para volver a hablar —Te aviso que Harry me acaba de escribir y pedir que te dijera que ya está afuera.

—Oh, ¿ya es media noche? —Tokio asiente —Gracias.

—Se conocen hace ya casi tres semanas y aún no han intercambiado números de teléfonos ¿Qué pasa con ustedes? —se burla y rápidamente me pongo de pies riendo. El me imita.

—Creo que nos distraemos con lo de odiarnos mutuamente y no pensamos tener el número del otro en nuestros contactos.

Odiarse... Si claro.

Mis mejillas arden de vergüenza. Tokio es su mejor amigo, es obvio que sabe todo.

—¿Crees que lo que hacemos está mal? —pregunto porque no sé qué más decir, aunque la respuesta es obvia.

Tokio ladea una sonrisa y coloca una mano en mi hombro —Mejor sal de aquí y descansa un poco. ¿Tienes clases en unas horas, no es así?

—Sí... —suspiro.

—Entonces ve —sonríe y aparta su agarre —Aprovecha que tienes a Harry de chófer personal.

—Nos vemos —me despido y le entrego la pistola de precios —Guarda esto por mí.

—Claro.

Me apresuro por los pasillos y al llegar a la salida veo a la madre de Erick entrando uniformada al supermercado. Al parecer va a tomar el turno de la media noche hasta las ocho de la mañana.

Se sorprende muchísimo al verme, ya que usualmente ella trabaja en el turno del día. Me da un abrazo y como es usual en ella me saca platica y reclamos del porqué no le había dicho que estaba trabajando allí.

En un punto de la conversación pega un grito mitad tos ahogada al mirar detrás de mí.

Los brazos de Harry me rodean la cintura, su perfume y olor a cigarrillo de uvas se impregna en mi sistema de inmediato. Lo miro sin ninguna expresión en particular, me dedica una sonrisa de lado y luego mira a la madre de Erick.

—¿Ocurre algún problema? —le dice de manera fría, como si la mujer estuviese hablándome y no debería hacerlo.

—Ninguno, joven Andrews —niega y fija su mirada en mí unos segundos. Se ve muy confundida ante la situación.

—Bueno, puede ir a su puesto y comenzar a laborar —Harry señala con la cabeza el área de las cajas de pago y ella asiente dándome una sonrisa amable.

Quiero golpear a Harry, si bien no fue grosero, tuvo poco tacto al hablarle.

—Nos vemos, mi niña, a ver qué día de estos te pasas a la casa y nos ponemos al día con todo —me dice antes de girarse. Harry aleja sus brazos y se para frente a mí, su mirada solo me indica que quiere explicaciones.

—Debes tener un poco más de sutileza, la señora Karen es la madre de uno de mis mejores amigos y casi como otra madre para mí, mencionando que es la suegra de Alice —lo señalo enojada y me giro para marcar mi salida. Harry me sigue en silencio y una vez fuera tira de mi muñeca y planta un beso en mis labios.

Mi mundo se detiene. Mis preocupaciones se alejan y el miedo se hace presente.

Tengo miedo de darle un control sobre mí que no merece, pero allí estoy yo, envolviendo mis manos por detrás de su cuello y besándolo como... Como si fuera lo normal, como si fuera mi derecho.

"¿Qué está mal conmigo? ¿Dónde está la fuerza de voluntad cuando la necesito?"

Rompo el beso y acuno mi rostro en su pecho bajando mis manos a su espalda por debajo de la chaqueta. No sé porque me sentí con la suficiente osadía de hacer aquel acto tan simple, pero tan personal. A Harry claramente no parece importarle.

—¿Me dirás que te pasa? —cuestiona mientras apoya su barbilla en mi cabeza.

—Tendré que hablar con Tokio, no puede irte con el chisme cada vez que me siento mal —bufo adivinando y aferro mis manos más a su espalda, está tibia a comparación del clima.

El viento frío que sopla a las afueras del supermercado me hace estremecer de inmediato.

—Vamos al auto —dice separándose y entonces alejo mis manos.

Una vez dentro, Harry sale de allí con dirección a mi casa.

—Si quieres decirme... —empieza, pero lo interrumpo.

—No quiero.

—Bah, está bien, da igual —lo veo rodar los ojos —Olvidé que andas con el período.

"Oh, no dijo lo que creo que oí..."

Me cruzo de brazos y cierro mis ojos.

—Eylen.

—¡Cállate, Harry, no quiero oírte! —gruño —¡Aun no puedo creer que me hayas besado estando frente al supermercado! ¿Qué tal si alguien que te conoce y sabe que tienes novia nos ve?

—Cuando me devolviste el beso y me abrazaste no parecía importante que nos vieran —bufa. Abro mis ojos y lo veo, Harry es increíblemente molesto cuando se lo propone.

—¡Tú me abrazaste primero y fue dentro del maldito supermercado!

Harry me da una mirada de reojo y aprieta las manos al volante.

—Creí que esa mujer te estaba molestando, Discúlpame por tratar de defenderte.

—¿Acaso te lo pedí? ¡No tienes que defenderme de un carajo! —golpeo el asiento y me da otra rápida mirada, se está enojando —¡No eres mi novio y no eres mi guardaespaldas personal!

—Bueno, pero ¿a ti que narices te pasa? —gruñe —¿Por qué me hablas así?

Cierro mi boca cayendo en cuenta que de seguro parezco loca.

—Solo conduce rápido y llévame a casa —pido bajando la voz —El tío Ryan tiene una fiesta y quizás la música y el escándalo de las personas hagan que deje de pensar en-

—¿Fiesta? —me interrumpe —Pero ¿qué mierda le pasa a ese hombre? Es mitad de semana ¿Que no dio una el viernes amaneciendo sábado?

—Bienvenido a mi mundo —me llevo una mano a la frente y masajeo el área, aquello es tan común para mí que ya me da lo mismo.

—Gracias, me consta que tu mundo era una mierda —responde

¿Era? —repito mirándolo.

—Sí, porque ahora estoy yo y creo que le agrego un toque mejor.

Harry sonríe al terminar de decir aquello y mi corazón se derrite. Quiero besarlo, no lo comprendo. Me estoy volviendo loca ¿Acaso me gusta?

—¿¡Qué?! —suelta de repente ante mi silencio —¿Estas sumida en tus pensamientos donde te dices a ti misma que soy el chico más guapo y perfecto del universo? —ríe —Y ¿quieres que detenga el carro y nos besemos?

—Eres un insoportable —susurro.

—Te gusto —sonríe.

Abro mis ojos y lo veo reírse de mí, Harry lleva una mano hasta mi mejilla y la acaricia.

—Déjame tranquila —demando alejando su mano, pero sin abandonar la sonrisa que se plasmó en mi cara.

—No dijiste que no —Harry muerde su labio inferior y niega, ya veo que le encanta ponerme en situaciones incómodas.

—¡Ya basta, llévame a casa! —señalo por el vidrio. Harry rueda los ojos.

—Ni creas —chasquea la lengua.

—¿Qué? Harry, esta vez no me puedes llevar contigo, tengo clases por la mañana, necesito mi ropa, mis libros...Todo.

—Lo sé, por eso iremos a tu casa a que empaques tus cosas y de allí directo a la casa de Tokio.

—¡HARRY! —golpeo su brazo.

—Ya lo dije.

—Eres... —hago el amago de querer ahorcarlo, pero solo termino recostándome de mala gana en el asiento. Ya estamos llegando.

Estaciona al final de la calle que los autos están hasta en las aceras. Al bajarme rápidamente se acerca y toma mi mano entrelazándola con la suya y me detengo a observar aquello.

—Es solo para que no te me pierdas —dice de forma seria —Vamos.

Dejo salir aire por mi boca y me adentro a la casa, la música no me deja ni oír mis propios pensamientos, el olor a cerveza y toda clase de sustancias ilícitas no puede faltar.

No entiendo de donde sale tanta gente, cada fiesta que da el tío Ryan es igual y siempre termina mal, no ha habido una en la que las patrullas policiales no hagan presencia.

"Todavia no me explico cómo no nos han corrido del vecindario..."

Harry sostiene mi mano de manera firme mientras me guía a la escalera. Mueve a todos los que se interponen en su paso y los quita de un solo empujón con su mano libre.

—¡Dime algo y lo próximo que veras será mi puño en tu cara! —le gruñe a un tipo que se molestó cuando Harry lo empujó hacia una esquina de la escalera para que yo pudiera pasar. El tipo solo se acomoda la camisa y se mantiene en su lugar mirando a Harry.

Al final, cuando estamos en el pasillo de arriba suelta mi mano para que yo pueda abrir la puerta y se adentra a la habitación después de mí cerrando la puerta con seguro.

—¿Dónde está Alice?

—Con Erick —respondo.

—Ya. Bueno, empaca lo que necesites para el colegio y aparte quiero que hagas una maleta para que se quede en mi habitación —ordena a la vez que se sienta en la cama de Alice viéndome con expresión severa.

—¿Disculpa?

—Esto seguirá pasando —sube los hombros —Y no te voy a dejar dormir aquí, así que es mejor que tengas ropa ya conmigo a estar pidiéndole a París o traerte aquí a buscarla.

—No voy a dejar ropa en tu casa.

Tomo mi maleta del colegio y saco todos los libros y cuadernos para poder acomodar mi horario.

Veo el sobre de «evidencias» que Max me dio en el colegio y me acerco a mi escritorio para poder meter el trabajo de hace unos días, el cual también fue calificado de manera injusta.

Harry mira todos mis movimientos hasta que mi maleta del colegio está lista y la otra con ropa para usar por la mañana. Solo debo meter mis productos de aseo y pastillas.

—Eylen —Harry se pone de pie y me toma de la mano —Estoy hablando en serio, quiero que hagas una maleta extra con ropa para que se quede en mi casa.

—Vives con Tokio —lo miro cansada —No es tu casa, y ¿acaso una maleta con ropa de chica en tu habitación no será un problema si Alison lo encuentra?

Harry rueda los ojos, de seguro está harto de que siempre le recuerdo que tiene novia, pero me da igual, él no puede reclamarme nada.

—Alison jamás ha entrado a mi habitación —dice —De hecho, nunca ha pisado la casa de Tokio.

—¿Qué?

—Lo que oíste —me señala y se vuelve a sentar —Así que has la maleta de ropa extra porque si no, no nos vamos.

—Me da igual, estoy en mi casa de todas formas —subo los hombros.

—Pues no me iré —Harry se extiende en la cama de Alice y lleva las manos por detrás de su cabeza cerrando los ojos.

—Eres tan molesto —me quejo.

—Y aún si te enamoraste de mí —responde sin abrir los ojos y le tiro una almohada de mi cama directo al rostro.

—No estoy enamorada de ti, cállate.

Gruño girándome al closet para sacar una maleta extra. En ella meto un pijama, un conjunto casual de salir y un conjunto de andar en casa, también unas sandalias que combinan y suficiente ropa interior.

Harry comienza a reír y quita la almohada de su rostro para ponerse de pie, le extiendo la maleta extra y lo veo sonreír triunfador mientras se la lleva a los hombros.

—¿Ves que es muy fácil hacer lo que pido? —coloca sus manos en mi rostro y deposita un beso en mis labios.

—No te acostumbres —niego tomando distancia para poder tomar mi maleta del colegio y la de la ropa que usaría por la mañana.

—Dame eso —me quita la maleta de ropa y sonríe de lado —Una pregunta ¿Que hay en el sobre que dice evidencias? —señala con curiosidad a mi escritorio.

—Nada, cosas del colegio —me giro para salir de la habitación y Harry le da una última mirada al sobre antes de asentir y salir junto a mí.

Me aseguro de cerrar la puerta con llave para comenzar a bajar las escaleras. Harry se mantiene junto a mi tirándole miradas asesinas a quien se atreva a fijar su vista en mí hasta que logramos salir de la casa.

—Iré por el carro, ¿me esperas aquí? —deja caer a mis pies las dos maletas que llevaba y yo aferro al pecho la que sostengo mientras asiento.

Me da otro beso antes de llevarse las manos al bolsillo y sacar las llaves.

"Se le está volviendo costumbre besarme por momentos..."

Mientras se gira me dispongo a observarlo, el carro solo está a un par de metros. Estoy tan concentrada viéndolo que no noto cuándo alguien a mi lado toca mi hombro.

—Wesly —digo dando un paso atrás y casi tropezando con las maletas a mis pies.

—Elena —sonríe.

Niego —Mi nombre es Eylen —su sonrisa se hace más grande.

—Ya lo sé, solo bromeo, me gusta cuando te pones seria —dice cruzándose de brazos —¿A dónde vas, encanto? —señala las maletas y luego me mira con intriga.

No sé qué responderle, ¿acaso habrá visto a Harry besarme? De todas las personas en esta fiesta tenía que ser Wesly el que se me acercara, mi suerte es tan jodida.

—Yo... —me giro buscando alguna señal de Harry y veo como su auto se acerca a velocidad —Necesito descansar y claramente aquí no podre... Así que-

—¿Te irás a casa de algún amigo?

—Así es —susurro al ver como Harry detiene el vehículo y sale dando un portazo.

—Si quieres te puedo llevar a donde-

—Ella no necesita que la lleves a ningún maldito lado —Harry se para frente a él cubriéndome con su espalda —Eylen, sube al auto ahora.

—¿Harry? ¿Otra vez? —Wesly lo mira con fingida sorpresa, pero en seguida comienza a reír.

Al parecer si había notado la presencia de Harry en el supermercado, aunque yo creí lo contrario.

—Oh, Eylen... —dice Wesly seriamente al recuperar la compostura y mover la cabeza a un lado para mirarme —Pero ¿qué estás haciendo, encanto?

"Oficialmente me considero mujer muerta..."

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