10. Rosas
Eylen
Después de meditarlo toda la mañana y hablarlo con Alice, Max y Erick en el almuerzo, decidí tomar el empleo en Stuffs 24/7.
Ya salí del colegio y junto a mi prima me estoy dirigiendo al supermercado. Ella sólo accedió a venir conmigo porque dijo que tenía hambre y pasaríamos a un restaurante luego de que llevara el contrato a las oficinas.
—¿Sabes en qué estaba pensando? —Alice empuja las puertas del lugar y yo camino detrás de ella.
—No tengo el poder de leer mentes, así que no —respondo bastante obvia. Ella rueda los ojos.
—Deberíamos comprar un auto —sonríe. Yo me detengo en medio del pasillo a lo que ella se gira a verme —¿Qué? ¿muy precipitado?
—¿Muy? ¿Cómo diablos pagaremos un auto Alice? Además, no tengo licencia de conducir, ¿lo olvidas?
—Pero yo sí.
—Ya deja de hablar tonterías —subo mi mano a la altura de su cara para que se calle la boca y reanudo mi camino —Tener hambre sí que te pone a decir locuras, niña naranja.
—No es una locura, estoy hablando en serio. Me cansa caminar o tomar transporte público cada vez debemos salir.
—Pero, estas delgada gracias a lo mucho que caminamos al colegio —bromeo.
—Eylen, estoy hablando de verdad.
Llego a las puertas de las oficinas principales y me giro a ver a Alice.
—No tardaré, solo... espérame aquí —señalo el lugar donde está parada y asiente de mala gana —Buena chica, ahora regreso.
—¡Solo esperaré cinco minutos! —dice y entro sin responderle.
La secretaria de la última vez levanta la mirada para verme allí parada y solo rueda los ojos ligeramente con una falsa sonrisa.
—¿Puedo ayudarte en algo?
—Vine a entregarle un contrato al señor Andrews —susurro y levanto las páginas en mi mano para que las vea.
—Justo ahora está en una llamada importante, te pasaré en unos minutos —vuelve la vista a su computadora, teclea algo en ella y es lo que tomo como el fin de la conversación.
Me siento en las sillas de espera que están a un lado de la puerta y comienzo a mirar todo el lugar con detenida cautela ya que no tengo nada más que hacer.
—Nadine, ¿tengo alguna reunión programada para esta tarde? —la voz de Oswald Andrews suena a través de un intercomunicador en escritorio de su secretaria y ambas miramos el aparato. Ella oprime el botón para responder, pero antes de hablar me mira. Ambas nos sonreímos falsamente y apartamos la vista.
—A las cinco de la tarde vienen los contratistas para lo del anexo de la segunda planta. Fuera de eso no hay citas programadas hasta mañana.
—Bien, agenda lo de los contratistas para mañana temprano, debo salir de urgencia.
—Señor Oswald, debe saber que hay una jovencita esperando para entregarle un contrato —Nadine me mira seriamente y yo me pongo de pie —Es la misma que vino ayer.
''Al parecer me recuerda tanto como yo a ella...''
—Cierto, dile que pase. La atiendo y me retiro —fue lo último que se dijo por el intercomunicador y la secretaria me señala con la cabeza que puedo pasar y eso hago.
Entro a la oficina y veo como el señor Oswald está colocándose una chaqueta y tomando algunas pertenencias para salir.
—¡Niña! —me dice cuando se percata de mi presencia —Dime que me traes buenas noticias —sonríe de manera amable y lo imito.
—Eso creo —le entrego el contrato —Acepto el trabajo, señor Andrews, ya está firmado.
—Muy bien, señorita... —lee los papeles y ve donde firmé mi nombre —Stone... La esperamos el lunes a las 4:00 pm. De igual manera, mi secretaria, Nadine, te dirá los horarios, también donde conseguir el uniforme y todo ese asunto, lamento no poder quedarme, pero surgió una urgencia y debo irme.
—No hay problema, señor Andrews.
—Gracias por entender y me alegra mucho que pronto será parte de la familia Stuffs 24/7 —pone una mano en su pecho y luego sale de la oficina conmigo detrás de él.
—Nadine, necesito que me envíes al mapa del GPS la dirección de la clínica privada Red Maison por una ruta sin tráfico —dice una vez que salimos.
—En seguida, señor Andrews.
—Un día de estos Harry terminará por darme un infarto —niega sacando las llaves de su auto —Puede aguantar ser golpeado en boxeo y no querer ir al médico, pero no puede fijarse sí su comida tiene mariscos y ahora está internado.
—Debió estar distraído, señor Andrews, usted sabe que Harry no comería intencionalmente algo que le hace mal.
''Aún lejos siempre interrumpes todo, Harry...''
—Ese muchacho... —suspira lentamente y me mira —Una disculpa, señorita Stone, espero entienda.
—Claro —muevo mi mano restando importancia —Debe ver a su hijo, no se preocupe.
—Bueno, nos vemos —asiente de manera cortes y se gira para salir de la oficina.
—Supongo que si estás aquí es porque aceptaste el empleo —no me da tiempo para responder cuando me extiende una hoja que tomo rápidamente —Allí está todo lo que necesitas, reglas, tienda de uniforme, días feriados entre otros —sonríe falsamente y asiento —Ya puedes retirarte. Ten un buen día.
—Gracias —sonrío sin mostrar mis dientes y salgo de allí.
❁❁❁
—Te lo he dicho, los zapatos bajos jamás serán mejores que un buen par de tacones. ¿Por qué discutes conmigo, Eylen?
—¿Es en serio lo que dices? —río bajando del taxi cuando mi prima pagó y ya estamos en frente de la casa —¿Cómo diablos los tacones pueden ser mejores que los zapatos bajos?
—No digo que sean malos, pero los tacones son un estilo de vida y son perfectos —dice alzando su pie derecho como una princesita mostrando sus tacones.
Fue una tarde de viernes muy entretenida con Alice, luego de salir de Stuffs 24/7, fuimos por algo de comida, charlamos bastante, fuimos a un par de tiendas en el centro comercial, ella compró un par de cosas y yo, bueno... yo la veía ya que aun sigo sin saber porque tiene dinero y sinceramente prefiero vivir en la ignorancia sobre ese tema.
Le conté también lo que oí de Harry y el hecho de que el dueño del supermercado fuera el padre del chico, cosa que mi prima no sabía hasta que se lo mencioné. Ella trató de convencerme de que fuéramos a visitarlo, que la clínica de la que le hablé no esta tan lejos y podíamos ver que le pasó, ya que hoy por la madrugada fue la última vez que supimos de él y ahora está internado por causa de «los mariscos» algo que aún no me queda del todo claro.
Al final no accedí y ella tuvo que resignarse a que Harry con nosotras no tiene ningún tipo de amistad y que no somos tan cercanos como para ir a visitarlo, así que al caer las seis de la tarde decidimos volver a casa.
—Oye, para la cena se me ocurrió cocinar un pollo con papas al horno. ¿Qué dices? —Alice saca la llave de la su cartera y abre la puerta.
Si algo he de admitir es que Alice cocina como los dioses, lo malo es que casi nunca había nada en la casa para que ella pudiera hacerlo, lo bueno es que ahora tenemos un refrigerador y mucha comida para que pueda hacer su magia.
—La mejor idea que has tenido en todo el día, señorita pelo naranja —le revuelvo el cabello y ambas entramos a la casa.
Todo está callado y en orden.
¿Por qué? No es que me moleste, pero para este punto Alice y yo no estaríamos sorprendidas si encontráramos que una fiesta está por iniciar, ya que bueno... El tío Ryan volvió, pero todo parece normal, dentro de lo que cabe en la palabra.
Nos miramos y luego miramos por toda la estancia.
—¿No hay fiesta? —dice casi sin creerlo.
—También estoy procesándolo.
—Que raras se han puesto las cosas últimamente —ríe y yo la imito —Ven, vamos —señala las escaleras para subir a la habitación, pero el timbre de la casa nos hace girar.
—¿Quién será? —pregunto viendo a Alice y ambas bajamos otra vez para ir a la puerta principal.
—¿Qué voy a saber? —sube los hombros.
—Solo abre la puerta —la empujo y la veo abrir la puerta luego de devolverme el empujón.
Un enorme ramo de rosas rojas y naranjas es lo primero que vemos, es tan enorme que cubre totalmente el rostro de quien lo trae en las manos, sí, unas manos muy blancas y arrugadas.
—Señora Tamara, ¿qué es esto? —Alice le quita el ramo de las manos y nuestra vecina suspira aliviada al ya no cargar más el peso de las rosas.
—Al parecer un regalo que recibieron —sonríe. Mi prima y yo nos miramos y luego a las rosas.
—¿Recibimos? —pregunto confundida.
—Sí —asiente —Esta mañana cuando se fueron al colegio, el señor Baker y yo íbamos también de salida, pero nos tuvimos que regresar porque olvidamos la lista de compras y cuando bajamos del auto vimos que un chico también estaba bajando de un deportivo gris con este hermoso arreglo y lo dejó aquí —señala justo el lugar donde está parada —Luego se fue y yo sabía que si las rosas se quedaban todo el día esperando aquí afuera con el sol de la mañana y la tarde hasta que ustedes vinieran se pondrían muy feas así que las tomé y las guardé en casa hasta que ustedes llegaran, cosa que acaban de hacer, mis niñas —sonríe.
Alice y yo miramos a la señora Baker con ternura y la abrazamos.
—Gracias, llegamos algo tarde ya que es viernes y salimos un rato —explico.
—Está bien —asiente y luego abre los ojos —Oh, venían dos notas en las rosas, y no se preocupen no las leí —mete la mano en su bolsillo y yo tomo los dos sobrecitos de papel blanco que no eran más grande que mi mano.
—Muchas gracias, señora Baker, es la mejor —Alice le sonríe.
—Tengan buenas noches, chicas —se despide y nosotras entramos a la casa cerrando la puerta.
Caminamos hasta la cocina y Alice coloca el gigante ramo sobre la isla para luego ponerse a buscar algún jarrón lo suficientemente grande para que las rosas sean colocadas en agua.
Reviso las notas, una dice «Alice» y la otra «Eylen». Pongo la de mi prima a un costado de las rosas, ya que sigue buscado el jarrón. Yo desdoblo la nota que tiene mi nombre para leerla.
«Un gracias casi nunca suele ser suficiente cuando sientes que alguien merece más que eso.
Por suerte para el registro, mi madre me enseñó que un buen arreglo de flores pone una sonrisa en el rostro de una chica no importa la ocasión. También quiero decirte que no tengo idea del porque ahora nos encontramos en todos lados, pero supongo que no es algo malo después de todo ya que nos hemos ayudado mutuamente, ¿verdad?
-H. »
Sonrío de manera involuntaria y doblo la nota. Veo como Alice está colocando las rosas en un jarrón con agua y una vez que están bien puestas y arregladas, toma la nota que tiene su nombre y la desdobla.
—“Pelo naranja, —lee en voz alta y rueda los ojos con una sonrisa —Gracias por no dudar un segundo en ayudarme anoche, no me encontraba en mi mejor condición y creo que lo notaste. También, veo que no me encuentro siendo llamado por las autoridades lo cual significa que no has dicho nada y eso lo agradezco mucho. Posdata, espero que se entienda que las rosas naranjas son las tuyas, pero vi que junto a las rojas combinaban muy bien, justo como tú y Eylen. -H.”
Alice dobla la nota y me mira entrecerrando los ojos.
—¿Qué?
—¿Aún sigues con la idea de que Harry es peligroso y no debemos ir a verlo al hospital?
—Es peligroso. ¿Acaso eso ya no está claro?
—Nos compró un arreglo y nos agradeció por ayudarlo —pone las manos en su cadera —¿Tú le has agradecido por ayudarnos el día ese en la fiesta?
—¡Claro que lo hice! —me defiendo —Y no recuerdo que tú lo hicieras —la señalo con una sonrisa acusadora.
—Pues ahora lo haré, iré a esa clínica y veré como está, porque a diferencia de ti, yo si quiero ser su amiga —asiente orgullosa y toma el jarrón para llevarlo al cuarto. Camino detrás de ella negando. —El chico nos compró rosas y además son gigantes. En más de dos años de relación con Erick nunca me ha dado un ramo así.
—¿Quizás porque Erick no está nadando en dinero cómo Harry? —respondo algo obvia —Su madre trabaja para el supermercado donde el dueño es el padre de Harry. ¿Qué acaso eso no te da una idea?
—La única idea que tengo ahora es que debes salir con él.
—¿¡QUÉ?! —me detengo detrás de ella en el pasillo de la planta alta y ella se gira con una sonrisa pícara.
—Abre la puerta, por favor —ríe y comienzo a maldecirla entre dientes y saco la llave de mi maleta para abrir la puerta, Alice deja el jarrón sobre el escritorio y se voltea a verme —Bueno, no digo salir... tal vez solo intentar ser amigos.
—No soy amiga de asesinos —murmuro cruzándome de brazos
—Sé que lo había dicho, pero ahora que lo pienso: ¿Acaso lo viste matar al chico del concierto? Porque yo no. —sube las manos y niega.
''No, pero lo vi matar a otros tres justo en mi cara y no lo sabes...''
—Solo estaban él y ese chico, el arma era de Harry y él está vivo —entrecierro los ojos.
—Di lo que quieras, yo no vi nada —niega y se quita la maleta para tomar un bolso y poner, llaves, cartera y maquillaje de mano. —¿Vas a venir o no?
—Alice-
—Eylen, solo será una visita, no nos pasará nada, además tengo curiosidad por saber qué diablos le pasó.
—Eres una... —aprieto los puños y suspiro —¿Sabes? No importa. Iré, solo porque no me quiero quedar sola.
—Claro —dice sarcásticamente —Lo que tu digas.
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