UNO| 𝑳𝑨 𝑷𝑹𝑰𝑵𝑪𝑬𝑺𝑨 𝑷𝑬𝑹𝑫𝑰𝑫𝑨

Las luces del fuego se prendieron en cada parte del reino y en cada antorcha.

El coronel Radalf se mantenía con una gran pesadez en sus ojos azules y con un aspecto de un muerto viviente. El hombre se mantenía recargado en el marco de la puerta y  con gran esfuerzo mantenerse despierto y estar atento al estar escuchando las indicaciones que se le daba.

Al oír dicha noticia, el sueño desapareció en un santiamén. Todo esto resultaba grave ya que se trataba de un posible secuestro. La hija de los reyes había sido raptada por una misteriosa mujer de aspecto de la tercera edad.

Tanto como guardias y la familia real, querían hacer la mayor discreción posible pero en fue en vano. En un solo descuido, la voz se corrió hasta los pueblos más lejanos.

No se daba rastro alguna de la recien nacida, las voces de los pueblerinos eufóricos hicieron despertar a la niña de cabellos rojos de su sueño y ahora le resultaba imposible volver a reconciliarlo. Bajó las escaleras, y sentandose en el antepenúltimo escalón, veía como su padre aparecía y desaparecía nerviosamente del hogar. Roslyn trató de llamar su atención pero no hubo resultados. Su padre tomó la capa más gruesa que lo protegiera del frío y salió sin percatarse de la presencia de la hija menor de la familia Asten.

Fue la última vez que vio a su padre con vida, su desaparición fue inesperada y silenciosa, al sexto día de aquel suceso, mientras el sol se escondía entre las copas de los árboles y el cielo se tornaba en  una gama de colores preciosos. El Coronel Radalf Asten fue encontrado sin vida.

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Los años pasaron, y Roslyn ya tenía la edad suficiente para entrar a la guardia, bueno, apenas tenía 19 años y la edad máxima para ingresar era alcanzar los 21 años para estar dentro. Pero desde su propio nacimiento, ella ya rompía las reglas.

Recibió burlas, criticas, maltratos, bromas no agradables para ella causadas por sus mismos compañeros de guardia. Sin embargo, Roslyn sabía poner fin a las cosas y también con su propio estilo.

Dejó de recibir maltratos cuando le rompió la nariz y mandó a enfermería a dos de sus compañeros que intentaban darle un susto de muy mal gusto. Gracias a esa dicha experiencia, todos comenzaron a tratarla con respeto, no era algo que le disgustaba pero tuvo que recurrir a  una de las cosas que menos gustaba; la violencia.

Era un ejemplo de autoridad y admiración entre las jovenes del pueblo, se podría decir que se llevaba mejor con los pueblerinos que con sus propios compañeros, sabía que la gente del lugar eran humildes y de buen corazón.  Admiraba la belleza del pueblo y también la belleza de las mujeres, era algo tímida con ellas y solo se limitaba a mirarlas como si fuese un gato observando la ventana de un hogar.

Era algo que ella sentía extraño y no sabía como describirlo. Sabía perfectamente que nunca se había interesado por un chico desde que tenía memoria, simplemente solo desarrollaba una amistad. Era tener dos personas diferentes en un solo cuerpo, una de ellas era energética y alegre, la otra era una Roslyn tímida y conservadora.

Pasó mucho tiempo pensando en su cierta atracción por las chicas, que se desconectó del mundo. Sin escuchar las órdenes que se le encargaron y el momento en que la llamaron y ahora tenía dos misiones que completar.

1. Encontrar a Flynn Reader
2. Investigar el caso de la princesa perdida.

Aclaro que, Roslyn ya superó la muerte de su padre y no quiere volver a tocar temas sobre el caso de su misteriosa desaparición y muerte ( esto se descubrirá más adelante)

Quise agregar un poco de la infancia de Roslyn y también su historia en la guardia. Perooo, ya veremos más adelante lo mal que la pasó al inicio de todo esto xD.

Nuestra querida punzie tal vez aparezca en el siguiente o tercer capítulo:D