01
En pleno invierno nació el niño que cambiaría por completo el futuro del Clan Gojo. Luego de casi 500 años nació un Enigma capaz de convertirse en lobo sin haberse presentado. muchos decían que un Enigma era un ser perfecto capaz de controlar sus feromonas y su capacidad de cambiar de forma, la verdad es que no estaban tan equivocados. Gojo Satoru nació no solo físicamente distinto al resto, también su aroma era muy distinto a un Alfa joven promedio. Satoru sabía que su vida aún siendo un ser 'perfecto' (o asi era como lo llamaba el resto) no era nada fácil, después de que lo trataran siempre de manera distinta que al resto de los bebés, se ganó el odio de los cachorros de la manada al tener esos privilegios.
Satoru solo tenia 3 años cuando sufrió un intento (de muchos) de secuestro. En una de las tantos intentos él como un niño pequeño estaba en el patio de su casa con la criada del clan, mientras jugaba con sus juguetes una mujer apareció delante de ellos y agarro al menor en sus brazos queriendo llevárselo, de no ser porque el pequeño comenzó a llorar y la criada al notar el olor de una Omega se alertó, se lo hubieran llevado
2 años más tarde ocurrió otro incidente.
Satoru estaba durmiendo en su habitación cuando un grito lo despertó, asustado miró hacia los lados, gracias a su vista desarrollada pudo ver a traves de la oscuridad, la puerta estaba cerrada como siempre pero un estruendo proveniente de un arma hizo que su piel se erizara. Rapidamente se levantó y sigilosamente se acercó a la puerta.
Sus manos temblaban, al girar la perilla y abrir un poco, la luz entró. El líder del clan estaba siendo apuntado con una pistola en su pecho por un hombre esbelto, de pelo negro que tenía una cicatriz entre su labio y su mejilla. jamás lo había visto pero de solo ver la horrorosa escena supo al instante que su vida corría peligro.
—Gojo Satoru. Por fin te despiertas
dijo el hombre con una sonrisa y mirada altanera, el sabía que nadie lo alejaría de su objetivo. Sin apartar la mirada, Satoru de reojo veía como las paredes estaban manchadas de sangre y una decena de cuerpos inhertes eran dueños de ese líquido espeso, miedo y repulsión decía su rostro
—¡corre!— gritó el líder y sin previo aviso se movió hacia la izquierda, antes de que la bala le tocara el hombro, el niño salió corriendo por la puerta trasera.
Luego de que el cachorro saliera de la casa otro disparo retumbo en sus oidos, sin poder pensar con claridad sus pies corrían sin rumbo por el bosque, cientos de árboles apenas lo dejaban ver. Luego de cientos de metros el pequeño ya se estaba cansando y sin poder más con ese dolor en su pecho lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, al mirar de un lado a otro se dio cuenta que el olor a sangre había disminuido considerablemente, sin saber que hacer se escondió detrás de un árbol esperando estar camuflado.
—me parece que para ser hijo del clan Gojo no eres muy inteligente— habló el pelinegro, el menor al oír su voz su cuerpo se puso rígido, al mirar donde había provenido el sonido sus ojos conectaron con los de aque hombre, su respiración agitada y el dolor de sus pies al estar descalzos no se comparaban con el miedo que sentía.
El hombre puso la pistola frente al cachorro y antes de que jalara el gatillo los ojos azules del niño comenzaron a brillar como la luz de la luna
—¡detente!— como si fuera un gruñido, de su garganta las palabras hicieron un leve cosquilleo en su pecho, sorprendido el mayor no pudo mover su cuerpo, por más que lo intentará no respondía.
—¿Q-que?, ¿p-por que no puedo...?
Confundido trato de apretar de nuevo el gatillo pero tampoco dio resultado, sin darse cuenta había dejado al expuesto su cuello, su lobo reconocía al Alfa puro que tenía delante.
—¿p-puedes ocupar tu voz de mando... siendo tan joven?
—¡suelta la pistola!— grito el cachorro y el hombre hizo caso de inmediato soltando el arma.
Al verlo no dudo ni un segundo, él agarro la pistola con sus dos manos y disparó hasta que las balas se acabarán. manchando su ropa de sangre y al ver que el hombre no se movía, se desplomó golpeando su cabeza contra el piso...
Geto Suguru se despertó al escuchar el llanto de Satoru, él había vuelto a tener una pesadilla. sin decir nada el pelinegro se acerco a su lado de la cama y abrazo al menor dándole así consuelo, incluso si ninguno de los dos hablaba Suguru podía escuchar como los sollozos se hacían cada vez más prolongados, su respiración se estabilizaba y rodeó con su brazo la cintura del contrario tocando su pecho con la espalda de su hermano
El menor sabía que Satoru nunca tuvo alguien que le diera ese cariño incondicional ya que siempre lo vieron como un trofeo, un objeto que demostraba que su clan era más fuerte. Pero el tenia mucho amor para dar asi que si era posible sanaria el corazón de su compañero de cuarto.
El aroma de Satoru era muy ácido cuando estaba triste, pero a Suguru le gustaba hacer que su aroma fuera dulce, entonces siempre quería que el mayor estuviera feliz
(...)
El verano había llegado y los jovenes de 15 años acababan de terminar la escuela para entrar a la secundaria.
El chico peliblanco junto al pelinegro estaban saliendo del establecimiento cuando escucharon un llamado
—¡Suguru!, ¡Satoru!— llamó la chica de pelo castaño claro, con entusiasmo se acercó corriendo a los chicos.
—¿a donde van?— preguntó la chica
—íbamos a ir al bosque a practicar
Sonrío mientras miraba a Satoru, a él le gustaba pasar las tardes con su amigo desde que tenía memoria.
—Nanami nos invito a su fiesta de cumpleaños, ¿acaso lo olvidaron?— habló la Beta con un dejo de incredulidad, "¡a Suguru se le había olvidado algo!" Pensó Shoko.
Con los ojos abiertos llenos de sorpresa, el pelinegro se quiso golpear mentalmente, ellos habían dicho que irían hace como un mes y ya no se podían retractar.
—cambio de planes— rió divertido Satoru por la reacción de Geto. —¿a que hora es la fiesta?— dijo el contrario tratando de dejar atrás las burlas de sus amigos
—a las 18:00 pm— Respondió la castaña
—Bien, tenemos tiempo.— y sin despedirse Satoru tomo el brazo de Suguru y lo llevó hacia la salida, doblaron la esquina y desaparecieron dejando a Shoko confundida.
Ya en el bosque Gojo estaba detrás de un arbusto y Geto le estaba dando la espalda con los ojos tapados con una cinta
—¿ya te quitaste la ropa?— las feromonas que Satoru estaba liberando daban a entender que estaba contento ya que olía parecido a mandarinas y menta. Inconscientemente una sonrisa se dibujo en sus labios.
—Sí... te daré 10 segundos y te atacare, ¿de acuerdo?— habló Satoru, a la vez que se agachaba hasta quedar de rodillas
—bien, pero esta vez no te contengas.
Dijo y sacó su cuchilla del bolsillo, se movió lentamente y trató de concentrarse en sus propios sentidos
—1, 2, 3, ¡ya!— la última palabra sonó más grave
Lo único que se podían escuchar eran los sonidos de la naturaleza, Suguru susurraba los segundos que tenia antes de que se transformará Satoru
Un rugido grave lo hizo ponerse alerta, de un momento a otro sintió que el aroma de Satoru había desaparecido y ahora se volvía más difícil de detectar.
Un Alfa normal no podía ocultar sus feromonas, lo que hacía a Satoru aún más especial. Enfocándose en su olfato y audición Suguru dio un paso hacia adelante, dejando un pie atrás y con la cuchilla tanteaba que no estuviera tan cerca, al terminó de los 10 segundos escuchó una rama siendo aplastada a su izquierda y otro aullido atrás de él. El lobo se acercó corriendo y antes de saltar hacia el joven, él se dio la vuelta y con él cuchillo movió su brazo de tal manera que casi corta el hocico del animal. Satoru esquivo y se alejo para desaparecer nuevamente de entre los árboles.
y así siguieron un rato, Suguru que era capaz de prevenir sus movimientos, en un intento rápido se acerco hasta estar más o menos cerca del lobo y lanzó el cuchillo, Satoru lo esquivó, la hoja era tan filosa que quedó enterrada en el tronco de árbol tomando por sorpresa al peliblanco y este se preparó para atacar, con sus garras salto hacia el menor, a centímetros de que lo tocara este se agachó y se aproximó para buscar la cuchilla. Al agarrarlo se giro, ocupo el impulso para alzar su mano y arremetió contra el peliblanco.
Al contrario de lo que creía el menor, Satoru no lo evitó como de costumbre, ya era muy tarde para detenerse y aun si estuviera sin la venda, termino cortando el costado del hocico del lobo.
—¿Satoru?... ¿estas bien?— dijo cuando sintio un olor a sangre, se quito la venda y al encandilarse por la luz que entraba por su retina vio al joven lobo quieto y estaba sagrando, tan rápido como le daban sus pies se agachó hasta para ver su herida, salía sangre de ella pero no había sido tan profundo como para necesitar coser.
Sus patas comenzaron a convertirse en manos y piernas, su cola desapareció y el pelaje también dejándolo desnudo, los rayos del sol apenas traspasaban por el follaje de los árboles y gracias a ello hacia frío aún si era verano, al ver que había vuelto a su forma humana este se acerco y lo abrazo, los dos estaban agachados, al ver que este estaba sin ropa le dio su chaleco para que se tapara.
—lo siento, creí que lo esquivarias— se disculpo el pelinegro y dio un vistazo hacia su alrededor buscando con la mirada el uniforme de Gojo, en unos árboles más alla logró ubicar la ropa.
—no te preocupes, estoy bien— sonrío, con el dolor latente de su mejilla derecha no podía dejar de pensar en lo veloz que había sido Suguru.
—Ten
El joven le paso la ropa después de separarse del abrazo.
—¿que hora es?— consultó Satoru ante de ponerse las prendas, Suguru reviso su reloj y ya eran las 16:30, todavía tenían que comer y cambiarse de ropa.
—queda 1 hora y media para la fiesta
Contesto sin más y se dio la vuelta para darle más privacidad
(...)
Al salir de la ducha Satoru se vistió mientras que Suguru preparaba la comida, en la cocina él cortaba algunas verduras y preparaba la sopa de fideos
Al terminar de preparar la comida se fue a buscar algo en la sala de estar
—¿ya terminaste de vestirte?— Suguru aparecio delante la puerta, tocó y espero su respuesta, escucho un "Sí" y abrió la puerta.
su aroma se intensificaba cada vez que combatían, aunque no sabia el porqué de su cambio a Suguru no le molestaba, su olor era muy dulce. en su mano traía un botiquín de emergencias para su herida asi que al ver que Gojo se sentaba en la cama para ponerse los zapatos, este se acerco y le hunto un poco de agua oxigenada al algodón para desinfectar su herida
—quédate quieto— habló con un tono calmado, con su mano tocó su mentón y moviendo su cara hacia el lado izquierdo terminaron chocando sus miradas, sus ojos azules eran hermosos, podía ver el cielo en ellos..
Holaa, espero que les guste el 1er capitulo, la verdad es que me cuesta escribir escenas de acción así que ojalá se entienda~, gracias por el apoyo que le están dando🫂💞
Nos leemos luego!
–Ayan💐
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