Capítulo 9

Una tarde soleada, en la central de las murallas, por fin, tenían un descanso.

Clearke había decidido buscar consejo con Smith en el momento en que Ichinose salía para reunirse con su viejo escuadrón.

-Erwin...- había intentado comenzar.

-Sé lo que vas a decir. Mi respuesta es que no, no puedes ir y simplemente soltarle la verdad hoy. Los altos mandos sospecharán más si ven que tu atención se dirige específicamente a esa muralla, deberás esperar otra oportunidad para acercarte, usa tu cabezota, Clearke- se levanta para acercarse a ella-. Toma tu decisión.

-Le siguiente revisión es en cuatro semanas- suspira, un poco derrotada-, le pediré a Ichinose otra vez el cambio.

Smith le ofrece de nuevo el folder con la información.

-Aprobado, tenemos que enviárselo hoy.

-Yo me encargo, pero antes daré un pequeño paseo.

‡•‡

-¿Te molesto?- Sebastian había decidido jugársela abrazando por la espalda a Ciel mientras este terminaba un manuscrito.

-Para nada- Ciel responde, recostándose en él.

Sí, su relación no se basaba tanto en romante puro, no era un caramelo empalagoso, pero cuando se daba: era espeluznante.

-Dime que soy tierno- pide Ciel con un deje de burla.

-Ay, no, mal momento para aparecer- se queja Yuuichiro, que entraba a la cocina junto a Mikaela.

Tomados de la mano, desbordantes de felicidad y amor.

Sebastian le da dos besos en la coronilla a Ciel.

-No les hagas caso- susurra, comenzando a acariciarlo.

Mikaela gira los ojos.

-Vamos a estar afuera- informa Yuuichiro, haciendo que su pareja lo siga fuera de la habitación.

No llegan siquiera a la entrada de la sala cuando la puerta principal se abre de golpe.

El Omega lo sabe al verlo (y olfatear un poco el ambiente): es un Alfa. Un Alfa importante.

-Buenos días- el saludo va completamente dirigido a Mikaela, como si Yuuichiro no existiera-. Busco a Michaelis.

Y pasa, como si fuese su propia casa.

La sangre se le congela a Sebastian, que suelta inmediatamente a Ciel, dirigiéndose al pasillo rápidamente. No puede permitir que les haga daño, ninguno puede ser herido por el estúpido Alfa Hiragi.

-¡Kureto!- Sebastian entra, llamando por completo la atención del intruso.

Yuuichiro siente el peligro, por lo que decide esconderse detrás de Mikaela. Una buena elección, ese Alfa prepotente solo molestaría a los Omegas indefensos.

-Michaelis- sonríe con burla-. Necesito hablar contigo. En privado.

-Pasa a la sala- la invita-, ellos ya se van.

-Increíble, no soporto el pestilente olor de los estúpidos Omegas- hecha un vistazo a Yuuichiro, desprecio y odio, Mikaela interfiere, con una mirada fría, dispuesto a darle un golpe.

Sin más, ambos hombres van directo a la sala, cerrando la puerta para no ser escuchados.

-¿Y bien?- pregunta, estando al fin solos.

-Tengo entendido que tus esclavos están orden ¿O no?

-No causan ningún problema- asegura, apretando los dientes.

-Creo en tu palabra pero... Tengo una queja de los altos mandos de este experimento.

Sudor frío cubre a Sebastian, su corazón late, desbocado.

-Me envían... Para llevarte de regreso, por la fuerza si es necesario, a la organización de la OTP.

-¿Qué quieren de mi?

-Eres un supervisor que viene de una familia importante, obviamente serás el único que se salve.

Y todo encaja.

-¿Cuanto tiempo?- pregunta, estático pero ocultándolo.

-Tres semamas- se encoje de hombros- regresaré para escoltarte.

-¿Y otras murallas?

-La tuya será la única con esa suerte. Los descubrí, regresando diré a la informante que de la carta para dejar fluir lo que queda del plan.

Hiragi da por finalizada la conversación, levantándose y abriendo la puerta.

Sebastian lo sigue en silencio hasta afuera, tiene pocos segundos, si quiere actuar debe ser en ese instante.

Asesinar para no ser asesinado.

Y, los visualiza, riendo y besándose sentados bajo la sombra de un árbol. Hiragi se dirige a ellos, con la furia comiéndole por dentro.

Un solo golpe directo a la cabeza para Mikaela, teniéndolo inconsciente, toma a Yuuichiro por en cuello, alzándolo, dejándolo sin respiración.

La dulce escena de amor se convierte rápidamente en tragedia y dolor.

-¡No te lo permito!- Sebastian intenta correr, alcanzarlo.

Tarde, alguien le gana la carrera. Un fuerte sonido queda plantado en la muralla. Se repite, tres veces, y silencio.

-Te pedí que los cuidaras- Clearke aparece entonces, guardando la pistola, se acerca a Yuuichiro para sacarle el cuerpo muerto de encima-. Mika está inconsciente y Yuu herido.

-Iba a ayudarlos- responde, alterado por el olor a sangre.

-Soy la única que llegaría a matar por cuidar a alguien entonces- admite, no parece afectada-. Habrán problemas gracias a este boca suelta, ya me encargaré yo de eso.

-Dijo que matarían a todos dentro de tres semanas- suelta Sebastian.

Clearke carga a Yuuichiro, no parece tan alarmada. Las apariencias engañan.

-¿Por qué crees que vine?- una pregunta simple-. Apurate a cargar a Mika.

Acata la orden de inmediato.

De vuelta en la casa, Eren y Levi se apresuran para intentar ayudar a sus amigos bajo la cuidadosa mirada de Clearke.

-Tengo que ocuparme de otras cosas- admite, luego de ver a Mikaela abrir los ojos-. Vendré pronto para sacarlos de este apuro.

Se da la vuelta, si continúa mirándolo sabe que intentará abrazarlo.

Estúpido sentimentalismo.

-Clearke- Eren habla- ¿Estas bien?

-Sí- asegura sin girarse-, solo me ocuparé del cuerpo.

Levi la observa unos segundos. Está muy tensa, visiblemente frustrada.

Antes de poder decir algo, ella sale, rápida como un cobarde.

Ciel sale de detrás de Sebastian, temeroso de la escena.

-¿Como te sientes?- pregunta Eren a Mikaela.

-Aturdido... ¿Y Yuu-chan?

-Aquí estoy- se acerca, pocas fuerzas son las que le quedaron.

-Perdón- se disculpa su pareja- no pude...

-Callate- le da un suave beso en los labios-. Estoy bien.

-¿Estan todos bien?- pregunta Eren.

-Sí- Sebastian habla-. Solo estábamos nosotros cuatro.

Entonces, todos coinciden en sus pensamientos.

-Clearke lo sabía- habla Levi.

‡•‡

-Tú lo sabías, maldito cejón de mierda- Clearke había llegado de nuevo a su oficina, encarando a Smith.

-Llegó la carta en la mañana, me pidieron que no te dejara ir...

-¡Pudieron enviar a alguien que no fuera Kureto! ¡Ese estúpido casi mata a Yuu, solo por ser Omega!

-Planean incendiarlos a todos ahí dentro, por eso te pedí que enviaras la carta a Costretnio. Debemos actuar rápido.

-Envíe la carta y maté a Kureto.

Smith suspira con pesadez.

-Haré el informe para cubrirte. Tienes tres semanas, Clearke, piensa en como destrozar la seguridad para sacarlos de ahí en el momento preciso. Debemos pasar desapercibidos, delincuente.

-Solo maté a dos hombres, es por la seguridad de...

-Lo sé, lo sé, dejalo ser. Estará bien.

Clearke toma el pequeño bolsón negro y se dirige a la salida.

-El cuerpo está con Hanji.

-Lo sé.

Sonríe.

-No traeré a nadie más.

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