Koemi Ootani

Toda vida está llena de giros, sucesos inesperados que podrían cambiar por completo nuestra percepción, es increíble lo mucho que una vida puede cambiar, en solo unos segundos, una persona puede cambiar por completo, lo cual es irónico, porque el proceso para sanar, es torturosamente lento...

Una pequeña de cabellos rojos carmesí se podía notar escondida detras de unos árboles, mientras una sonrisa se mostraba en su rostro, el sonido del viendo y las hojas moviéndose era embriagante, la calma reinaba en aquel lugar.

Hotaka: Te encontré! -mencionó un peliverde un poco mayor saliendo de la nada para envolverla en un abrazo cariñoso.

Koemi: -parpadeando un par de veces hizo un ligero puchero- no es justo! Siempre me encuentras muy facil!

Hotaka: -viendola no evitó soltar una risilla- pero si eso no es culpa mía, tu eres mala escondiendote -al notar que su expresión solo se inclino depositando un beso en su mejilla- anda, no te enojes, Ko-e-mi-chan -mencionó con una sonrisa.

Koemi: -viendolo se ruborizo ante aquello para solo corresponder al abrazo- algún día te ganaré! Ya lo verás! -aseguró con una sonrisa decidida.

Hotaka: el día que puedas percibirme como yo a ti quizás lo logres -algo burlón.

Kyomi: Koemi-chan! Miyamoto-kun! Ya vamos a cenar! -se escuchó la voz de la rubia a lo lejos haciendo que ambos se separaran.

Hotaka: vamos? -cuestionó con una sonrisa mientras enlazaba su meñique con el de ella.

Koemi: -viendolo con una sonrisa pequeña en el rostro correspondió el agarre con un tono rojizo en las mejillas- solo si puedes seguirme el ritmo! -mencionó divertida para empezar a correr con el siguiéndola, tan solo unidos por su meñique.

Ambos corrian entre los árboles, cruzando por unas piedras un pequeño río para seguir su camino, fue cuestión de unos minutos para que ambos llegarán a la residencia de la chica, entrando por la puerta del jardín hacia la casa.

Kyomi: Cuidado! -mencionó deteniendolos con una mano mientras en la otra traía los platos- ustedes dos no tienen remedio -nego ante aquello la rubia de en aquel entonces 17 años.

Hotaka: lo sentimos mucho Kyomi-san -mencionó apenado el chico mientras sostenía de un hombro a la pelirroja.

Koemi: Perdón onēsan, tendré más cuidado -mencionó con una sonrisita ante aquello.

Sumi: hola Hotaka -mencionó saliendo de la cocina con algunas cosas para ponerlas en la mesa- pero mírate nada más, estás cada día más grande

Hotaka: buenas tardes señora Ootani -mencionó haciendo una ligera reverencia mientras la pelirroja se safaba de su agarre para ayudar a su madre y hermana- puedo ayudar en algo también?

Sumi: -viendolo sonrió de lado- podrías ir por Kento a su cuarto? Ya debe de haber despertado -mencionó con calma haciendo que el chico fuera de inmediato.

Kyomi: Koemi-chan, sabes quien viene hoy? -cuestionó con una sonrisita mientras ponía la mesa.

Koemi: uh? -se detuvo ladeando la cabeza analizando aquello, sin embargo en poco una hermosa sonrisa apareció en su rostro- Papi regresa de su viaje hoy? Ya es hoy? -emocionada dando algunos brinquitos.

Sumi: -sonrie ante aquello- seguro que las extraño mucho todo este tiempo...

Kyomi: ambas sabemos que extraño mas a Koemi, es su pequeña princesa -con algo de burla ante aquello.

Hotaka: miren quien despertó -mencionó volviendo con una marca de zapato roja en la mejilla haciendo que las chicas lo miraran- q-que? Despertó de mal humor contra mi! -mencionó ruborizandose causando la risa de aquellas chicas mientras que el pequeño rubio solo jugaba con sus manitas.

Sumi: Gracias por traerlo Hotaka -mencionó algo divertida cargando al rubio en brazos con cariño- ahora donde se metió Takeo?

Koemi: hace rato dijo que no quería vernos con cosas cursis y dijo que esperaría algo en el pueblo... -reacciona para fruncir el ceño- que cruel! Fue una trampa para recibir en el pueblo a papá primero! Pero va a ver...! -mencionó dirigiéndose a la puerta dando pasos molesta.

Hotaka: -viendola sonríe de lado ante aquello- (es tan linda cuando se enoja...)

Kyomi: o-oe! Koemi-chan! -la llamo dejando las cosas en la mesa.

Sin embargo cuando la pelirroja abrió la puerta con fuerza, su mirada de enojo cambio por completo mientras un brillo en sus ojos aparecía, al frente de ella estaba el niño de cabello rojo y ojos azules, acompañado del padre de las mismas características.

Ichiro: uh? Y ese ceño fruncido? -cuestionó con una sonrisa en el rostro agachándose para extender sus brazos- anda, que aflige a mi princesita escarlata?

Koemi: Otousan! -emitió emocionada para lanzarse a abrazarlo con aquella hermosa sonrisa que la caracterizaba tanto- volviste! Ya volviste! -exclamó con felicidad.

Takeo: -viendola rodó los ojos con levedad- pero que dramática...

Kyomi: juraría que tú tienes los ojos llorosos -algo burlona.

Takeo: s-solo es alergia! -se justificó ruborizado.

Ichiro: oh vamos, vengan acá mis niños -mencionó cálidamente extendiendo su brazo libre mientras con el otro abrazaba a la pelirroja.

Takeo y Kyomi no dudaron en irlo a abrazar de inmediato con una sonrisa, Ichiro Ootani era la cabeza de la familia desde que sus padres fallecieron unos años atrás, de alguna manera lograba trabajar y pasar tiempo con la familia, aunque había ocasiones en dónde se iba por grandes lapsos, aquel día volvía después de un año fuera.

Sumi: bienvenido a casa -mencionó con una pequeña sonrisa con el pequeño rubio en brazos.

Ichiro: -abrazando a los niños se separó con una sonrisa en el rostro para levantarse e ir a abrazar a la rubia con el bebé- ya volví cariño

Hotaka: Un gusto verlo de nuevo señor -mencionó saludando con un tono un tanto formal.

Ichiro: Pero si es el pequeño Miyamoto! -exclamó viéndolo- mira cuánto has crecido, ya cuántos años tienes eh?

Hotaka: 9 años señor -contestó ante aquello con calma, sin embargo no evitó sacar una sonrisa cuando Koemi lo abrazó por la espalda.

Koemi: no seas tan formal, es mi papá, no muerde, y te adora -con una sonrisa divertida.

Takeo: pero no te confíes con eso, porque aunque mi papá te acepte aún falta mi aprobación para pretender a mi hermanita -declaró cruzado de brazos ganándose una mirada incrédula de su melliza.

Koemi: solo eres mayor que yo por 2 minutos, no te emociones tonto -sacandole la lengua hizo que el peliverde empezará a reír con levedad.

Fue cuestión de unos momentos para que empezarán a cenar todos juntos en armonía, aunque entre platicas y bromas, se notaba el gran ambiente familiar que había, sin duda todos conectaban, al cabo de un rato, terminaron para comenzar a recoger, hasta que llegó la hora que el peliverde se marchara, como era costumbre, la pelirroja lo acompaño hasta afuera de la residencia.

Hotaka: Vendre luego, si? Fue muy divertido estar contigo, como siempre -mencionó con una sonrisa pequeña en el rostro para darle la espalda a punto de irse.

Koemi: Hotaka, espera! -mencionó tomándolo de la manga de su ropa- yo... -desvia la mirada- sabes que no porque nuestras familias tengan un acuerdo tienes que venir, verdad? Es que... No lo se, yo disfruto mucho de pasar tiempo contigo, pero quizás tú no y quisieras estar con chicas de tu ed-

Las palabras de la pelirroja se vieron interrumpidas repentinamente cuando el chico se dió la vuelta uniendo sus labios en un tierno y dulce beso, haciendo que está se sonrojara hasta las orejas.

Hotaka: tu familia no es del tipo de personas que harían un compromiso por conveniencia... Y la mía tampoco -habló finalmente al separarse- y quizás parece que somos muy jóvenes -tomando sus manos- pero yo estoy seguro que lo que sentimos no es solo una amistad, eres la chica más hermosa, inteligente, madura, divertida y maravillosa que conozco, y si el día de mañana me dijeran que se acabara el mundo, quisiera pasar hasta el último segundo contigo -dirigiendo la mano derecha de la chica a su pecho- mi corazón... Solo late de esa manera cuando estoy contigo... Es por eso que... De verdad quiero estar aquí lo más posible... Y estar a tu lado hasta el fin de mis días...

Koemi: -viendolo fijamente ante aquello con el rostro ruborizado, sintió una calma inundarla al sentir sus latidos, formando una sonrisa involuntaria en su rostro, aunque con los ojos llorosos- Hotaka...

Hotaka: -viendola sonrió de lado para limpiar con su pulgar una lagruy que amenazaba con salir- tus ojos... Son azules como el cielo, como un día perfectamente despejado... Son mi color favorito -mencionó con dulzura.

Koemi: y tus ojos son grises, como el cielo en un día lluvioso, de esos días dónde el olor a la naturaleza y la tierra mojada llena el lugar... Es como si nos complementamos -sonriendo se acercó para depositar un pequeño beso en la comisura de sus labios- será mejor que te vayas... Tus padres se preocuparan

Hotaka: -viendola soltó una ligera risa- buenas noches Koemi, nos vemos después -mencionó para finalmente separarse de ella e irse.

Más tarde aquella noche, la joven después de darse un baño y ponerse su pijama, se dirigió algo avergonzada a la habitación de su hermana.

Koemi: Kyomi... -llamó desde la puerta- estás ocupada...?

Kyomi: -viendola curiosa sonrió- anda, ven aquí, que pasó?

Koemi: -abre la puerta con un ligero rubor en las mejillas entrando- crees que puedas ayudarme...? Estaba tratando de peinarme y... -apenada dejo ver su cabello algo esponjado y con el cepillo atorado en el.

En poco, la pequeña pelirroja ya estaba sentada entre las piernas de su hermana mayor, mientras esta peinaba su cabello con delicadeza.

Kyomi: Hace rato demoraste un rato, pasó algo con Hotaka? -cuestionó con su tono dulce sin dejar de arreglar su cabello.

Koemi: estuvimos hablando un rato... -mencionó jugando con sus dedos algo apenada al recordar aquello- Kyomi... Tú estás comprometida con Mamoru-san no?

Kyomi: si, porque la pregunta? -curiosa comenzó a trenzar su cabello.

Koemi: no te da miedo que solo sea por compromiso? Es mayor que tu... Que te hace estar segura que no busca algo más?

Kyomi: -viendola curiosa sonrió con levedad- sabes... Mamoru y yo crecimos juntos... Ninguna pareja es perfecta, siempre quedan esas dudas... Realmente no hay algo definitivo que te haga confiar en alguien... Pero para mí... -hizo una pausa levantándose para tomar una caja y volver a su lugar- la primera vez que peleamos y tuvimos dudas el se disculpo... Y desde ese día, al menos una vez a la semana me envía una carta, para recordarme que me ama, y el porque me ama... -sonriendo con dulzura- cuando tengo dudas solo las leo, y es como si estuviera aquí diciéndome las cosas al oído...

Koemi: -ante aquello desvío la mirada con levedad- tú eres muy bonita, no puedes tener dudas -declaró cruzándose de brazos.

Kyomi: pero que dices? -mencionó divertida para abrazarla por el abdomen y comenzar a hacerle cosquillas mientras esta reía- eres la niña mas bonita que conozco, cuántas pelirrojas de ojos azules conoces eh? -cuestionó mientras esta reía por las cosquillas- además con esa sonrisa y los pequeños hoyuelos que se te hacen en las mejillas como no vas a estar bonita eh?

Koemi: K-Kyomi -entre risas- ya entendí ya entendí!

Kyomi: -riendo también la soltó finalmente pero quedandose abrazada a ella- no es por ser chismosa... Pero escuche parte de su plática... Cuando dudes... Deberías de ver el cielo

Koemi: eh...? Porque el cielo? -dudosa- no siempre llueve

Kyomi: porque el ama tus ojos azules como el cielo, puedes estar segura que cada que vea el cielo el piensa en ti -abrazandola mientras veían por la ventana- si quieres pensar en el, podrías ver la noche, sus ojos son grises obscuros a fin de cuentas -sonriendo le beso la mejilla con cariño- Hotaka no te dañaría ni mentiría... Es un buen chico, y se le ve en la mirada que te quiere -divertida- además debes aprovechar que papá lo aprueba, a Mamoru le dio un sermón -soltando una risa

Koemi: tenía una cara de susto el pobre Mamoru-san -riendo ante aquello- recuerdo que estaba pálido

Kyomi: cierto -sonriendo le beso la cabeza separándose- ya quedó, descansa hermanita

Koemi: gracias Kyomi, te quiero mucho -mencionó para solo levantarse viendo su trenza con cariño- algún día me enseñarás a hacerme trenzas?

Kyomi: claro que no -dijo con burla ganándose una mirada confundida de la pelirroja- si te enseño a hacerte trenzas ya no me vas a necesitar, eso sería muy cruel -cruzandose de brazos.

Koemi: yo siempre te voy a necesitar baka! -abrazandola le beso la mejilla para después separarse e irse de allí.

Takeo: ahí estabas! -mencionó cuando la vio salir del cuarto- papá nos estaba buscando, vamos -dijo tomándola de la mano para llevarla de inmediato.

Koemi: puedo caminar sola -alargaba las palabras con tono divertido siguiéndolo hasta que llegaron al estudio de su padre, era una habitación llena de libros, un escritorio, y tenía en una vitrina unas katanas.

Ichiro: -al verlos sonrio- vengan aquí mis mestizos favoritos, mis mestizos del destino

Takeo: estoy seguro que somos los únicos mestizos que conoces -mencionó con diversión acercándose junto a su hermana.

Koemi: porque dices que somos los mestizos del destino? -algo divertida.

Ichiro: somos de pelo rojo cariño, como los hilos rojos del destino -mencionó con orgullo bajo la mirada incrédula de los dos.

Takeo: me van a dar náuseas si sigues con cursilerías

Ichiro: también es rojo como el amor o la pasión! -exagerando gestos.

Koemi: por piedad detente -mencionó entre risas- nos buscabas para algo importante?

Ichiro: bueno... Fui a casa de sus abuelos a recoger unas cosas que dejaron, y resulta que les dejaron algo a ustedes dos -sacando una cajita de madera la puso en el escritorio- adelante, no la eh abierto

Takeo: -viendo aquello sorprendido sonrió algo emocionado para abrirla, dejando ver dos cajas más pequeñas y dos cartas con ellas- está es la mía, dice mi nombre -orgulloso tomó la suya.

Koemi: -viendo la caja sonrió para tomarla con cuidado y abrir primero la carta.

Takeo: -viendo su carta sonrió- eh, dijeron que algún día seré el hombre de la casa! -orgulloso- debo aprender a protegerlos! -aseguró animado para luego ver de reojo a la pelirroja y ladear la cabeza- pasa algo? Usualmente dirías "te recuerdo que ellos no sabían que mamá tendría otro hijo varón"

Koemi: que? Oh, si, lo siento -mencionó apenada para guardar la carta aún sin entender que querían decir para después abrir la pequeña caja, dejando ver unos cuantos collares- son lindos...

Ichiro: -viéndolos sonrió con nostalgia- te quisieron mucho princesa... Mamá nunca se apartaba de ese collar de asagao... Amaba esas flores... Oh, y papá te dejo el collar de llave -mencionó con sorpresa- nunca supe que significaban...

Koemi: -viéndolos sonrió para colocarselos con cuidado- los cuidare muy bien -mencionó mientras tomaba un trozo de tela- y esto?

Takeo: quizás sea un simple trapo -mencionó viendo la tela para ver luego su caja- a mí me dejaron esto -animado mostrando una llave- es la llave de la vitrina de katanas! -emocionado.

Ichiro: ni de broma las vas a sacar, estás muy pequeño para usarlas, esperarás unos años

Takeo: -bufa- está bien... Pero también me dejó su reloj de bolsillo -sonriendo- gracias papá

Ichiro: vamos, no me agradezcan, yo solo se los di -sonriendo de lado los abrazo a ambos- los quiero muchísimo pulguitas

Koemi: cómo pase de princesa a pulga? -divertida.

Takeo: es por enana -sacandole la lengua.

Ichiro: oigan, les voy a decir algo, no deberían de pelear mucho

Koemi: vamos papi, así son los hermanos, no te lo tomes muy enserio

Ichiro: si es algo serio princesita -mencionó recargandose en el escritorio- los hermanos, y más ustedes que son mellizos, son un lazo irrompible, siempre contarán el uno con el otro en las buenas y en las malas a fin de cuentas, nunca sabes cuando verás por última vez a alguien y podrías lamentarte por terminar peleados... A mí me pasó hace mucho con su tía, cuando murió y éramos adolescentes, nunca superare no haberle dicho te quiero lo suficiente..., Solo prometanme que nunca se separaran enojados

Koemi: -viendolo sonrió de lado- lo prometo papá... Además yo adoro a mi mellizo del destino -divertida lo abrazó.

Takeo: y yo a mi hermanita, así que dalo por hecho -aseguró.

Ichiro: -viéndolos sonrio- andén, salgan de aquí -orgulloso vio como se marchaban.

Koemi: oye Takeo... -mencionó mientras caminaban hacia su habitación- nunca nos vamos a separar... Verdad?

Takeo: uh? Que clase de preguntas haces? Claro que no -aseguró, sin embargo al ver si cara de preocupación suspiró- eres mi hermana, y mi mejor amiga al mismo tiempo, yo también tengo miedo de que un día te marches y me dejes atrás, por eso tampoco quiero que andes con Hotoka... -viendola sonrió con levedad- quieres un pacto de sangre...?

Koemi: -lo mira extrañada- eso no duele? -cuestionó, sin embargo solo lo siguio cuando aceleró el paso a la habitación.

El niño, tomo una caja de cerillos para encender una vela y sacar una pequeña aguja y unos hilos, además de unas pequeñas piedras.

Takeo: mira -mostrando que había hecho dos pulseras con unos hilos rojos y una piedrita en cada una- son piedras especiales, con algo de calor cambiarán de color, es como si fuera magia... Tu dejaras caer una gota de sangre en la mia y yo en la tuya, las pondremos al calor de la vela y sucederá la magia -con un pequeño brillo en los ojos.

Koemi: -viendolo sonrió de lado- y que significan los colores...?

Takeo: es simbólico, mientras estemos vivos, el color estará presente, si nos pasa algo malo cambiarán... Incluso si es emocional, así sin importar que, sabremos que siempre estaremos unidos -tomando la aguja- lista...?

Así, ambos niños, no dudaron en hacer aquel proceso, mientras la de la joven tomo un color azul, la de el chico tomo un hermoso color verde, sin embargo, se acostaron de inmediato en sus respectivas camas cuando escucharon pasos, ocultando las cosas, a excepción de las pulseras ya que se las habían puesto.

Sumi: ya están listos para dormir? -cuestionó entrando en la habitación viéndolos para sonreír con dulzura.

Takeo: claro mami... Te estábamos esperando nada más...

Koemi: -viendola también sonrió- mami... Puedes cantarnos algo para dormir? Como antes...

Sumi: -ante aquello emitió una risita para comenzar a tararear, mientras se adentraba en la habitación para arroparlos.

"Déjame tomarte de la mano
Déjame mirarte a los ojos
Déjame, a través de mi mirada
Darte todo mi esplendor"

Mientras cantaba, depósito un beso en la frente de cada uno.

"Déjame quedarme aquí
Déjame besarte ahí
Donde guardas tus secretos
Los más obscuros y los más bellos"

"Te regalo mis piernas
Recuesta tu cabeza en ellas
Te regalo mis fuerzas
Úsalas cada que no tengas
Te regalo las piezas
Que a mi alma conforman
Que nunca nada te haga falta a ti
Te voy a amar hasta morir
Te voy a amar hasta morir"

Se quedó sentada a un lado de su hijo mientras acariciaba su pelo hasta que empezara a dirmitar.

"Déjame jugar contigo
Déjame hacerte sonreír
Déjame darte de mi dulzura
Pa' que sientas lo que sentí"

"Déjame cuidarte
Déjame abrazarte
Déjame enseñarte
Todo lo que tengo pa' hacerte muy feliz"

En poco hizo lo mismo con la pelirroja, quien se veía con una mirada ilusionada pero de sueño.

"Te regalo mis piernas
Recuesta tu cabeza en ellas
Te regalo mis fuerzas
Úsalas cada que no tengas"

"Te regalo las piezas
Que a mi alma conforman
Que nunca nada te haga falta a ti
Te voy a amar hasta morir"

"Te regalo mis piernas
Recuesta tu cabeza en ellas
Te regalo mis fuerzas
Úsalas cada que no tengas"

"Te regalo las piezas
Que a mi alma conforman
Que nunca nada te haga falta a ti
Te voy a amar hasta morir
Te voy a amar hasta morir"

"Te voy a amar hasta morir
Uh-uh-uh, uh
Uh-uh-uh, uh"

Para cuando terminó, los dos se habían dormido, por lo que los beso por última vez, y se marchó, apagando las luces y cerrando su puerta con delicadeza.

Tal y como es común, las hojas en el otoño fueron cayendo con el tiempo, mientras que en primavera, las flores florecían con belleza, y nuestras protagonista, cual flor, con el tiempo se hacía más bella y florecía de a poco.

Kento: Nee-san! -llamó corriendo hacia la chica de ya 10 años para lanzarse a abrazarla- te encontré!

Koemi: pero mira que inteligente niño! -mencionó con gracia cargando al rubio para darle un par de vueltas en el aire.

Hotaka: hey, eso no es justo -mencionó desde la rama de un árbol sentado- conmigo siempre te enojas porque te encuentro -mencionó bajando de este con una pequeña sonrisa.

Koemi: Hotaka! -mencionó con un ligero brillo en los ojos- volviste hoy? Pensé que te irías más tiempo! -mencionó mientras bajaba al rubio con cuidado quien hizo un puchero.

Hotaka: que clase de prometido se perdería el cumpleaños del amor de su vida? -mencionó acercándose para depositar un beso en sus labios- te traje un regalo

Kento: oye! -habló poniéndose entre ambos con los brazos cruzados- es mi hermana! -reclamó.

Hotaka: -viendolo sonrió divertido- tal parece que Takeo ya te entreno para proteger a Koemi -algo enternecido- eso me tranquiliza para cuando no estoy, mira que te traje a ti -mencionó divertido sacando una bolsa.

Kento: Dulces! -emocionado tomó la bolsa de inmediato con brillo en los ojos- eh... Creo que mamá me llama, ustedes pueden quedarse si quieren -mencionó comenzando a irse, haciendo a los dos chicos reír.

Koemi: es todo un caso... Ya está tan grande, pareciera que apenas ayer estaba en la cuna

Hotaka: es cierto... Pero sigue estando pequeño -algo divertido se acercó para extenderle una cajita- feliz cumpleaños Koemi...

Koemi: -viendolo sonrió con levedad- pero mi cumpleaños es mañana Hota-san -viendolo a los ojos.

Hotaka: oh vamos, quiero ser el primero en darte tu regalo, además, es muy especial

Koemi: -viendolo ante aquello tomo la cajita para abrir con cuidado está, viendo al interior mientras su mirada se iluminaba- Hota... Es bellísimo -mencionó sacando un colgante con un dije plateado, sin embargo, este tenía dibujado un cielo azul con unas nubes grisáceas- lo amo...

Hotaka: -ante aquello abrió el colgante para colocárselo con delicadeza- porque no abres el dije? -cuestionó con un tono dulce detrás de ella.

Koemi: -ante aquello sonrió de lado para abrirlo, dejando ver una foto de ellos dos, además de una foto con su familia- Hota... Es bellísimo.. uh? -su mirada se posó en un papelito que sobresalía- "mira atrás"...?

En el instante en que la pelirroja se volteo hacia el, se topo con el peliverde incado frente a ella, mientras que este mostraba una cajita más pequeña abierta, dejando ver un anillo con una cadenita, haciendo que la joven se ruborizara mientras se cubría la boca por instinto.

Hotaka: Se que es pronto... Pero... Bueno, pensé que sería algo lindo -viendola algo sonrojado- quería demostrarte que sin importar nada voy en serio... Y el día que nos casemos, ambos nos pondremos nuestros anillos en el dedo para sellar nuestro amor... Te... Te gusta?

Koemi: -viendolo solo se lanzó a abrazarlo cayendo ambos en el pasto- que clase de preguntas haces? Me encanta! Te amo! -emitió comenzando a depositar besos en su mejilla con cariño.

Hotaka: -viendola ante aquello sonrió para juntar sus frentes- y yo te amo a ti Koemi... -mencionó con cariño para colocarle el colgante con el anillo en el cuello.

Koemi: -viendolo, depósito un beso en sus labios con cariño para después separarse y levantarse con cuidado ayudandolo- que tal si te quedas hoy?

Hotaka: suena bien, la casa de siente sola sin mis padres, decidieron quedarse allá más tiempo

Koemi: perfecto, será como una pijamada -divertida.

Hotaka: eso sí Takeo no trata de matarme por la noche -divertido comenzo a caminar a su lado abrazados.

Koemi: oh vamos, solo fue una vez, y ni siquiera sabía que estaba usando la funda de la katana -burlona lo hizo soltar una risa- además papá le quitó la llave de la vitrina desde entonces.

Una vez más, como era su costumbre, cruzaron aquel bello rio por las piedras una por una, tomados del meñique como sensación de que estaban para el otro, hasta que finalmente llegaron a la casa.

Takeo: como es que compraste a mi hermano?! Eso es jugar sucio! -reclamó en cuanto llegaron.

Hotaka: yo no lo compré, solo le di dulces -alzo los hombros inocentemente.

Takeo: oh no! No me vengas con eso!

Kento: Nee-san, podemos jugar juntos? -jalandola de su blusa.

Koemi: -viendolo sonrió para cargarlo con cariño- vamos a jugar al avióncito? -cuestionó divertida comenzando a jugar con el cargandolo, mientras que los dos chicos seguían en su "discusión".

Koemi y Kento estuvieron buen rato jugando en el jardín, entre risas y juegos, persiguiendose y atrapandose.

Koemi: te tengo! -cargandolo le dió vueltas en el aire antes de dejarse caer con el en el pasto entre las flores que comenzaban a crecer en febrero.

Kento: nee-san... -llamó mientras se levantaba para ir por algo volviendo rápidamente- mañana es tu cumpleaños verdad...?

Koemi: uh? Pues si... Mañana es mi cumpleaños Kento, porque la pregunta?

Kento: -con un ligero rubor saco de detrás de el un pequeño ramo de flores violetas- son asagao... papá me llevo a conseguirlas, dijo que a ti te gustaban mucho y que las cuidabas con la abuela...

Koemi: -viendolo enternecida sonrió para abrazarlo con cuidado sentandolo entre sus piernas- son hermosas Kento... Gracias -sonriendo viendo las flores- sabes... A mí me encantaba cultivarlas, pero la abuela y yo pensábamos diferente, yo me ponía muy triste, porque sin importar que tanto las cuidara siempre al caer la noche cesaban... Pero ella decía que era un ejemplo perfecto de la vida... -mencionó con nostalgia- ella te hubiera adorado...

Kento: a mí me hubiera gustado conocerla también -mencionó, sin embargo se volteo para colocar con cuidado una de las flores en su oreja con cariño- entonces aprovechalas antes de que cierren, quizás te recuerdan aprovechar las cosas

Koemi: puede que tengas razón -emitió soltando una risa acaricio su cabello para solo colocarle una flor también.

Kyomi: pero miren a que dúo tenemos aquí mientras mamá sermonea a los otros dos? -burlona.

Kishi: tía! -habló una rubia de 2 años, sus ojos eran de un bello color rosa que brillaba con el sol.

Kento: Kyomi-nee! -emocionado se levantó para abrazarla.

Koemi: -viéndolos sonrió emocionada para levantarse y cargar a la de dos años- pero miren a que princesa tenemos aquí! Si es la pequeña Kishi! Cómo está la niña de mis ojos? -cuestionó mientras está se notaba emocionada en sus brazos- creces cada que te veo! Ya cuántos años tienes?

Kishi: -viendola miro sus manos para comenzar a replantearselo y después mostrar su manita formando un 2- dos años! -sonriendo.

Koemi: 2 años! A este paso me vas a alcanzar! -dijo viéndola con una sonrisa tierna mientras le colocaba una de las flores también en el cabello haciéndola soltar una risita- pensé que no vendrían, y Mamoru-san?

Kyomi: dijo que esta vez tenía mucho trabajo, pero nosotras nos quedaremos un par de días por tu cumpleaños hermanita -mencionó con cariño mientras cargaba al rubio- podremos convivir mucho Kento-kun

Kento: Kyomi-nee es la mejor! -alzando los brazos animado.

Koemi: lo admito, lo es, pero yo soy la mejor tía, verdad que si Kishi? -orgullosa.

Kishi: te quiero mucho tía! -abrazandola cariñosamente.

El resto de la tarde, fue de hermosa convivencia ente todos, cuando Kyomi se casó se fue a vivir con su esposo, así que ya no pasaba tiempo con su familia, y luego con el trabajo de Ichiro, el tiempo familiar se disminuía mucho, pero por esos días, finalmente coincidirían en estar todos, todo parecía tener por enfrente un gran futuro.

Pero... ¿quién puede decidir lo que pasa, o que tan rápido algo puede terminar...?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top