~°Corto: Dos caras°~

La mañana era helada, el viento entraba por su ventana sin descaro pero él ni se inmutaba, estaba tan agotado emocionalmente que no podía levantarse siquiera a cerrarla. Solo quería permanecer en su cama, sentirse solo y miserable.

Apenas una manta cubría su cuerpo, mientras él repetía lo acontecido hace días una y otra vez en su mente torturandose con aquel recuerdo, mirando el techo todo el tiempo.

Sus ojos hinchados de tanto llorar ya no reflejaban el brillo que una vez tuvieron.

Si hubiera sido más valiente...

Se decía a sí mismo en su mente.

Apretó los dientes conteniendo un grito, cerrando fuertemente sus ojos con rabia, impotencia y desespero.

Unas cuantas lágrimas volvieron a deslizarse por sus mejillas, como la noche anterior, pero a él no le importaba.

Hasta que el sonido de su celular lo abrumó.

Conocía ese tono.

Era el único que había asignado para la única persona especial de su vida.

Cogió su celular notando que era una videollamada.

Rápidamente limpio su cara con la sábana, tomándose un profundo respiro para tratar de regularizar su respiración y cerrando sus ojos por un momento para que más lágrimas no se atrevieran a caer.

Hizo lo posible para verse bien.

Entonces contestó.

—"Hola, Sonikku."— su voz era tan suave, que casi ni parecía que hubiera estado llorando a gritos hasta el amanecer.

Solo por él.

—"¡Shads! Te llamo para recordarte que tienes que acompañarme a elegir la comida que daremos en la recepción, así que te espero listo a las 3."— su voz tan alegre y su sonrisa llena de vida era lo que más amaba de él —"Oye... ¿Por qué tienes los ojos hinchados? ¿Paso algo?"— pudo apreciar como la preocupación hacia presencia en la dulce voz de su amigo.

Amigo... Una palabra tan pequeña, pero a la vez tan pesada.

Rio secamente frotándose un ojo —"Acabo de despertar azul, ya sabes como es mi cara en las mañanas."—

—"Ya van a ser las 2 de la tarde, sonso."— se burló el cobalto —"Deja de dormir y date prisa, ¡Como mi padrino tienes la responsabilidad de hacer que mi boda sea perfecta!"— chilló haciendo pucheros, al ver que su amigo no parecía tomar en serio su deber —"¡Eres malo Shadow!"—

Una pequeña sonrisa melancólica se mostró en el rostro del moreno.

—"No te preocupes, Sonikku. Yo haré, que seas la persona más feliz... En el día de tu boda."— aquellas palabras no pudieron ser más sinceras... Y también, más dolorosas.

Pero el menor no lo noto.

No fue capaz de detectar aquel tono lastimero, cargado de pena y rabia, que el azabache se esforzaba tanto en ocultar; quizás por que el azulado estaba sordo y ciego de su propia felicidad. Tanto así, que le impedía ver los verdaderos sentimientos de su amigo sufriendo en silencio por él.

Sonrió de oreja a oreja iluminando el corazón roto del azabache, en el proceso, sin querer —"Lo sé, Shadow. Confió en ti."— antes que pudiera decir otra cosa, se escuchó como tocaban la puerta del apartamento del azul —"Ese debe ser Tails, Shads avísame cuando estés listo. Recuerda, a las 3, aquí."— Sonic lo miró con su ceño fruncido tiernamente.

—"Tranquilo, ahí estaré niño."—

—"¡See you!"—

Lo último que vió antes de que la llamada se cortara, fue la hermosa sonrisa sincera de su amor secreto.

Misma sonrisa que no podría ser suya.

Nunca jamás...

Lanzó su celular a un lado, tumbandose de nuevo en su cama.

Rápidamente el malestar que tuvo hace unos momentos volvió a él y esta vez con más fuerza. Cubrió sus ojos con su antebrazo, dejándose consumir por los pensamientos en su mente.

En primer lugar:

¿Por qué aceptó ser su padrino?

Tenía muchas razones para negarse y simplemente decir, no.

Odiaba la idea de verlo casarse con otro hombre.

Odiaba tener primera fila para entregarlo a los brazos de un extraño.

Odiaba pensar que ese zorro estaría sobre su pequeño todas las noches profanando su interior.

Odiaba ver a ese tipo llevarse lo que por ley era suyo.

Odiaba todo de ese hombre.

Y sobretodo, odiaba que fuera él quien provocara la felicidad de su amado oji-esmeralda.

—"No, la verdad... Es que me odio más a mí, por ser tan estúpido."— pensó casi de inmediato.

Pero...

Recordar la sonrisa del cobalto y el brillo en sus hermosos orbes al momento de pedirle tal cosa. Podía sentir la emoción en cada palabra del menor y la alegría desprender de su ser al contarle cómo se imaginaba que sería su gran día, con él a su lado ayudándolo en el proceso.

¿Cómo habría sido capaz de negarle algo a él?

¿Cómo habría sido capaz de apagar la luz de sus ojos al decirle, que le quemaba el alma saber que se casaría?

Y, ¿Cómo podría decirle que, aunque tratara sólo por él con todo su dolido ser, simplemente no podía sentirse feliz?

Dicen que uno hace locuras por amor.

Pues él en verdad estaba loco.

Loco por callar sus sentimientos. Solo para que su amado sea feliz, con alguien más.

—"¿Por qué lo hice?, ¡Maldita sea! ¡Fui un cobarde!"—

Apretó sus puños en cólera, sus orejas se doblaron con pena, aun cubriendo su rostro mientras su otro brazo golpeaba contra la cama. En un intento vano por desahogarse.

Agua salina humedece sus mejillas a gran velocidad.

Shadow se encontraba llorando como un niño, por segunda vez ese día.

Le dolía y mucho.

Era una sensación que no se la deseaba a nadie. Y mientras más trataba de aceptar su realidad, más parecía doler.

—"Sonic... Te amo. ¡Debí decírtelo antes!"— se lamentó entre jadeos e hipos —"Deseo... Que seas feliz... Con él."—

Su llanto aumentó con eso último.

Trato de sonar sincero pero el dolor que le provocaba era demasiado.

Enterró la cara en su almohada llorando y gritando a más no poder. Pensar que tenía que decir palabras demostrando su supuesta alegría por la unión de su amigo con el zorro, le atravesaba el alma. Aquel erizo serio e incluso visto como un tipo duro y frío estaba irreconocible, se veía como jamás se imaginarían verlo... Como alguien llorando con el corazón roto.

Siguió así hasta cansarse y casi quedar dormido entre lágrimas, de no ser por el sonido de su celular al recibir un mensaje.

Supuso quien le había escrito.

Miro la hora de su reloj en la mesita de noche a un lado de su cama.

2:40 pm.

Con desgano se levantó, directo al baño. Abrió la ducha dándose un rápido enjuague para despertarse y tratar de que el agua se lleve sus penas.

En menos de 15 minutos ya estaba listo; incluso se tomó un momento para mirarse en el espejo y usar toda su fuerza de voluntad para hacer su mejor sonrisa falsa. No tenía la intención de preocupar a su amigo. Ni tampoco quería que preguntara si estaba bien.

De antemano sabía, que no podría responder a eso.

—"Eres... Un idiota."— se dijo así mismo, sin dejar de sonreír ampliamente, con felicidad fingida.

Con eso último salió de su hogar.

Con la cara y el corazón hechos mierda, pero tenía que ayudar al amor de su vida... A casarse con otro hombre.

Be Happy~

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