Cinco

JinKi observó a su esposo, el silencio reinaba en el comedor de la familia Lee Kim. Analizó y trató de detectar algún comportamiento raro, como nerviosismo o impaciencia por verse con ese alguien, más no fue así.

Para su desgracia, solo había alcanzado a oír muy poco, para ser especifico, solo había oído aquel «te amo más» debido al impacto de las palabras ajenas y el susurro de la conversación, fue aquello lo que le hizo huir a la cama para no ser descubierto, aunque lo cierto era que su corazón se había roto por completo, pues la persona que tanto amaba, no le correspondía de igual forma.

—Quiero comer contigo. —Exigió intentando sonar autoritario.

El rubio solo le observó y asintió con calma.

—De acuerdo, ¿pasas o voy por ti?

JinKi bajó la mirada, su esposo sonaba tan seguro y libre de mentiras que por un segundo estuvo tentado a desechar la idea de que el rubio le estuviese engañando porque él había visto casos donde la persona que tenía un amante aparte de ocultarlo, hacía lo mayor posible por estar con ella y no con la persona a la que estaba unida pero entonces ¿por qué KiBum parecía ajeno a ello?

¿Y si en verdad escuchó mal?

¿Y sí le dijo aquellas palabras a su primo o a sus padres?

—¿JinKi? —la calmada voz del rubio hizo al nombrado alzar la mirada de nueva cuenta para ver el rostro ligeramente preocupado de su amado— ¿me escuchaste?

—Ah sí —esbozó una sonrisa que apenas iluminó su rostro—, pasaré por ti.

—¿Estás bien?

—Cansancio, supongo —fue el único pretexto que se le ocurrió para ocultar el dolor de su corazón—, tal vez necesite vacaciones.

—Tal vez.

JinKi se sintió más desanimado al ver que su esposo no hacía algo para ayudarle a subir el ánimo, las dudas acudieron de nuevo y esta vez con más fuerza, ahora la mayor y más grande era; ¿quién era el amante?

—Cuando regreses de Londres me gustaría que fuésemos de vacaciones con YooGeun a la playa —tímidamente tomó la mano ajena sintiendo un calor confortante al no verse rechazado— necesitas relajarte también.

KiBum esbozó una sonrisa y asintió, incluso colocó una mano sobre la ajena para darle suaves palmadas.

—Escoge el lugar y la fecha, pasaremos nuestras primeras vacaciones en familia.

«Y las últimas» Pensó KiBum.

No es que fuese un ser despiadado, después de todo, tenía a alguien que amaba, solo que había personas que se interponían en su amor, en este caso, los hermanos Lee, pese a eso, sentía que debía tomar aquellas vacaciones junto al mayor como una despedida, puesto que después de ello le pediría el divorcio y libre de él, se casaría con MinHo.

Con aquello en mente, se despidió de un falsamente sonriente JinKi, ambos tomaron rumbos diferentes, mientras que un elegante rubio acudía a su propia empresa totalmente orgulloso e intocable como lo era, otro se encerraba en su oficina con el corazón partido por sentir que lo había perdido todo.

Y en todo se refería a KiBum.


▒▬▒


—Debemos limitar las llamadas por ahora. —KiBum habló a través del manos libres, su rostro permanecía inexpresivo debido a que se encontraba analizando algunos bocetos para la nueva colección.

—¿Pasa algo malo? —del otro lado de la línea, se apreciaba a un deportista MinHo, se encontraba entrenando con ChangMin, un poco de ejercicio para él no le caería mal por lo que su voz salía agitada debido a que se encontraba trotando.

—En la noche creí haber visto movimiento en las cortinas y esta mañana JinKi estuvo de lo más extraño, no me engaña, sé que algo intuye y no deseo que lo sepa por completo, así que para eliminar cualquier duda accedí a comer con él, probablemente lo haga toda la semana para que deseche cualquier pensamiento y no se le ocurra indagar en mi vida —avanzó por toda la oficina eliminando detalles y componiendo algunos más— incluso me dijo que desea que nos vayamos de vacaciones después de regresar de Londres.

—¿Y lo harás?

—Por supuesto, será mi despedida, después le pediré el divorcio —con papeles en mano, salió de la oficina y colocó los bocetos corregidos en el escritorio de su secretaria, bastando tan solo un chasquido para que la mujer tomara la valiosa información y la llevara al taller de diseño. Al volverse a encerrar retomó su lugar y la conversación—, creo que tendremos que ser más cuidadosos.

—Creo que sí, cometí un pequeño error y creo que puedo hacer dudar a TaeMin.

—¿Qué idiotez hiciste?

Por mucho amor que el rubio le tuviese a MinHo, no podía dejar de lado su carácter fuerte ni altanero, por lo que no tuvo el menor problema en hablarle rudamente.

—¡Tú tienes la culpa al no decirme de tu primo! —reprochó el moreno deteniéndose para recuperar aire.

—Serás imbécil —tras inspirar hondo y masajear el puente de su nariz, solo tuvo como opción el cancelar su vuelo junto al moreno—, bien, ya sé que hacer, actuarás como si nada, es más, llévatelo a cenar, no sé, has cosas que haría un matrimonio sin hijos, ¿qué hacen?

—Diría que tener sexo pero eso pasó a último plano últimamente, ya no me atrae eso.

—Pero eso generaría sospechas de su parte gracias a tu idiotez.

—¿Quieres que me acueste con él?

—¡No! —gritó furioso, escuchando del otro lado una muy feliz carcajada— ¡Demonios, no! ¡Todo menos eso!

—Entonces ¿qué sugieres?

—No sé qué hace un matrimonio sin hijos.

—¿Llevarlo al cine?

—¡Eso! Llévalo al cine, vayan a un parque de diversiones, cosas que le gusten a él.

—¿Con besos? —Choi amaba ver a su hermoso rubio celoso por lo que no desaprovechó el provocarle un poco.

—Oh sí claro, besos. —Respondió con sarcasmo.

—¿Lengua incluida o solo actuado?

—Sí claro, lengua incluida junto con su respectiva metida de mano —sonrió falsamente dándole un toque de excesiva fingida felicidad—, atrévete a hacer eso y te corto las manos, Choi MinHo.

—No podrías hacerlo, después ¿cómo podré sostenerte cuando no puedas más y tus piernas se sientan desfallecer a causa del orgasmo?

—¡Cállate! —regañó evitando reír— actúa de acuerdo al plan, nos veremos en una semana en Londres, con esto te dejo en claro que ya no podremos viajar juntos, te recomiendo que te mantengas alejado de mí y de la casa, ahora más que nunca debemos ser cuidadosos.

—De acuerdo, recuerda que te amo.

—También te amo y mucho.

Al finalizar la llamada, la pareja continuó con sus actividades, MinHo optó por visitar a TaeMin a su trabajo y JinKi comió acompañado de un reservado rubio, no por molestia, al contrario, su mente estaba trabajando en planes de emergencia por lo que había emociones que pasaban de él, aunque no pasaba lo mismo con su esposo, quien continuamente observaba cada gesto o movimiento intentando con ello descifrar alguna mentira encubierta.

Aunque entre más pensaba, menos acertaba.

¿Cómo?

¿Cuándo?

Y lo más importante, ¿quién era el amante?

Si es que KiBum tuviese uno.

Aquella noche, el mayor prestó total atención al rubio, inclusive se negó a dormir a su hora solo para cerciorarse de que no había más pláticas clandestinas o copas de vino; el resultado fue un durmiente KiBum y un exhausto JinKi a causa de velar los movimientos ajenos.

Al día siguiente un alegre TaeMin y un muy serio MinHo les visitaron para desayunar juntos, cosa que el rubio no tomó muy bien, principalmente porque quería alejarse todo lo posible del moreno y este ahí se encontraba.

—¡Oh MinHo fue tan romántico ayer! —su cuñado hizo gala de presumir a su esposo cuando KiBum tomaba una taza de café bien cargado, como si en verdad le importara— pasó por mí para comer juntos y en la noche, oh, fue maravilloso.

El rubio tomó una discreta respiración mientras tensaba los puños bajo la mesa, suerte que su expresión facial se mantuviese intacta, de lo contrario el menor de todos ya se hubiese enterado de los infernales celos de su querido cuñado.

—¿Por qué? ¿Te llevó a algún lado? —JinKi, contrario a su esposo, mantuvo una sonrisa entusiasta.

—Sí, me llevó al teatro, no sabía que Kai estuviese otorgando esa obra, fue magnifico.

MinHo tomó café con calma, su mirada se mantuvo perdida en la ventana con vista al jardín, ni siquiera era participe de la conversación debido a que solo tenía en mente lugares para llevar a pasear a su esposo.

—Y después me llevó a cenar —TaeMin suspiró como el esposo enamorado que era—, todo muy romántico, lleno de velas, el dulce sonido del violín...

—¿Acaso estaban en su primera cita de universitarios ensoñadores? —KiBum no se contuvo al decir aquello antes de darle un trago a su amarga bebida.

TaeMin le miró con el esbozo de una sonrisa, desvió su atención para fijarse en su esposo, uno que observaba la ventana como si fuese lo más importante del mundo y después contempló a su hermano quien escuchaba tan sonriente como siempre.

—¡Vamos mi amor, eso es romántico! —JinKi acarició la mejilla blanquecina con calma— ¿acaso no recuerdas que así fue nuestra primera vez?

Decir aquello atrajo la atención de Choi y por supuesto la de un sorprendido KiBum.

—¿Qué?

—Sí, así fue nuestra primera cita —MinHo relajó los hombros tras escuchar aquello, bien, no era de esa primera vez, preferiría no escucharla nunca. JinKi estiró sus dos manos para tomar las de su esposo con tal calidez que hizo a TaeMin sonreír enternecido por la escena—, había luces navideñas por todos lados, la suave melodía producto de un violín y exquisita comida francesa.

—Oh sí, como olvidar ese momento —el rubio asintió como si en verdad recordase algo que hace mucho había pasado a ser insignificante—, esa cena no se iguala a ninguna.

—Deberíamos volver.

—Claro, quiero probar de nuevo esos deliciosos platillos.

—¿Cuál es tu favorito? —TaeMin interrogó directamente a su cuñado— quisiera tu recomendación por si algún día voy con MinHo.

Coq au vin —respondió con simpleza evitando mirar al antes nombrado—, acompáñalo con un merlot para que te ayude a limpiar el paladar.

—Tan elegante como siempre, no dejas de sorprenderme —el menor de todos sonrió observando a su esposo quien yacía tomando café—, aunque los sorprenderé a todos cuando les diga que espero a mi primer bebé.

MinHo terminó ahogándose con su café a causa de aquellas palabras, KiBum rodó los ojos para posarlos sobre las manos de su esposo evitando así enviarle una mirada asesina al moreno y JinKi, bueno, él solamente observaba a su hermano, demasiado raro, quizá hasta maldadoso pero era por un motivo, todo en TaeMin tenía un motivo de ser por lo que más tarde le preguntaría la razón de su actuar; por ahora se conformaba con pasar tiempo con su esposo y así tratar de investigar respecto a lo que hacía cuando no estaban juntos, tenía una semana para averiguarlo, otras tres restantes las pasaría a solas con su hijo.

Una idea cruzó por su mente al escuchar la escandalosa tos de su cuñado, sonrió y palmeó su espalda.

Sí, MinHo también iría a Londres, él le podría ayudar, sería su detective para vigilar a su esposo y como existía esa notoria rivalidad mezclada con indiferencia, no supondría problema el juntarlos de vez en cuando solo para que así el moreno vigilara a KiBum y con ello JinKi resolvería cualquier duda.

Por eso era bueno confiar en su cuñado, porque sabía que él le ayudaría sin problema alguno.

Con ese ánimo recuperado, retomó su desayuno, por la tarde iría con su esposo a comer algo que al rubio le gustase y por la noche lo llevaría a caminar al parque acompañados de su precioso hijo, en la soledad de su habitación, lo seduciría y le haría el amor tan dulcemente que esperaba con ello que el rubio desechara cualquier idea de tener a alguien más.

No. No se rendiría tan fácil.



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