ꫀ᥊ꪻ᥅ꪖñꪮ 🖤
Las sábanas enredadas en su cuerpo le producían un incómodo calor, se las arrebató de encima buscando un poco de frescura que lo ayudara a dormir, pero esa noche estaba demasiado inquieto no pudiendo lograr quedarse dormido a pesar del cansancio que llevaba acumulado.
Frustrado por no encontrar la posición perfecta ni la tranquilidad mental, decidió rendirse y no dormir esa noche. Cuando el reloj marcaba las 2:56 de la madrugada optó por levantarse de su cama y buscar distracción en la ventana, no se sentía animado para ver televisión o buscar algún juego que lo pudiera entretener en todas esas horas extras que ahora tenía, así que simplemente abrió la ventana de un tirón y se apoyó en esta para sacar su cabeza y respirar profundamente.
Cerró los ojos y trató de concentrarse en el ruido de la calle y el viento frío que bailaba en esa noche. Trataba de buscar algo de tranquilidad que lo ayudara a dormir pero ni siquiera la paz de la noche pudo ayudarlo, así que decidió continuar con su plan de no dormir. Se alejó de la ventana y se dirigió a la cocina para prepararse un café con la intención de arrebatarle el sueño.
Jungkook no estaba seguro si era el estrés o la ansiedad que no lo dejaba dormir, pero no entendía porque de pronto su cerebro no decidió apagarse y dejarlo recargar la batería. Hacía tiempo que no sufría de insomnio, por lo tanto lo había tomado como superado, pero que justamente le pasara cuando al siguiente día tenía clases lo frustraba aún más. Regresó a su cuarto ahora con la taza caliente en sus manos ensimismado en su maraña de pensamientos, todo parecía tranquilo pero entre la oscuridad notó algo extraño.
Una figura en el suelo que no lograba descifrar se movía de un lado a otro, se quedó paralizado en la puerta por el susto pero cuando la figura emitió un maullido la tensión desapareció de sus músculos. Sonrió, dejó la taza a un lado y se acercó a acariciar al gato negro asustado.
—Hey, hola amiguito. ¿Cómo entraste?
Movió su vista por toda la habitación buscando una razón coherente de donde pudo haber entrado, hasta encontrarse con lo obvio, había dejado la ventana abierta así que suponía que el pequeño intruso había aprovechado la oportunidad de buscar un refugio.
—Ya veo... ¿Tienes dueño?
—Es mío.
Una voz profunda retumbó en la habitación, sobresaltando a Jungkook. Volvió a dirigir su vista a la ventana encontrándose con un chico de mirada afilada y cabello oscuro, ahí apoyado.
¿Cómo había subido?
—Ah, disculpa...
El chico terminó de entrar por la ventana como si nada y sin importarle que estuviera entrando a una casa desconocida, tomó al gato quien lanzó un maullido extraño y se dirigió nuevamente a la ventana, Jungkook no reaccionó hasta que el chico colocó una pierna fuera de la ventana con la intención de salir, o saltar.
— ¡Espera!— llamó asustado, el chico se detuvo para mirarlo— ¿Qué haces? ¡Es peligroso!
— ¿De qué otra forma podría bajar?— preguntó como si fuera algo obvio.
—Uhm, ¿Por la puerta?
El chico rió burlón confundiendo aún más a Jungkook.
—Entonces me metería en muchos problemas.
Jungkook no lo entendió al principio, pero luego se dio cuenta que efectivamente sí el estricto guardia del edificio lo veía bajar cuando nunca lo vio entrar y con un animal en sus brazos, los metería a ambos en problemas. Pero él no se permitiría que bajara por la ventana y se arriesgara a lastimarse.
— ¿Por qué no te quedas hasta que amanezca? A las cinco hacen cambio de guardia y tendríamos una oportunidad para que te vayas sin problemas.
No sabía porque le proponía algo como eso a un desconocido, pero algo lo jalaba a detenerlo.
— ¿Lo dices en serio?— preguntó el desconocido como si estuviera esperando que dijera que estaba bromeando, pero Jungkook asintió.— Bueno...— el chico se alejó de la ventana, colocó al gato en el suelo y con toda la confianza del mundo se tiró en la cama.
—Disculpa, ¿Cuál es tu nombre?— preguntó Jungkook notoriamente incómodo jugando con sus dedos nerviosos.
El chico se sentó en la cama y lo miró divertido por un momento con una sonrisa ladina.
—Yoongi.
— ¿Yoongi?— repitió saboreando cada letra con un cosquilleo en su pecho, el nombre le sonaba extrañamente familiar— ¿Ya nos habíamos visto antes?
Quizás había sido por la oscuridad o la hora, pero no había detallado bien al pelinegro, su cabello era lacio y lo suficientemente largo para poder amarrarse una simple coleta, su piel era de un tono pálido que era bellamente coloreada por sus labios rojizos, podría compararlo con una muñeca de porcelana a simple vista, pero sus ojos eran lo que más resaltaba de su bello rostro, eran oscuros y penetrantes, con un "algo" oculto que lo intrigaba. Tenía una extraña sensación de que ya lo había visto antes pero no sabía de donde. Yoongi desvió su mirada.
—Vivo en el edificio de al frente, quizás sea por eso.— dijo, y Jungkook inconscientemente giró a la ventana para ver el edificio de pared desgastada al frente de su ventana.
—Oh, ya veo...
— ¿Y tú? ¿Cómo te llamas?
Jungkook giró a verlo de nuevo, el chico lo seguía observando tranquilamente, aún sentado en su cama con una pierna encima de la otra elegantemente.
—Jungkook.
Yoongi sonrió y volvió a tirarse en la cama, como si fuera suya.
—Un gusto, Jungkook. ¿Tienes algo de café?
—Bueno, si..— quería preguntarle si quería un poco pero no alcanzó a hacerlo cuando el chico se levantó de la cama y fue hacia la taza que había dejado abandonada, tomó un sorbo sin permiso, Jungkook frunció el ceño por el atrevimiento pero no dijo nada.
—Uhm, creo que tiene mucha azúcar.
Con confianza volvió a sentarse en la cama, Jungkook no sabía que hacer o decir pero obviamente no le gustaba la idea de un extraño actuando como si nada en su casa. Incómodo se sentó en el suelo para acariciar al gato, quien maullaba restregándose entre sus piernas buscando un poco de atención, olvidó entonces el mal momento.
—Se llama Medianoche.— comentó Yoongi quien no había dejado de observarlo jugar con el gato negro de ojos brillantes.— Es muy listo, el desgraciado, conoce los lugares donde podría recibir alimento.
—Es un lindo nombre.— halago Jungkook ensimismado en acariciar el suave pelaje.
—Pues claro, se lo puse yo.— presumió con un deje altivo en su voz.
—Veo que eres bastante directo.
—Eso me dicen. ¿Cómo eres tú?— preguntó sorbiendo un poco de la taza, levantó rápidamente la mano deteniendo una respuesta— Déjame adivinar... Eres de los chicos solitarios que se resguardan estudiando y pretenden ser cool pero realmente desean compañía aunque les de vergüenza admitirlo.
Jungkook tenía la sensación extraña de que el chico ya lo conocía y solo se estaba burlando de él dándosela de místico, no recordaba haberlo visto antes pero algo en su pecho cosquillaba con una familiaridad extraña.
— ¿Acerté?— inquirió con una sonrisa de superioridad que en vez de molestarlo le pareció atractiva.
Jungkook rascó su nuca incómodo, realmente el chico no se había equivocado, pero no quería darle la razón. Yoongi se rió recibiendo su silencio como una afirmación.
—Tranquilo, no tiene nada de malo ser así.
— ¿Seguro? Porque tu expresión no me da la misma sensación.— pronunció con sarcasmo.
—No te dejes engañar, no todos somos lo que aparentamos.— ensancho sus ojos para luego hacer una pequeña pausa para beber de la taza— Yo realmente era muy bueno en la escuela, el primero de mi clase.
— ¿Eras? ¿Y ya no?
Yoongi no respondió al instante, en cambio empezó a recorrer la habitación y examinar cada cosa que había.
—Pues... Digamos que ya no estudio.
— ¿Qué edad tienes?— preguntó intrigado.
—Eso no es importante, pero te aseguro que soy mayor.
— ¿Cómo puedes estar tan seguro si no sabes mi edad?— frunció el ceño contrariado.
—En tu escritorio tienes papeles y libros de texto, lo que me da a entender que debes estar en la universidad, vives solo porque si fuera lo contrario entonces me hubieras dicho que bajara la voz, luces muy joven entonces probablemente estás en tus primeros años. El desastre en tu cuarto te delata, yo ya pasé por todo eso, entonces estoy seguro de que eres menor.
Jungkook pensaba que Yoongi era bastante extraño.
— ¿Estás seguro de que ya no nos conocemos?— volvió a cuestionar inseguro.
—Tan seguro como que Medianoche es mío. — pronunció con firmeza observándolo nuevamente con esa mirada peculiar.
— ¿Cómo puedo estar yo seguro de que es tu gato y tú no eres un ladrón que se metió a mi casa solo con la excusa de recuperar a su gato?
El pelinegro rió haciendo que sus hombros bailasen.
—Créeme que si fuera un ladrón no hubiera querido irme luego de recuperar al gato, te recuerdo que tú insististe en que me quedara.
Nuevamente, Jungkook se había quedado sin palabras.
—Igualmente es muy extraño que estuvieras despierto en medio de la calle a esta hora— alegó Jungkook.
— ¿Y tú por qué estabas despierto?— inquirió curioso paseando sus dedos por la funda de la guitarra colgada en la pared.
—No podía dormir...— confesó débilmente, Medianoche pareció aburrirse de sus caricias por lo que prefirió alejarse a descansar bajo la cama.
—Yo tampoco.
— ¿Sueles vagar por las noches buscando gatos cuando no puedes dormir?
Yoongi rió de nuevo, se acercó un poco y lo miró directamente a los ojos, era curioso lo oscuros y cautivadores que eran, Jungkook se sintió intimidado por su mirada extrañamente hipnotizante.
—Suelo hacer mucho más que eso cuando no puedo dormir.— dijo, con voz profunda y juguetona, haciendo que Jungkook sintiera cosquillas en el estómago.
Aunque Yoongi fuera bastante raro y la situación inusual, le sirvió de alguna forma para distraerse y relajarse de su ruidosa mente. Le había agradado el misterioso chico, habían hablado mucho más de lo que esperaba esa noche, aunque al principio se sintió incómodo, después se acostumbró a su presencia y a su forma de actuar confianzuda. Planeaba no dormir esa noche para acompañar al chico afuera y que no tuviera problemas al salir, luego ir a clases y aunque le costara pasar el día probaría matar su insomnio durmiendo más temprano. Pero Jungkook se quedó dormido entre conversaciones sin darse cuenta, antes de que saliera el sol.
Al despertar pensó que había sido todo un sueño, pero el pelo de gato en su ropa, las cosas fuera de lugar y el olor de alguien más, lo hizo darse cuenta que no había sido así. Se sintió mal por no haberse mantenido despierto y así poder acompañar a Yoongi afuera, pero en secreto le fastidiaba más la idea de no volverse a encontrar. Inconscientemente revisó que todas sus posesiones estuvieran en su lugar, se relajó al confirmar que todo estaba en orden, rascó su nuca y decidió empezar el día.
Esa semana estuvo tan ocupado con sus estudios que no volvió a tener problemas para dormir. Llegaba tan cansado a su casa que ni siquiera le daba tiempo para cenar, simplemente el primer sitio donde caía era donde se quedaba dormido. Se levantaba muy temprano para cumplir su horario, en las tardes se dedicaba a ir a la biblioteca a estudiar y al salir de ahí se dirigía al gimnasio, o si le daba más tiempo gastaba su energía en una clase de baile. Llegaba agotado a su casa, su día consumido en cosas por hacer. Se dormía temprano pero sentía como si no durmiera nada, su cuerpo reclamándole un descanso que ya había tenido pero que igualmente quería tomar.
La siguiente semana estuvo lleno de exámenes y trabajos, recortando su tiempo mucho más. Se llenaba de café para mantenerse activo durante el día y poder cumplir con sus obligaciones, su cabeza estaba a mil por hora y en parte le preocupaba enfermarse por estar siendo tan descuidado con su salud. A penas tenía tiempo para descansar así que cuando empezaba la noche volvía a quedarse dormido. Así fue hasta que la época de exámenes culminó y cuando se encontró con la magnífica realidad de haber finalizado todo y por fin poder dormir como quería, no pudo.
Entonces volvió a encontrarse con su querido amigo el insomnio, ese que lo había abandonado por unos días pero había regresado como si nada como el buen amigo que era, y Jungkook lo odiaba en gran manera. Estaba enojado consigo mismo y su problema de no poder dormir, daba vueltas a cada momento en la cama, se había tomado un té, intentaba relajar su mente, pero nada servía. Quería llorar de la frustración.
A las tres de la mañana cuando estaba replanteando su vida y considerando tomar pastillas para dormir, escuchó un golpe en la ventana, más bien varios, como un toque suave. Desconcertado se levantó de golpe para acercarse a la ventana y ver que la estaba golpeando pero justo se abrió de golpe sobresaltándolo, dándole paso a una figura oscura que entró como si nada. Distinguió a Yoongi como la figura oscura que se coló en su habitación pero no por eso se quedó más tranquilo.
— ¿Has visto a Medianoche?— preguntó el intruso a penas puso ambos pies en el suelo y empezó a recorrer la habitación buscando al gato.
— ¿¡Pero qué te pasa!?— preguntó histérico Jungkook. Yoongi se detuvo y lo miró con una ceja alzada— ¿Por qué entras de esa manera a mi casa? ¿Cómo si quiera puedes subir? ¡Cielos! Me has dado tremendo susto.
Jungkook trataba de calmar los latidos descontrolados de su corazón mientras su otra mano despeinaba su cabello y lo volvía a peinar, Yoongi se acercó y trató de colocar una mano en su hombro la cual el chico rechazó.
—Lo siento, a veces no pienso bien las cosas.— suspiró con pesadez— Es que ese maldito gato mal agradecido volvió a escapar y pensé que pudo haber entrado aquí de nuevo, lamento haberte despertado.— se explicó bastante calmado, su mirada expresaba arrepentimiento y Jungkook se ablando solo con verlo.
El chico tenía los labios resecos y unas ojeras que hacían notar que tenía incluso más problemas para dormir que él mismo. No llevaba pijama, en cambio tenía un suéter negro bastante usado, unos pantalones rasgados y unos deportivos del mismo color que el suéter, aparte de todo eso, lucía bastante guapo.
—No estaba dormido, solo... No vuelvas a hacer eso.— dijo sin saber muy bien que decir, borrando su enojo y avergonzándose por sus pensamientos. Suspiró— ¿Quieres que te ayude a buscarlo?
—No quiero molestarte, me iré ahora. Lo siento, de nuevo.— respondió Yoongi con simpleza, se dirigió hacia la ventana para irse, pero de nuevo estaba ese extraño sentimiento en el pecho de Jungkook jalándolo a que no lo dejara ir.
— ¡Espera!— exclamó nervioso, alcanzó a atrapar su muñeca sin pensar, soltándola de inmediato por lo fría que estaba. Yoongi giró a verlo confundido.— Estás congelado.
—Hace frío afuera.— explicó encogiéndose de hombros.
—Entonces no te dejaré volver a salir.— sentenció.
—Pero Medianoche...
—Es un gato, suelen escapar y volver, seguro regresa más tarde, es mejor que te quedes acá a que pases frío afuera.
—Pero-
—Nada de peros, iré a prepararte algo caliente de tomar. Sígueme.
Yoongi lo siguió sin decir nada más a la cocina, Jungkook le señaló la mesa invitándolo a sentarse, él obedeció como un niño recién regañado. Jungkook se encargó de prepararle un té caliente que lo ayudara a entrar en calor, notó que su invitado inesperado estaba particularmente callado, y eso lo extrañó muchísimo por la impresión que le dio la primera vez. No parecía la misma persona de la primera vez que se vieron.
— ¿Vives solo?— preguntó Jungkook intentando sacarle conversación.
Yoongi lo miró, con los ojos brillantes pareciendo bastante vulnerable.
—Si no contamos a Medianoche, si.
— ¿No te da miedo estar tan tarde en la calle? Es peligroso.
Yoongi se encogió de hombros y desvió la mirada al agua hirviendo. Jungkook apagó el fuego y buscó una taza para echar el agua dentro, luego colocó el sobre de té, lo movió un poco antes de entregárselo a Yoongi, haciendo contacto con su piel nuevamente. Jungkook se sorprendió de nuevo por lo increíblemente frío que se encontraba el muchacho, él en cambio no parecía estar congelándose aunque estuviera tan helado.
—Gracias...
— ¿Está todo bien?— preguntó aún bastante intrigado por el cambio tan extraño del chico. Yoongi lo miró como si estuviera a nada de llorar.
—Si, si... Solo que- — no alcanzó a completar la frase porque el repentino llanto lo atacó, el corazón de Jungkook se estrujo, no sabía muy bien que decir— ¿Seguro no es molestia que este aquí?
—No, no, para nada, puedes quedarte cuanto quieras.— aseguró tratando que sus palabras sirvieran de consuelo. Yoongi limpió sus lágrimas con brusquedad — ¿Sucedió algo?
—No quiero hablar de eso.— murmuró jugando con la taza entre sus manos.
—Toma tu tiempo entonces, cuando te sientas listo aquí estaré para escucharte.
—Gracias...— pronunció a penas, sorbiendo por la nariz— ¿Puedo quedarme de nuevo esta noche?
Jungkook no tenía idea que podría haber pasado, pero sus suposiciones daban a que tenía problemas en casa y por eso pasaba tanto tiempo fuera. No lo conocía bien y aún no tenían mucha confianza, pero la razón no existía cuando estaba con él.
—Claro, claro.
Después de eso solo hubo silencio. Yoongi terminó su té sin decir nada más. Jungkook lo observaba, notaba las ojeras marcadas, lo delgado y pálido que estaba, quizás realmente la estaba pasando mal, tenía muchas ganas de ayudarlo. Tenía ese sentimiento extraño como si una persona muy cercana a él estuviera mal, sentía ese mismo grado de preocupación que alteraba sus sentidos. Quizás se debía a que no tenía amigos y se sentía solo, quizás estaba descargando toda esa falta con él.
Yoongi colocó la taza en el fregadero y le devolvió la mirada a Jungkook, caminó hacia la habitación de este, como invitándolo a seguirlo, y Jungkook lo siguió sin dudar, siguiendo esa atracción que lo envolvía. El chico se acostó de lado sobre la cama, palpó el espacio vacío que había frente a él y miró a Jungkook, este sin pensarlo se recostó frente a él, ambos mirándose a los ojos utilizando sus brazos como un cojín.
—Medianoche es muy importante para mí.— empezó a hablar Yoongi luego de un rato donde solo se observaban, sintiendo el entorno bastante íntimo.— Tengo miedo de que le pase algo, es todo lo que tengo.— su voz fue entrecortándose de nuevo por el llanto.
—Nada malo va a pasarle, volverá, y si no es así, en la calle siempre hay personas que trabajan en refugios quienes podrán llevarlo a un lugar seguro y cuidarán de él.— intentó ser positivo pero Yoongi mantenía su expresión melancólica.
—Pero esas mismas personas son las que dicen amar a alguien e igualmente los asesinan.
Jungkook sintió un escalofrío al mentalizarlo.
¿Qué?
—No pienses en lo peor, esperemos a mañana, o quien sabe, quizás ya haya vuelto.
Yoongi sonrió a pesar del llanto, se acercó a Jungkook y se recostó en su pecho, abrazándolo sin vergüenza. Jungkook se sorprendió pero igualmente le devolvió el abrazo, su espalda cayendo completamente en el colchón por el peso del pelinegro, acarició su espalda mientras este sollozaba, seguía sintiéndose congelado pero lo ignoró porque la sensación del momento era bastante cálida, perdiéndose en la agradable sensación.
De nuevo cayó dormido sin darse cuenta, despertando solo y sintiéndose mucho más vacío que antes. Enojado consigo mismo por haber caído a los brazos de Morfeo y no haber pasado más tiempo con Yoongi como quería, se levantó de la cama. Al parecer Yoongi tenía una extraña habilidad de somnífero contra él.
Esa noche esperaba que por casualidad volviera a aparecer el extraño chico por su ventana, intentó quedarse despierto para esperarlo, pero a las doce se quedó dormido, levantándose desganado de nuevo. La siguiente noche fueron igual, su mente lo atormentaba con recuerdos y sueños de Yoongi, soñaba que se conocieron en la universidad y pasaban tiempo juntos entre libros y risas, una realidad que internamente deseaba tener.
Al otro día debía salir a hacer las compras, se colocó los audífonos para callar a su mente y salió de su hogar, se encontró en el pasillo con sus vecinos, una señora mayor que vivía frente a él y un señor adulto que vivía al lado de él, ambos hablaban tranquilamente.
—Buenos días, Jungkook.— saludó amablemente la señora.
—Buenos días, señora Ahn, hyung. Espero tengan un bonito día.— saludó amablemente, hizo una reverencia y empezó su marcha a la salida del edificio.
— ¡Espera, Jungkook!— lo detuvo el hombre, Jungkook lo miró con atención y quitó los audífonos de sus oídos.— Lamento si estoy siendo entrometido, pero ¿has empezado a vivir con alguien últimamente?
Se extrañó por la pregunta.
—No, vivo solo desde que me mudé aquí.— el hombre lo miró confundido— ¿Ocurre algo?
—Desde hace un par de meses se escucha como si hablaras muy fuerte con alguien en las noches. ¿Tiendes a hablar solo o llamas a alguien? Lamento mi atrevimiento pero hay veces que es tanto el ruido que nos despertamos en medio de la noche pensando que ocurrió algo, quería pedirte si podrías ser un poco más cuidadoso con respecto al ruido.— Jungkook lo miró estupefacto, era imposible que algo como eso ocurriera porque él mismo odiaba el ruido de sus vecinos y procuraba no molestar a los demás. Creía que el hombre estaba confundido, se sintió demasiado nervioso de pronto— ¿Está todo bien, muchacho? Estás sudando.
Pasó su mano por su frente comprobando lo que decía el hombre, ni siquiera había notado que había empezado a sudar. Tenía unas ganas inmensas de salir corriendo.
—S-si, lamento haberlos molestado, seré más cuidadoso. Ahora debo irme.— habló atropelladamente, hizo una doble reverencia y se fue tropezando con sus propios pies en el camino.
Una vez fuera del edificio respiró profundamente obligándose a calmarse, todo era demasiado extraño, no sabía porque de repente la confusión de un vecino le afectaba tanto.
En la noche, cuando se preparaba para dormir, se quedó mirando el techo repasando nuevamente la conversación con su vecino. Le daba demasiadas vueltas tratando de encontrar una explicación, quizás el ruido de la calle se colaba y confundía las cosas, o era otra persona quien hacia ruido y pensaban que era él. Expulsó todo el aire que había en sus pulmones sintiéndose frustrado por preocuparse tanto en pequeñas cosas. Tomó la almohada en la que estaba recostado y la colocó en su cara, queriendo gritar por de nuevo no poder dormir. Dio varias vueltas en la cama, jaló toda la sábana para que cubriera su cabeza y cerró los ojos con fuerza buscando poder descansar. La imagen del sueño que había tenido con Yoongi lo hizo abrir los ojos.
Se había sentido tan real, podía recordar perfectamente su mirada gatuna y su expresión concentrada mientras parecía estudiar, en el sueño parecía estar reproduciéndose una película, donde Jungkook lo espiaba en un rincón de la biblioteca mientras el chico leía un libro y compartía con sus amigos. Jungkook deseaba ser esos amigos.
Su ventana fue tocada despacio, Jungkook giró ansioso encontrándose finalmente con Yoongi. Se levantó de golpe de la cama para correr a abrirle, fijándose que Yoongi estaba apoyado peligrosamente en la escalera de emergencia pegada a la pared, enseguida lo jalo dentro de su habitación sin medir su fuerza.
— ¿Me extrañaste?— se burló Yoongi con una media sonrisa.
Jungkook lo soltó avergonzado, un sonrojo tiñendo sus suaves mejillas, Yoongi las acarició poniéndolo nervioso.
—Si la respuesta es si, yo también.
No se había equivocado, realmente lo había extrañado, mucho más de lo que quería reconocer.
— ¿Medianoche regresó?— preguntó tratando de enfocar el momento en otra cosa.
Yoongi alejó su mano y asintió sonriente.
—Tenías razón, no debía preocuparme tanto. Quería venir a agradecerte por ayudarme y nuevamente disculparme por molestarte.
— ¡Para nada! No fue molestia, en realidad... Me gustó escucharte, todos necesitamos con quien hablar de vez en cuando.
Yoongi se acercó peligrosamente, mirándolo de nueva de esa forma hipnotizante que lo tentaba a caer a sus pies.
— ¿Tú lo necesitas?
¿Lo necesitaba? No estaba seguro, pero Yoongi parecía dispuesto a darle su ayuda.
— ¿Estabas dormido?— preguntó al ver el alboroto en la cama. Jungkook agradeció que no lo presionara a responder la pregunta anterior.— Lo siento.
—No te disculpes, no podía dormir, de nuevo. Me alegra que hayas venido.— sonrió con sinceridad.
— ¿Quieres que te ayude a dormir?— preguntó con tranquilidad mirándolo directamente a los ojos.
Jungkook lo habría considerado como una pregunta inocente si no fuera por la mirada que le estaba dando, su mente empezó a pasar imágenes de las que no estaba muy orgulloso haciéndolo ruborizar.
— ¿Cómo?— preguntó Jungkook, su voz delatando su nerviosismo.
Yoongi no respondió, solo tomó su mano y lo llevó a la cama, Jungkook se sintió mucho más nervioso, no sabiendo que era lo que planeaba el pelinegro pero cuando solo lo acostó en su pecho y lo cubrió entre sus brazos, se tranquilizó. Se sentía como un idiota por haberse imaginado otra cosa.
—Tranquilo.— lo calmó Yoongi acariciando su espalda.— Estás temblando, ¿tienes frío?
—Si.— mintió, no queriendo confesar que temblaba por su culpa. Se odió por no poder controlar su acelerado corazón y su cuerpo reaccionando al tacto del muchacho.
Yoongi enseguida lo cubrió con la sábana abandonada y lo abrazó más fuerte. Jungkook no dejaba de pensar en lo bien que olía y lo suave que se sentía el contacto con su piel, era fascinante como lo hacía sentir y lo mucho que lograba estremecerlo pero a la vez tranquilizarlo. No quería dormir, quería seguir disfrutando del cariño que el chico le brindaba y lo bien que se sentía estar abrazado contra él, amaba la seguridad inconsciente que le transmitía. Jungkook se preguntó si Yoongi también estaría nervioso, suponía que no porque no escuchaba los latidos de su corazón, casi como si estuvieran ausentes.
— ¿Te irás cuando me quede dormido?— preguntó Jungkook tratando de forzar una conversación para mantenerse aún despierto y al chico junto a él.
— ¿Quieres que me quede?
—Si, se siente bien cuando estoy a tu lado.— confesó en un acto de valentía repentina.
— ¿Qué sientes?— quiso saber. Se acomodó recostando a Jungkook en el colchón y haciendo que sus caras estuvieran a centímetros de distancia, lo miró directamente a los ojos mostrando interés.
Jungkook podía ver más de cerca cada detalle de Yoongi, y estaba encantado por la vista. Su piel más fina de lo que aparentaba, sus ojos más cautivadores de lo que recordaba, su cabello tan oscuro que el cielo de esa noche podría sentir envidia, el contraste que este hacía con su piel clara resaltando cada punto de su rostro que lo hacía cada vez más hermoso, y fijándose bien, podía ver un diminuto lunar en su mejilla. Realmente deseó besarlo, y podría hacerlo, solo necesitaba acercarse un poco más.
—Siento calidez,— empezó Jungkook— siento seguridad, siento algo extraño en mi pecho, como si estuviéramos destinados para estar juntos, como si ya nos conociéramos desde hace años y no desde hace algunas noches, siento que eres para mí.— Yoongi no decía nada, solo lo seguía observando, deslizando su vista por cada detalle de la cara de Jungkook, viajando su mano por la espalda de este.— Me gustaría verte más seguido.
— ¿Propones algo?— preguntó curioso.
—Una cita.— dijo con seguridad, Yoongi sonrió.— Mañana, en la tarde, en el puesto de hotteok que hay al frente, nos encontramos ahí y podemos ir donde desees después.— Jungkook lo miró esperanzado, deseando con todas sus fuerzas que dijera que si.
Yoongi alborotó su cabello aun sonriendo.
—De acuerdo.— afirmó y Jungkook se sintió morir de la emoción.— Estaré ahí a las cuatro de la tarde, ¿bien?
— ¡Genial!— exclamó no pudiendo callar su emoción— De verdad me encantaría poder conocerte mejor.
—Creo que ya me conoces lo suficiente.
—Uhm...— Jungkook dudó— Solo sé que vives solo en el edificio de al lado, tienes un gato, eres mayor que yo, tenías buenas notas y... Creo que alguna vez me dijiste que estudiamos en la misma universidad.
— ¿Ves? Me conoces bien, en cambio yo todo lo que sé de ti es que vives aquí, estás enfocado en tu carrera y pasas mucho tiempo solo.
—Si lo pones de ese modo entonces yo te conozco más a ti que tú a mí...
Era extraño que el hombre que se encontraba ahora mismo en su cama y del cual no salía de su cabeza no lo conociera ni un poco. Jungkook sentía que tenían una conexión grande, pero aparentemente el sentimiento solo lo tenía él.
— ¿Puedo hacerte una pregunta íntima? No la respondas si no quieres.— habló Yoongi luego de unos segundos de silencio. Jungkook asintió a pesar de no estar muy seguro— ¿Te llevas bien con tu familia?
— ¿Mi familia?— repitió sorprendido. La verdad era que llevaba tres años sin hablar con su familia, se había acostumbrado tanto a la seguridad de la soledad que suprimió cada sentimiento de angustia que había tenido en su vida, nada de dolor, nada de rechazo. No los odiaba, pero no le gustaba recordarlos.— No.— confesó sintiéndose nervioso de pronto.
Yoongi lo abrazó.
— ¿Es por eso que vives solo?— preguntó con voz calma. Jungkook se sentía más tranquilo estando pegado a su pecho.
—Si, ¿y tú?— preguntó de vuelta, Yoongi hizo un sonido gutural como preguntando a que se refería.— ¿Te llevas bien con tu familia?
—No nos llevamos mal, pero tampoco excelente, decidí irme a vivir lejos de casa para estudiar porque creía que me sentiría más libre.— explicó Yoongi sin dejar de acariciar la espalda del muchacho– Mis padres son personas bastante estrictas, no perdimos el contacto, sin embargo... No hemos hablado desde hace un tiempo ya.
Jungkook tenía la sensación de que había algo más en esa historia.
—No todas las personas con las que compartimos lazos sanguíneos merecen nuestro respeto.— soltó Jungkook, no estaba seguro si lo decía por si mismo o por él.
—Tienes razón en eso.
Jungkook alzó su cabeza tratando de observar la expresión que tenía el pelinegro, este miraba hacia el techo pensativo mientras su mano no paraba de dejar suaves caricias en su espalda. Conectaron miradas de inmediato, Yoongi de nuevo escudriñaba cada facción de su rostro, y por la cercanía, Jungkook esta vez no pudo retener el cosquilleo en su estómago que lo traducía como el deseo de besarlo. Sin pensarlo más de dos veces se acercó finalmente a los labios fríos del contrario. Yoongi entreabrió sus labios permitiendo un mejor contacto, Jungkook gozó el ser correspondido. La intensidad del beso fue subiendo como Jungkook al cuerpo de Yoongi, hasta que el calor que sofocaba sus cuerpos fue demasiado para dejarlo en solo un simple beso inocente.
—Agradezco que mi gato se haya colado en tu ventana.— confesó Yoongi con la voz rasposa luego del acto, dejó un dulce beso en los labios de Jungkook y sonrió.
Ninguno dijo demasiado después de eso, concentrándose en la compañía y las sensaciones producidas. El corazón de Jungkook no se calmaba, todo se sentía correcto y demasiado perfecto, pero su burbuja explotó cuando Yoongi le dijo que tenía que volver a casa antes del amanecer, Jungkook se quejó pero lo dejó partir a regañadientes, prometiendo encontrarse mañana y pasar mucho más tiempo juntos.
— ¿Seguiremos encontrándonos en la madrugada?— preguntó Jungkook con una sonrisa risueña, acompañando a Yoongi al pie de la ventana para despedirlo.
—Estaré aquí cada que no puedas dormir.— aseguró este y con un último beso se despidió.
Jungkook pudo finalmente descansar esa noche.
Al otro día no tuvo problemas para levantarse, se estiró en la cama con una sonrisa que no abandonaba su rostro somnoliento, recordando cada detalle de anoche y emocionándose mucho más por lo que le esperaba ese día. Su humor estaba increíble, bailaba inconscientemente mientras preparaba su comida y se divertía eligiendo el atuendo que se pondría ese día.
Deseaba que ya llegara la tarde y ver el precioso rostro de Yoongi a la luz del día, ya imaginaba lo hermoso que se vería haciendo juego con los rayos del sol, tal y como lo veía en sus sueños.
Estaba demasiado impaciente en que llegara la hora, ansiaba el momento en que se volvieran a ver aunque habían pasado solo algunas horas de su último encuentro.
Cercano a las 3:40 Jungkook salió de su casa no pudiendo esperar más a tan deseado encuentro. Sabía que tendría que quedarse esperando unos minutos más a la llegada de Yoongi, pero no le importaba en absoluto con tal de poder verlo.
A las 4:26 decidió comprar algo de comer en el puesto de hotteok, dado a que el chico se estaba tardando.
A las 4:41 empezó a preguntarse si habría ocurrido algo, estaba empezando a desesperarse y no tenía forma de comunicarse con el pelinegro porque no tenía su número de teléfono. Se sintió tonto por no habérselo pedido antes.
A las 5:05 Jungkook empezaba a creer que verdaderamente había ocurrido algo y por eso el chico se había atrasado. Decidió esperar cinco minutos más y si no aparecía, se tomaría el atrevimiento de ir a buscarlo a su edificio. Aún así, tenía la pequeña esperanza de que Yoongi apareciera en cualquier momento.
Espero angustiado, pero pasados cinco minutos, Yoongi no hizo acto de presencia. Entonces Jungkook se levantó de la acera donde se había sentado y caminó directamente al edificio que estaba a unos pasos de distancia del suyo. Jamás le había prestado atención, pero ahora que lo veía de cerca, notaba lo viejo que parecía ser, casi como si estuviera a punto de caerse, con las paredes desgastadas y la estructura descuidada.
Jungkook no le tomó importancia e igualmente tuvo la intención de entrar pero una señora mayor que estaba sentada en el suelo de la calle vendiendo baratijas se lo quedó mirando.
— ¿Buscas algo, querido?— preguntó la anciana.
Jungkook no estaba seguro de que responder.
—Estoy buscando a un amigo, — porque era su amigo, ¿cierto?— me dijo que vive en este edificio.— explicó apenado.
La anciana le regaló una mirada de extrañeza, parecida a la que le dio su vecino cuando le dijo que vivía solo. Jungkook empezaba a ponerse nervioso.
— ¿Estás seguro, joven? Quizás te estás confundiendo con el edificio de al lado.— opinó la mujer señalando el edificio donde él vivía.
—No, no. Estoy seguro.— insistió aunque ahora no estaba tan seguro— ¿Por qué lo dice?
—Este edificio está abandonado desde hace años, querido.— explicó la mujer con amabilidad.
Tan solo esa información le cayó encima como si fuera un elefante, se sentía confundido, nervioso y engañado. ¿Yoongi le había mentido? No podía creerlo.
—Oh... G-gracias.— hizo una reverencia y tuvo la intención de retirarse, pero algo más le llamó la atención. El gato negro que salió de entre la basura del edificio y se paseaba por lo que vendía la mujer notablemente pidiendo alimento, la mujer sacó un poco de comida como si lo estuviera esperando y se la dio— ¿Y ese gato?
¿Medianoche?
—Es callejero, tiende a estar siempre rondando por acá pidiendo comida. Es bastante listo, conoce los lugares donde le podrían dar de comer.
Otra punzada atacó su pecho.
— ¿Está segura?
—Claro, lo he visto crecer.
Jungkook se sintió mareado de repente, le dolía el pecho y quería vomitar, tenía un deseo enorme de volver a casa. Como pudo se despidió de la mujer y regresó a su edificio con pasos torpes por las sensaciones agobiantes que estaba sintiendo. No sabía porque reaccionaba su cuerpo de esa manera al enterarse de que Yoongi le había mentido, pero lo que estaba claro era que se lo estaba tomando demasiado mal.
Necesitaba verlo y hablar con él. No tenía sentido que el chico le hubiera mentido tan descaradamente con tonterías. Entonces empezó a cuestionar la verdadera procedencia del muchacho. Se sentía realmente dolido por haber sido engañado, lloraba por haber actuado de forma tan estúpida y haber caído tan fácil, odiaba ese sentimiento de tristeza que lo atacaba y ensombrecía. Pero luego toda esa angustia fue transformada en rabia.
Cuando el sol se ocultó y la luna volvió, Jungkook se rehusó a quedarse dormido por si aparecía el chico con el que deseaba hablar. No tenía la seguridad de que apareciera pero deseaba que al menos le diera la cara, quería reclamarle todas sus mentiras, quitarle la máscara de una vez y deshacerse de ese sentimiento que lo estaba consumiendo. Pero en el fondo, solo deseaba volver a verlo.
Sin embargo, todo el revoltijo de sensaciones que había tenido ese día lo dejaron agotado, y como su mente hacía lo que quisiera con él, se quedó dormido en el asiento más grande de la sala. Soñó nuevamente con Yoongi en los pasillos de la universidad, sonriendo junto a personas que no tenían rostro. Jungkook lo miraba a la distancia deseando acercarse. Ya no había enojo ni tristeza. De pronto el pelinegro volteó y lo miró, lo saludó a la distancia agitando su mano, Jungkook entusiasmado le devolvió el saludo, sorprendiéndose cuando nota su mano cubierta de sangre pero no sintiendo dolor. Asustado observó ambas manos, ambas chorreantes de sangre. Temblando volvió a mirar hacia donde estaba Yoongi, encontrándolo solo, en realidad, todo el pasillo se encontraba vacío. Solo estaban Yoongi y él, pero ahora Yoongi no sonreía, lo miraba hostil, como si no existiera. Jungkook no entendía lo que estaba sucediendo, sintiéndose ahogado de pronto por toda lo que estaba presenciando, hasta que Yoongi empezó a llorar sangre, mirándolo con desaprobación. Ahí todo se descontroló.
—Jungkook.— despertó sobresaltado al escuchar su nombre, no podía definir si lo había escuchado en el sueño o en la realidad, pero la persona que había pronunciado su nombre había sido la misma en ambos lados.
Yoongi estaba sentado frente a él, lo miraba inexpresivo y calmado, Jungkook se levantó de golpe alejándose de él como si estuviera contaminado.
— ¡Aléjate de mí!— le gritó con furia.
— ¿Disculpa?— cuestionó Yoongi sin entender, se colocó a la altura de Jungkook e intentó alcanzarlo pero este le dio un empujón dejando a Yoongi mucho más descolocado.— ¿Estás así de enojado porque no fui a la cita?
— ¿Quién eres realmente?— exigió saber ignorando su pregunta. Yoongi no respondió.— ¡Descubrí que todo lo que me has dicho son mentiras! ¡Quiero que te alejes de m!
Yoongi lo observó un momento fijamente, tomándose su tiempo para responder.
— ¿Ahora si me quieres lejos de ti?— escupió, riendo con ironía.
— ¿De qué demonios estás hablando?— demandó saber Jungkook. Yoongi dejó de reír de pronto, su vista fija en él, su mirada oscureciéndose. Jungkook estaba empezando a sentirse intimidado pero se mantuvo firme.
—Yo fui bueno contigo.— reclamó duramente— Intentaba ayudarte en lo que podía y te daba mi mano cuando estabas mal. Me compadecí de ti cuando estabas solo y traté de integrarte a mis amigos, pero tú no te dejabas, solo actuabas bien conmigo. Fui tu amigo pero tu querías ser algo más, tu obsesión causó todo esto.
— ¿Te volviste loco?— cuestionó Jungkook sin entender, la ansiedad recorriendo su cuerpo.
Yoongi se detuvo por unos segundos antes de volver a hablar:
— ¿Estás seguro de que fui yo quien se volvió loco?
Jungkook no entendía que estaba sucediendo, pero sus pulmones parecieron dejar de funcionar. Todo él empezó a dar vueltas llegando hasta el punto de caer de rodillas al suelo. La angustia que tanto odiaba se apoderó de su cuerpo, escuchaba un pitido familiar que no lo dejaba en paz torturando sus oídos, un grito de dolor salió de su garganta cuando cada uno de esos sentimientos lo llevaba al vacío. Jungkook golpeaba su cabeza con sus manos tratando de calmarse pero fallando cuando cada recuerdo que parecía haber suprimido de su mente desde aquel día empezaba a aparecer de golpe, como una película antigua reproduciéndose velozmente.
— ¿Este soy yo realmente?— preguntó entre el llanto. Yoongi seguía ahí de pie, observándolo como si nada, acarició su cabello en un signo de compasión. Una compasión que no se merecía.— Lo siento tanto...
El toque en la puerta detuvo toda acción agresiva de su cuerpo, como volviéndolo a la realidad de golpe, como despertándolo de una pesadilla, solo quedaba rastro de sus lágrimas derramadas. Jungkook se levantó con dificultad y aún con el corazón acelerado abrió la puerta, encontrándose con un oficial de policía quien le mostraba una placa dorada. Todo sucedió demasiado rápido.
—Jeon Jungkook, queda arrestado por el asesinato de Min Yoongi.
Y mientras estaba siendo esposado, con un destino seguro, volteó hacia donde se encontraba el Yoongi que creyó suyo todo ese tiempo. Encontrándose nada más con su sala vacía, cayendo en cuenta de la mala jugada que le hizo su cabeza, sintiendo ahora esa soledad que siempre lo tuvo seguro, como algo de doble filo.
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