Jiang Cheng se levantó y miró a su costado para ver qué no había nadie, se sento en la orilla de la cama, recorrió con la mirada el cuarto y no había señal de esa persona.

Dentro de él, su corazón se hacía pedazos, miro el techo en un intento de contener las lagrimas pero estas no pudieron ser evitadas, recorrieron sin freno sus mejillas para caer en el suelo.

Lo sabía muy dentro de él, había sido usado y desechado por la persona que amaba.

Se quedo en silencio, en aquella fría habitación, desahogando su propio dolor. 

(N/A: No estoy llorando, juro que no estoy llorando)

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Wei Ying camino un rato por la ciudad para después sentarse y marcar el número que había tomado del celular de Lan Zhan.

Dos veces sonó el tono de llamada hasta que una voz contestó.

—¿Si? ─respondieron del otro lado de la linea.

—Hola, disculpe la molestia, ¿usted es el arqueólogo que descubrió las reliquias que fueron robados recientemente del museo de la ciudad? —preguntó Wei Ying

—Bueno... yo... ¿Quién es usted? —preguntó del otro lado el hombre con una voz nerviosa

—¡Ah!, Si me disculpo, soy un oficial que forma parte del equipo de investigación que está cargo sobre aquel robo ─respondió Wei Ying

—Yo... Se supone que solo fui contratado para ser entrevistando una sola vez, ya mi servicios no cuentan con esto ─respondió nerviosamente

—¿Contratado?, ¿Por quién? ─preguntó

—Por un hombre con una mirada muy fría, su nombre es...déjeme recordarlo... ya recuerdo se llama Nie Huai Sang. ─respondió

Un silencio se produjo del lado de Wei Ying.

—¿Bueno? —preguntó el hombre del otro lado

—¿Seguro de ese nombre? ¿No era Nie Mingjue? O ¿Jin GuangYao? ─preguntó confundido.

—No, no, estoy muy seguro de su nombre

—Ya veo, gracias, no se preocupe ya no será molestado.

Wei Ying terminó la llamada quedándose en silencio, la descripción del hombre decía que tenía una mirada muy fría, si bien Nie Huai Sang en el pasado fue un astuto mentiroso que planeo con mucho detalle, la venganza y la muerte de quién lastimó y mato a su hermano, nunca mostró una mirada fría, aquello era tan desconcertante a un punto le causaba dolor de cabeza.

Se quedo sentando por unos minutos para respirar profundamente, tenía que sacarle la verdad a Nie Huai Sang.

Si aquel era el autor de aquella misteriosa carta, tenía que saber su razón, pues en su vida pasada, gracias a él logro renacer y lograr limpiar su nombre, pero no recuerda que Lan Zhan o Lan XiChen hubieran hecho algo para que él, tuviera alguna razón para lastimarlos.

Todo se volvía en un tono más confuso, se tallaba el cabeza para despeinarse a si mismo.

¡Demonios!, ¡Demonios!, Se supone que ya esto lo viví una vez, ¿Por qué demonios tengo que pasar por esto otra vez?

Mientras peleaba con su propios pensamientos, su celular sonó, lo saco de su bolsillo, para ver en la pantalla el nombre de Jiang Cheng.

Arrugó levemente su cejas, era raro que él le marcará a esta hora.

Ya eran pasadas las diez de la noche.

—Déjame que yo hablé con él, siento que algo no está bien.

Una voz dentro de él sonó, colocó su mano en su pecho, cerro lo ojos para después abrirlos para contestar la llamada.

—¿Que ha pasado? —dijo en tono de preocupación en su voz

—Fui un idiota, creí en él, fui usado para luego ser desechado —pronunció Jiang Cheng con una sonrisa en los labios y lágrimas en las mejillas —Wei Ying ¿Por qué me duele tanto el pecho?, Se supone que siempre he sido frío, se supone que mi madre me enseñó a ser fuerte, ¿Por qué ahora tengo deseos de morirme?

—Jiang Cheng, ¡¿Dónde estás?! —la voz de Wei Ying era preocupación y desesperación

—En un hotel, en el centro de la ciudad ─musitó

—Bien mándame la dirección, iré inmediatamente para allá, no hagas nada, no te muevas.

Wei Ying tomo el primer Taxi para ir dirección a donde estaba Jiang Cheng.

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Ya había pasado un día desde que Wei Ying se fue, Lan Zhan miro la nota y sonrió, pero dentro de él una inquietud lo tenía hundido en sus pensamientos, aquella noche que sus cuerpos se tocaron, fue como aquella primera vez que todo a Wei Ying en aquella vida pasada.

No sabía porqué si ya había tomado su cuerpo meses atrás, ahora lo sentía tan diferente.

Tenia ya muchas cosas en su mente, pero ahora debía regresar a su trabajo, ya que una ausencia prolongada le provocaría problemas muy fuertes y demandas por incumplimiento de contratos.

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Lan XiChen estaba en su casa, con la mirada ida.

—¿Padre?, ¿Papá?, ¡¡Papá!! —pronunció el joven A-Yuan

—Lo siento, ¿Decías algo? ─respondió el mayor

—¿Qué si no te había gustado la comida?, Apenas has tocado tu plato ─pronunció

—No, si me gustó, es que no tengo hambre es todo —sonrió, de manera forzada dentro de él no tenía ganas ni siquiera de respirar

—Entiendo, recogeré los platos y me iré a mi habitación ─indicó el menor

—Esta bien.

Lan XiChen se quedó en el sofá mirando al suelo, pensando en lo idiota que había sido, ni en las más grandes peleas, contra demonios y la oscuridad misma, había sentido tanto miedo, sus actos ya tenían consecuencia y regresar el tiempo no era posible, ya había lastimado a la persona que amaba y no había vuelta atrás, solo a aferraba a la idea de que todo era por su bien.

Que cobarde e idiota soy, ahora mismo me has de estar odiando.

El timbre de su casa sonó, sacándolo de sus propios pensamientos, se levantó sin muchas ganas y abrió la puerta para ver a Jin GuangYao.

—¿Que haces aquí?, ¿Y como sabes lo dirección? ─preguntó molesto.

—Se dice: Buenas noches —respondió en tono sarcástico Jin GuangYao

—¿Cómo sería buenas si tú estás aquí? ─bufó

—¿De verdad no me dejaras pasar? ─musitó

—Adelante.

Se hizo a un lado para dejar pasar a la persona que ahora odiaba con todo su corazón, en una forma de desahogar su propio odio a si mismo por lastimar a la persona que ama.

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¡Gracias por leer!

Makishi Konue