21
Supongo que no es demasiado difícil para una chica como Subin hacer sentir mal a una chica como yo, y no me estoy menospreciando... O tal vez solo un poco, pero mi nivel de confianza no es suficiente para enfrentarse a ella.
Ni siquiera tiene sentido, porque no pienso en Jungkook como algo más que mi amigo, entonces esto no debería afectarme tanto.
No quiero obsesionarme con ello, no quiero ni pensar demasiado, porque se que finalmente será como ella dijo, será a mi a quien terminara afectando.
Me miro en el espejo, llevo cinco minutos aquí, aunque le he dicho a Jungkook que no tardaría y que me esperara en el estacionamiento, suspiro y abro la llave del agua salpicándome un poco en la cara, tengo que dejar de pensar en Subin y concentrarme en otra cosa.
Mientras pienso que debería ignorar todo lo que me dijo entran dos chicas al baño entre risas por lo que sea que estén hablando.
-Te lo digo enserio -Comenta una de ellas, tiene el cabello corto con un mechón verde-
La otra es rubia y delgada, podría describirla como el prototipo de chica que muchas quisieran ser.
-Nunca había escuchado una respuesta tan estúpida, puede ser preciosa y los chicos la pueden seguir a todas partes, pero no creo que sea muy lista o al menos finge no serlo.
Trato de no parecer demasiado interesada en la conversación, pero su descripción me suena.
La rubia es la primera en verme y darse cuenta de que no estoy demasiado interesada de mi reflejo en el espejo, si no más bien en el de ellas. Aún si le parezco una persona chismosa no parece molesta, al contrario; me sonríe.
-¿Eres nueva? -Es lo primero que me pregunta y aunque sé que no es su intención siento como si me hubiera dado una patada en el estómago- Nunca te había visto por aquí.
-En realidad no -Es lo único que respondo-
-¿Conoces a Subin? -Pregunta la otra-
Ahora que puedo mirarlas con más descaro me doy cuenta de que son lo contrario la una de la otra, la rubia es más alta y un poco más "vibrante" por así decirlo, su ropa tiene colores brillantes mientras la otra chica solo parece conocer el color negro.
-Algo así -Digo, en realidad no quiero que me relacionen con ella- Es decir -Me aclaro la garganta- ¿Quién no la conoce? Creo que todo el mundo sabe que algo pasa entre ella y Taehyung.
Estoy apunto de agregar a Jungkook, pero por alguna razón no lo hago.
-Lo sé, es demasiada suerte para ser verdad -Suspira la rubia- Como si no hubiera estado tras Taehyung toda la secundaria.
Me sorprende la facilidad con la que lo dice y me sorprende aún más que su amiga se ría.
-Sunhee, nunca has intentado hablarle -Dice con una sonrisa en sus labios, la chica frunce los suyos-
-Mis esfuerzos son diferentes de establecer una conversación -Dice haciendo que la pelinegra ruede los ojos-
En eso me llega un mensaje de Jungkook.
"¿Está todo bien en el baño?" Sonrío y le contesto que ya voy para allá, entonces miró a las chicas que se han quedado mirándome.
-Tengo que irme -No se porque lo digo, no creo que a ellas les importe-
Sunhee asiente.
-Bien, que tengas un lindo día.
Empiezo a caminar fuera del baño y antes de que la puerta se cierre escucho a la pelinegra decir que está segura de que me ha visto en algún lado.
Al parecer no he sido la única que duda de Subin y que todo lo que hace es una coincidencia.
🌟
No puedo evitar notar la mirada de Jungkook sobre mi mientras conduzco, he dejado que sea el quien ponga la música, por lo tanto Justin Bieber y Charlie Puth son los que más han sonado por las bocinas del auto.
Cuando tengo la oportunidad de detenerme en un semáforo esta vez si lo miro.
El sonríe, como si hubiera conseguido lo que quería.
-¿Te paso algo entre las horas después del almuerzo y la salida? -Frunzo el ceño- Estás rara.
No me gusta que note eso tan fácilmente, tampoco me gusta que aunque quisiera contárselo la razón por la que no la hago es precisamente por lo que Subin dijo.
-Es solo que me choque con unas chicas hoy, me preguntaron si era nueva -Tuerzo el gesto, aunque eso me afecto no es la verdadera razón por la que puedo estar de este humor- Y tengo al menos dos clases con cada una de ellas.
Tal vez Subin tenía razón, tal vez todo este tiempo he estado fingiendo que soy socialmente relevante.
No sé si Jungkook se esperaba que le dijera lo que me pasa, pero se toma un rato para responder.
-Supongo que debería decir algo al respecto ya que fui quien pregunto -Sonrío, de verdad no esperaba que se lo dijera-
-Se que no es nada personal -Continúo dándole tiempo para pensar- Solo que no puedo evitar sentirme un poco invisible, sé que es culpa mía pues no me he esforzado por socializar.
-Debes pensar que es muy difícil, en realidad siempre me pregunto si seríamos amigos si no te hubiera hablado yo primero.
Lo pienso, pero creo que ambos sabemos la respuesta.
-Sin embargo estoy seguro de que cualquiera que te conociera podría decir que eres una persona grandiosa y que es muy fácil quererte.
El claxon de un auto evita que responda, pues el semáforo debió haber cambiado hace rato y yo ni siquiera me había dado cuenta, la cosa es que conducir no me puede silenciar para siempre.
-Gracias -Es lo único que consigo decir y dejo que una sonrisa adorne mis labios-
Por el rabillo del ojo logro ver como Jungkook sonríe también y me alegro mucho de que hayamos venido a mi casa juntos.
Mamá no está en casa y Hobi y papá tampoco, lo que en un principio me pone nerviosa, pero lo supero enseguida.
-El escritorio está en mi habitación, podríamos estudiar en el comedor si... -El sacude la cabeza-
-Tu habitación está bien, a no ser que te incomode -Niego con la cabeza-
-Para nada, sígueme.
Lo guío escaleras arriba, por suerte mi habitación está en orden, miro al rededor y señalo el escritorio.
-Puedes dejar tu maleta en donde quieras, hay un reproductor cd ahí y los discos están en ese mueble -Digo señalando un mueble en la pared donde tengo mi colección personal- Pero también puedes conectarlo a tu teléfono, iré a traer algo de comer ¿Está bien?
Cuando el asiente me apresuro a salir del cuarto e ir a la cocina, sé que mi madre dejo una merienda preparada, así que solo tendré que subirla, incluso la dejo en una bandeja, así que mi único trabajo es llegar arriba sin dejar caer nada, y es justo lo que pienso hacer.
Trato de mantener la bandeja equilibrada, totalmente concentrada en ella, sin dejar de verla mientras llego a la habitación.
Solo entonces me permito subir la vista, veo a Jungkook alejándose del reproductor cd y presto atención al disco que eligió.
La bandeja se resbala de mis manos cuando escucho mi voz salir del parlante.
Paso por encima de todo el desastre para intentar quitar el cd, mis manos tiemblan haciéndome más difícil el trabajo, me desespero y no lo pienso mucho antes de tomar el reproductor y arrojarlo al suelo, se desconecta y el disco deja de girar paulatinamente.
Me seco las lágrimas que comienzan a deslizarse por mis mejillas y aunque no quiero hacerlo miro a Jungkook, porque sé que en este momento debe estar terriblemente confundido por lo que acaba de pasar.
-Lo siento -Susurró, es lo primero que se me ocurre hacer- No puedo, yo...
La garganta se me seca y él se acerca a mi cuando llevo las manos a mi cabeza, evita que lo haga, como si supiera que estoy desesperada por causar algún tipo de dolor que me haga reaccionar.
Mis muñecas están encerradas en sus manos, aunque esa palabra no combina con la suavidad de su tacto, su rostro se acerca al mío y de alguna manera nuestras frentes terminan unidas, cierro los ojos mientras intento imitar su respiración.
Una vez me he tranquilizado se separa lentamente, abro los ojos.
-No tienes que explicármelo Ara, es mi culpa, no debí... -Cuando empiezo a negar con la cabeza él suspira- está bien -Dice y me guía para que me siente en mi cama- Voy a recoger esto, no te muevas.
Le hago caso porque en este momento es muy difícil pensar hacer algo por mi misma, lo primero que hace es recoger el reproductor, toma el cd y lo vuelve a guardar mientras yo lo observo.
Luego mira la comida en el suelo, la vajilla rota y me siento terriblemente mal.
-Déjame hacerlo, es mi culpa -Digo levantándome-
-No quiero que te ofendas, pero ¿Es seguro que estés cerca de objetos afilados?
Me quedo callada, no me ofende porque yo tampoco confiaría en mí cerca de esa vajilla rota luego de lo que acaba de pasar.
-Está bien -Digo- Me quedaré aquí.
Y es lo que hago, simplemente lo observo mientras se deshace de todo, ni siquiera le pregunto cómo consiguió una escoba sin saber su ubicación, solo trato de pensar en cómo voy a explicar esto, porque siento que tengo que explicarlo.
Una vez termina me mira y lo único que soy capaz de hacer por el momento es palmear el lugar junto a mi, el simplemente entiende y se sienta.
-Creo que es obvio que algo está mal conmigo, solo que no estoy segura como explicártelo.
-Ya dije que no tienes que hacerlo Ara, comprendo que hay cosas que no puedo saber.
-Pero eres mi amigo -Digo al notar que no ha negado que le gustaría saber- Y si vas a seguir viniendo a mi casa creo que es mejor que sepas al menos lo que pasa.
Él se queda en silencio y yo lo tomo como mi señal para hablar, suspiro antes de comenzar.
-Estuve internada en un hospital psiquiátrico el año pasado por un par de meses, antes solía ser una caja musical andante, tocaba la guitarra -Digo pensando en el instrumento guardado en el ático- el piano e incluso violín, pero lo que más me gustaba era cantar, ahora no soy capaz de escuchar mi propia voz sin sentirme nerviosa.
-Entonces el otro día en el salón de música... -Asiento sin mirarlo-
-Era yo, aún me es un poco difícil aceptar ciertas cosas, como el hecho de que hay momentos en los que puedo tocar acordes sin asustarme o que puedo tararear un ritmo sin querer gritar, no estoy segura de cómo funciona mi mente entonces, pero lo que acaba de pasar... ni siquiera me di cuenta de lo que estaba haciendo hasta que estuvo hecho.
-Debes extrañarlo mucho -Es lo que dice y por un momento estoy confundida-
No es lo que la gente suele decir, en realidad procederían a preguntar el porqué, él como llegue a esto, pero él quiere saber cómo me siento al respecto.
-Es bastante tedioso desear algo que eres incapaz de tener -Digo mirándolo con atención- Creo que es lo único que he deseado en mi vida; dedicarme a hacer música, pero también es la única cosa que no puedo hacer y creo que es aún peor que no tener talento, porque sé que mi único impedimento soy yo misma.
Soy consciente de cómo mi voz va reduciendo su volumen poco a poco, de cómo la tristeza va inundando el ambiente, pero todo eso resulta secundario frente a la manera en la que Jungkook me está mirando.
Nada lo detiene cuando estira su mano y pone un mechón de mi cabello detrás de mi oreja despejando mi rostro, el gesto no me pone tan nerviosa como esperaría.
Y entonces las palabras de Subin vuelven a mi "¿Por que preferiría irse contigo durante la fiesta? ¿Por que te preferiría en cualquier circunstancia?" Ahora mismo me planteo esa situación y me hago la misma pregunta.
No estoy segura de lo que pasa en este momento, solo sé que hay cierta energía en el ambiente que no había antes, ni siquiera me había dado cuenta de lo cerca que estamos el uno del otro hasta ahora, tan cerca que puedo sentir su respiración sobre la mía. No estoy segura de si el acercamiento ha sido obra mía u obra suya, tampoco estoy segura de si quiero volver a mantener la distancia.
Su mano se ha movido y ahora se encuentra sosteniendo mi rostro desde la mandíbula, con su pulgar acaricia mi mejilla, me quedo embobada por la suavidad con la que realiza el movimiento.
Estoy a punto de ser quien corte la distancia, porque me llega el recuerdo de él y yo en ese armario del sótano de la casa de Taehyung, en cómo el primer beso fue algo sencillo, como un tonteo entre niños, pero el segundo fue diferente y aunque me había negado a pensar en ello ahora no puedo dejar de recordarlo, no puedo dejar de evocar el recuerdo de cómo tomo el control de la situación, como envolvió sus brazos en mi cintura acercándome a él, como me besó con ganas y me hizo pensar que tampoco debía contenerme, con ese recuerdo en la mente lo único que deseo es que se repita.
Y siguiendo ese creciente deseo sólo pienso en acercarme, hasta que el grito de mi madre en el piso de abajo me sorprende.
-¡Ara, ya estoy en casa!
Soy yo la que se separa de inmediato, como si recordara donde estoy y con quien y eso mismo me llevará a recordar quien soy, y que estuve a punto de cometer una estupidez.
De nuevo las palabras de Subin me taladran la cabeza, como una canción pegadiza de la que no logras librarte "Jungkook volverá a mi y cuando eso pase no tendrá tiempo para seguir siendo tu educador social y ayudarte a fingir que eres socialmente relevante" Tal vez es cosa del destino que la aparición de mi madre me haya detenido, porque si llega a ser verdad, si en algún momento Jungkook vuelve a Subin, no quiero estar tan profundamente involucrada con el que ese suceso llegue a herirme, al final Subin tiene razón, parece que no me estoy preocupando lo suficiente por mi misma.
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