Tardus Ruinam
Habían pasado 150 años desde la primera invasión de los Clamoris, desde ese entonces, la humanidad a estado en una lucha desesperada por su supervivencia, varios reinos y aldeas fueron arrasados por estas criaturas, nadie sabía el origen de estas criaturas ni el porque atacaban, solo sabían una cosa, si los Clamoris no son eliminados, la raza humana como tal... será exterminada.
.
.
.
.
El reino de Idrul, uno de los muy pocos reinos que aun tenía un rey vivo.
Vetus: Cof cof cof!!!
O bueno... apenas.
Caleb: Rápido! llamen al curandero!
El rey Vetus, que en antaño lucho contra hordas de Clamoris y vivido para contarlo, que con valentía y fiereza había peleado junto con sus nobles caballeros codo a codo no como rey, si no como iguales, ahora los años ya no le favorecían, las arrugas adornaban su piel la cual ya estaba suelta de los huesos, sus largos cabellos habían perdido su color dorado para ser blancos como la nieve, su cuerpo había pasado de ser fornido y grande, a ser flaco y jorobado.
La edad era algo que inevitablemente les llegaba a todos, pero para nuestro rey Vetus, no solo le había llegado la edad, no, una desconocida enfermedad yacía en su cuerpo, tocía sangre por montones, su estomago no soportaba la comida solida, siendo obligado a solo comer cosas que no requieran el uso de sus ya amarillos dientes, pero lo que mas destacaba de todo eso, es que una gran mancha negra había comenzado a formarse en el pecho del rey Vetus, extendiéndose lentamente por su cuerpo, siendo que actualmente, la mancha se había extendido hasta la mitad de su torso, siendo solo sus hombros, cuello y cabeza libres de la extraña mancha, dejando al resto de la piel en un color negro.
Varios curanderos de todo el reino habían intentado curar la enfermedad de su amado rey, se habían usado pócimas echas de múltiples hiervas que a palabras del rey, sabían horribles, también se había intentado el uso de magia curativa, pero, para la decepción de los curanderos eso tampoco había funcionado.
Todos estaba desesperados, el rey Vetus no había logrado tener una esposa para tener un sucesor, debido a que cuando él aun era joven, las hordas de Clamoris no cesaban, siendo en esos tiempos su única preocupación el clavar su espada en el pecho de esos engendros.
Vetus: Ca... leb... - dice en un débil susurro.
Caleb "El Leal", era el comandante de todo el ejercito del reino de Idrul y también, el mejor amigo del rey Vetus.
Caleb: No se esfuerce, mi rey, necesita descansar - se arrodilla frente a él para estar a la altura de la cama, la preocupación era muy notable en su tono de voz.
Vetus, haría caso omiso.
Vetus: Caleb... - con su mano temblorosa apuntaría hacía su vieja espada, la cual estaría colgada en la pared de forma horizontal.
Caleb: ¿Su espada? - confundido.
A pesar de lo débil que esta, con la mano que apuntaba a su espada, apretaría el puño con fuerza.
Vetus: Clamoris...
Caleb: ¿Aún queriendo pelear? - dice con una pequeña sonrisa, pero en el fondo, esa simple acción de su rey le había destrozado el corazón.
Vetus: Mi... reino... mi gente... debo protegerlos, no... no quiero dejarlos sin... sin guía... sin... luz...
Caleb bajaría el puño de Vetus para suavemente ponerlo otra vez sobre la cama.
Caleb: No lo hará, mi rey, prometo que hallaremos una cura, se lo juro por mi vida.
Vetus: Caleb... no me queda mucho tiempo...
Caleb: ¿Mi lord?
Vetus: Acércate...
El curandero junto con los sirvientes del castillo llegarían a la habitación listos para atender a su rey otra vez, pero antes de que se pusieran manos a la obra, Caleb, el cual ahora había puesto su oído cerca de la boca de Vetus para que le lograra hablar con comodidad, les haría un seña para que guardaran silencio.
Caleb: ¿Qué sucede, mi lord?
El silencio era tanto que incluso los sirvientes y el curandero podían oír lo que decía su rey.
Vetus: Te... nombro... Duque de Idrul...
Todos quedarían impactados, eso solo significa una cosa.
Caleb: ¿S-señor? - dice con los ojos abiertos como platos.
Si el rey muere, el que sea nombrado Duque.
Vetus: Cuídalos... amigo... - dijo con su ultimo aliento.
Gobernara Idrul...
Caleb: ¿Señor? !señor!, !mi rey!, !VETUS! - decía mientras desesperadamente usaba magia para reanimar su corazón.
Los presentes en la habitación se quedarían estáticos, algunos con lagrimas en los ojos.
Caleb: ¿!Que están esperando!? !ayúdenme!
Con lagrimas en los ojos y con una mirada de completa y absoluta desesperación, Caleb intentaría una y otra vez reanimar a su rey... no, a su amigo.
Usando magia, una luz verde brillante envolvía su palma la cual estaba sobre el pecho de Vetus, dando ligeras descargas de energía mágica lo cual causaría que el cuerpo diera ligeros espasmos.
Sirviente: Señor... - aguantando las lagrimas.
Caleb no escucharía, sigue intentando revivir a Vetus.
Sirviente: !Señor!
Caleb: !MALDITA SEA! - dejaría de intentar, dándole una patada a una silla, mandándola a volar contra la pared, destrozándola por completo.
El silencio reinaría otra vez en la habitación, nadie sabía que decir o si incluso debían de decir algo, Caleb apretaría los puños con fuerza, se sentía impotente, inútil, cuantas veces su rey le había salvado la vida al pelear contra las hordas de Clamoris, cuantas veces habían luchado codo a codo contra esas criaturas del averno y ahora, él no pudo salvarlo, no pudo devolverle el favor ni una sola vez, había fallado, fallado como comandante, fallado como guerrero, pero lo que mas le dolía, fallo como amigo...
Curandero: .... Señor, usted lo escucho, nosotros lo escuchamos... lo nombro Duque.
Caleb: ....
Es cierto, su última voluntad, ¿ser duque?, ¿gobernar Idrul?, ¿Cómo iba a hacer eso?, era el comandante de todo el ejercito del reino, es un guerrero, no un gobernante.
Curandero: Se, que ahora esta en conflicto, que su mente esta nublada por la muerte del rey, se que siente que a fallado, yo me siento igual señor, era el curandero personal de nuestro rey y yo... le falle, me duele en el alma no haber podido curar a mi rey, pero, los Clamoris no les importara esto, atacaran igual, señor, siempre lo hacen, necesitamos un líder, lo necesitamos a usted... Duque Caleb...
Caleb: .... ¿Duque Caleb?... quizás... quizás si pueda... devolverte el favor, viejo amigo... - pensaría.
Caleb miraría la espada de su amigo aun colgada en la pared.
Curandero: Señ-
Caleb: Curandero... ¿Cuál es tu nombre? - aun mirando la espada.
Giatrós: Mi nombre es Giatrós, señor.
Caleb: Bien... como mi primera orden como Duque, Giatrós, te nombro curandero del ejercito de Idrul.
Giatrós se quedaría callado, no sabe como responder a esto.
Caleb: ¿Y bien?
Giatrós: P-pero, señor, un curandero del ejercito necesita saber pelear, yo no soy un guerrero.
Caleb: Nadie nace siendo uno, Giatrós, cada guerrero aprende a serlo, yo aprendí.... Vetus aprendió.
Giatrós: Señor...
Caleb: Pero lo que más importa es, ¿estas dispuesto a aprender? - diría, dándose la vuelta, mirando fijamente a Giatrós.
Varios pensamientos recorrían la cabeza de Giatrós, pero, al pasar los segundos, el curandero ya tendría su respuesta.
Giatrós: .... Si, señor, quiero aprender.
.
.
.
.
1 año había pasado desde la muerte del rey Vetus, todo Idrul había llorado su muerte, fue sepultado junto a sus antecesores en el mausoleo del castillo, ahí se encontraban los cuerpos de todos los reyes de Idrul.
En los primero días, el pueblo de Idrul, o al menos, su mayoría, no habían aceptado de buena manera que, ahora el nombrado Duque, Caleb, gobernara Idrul, pues creían que era mejor alguien con mas conocimientos en la diplomacia que en la guerra, un pensamiento estúpido a ojos de Caleb, ¿acaso la diplomacia acabaría con los Clamoris? ¿acaso la diplomacia defendería las grandes murallas de Idrul?, no, no lo haría, y eso es algo que los habitantes de Idrul debían aprender, les guste, o no.
Y lastimosamente, hoy... aprenderán de mala manera.
Caleb: !Resistan!
Idrul estaba siendo atacada por Clamoris, afortunadamente no era una horda y estaban a las afueras de las 3 murallas que rodeaban el reino, eran unos 5, pero eso no disminuía su nivel de amenaza.
Giatrós: !Son enormes! - diría para luego esquivar un zarpazo de un Clamoris.
El Clamoris que estaba en frente de Giatrós daría un rugido aterrador, era un mezcla de un grito de dolor junto con un chillido agudo, lo que contrastaba mejor con su rostro que expresaba lamento.
Caleb: !Concéntrate Giatrós! !mátalos!
Tras lo dicho por Caleb, este mismo le cortaría una de sus delgadas extremidades carbonizadas al Clamoris que estaba delante suyo, causando que la bestia diera su grito característico que tanto aterraba a los habitantes de Idrul.
Un caballero aprovecharía el momento y clavaría su lanza en el pecho del Clamoris, directo en el corazón.
El Clamoris daría un aullido agudo de dolor, su cuerpo caería inerte al suelo, lentamente desvaneciéndose hasta solo quedar ceniza, pero tanto Caleb, Giatrós y los guerreros presentes no se sorprenderían, pues eso es lo que siempre pasaba cuando se mataba a un Clamoris.
Caleb: !Vamos!, !quedan pocos!, !peleen!, !peleen por Idrul!
Tras las palabras del Duque, tanto Giatrós como los guerreros presentes darían un grito de guerra, todo mientras corrían en grupo hacía los Clamoris restantes.
.
.
.
.
La batalla fue intensa y con muchas perdidas, pero finalmente, habían obtenido la tan anhelada victoria y con ella, la satisfacción del descanso.
Giatrós: Como... ¿Cómo es que has logrado seguir vivo tantos años matando estas cosas? - diría acostado en el piso, respirando pesadamente, ya agotado por la ardua batalla.
Caleb: No tengo idea - diría limpiando la sangre negra de su espada.
Giatrós: .... ¿Que? - dijo asombrado.
Caleb: ¿Qué quieres que te diga Giatrós? ¿Qué entrene duro para luchar contra los Clamoris?, no, ningún entrenamiento te prepara lo suficiente para estas cosas, solo e tenido suerte, nada más.
Giatrós estaría a punto de responder, pero justo se escucharía un sonido, un sonido que todo el reino de Idrul no querría escuchar en su vida.
Giatrós: L-los cuernos están-
Caleb: Sonando.... se aproxima una horda...
Todos los presentes estarían en silencio con una mirada de horror absoluto.
Caleb: !Todos! !al reino! !ahora! - diría mientras se sube a su caballo y galopa hasta los adentros de Idrul.
.
.
.
.
Sangre
Caleb: !Resistan! - diría mientras esquivaba un ataque de esas extremidades delgadas y de piel negra carbonizada.
Las murallas destruidas.
Giatrós: !Cuidado! - diría cortándole la cabeza a un Clamoris.
Gritos.
Caleb: !Todos al castillo! !corran! - esquiva otro zarpazo y contrataca.
!Aullidos agudos resonando por todo el reino! !Clamoris arrasando todo!
Perdida.
Giatrós: !Señ-
Caleb: !Nooooo!
Lenta Caída.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top