Capítulo 1. Evanora
La magia es la ciencia desconocida para la mente humana, ellos creen que lo que hacemos es pagano, o incluso oscuro, sin embargo, nuestras enseñanzas vienen de la mismisima madre tierra, del núcleo del universo, del movimiento de los polvos estelares, de los átomos que nos componen y de las células que nos crean.
Mucha gente, cree que la magia y la brujería, nació como un culto a la fertilidad, o a los dioses paganos, sin embargo, no tienen idea de su origen, de sus fundamentos, del mismo método científico que guarda cada hechizo, cada mezcla, cada amuleto cada invocación.
Nuestra matriz, nuestro centro, nuestros conocimientos y nuestras vidas, son producto de aquello divino, de aquello único que nos hace, no sólo diferentes, si no que poseedores de los saberes más increíbles, de secretos guardados, sobre cómo se origino el cosmos mismo, las constelaciones y sus regencias.
Verlos después de tantos siglos, de tantas vidas, de tantos abusos y dolores, a veces se me hace realmente difícil, sin embargo, aquí estoy, rodeada de ellos, de su miseria e ignorancia, esperando a que en algún momento, decidan mostrar su verdadera naturaleza.
Por años me enfrente a su codicia e ignorancia, tanta lucha, a veces cansa.
Me habré enamorado una o dos veces, de algún idiota, incluso cuando mi instinto me advertía de su peligrosidad, avance mi vida en medio de pedestales absurdos que diseñe para seres despreciables.
Pero gracias a las fuerzas del universo y la madre tierra, esas andanzas son del pasado y ahora no tengo interés alguno en volver a revivir tonterías como aquellas.
<<Somos las hijas de las brujas que no pudieron quemar>> reza la serigragfia de la blusa de una joven que va cruzando la calle. Si tan solo supiera, que las que no pudieron quemar decidimos no tener descendencias, pero entiendo el punto, y la filosofía, las apoyo, y les envío mis mejores energías a aquellas mujeres que luchan por otras mujeres.
Voy llegando a la casa de estudios, a la que llaman universidad, mientras me bebo un poco de orchata y camino lentamente, para que el sol de a mi piel la energía necesaria para rejuvenecer.
Con cada paso rezo un un agradecimiento al viento, al sol, al suelo, a la materia, al universo.
—¡Hey! Victoria —La voz chillona de Andrea me resuena en la cabeza y quisiera ignorarla, por que estoy en mis días, y me gusta estar sola, sin embargo, esa chica necesita de mi, soy su única amiga. Bueno, ella me considera su amiga, yo me considero su niñera.
—Hola —La saludo mientras me llevo las manos a los bolsillos del vaquero.
—Es increíble como te reconozco a kilómetros.
—Supongo que es por mi brillo natural.
—A decir verdad tu cabello brilla, como la miel, es increíble. —Rie y con su risa se desprende energia buena que llena mi alma.
—¿Qué tal para el examen de botánica? No estudie un carajo ya me veo sacando un 6, obviamente, pasando a penas.
—Sabes que se me da muy bien la biología en general, así que creo que bien... ¿Por qué no me pediste ayuda? Te hubiera entrenado para enfrentar al profe Brunei.
—Na... la verdad es que quería el fin de semana para descansar, ya sabes, no me importa la nota, solo pasar... aunque a veces quisiera tener tus habilidades. Libro que tocas, libro que aprendes.
Reimos juntas mientras cruzamos la calle para entrar al edificio de nuestra facultad.
La verdad es que Andrea tiene razón, no existe libro que haya pasado por mis manos y que no me haya aprendido su contenido.
Por siglos quise tener la oportunidad que tengo ahora de venir a una casa de estudios y tener las mismas oportunidades que un varón, y tuve que esperar 295 años para ello.
Bueno, no es que haya esperado todo ese tiempo, la verdad es que he viajado de siglo en siglo, buscando el sitio en donde esconderme de los Sagredien, de las brujas y las viudas negras que andan tras mio, 295 años, para encontrar el lugar en donde mis saberes son premiados y no castigados, en donde mi cerebro vale lo mismo o más que mi cuerpo.
Tantas hermanas perdidas en el fuego, otras en las aguas, pero las llevo a todas, y las quiero representar con honor y privilegio, pero por sobretodo, honrando sus vidas, haciendo algo de la mia.
Mi objetivo, es convertirme en este tiempo en una biofísica, por que me llama la atención el cuerpo y las leyes que nos rigen.
De tantas cosas en el mundo que podría ser es eso lo que quiero, y me convertiré en una, pero primero, debo acabar la carrera de Biología, luego seguir física y por último, la especialización. Gracias al universo, aquí nada me apura, más que la curiosidad por saber más.
Cuando entramos al edificio nos cruzamos una chica, con quien termino chocando, al instante en que nuestros cuerpos toman contacto, mi mente trae las imagenes de una guerra, una lejana, una horrible cargada de sangre y muerte, un joven furioso, y una bruja negra, uno luz y la otra sombra.
Al parecer la chica ve lo mismo, por lo que ambas quedamos en shock.
—¿Están bien? —Pregunta Andrea y ambas la miramos para decirle que si en un siseo, la verdad es que... ¿Ella será?
—¿Evanora? —Mi nombre sale de sus labios en un tenue susurro, y no podia creerlo, después de casi 5 año, me encuentro a una hermana, y cuando veo el tratoo de flor de mbarakuja en su dedo indice, caigo en la cuenta de que ella, viene del mismo tiempo que el mio.
—¿Te conozco? —mi voz sale mientras muevo mis manos para congelar el tiempo y que ella y yo no estemos siendo observadas por las personas.
—Tú no a mi, pero yo, a ti sí... me llamo Raissa, bueno, en este tiempo me llamo Clara, pero, mi nombre blanco es Raissa, voy bajo la regencia de Tauro.
—¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Cómo sobreviviste a los Sagradien? ¿A... las negras? ¿Y esa guerra? ¿Quién era esa mujer?
—No sé quien es, solo sé que se repite una y otra vez, que no es en este tiempo aún... y en cuanto a tu primera pregunta, llegué huyendo, y porque encontré, tu mensaje en las cuevas, tus símbolos, ellos me salvaron, y como decías...
—Viajeste de tiempo en tiempo, hasta encontrarte segura... ¿Replicaste el mensaje en algún punto?—Pregunto recordando que mi hechizo se desvaneceria cuando alguien lo encontrara.
—Sí, y de verdad espero, que alguien más lo haya encontrado.
—¡Gracias al universo por tu vida Raissa, protegida por Tauro!
—Gracias al universo, por tus dones Evanora, protegida por la cruz del sur.
—No puedo seguir deteniendo el tiempo, o llamará la atención de algún sagrario, y la verdsd llevo 10 años viviendo aquí, y quiero seguir haciéndolo, búscame, más tarde, y hablemos mejor, Raissa.
—Te buscaré, Evanora.
Solte al tiempo, y con ello todo volvió a fluir, le ofreci una sonrisa a la chica y esta se fue, siguió su camino, hasta ingresar a un salón, por lo que veo, las brujas tienen sed del saber, y el universo una extraña manera de juntarnos con las hermanas.
—¡Qué raro!
—¿El qué? —pregunto a Andrea quién está mirandome mientras se lleva una paleta a la boca.
—La forma en que se vieron, por un momento, pensé que eran conocidas.
—Andrea... sabes lo antisocial que soy... no tengo conocidas, pero... la verdad creo que esa chica podría ser una potencial amiga.
—¡Vaya! La amarga Victoria pensando en hacer amistades. ¿Te golpearte la cabeza?
Andrea sigue riendo mientras ingresa al salón, y yo tras ella, el profe Bruneir nos mira con curiosidad al ver que llegamos justo a tiempo antes del examen.
— Justo a tiempo, estaba por cerrar esa puerta... bien, ya saben que hacer, las plantas están en sus bandejas, tienen 1 hora para completar sus fichas.
Mire mi bandeja, y algo extraño se genero en mi interior, estas hojas y flores no fueron escogidas al azar... son ingredientes de un hechizo, y podría ser casualidad, pero este hechizo nunca, nunca nace al azar.
Mire a Brunei, quien escondió sus ojos de mi, pues se nota estaba siendo analizada por él.
<<Vitam aeternam>> conjuro de sanación, pero no de cualquier herida, hablamos de magia, y magia muy poderosa.
¡Claro! El universo no me envió a mi hermana en vano, me está intentando ayudar, ¿pero de qué? Es la gran pregunta.
¿Encontraste elementos familiares aquí?
Gracias por el apoyo de siempre.
Los amo infinitamente 💕
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