Capitulo 6

Por unos cuantos segundos Camus se vió imposibilitado de hablar, en su mente el caos se había desatado mientras que en su cuerpo el estrés por haber escuchado esas palabras estaban empezando causar estragos. Camus no pudo frenar el leve temblor en sus piernas

- Yo... Tú... ¿Ésta noche?

Su voz también tembló y el miedo en su timbre fue bastante notorio, sin embargo, Degel pareció no tomarle mayor importancia. Él se dirigió al cuarto continuo y ocupó asiento en la cama, con total calma empezó a desvestir la parte superior de su cuerpo, su acción fue monótona y nada de otro mundo, casi como si hubiera sugerido que cenaran juntos o algo así

Mientras desavotonaba su camisa Degel respondió fríamente

- Hemos estado casados por más de dos años, creo que dos años fue suficiente para que te prepararas mentalmente.

Camus no supo cómo refutar eso, pero es solo que, era tan repentino. Casi tan repentino como un carnicero avisando al toro que hoy le tocaba morir

Degel terminó de despojarse de sus botas, también terminó por desabotonar su blanca camisa. Cuando Camus volteó, la vista que lo recibió fue impactante

La mirada afilada de Degel estaba puesta sobre su persona, sus rodillas yacían separadas y su cuerpo era sostenido por ambas manos a los lados de su cuerpo, su cabeza estaba encorvada, como si con esa acción fuera capaz de despojarse de toda la tensión que había acumulado en el día. Camus admiró con disimulo el vientre con músculos marcados pero nada prominentes, junto con los cabellos largos y verdosos, era como si Degel fuera una obra de arte esculpida con agujas para así alcanzar la más sublime perfección. Camus admitió que Degel era bastante bueno a la vista

- ¿ Y bien?

Indagó el de cabellos verdes dedicando una mirada fugaz al cuarto príncipe, quien dió un respingo al verse como centro atención de esos ojos, Camus volvió a tartamudear

- Pero... Yo ,no ,nunca he estado con nadie, yo... No sé qué es lo que debería hacer

Inclinó la cabeza tímidamente mientras que un ligero rubor tenía sus mejillas, Degel formó una mueca de desagrado ante lo escuchado, desvío la mirada para luego volver a mirar al pequeño príncipe, el extendió la mano y ordenó:

- Acércate

Camus obedeció, dió un par de pasos para sostener la fría mano de Degel, en un principio el sintió vergüenza por ésta acción pero entonces Degel repentinamente lo atrajo hacia él y sin pudor alguno guió su mano hacia su propia hombría, que aún yacía durmiente entre los pantalones. Las mejillas de Camus estallaron en carmesí y casi fueron más rojo que su propio cabellos y ojos. nunca había estado tan cerca de Degel, ni en sus sueños alguna vez imaginó tocarlo

- Qué...

Quiso retirar la mano más el principe heredero no se lo permitió, con la otra mano libre Degel envolvió su delgada cintura mientras que con velocidad y precisión lo estampaba contra el colchón de la cama. Al verlo entre sus piernas ésta vez Camus no estaba rojo sino que estaba pálido

- Deja de perder el tiempo.

Degel fue frío y sus manos lo fueron aún más, desvistieron a Camus y lo expusieron tal cual como vino al mundo. Degel no pudo evitar aspirar aire con fuerza, aunque le doliese admitir, es la primera vez que veía algo tan hermoso en el mundo. Como una flor que florece en cada siglo, con colores hermosos y la carne tan frágil. Degel aún poseía sus pantalones y yacía entre las suaves y desnudas piernas de Camus, no podía sentir la suavidad de los muslos pero si lograba sentir el calor a través de la tela. El abdomen de Camus era plano y blanco como la leche, un poco más al norte dos palidos botones rosas relucían con la enrojecida piel. Degel tensó los dientes al sentir como su propio miembro se alzaba con fuerza ante la estimulante vista. Por ello dió vuelta a Camus obligando a que este le diera la espalda y como resultado también expusiera su trasero. El cuarto príncipe nunca fue una persona libertina y la mayoría del tiempo se encontraba enfrascado en sus estudios, nunca leyó sobre encuentros entre amantes y cosas así por lo que al verse en tales condiciones rápidamente intentó cubrirse apenado, el tuteo asustado

- ¡Por favor favor detente!

Degel gruñó se insatisfacción, sostuvo ambas manos de Camus y las inmovilizo detrás de su espalda , poco después Camus abrió los ojos de par en par a su vez que sintió una fuerza invisible aplastarlo de la cabeza a los pies contra la cama, la presión fue insoportable, incluso apenas lograba respirar

El ataque de Degel fue fue feroz, Camus quien sentía sus órganos ser aplastados sintió la abismal diferencia en fuerza, el mensaje de Degel fue claro " No puedes contra mi"

- ¿ Calmado ya?

Escuchó la voz del principe heredero muy cerca de su oído, Camus ,quien aún tenía la cabeza levantada se dejó caer recostando la cabeza en la cama, su mirada yacía vacía

Sintió las caricias de Degel en sus caderas, una cruz fue dibujada sobre la piel en aquel lugar en dónde se supone yacía su columna vertebral . Camus sabía la razón detrás de ésto. En el clan de los dragones de hielo, cuando una pareja se casaba, el macho debía trazar runas en la espalda de su hembra, ésta sería la marca de propiedad que lo marcaría para siempre como la pareja de Degel.

Al sentir el frío toque Camus lo supo, ya no había vuelta atrás para ambos


-Está hecho

Las manos de Degel contornearon por última vez la cintura, el de verdes cabellos dió un suspiro refrenado, él avisó:

- En éste momento adoptaré mi forma animal

Es bien sabido que en la primera noche de consumación de la pareja, el macho utilizaría la mitad de su forma bestia en el acto, todo ésto para sellar por completo la unión. Camus asintió suavemente, parecía no importarle mucho pero si uno viera su rostro de cerca, notaría como mordía su lengua para evitar gritar del miedo

Camus no lo vió, pero si lo sintió en la piel, la temperatura en el interior de la habitación descendió súbitamente, las manos de Degel se volvieron aún más frías. Camus ocultó su rostro en la almohada para no ver, el mismo apenas era un cachorro y siquiera había podido adoptar su forma bestia. Era bien sabido que si alguien era incapaz de convertirse en su forma bestia aún era considerado alguien inmaduro. En su Reino estaba prohibido intimar con alguien en tales condiciones ya que no era mucho mejor que una bestia intimando con un humano

Degel estaba yendo en contra de las leyes, lo tomaría en su forma bestia cuando el mismo aún era inmaduro ¿ Porqué lo trataba así?

Camus sollozó cuando la bestia detrás de él lo tomó de la cintura y a la vez elevó su trasero. Un líquido viscoso cayó sobre sus glúteos y se deslizó hacia el interior de sus muslos. Camus sintió morir de vergüenza cuando algo húmedo y frío lamió aquel lugar, la sensación lo estremeció por completo

Degel, con los ojos encendidos en un peligroso carmesí ya hacia tiempo había perdido todo rastro de cordura. Apesar de utilizar su forma mitad bestia ésto atrajo consigo un fatal defecto, su capacidad de raciocinio se encontraba allí, es solo que no podía decirse lo mismo de su capacidad de refrenar sus instintos

Al igual que Camus era su primera vez en intimar con alguien, amigos y hermanos de su edad han tenido más de seis esposas y ya se han deleitado con cada uno de los placeres carnales. En cambio el, quien se vió envuelto en asuntos del gobierno y las penurias de la guerra, es claro que jamás tuvo tiempo de satisfacer sus instintos más básicos. Por esa razón pensaba, que incluso si el cuarto príncipe no era de su agrado, debía reconocer que su cuerpo era el indicado para desfogar todas sus pasiones

Degel no pudo seguir pensando cuando su lengua larga como serpiente degustó la suave piel, la fragancia de Camus hacia estremecer su alma y por alguna razón nublaba su cordura, en algún momento sus manos cubiertas de escamas plateadas envolvieron uno de los muslos, Degel miró la blanca piel y sus garras amenazando con perforar en cualquier instante, era una escena por demás atrapante, el ver sus manos posando sobre esa piel. Los ojos de Degel se cerraron con fuerza, agudizando sus sentidos, dejando que todo Camus lo envolviera

Entonces cuando abrió los ojos ya no supo lo que hacía, sus instintos bestiales se habían activado por completo.

El hombre mitad bestia olfateó los suaves glúteos , luego frotó su rostro en ellos para después morderlos con fuerza. Camus elevó la cabeza con los ojos abiertos de par en par, no solo por la mordida, sino porque también algo se había introducido en su interior

Degel miró los cabellos rojos frente a él, con sus colmillos clavados en los glúteos ,como un León cuando finalmente somete a su presa, sus dedos se metieron aún más en la pequeña entrada de Camus, perforó y empujó profundamente, dejándola allí por varios segundos, luego hizo retroceder sus falanges

Camus sintió ruborizarse de pies a cabeza por la acción, su piel se estremeció de vergüenza. Se sintió ultrajado y humillado. Quiso liberarse de los brazos del otro más una vez más fue sometido, como una bestia Degel aplastó su cabeza contra el colchón, poco después Camus sintió la irrupción de otro objeto en su interior, ésta vez fue suave y muy caliente, pero aún así se sentia doloroso

Está vez Camus no pudo frenar las lágrimas, la cosa era viscosa y lo penetraba con fuerza. Un poco más al Sur de su cuerpo Degel abrió los ojos con lentitud, en su forma mitad bestia su propia lengua era del grosor de un pene humano, su lengua había penetrado por completo el pequeño culo de Camus















Continua parte 7....








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