XI

Esta primera parte será narrada desde el punto de vista de JongIn.

. . .

No se había dado cuenta de lo rápido que había pasado el tiempo.

Viendo la fecha en su calendario, nota realmente sorprendido que faltaban tan sólo dos días para celebrar el aniversario de la fundación de su empresa. ¿Cómo había sido capaz de olvidarlo?

Bueno. Probablemente la respuesta acababa de salir de su oficina con una sonrisa tímida y las mejillas coloradas.

Desde que KyungSoo había llegado a su vida, lo había desestabilizado por completo y revolucionado sus pensamientos y sentimientos para que giraran en torno a él. JongIn entonces había perdido gran parte de su concentración, su punto de enfoque, y se había dedicado exclusivamente a conocer a ese hombre pequeño, hermoso y fascinante y cuidarlo lo mejor posible.

Y es que era imposible no mirar a KyungSoo, no sonreír al verlo, no sentirse enteramente cautivado por sus grandes ojos nerviosos, pensativos y tan intensos como el remolino de sensaciones que despertaba en él con un simple roce de sus dedos; no hundirse en el deseo indomable de tomar su boca cada vez que sus dientes mordían su labio o cuando su lengua los hidrataba en tics nerviosos que lo embelesaban y encandilaban.

Era su omega, su pareja destinada, y no girar a su alrededor, no verlo y no estar atento a él era sencillamente imposible.

Había pasado dos meses y medio desde que KyungSoo llegó a la compañía con una mirada ensombrecida por la desgracia y la desesperación, en los huesos, con la piel cetrina y seca, sin brillo y tan pálido como un papel. Dos meses en los que JongIn había presenciado su evolución, cómo había pasado de ese hombre tímido y cabizbajo a aquel chico que sonreía y bromeaba con él, que lo tocaba y miraba a los ojos, más repuesto, más saludable, brillante y feliz. El cambio había sido maravilloso y no menos que cautivador y tranquilizador para su alfa ansioso.

Sonriendo, rememoró aquel medio beso compartido hace algunos días y lo bien que se sentía tener a KyungSoo en sus brazos, sentir su cuerpo cálido y delgado contra el suyo y rozar su boca con ímpetu y entrega.

No había podido dejar de recordar ese momento desde el mismo segundo que había ocurrido, y eso lo dejaba en una difícil encrucijada.

Porque quería llevar las cosas más lejos con KyungSoo, quería besarlo realmente, reclamar sus labios y rozar su lengua sin miedo ni reservas, pero su relación con SooJung y el cariño que le tenía lo impedía.

Su sonrisa se borró entonces al recordar también lo mucho que estaba fallando como alfa. Le estaba haciendo daño a su omega y también a la mujer que por tanto tiempo había amado, al primero por no poder darle el lugar correspondiente en su vida, y a la segunda por engañarla irremediablemente con quien debía ser su pareja eterna.

JongIn sentía culpa. Tanta que no podía vivir tranquilamente debido al palpitar terrible en su cabeza.

Estaba haciendo tantas cosas mal, los estaba hundiendo tanto a los tres.

Recuerda las promesas y juramentos que le había hecho a SooJung cuando estaban realmente juntos; en esa época le había dicho que siempre estaría a su lado sin importar lo que el destino quisiera, que su amor sería más fuerte, que se casarían y formarían una familia porque ella era lo más especial y hermoso para él.

SooJung había estado siempre a su lado como una compañera fiel, estuvo con él cuando surgió en el mundo arquitectónico, cuando fundó su primera empresa, cuando hizo su primer trabajo, cuando la presión era tanta que lloraba de frustración en su cuarto para intentar drenarlo todo. SooJung era tan fundamental en su vida, había estado tanto tiempo con él que alejarla definitivamente, arrancarla de su corazón, parecía dolorosamente imposible.

Y luego estaba KyungSoo, llegando con su vida triste y dura, marcado por la miseria y el abuso, cargando con el peso de una familia que luchaba para no derrumbarse, y todo había cambiado.

Porque de pronto se había encontrado interesado en las razones tras sus miradas tristes, porque había comenzado a anhelar un brillo, una chispa en sus ojos, porque había encontrado en su recóndito ser, que quería hacerlo feliz.

Se hundió entonces en la misma vida de KyungSoo, lo conoció, descubrió que le gustaba su risa grave, la forma de corazón en sus labios, las arrugas en las esquinas de sus ojos y el color en sus pómulos; se descubrió maravillado por las rizadas pestañas, por las manos pequeñas, por el olor a jazmín y la adoración fascinante de su mirada sobre la suya.

Y entonces también descubrió que quería presenciar eso todos los días, que su corazón latía con rapidez a su lado y que quería conservarlo para siempre, amarlo, protegerlo y darle todo lo que le habían arrebatado: felicidad, amor, cariño, dulzura y tranquilidad.

Pronto SooJung había quedado en un segundo plano en su vida y las promesas que resonaban en su mente y mantenían a flote los primeros días de convivencia con KyungSoo, fueron esfumándose con la llegada de las miradas disimuladas, los toques inocentes y los besos en las mejillas.

Sabía que estaba haciendo las cosas mal, pero también sabía que tenía que formalizar y exteriorizar una decisión que ya había tomado, porque callarse y mantenerse ajeno a todo no era justo, porque seguir lastimando a las dos personas que quería tanto no era una opción, no cuando ambos significaban tanto para él, no cuando uno de ellos sufría tanto a causa de la culpa, tristeza e incertidumbre y la otra estaba en una burbuja de cristal, intocable e impenetrable gracias a su ignorancia.

Suspirando, cogió su teléfono con cierto pesar y un nudo en la garganta. Sonrió al ver la foto de una SooJung sonriente en su número telefónico y luego de abstraerse en su hermoso rostro, pulsó la opción de videollamada, que no había tocado para nada en un poco más de dos semanas. Tuvo que hacer tres intentos más para que SooJung cogiera el teléfono y lo mirara a través de la cámara con su usual sonrisa cálida.

ㅡ¡Hey, señor desconocido! Pensé que te había dado un colapso de estrés y por eso no te comunicabas conmigo. ¿Cómo está todo? ㅡsaludó ella, chispeante como siempre y con un brillo hermoso y fascinante en su mirada. Era un resplandor que JongIn no había visto en mucho tiempo. No pudo evitar sonreír con cariño y apreciarla con toda su atenciónㅡ.

ㅡHola, Junnie. Lo siento, he estado algo ocupado estos días. Sobre lo otro... estoy bastante bien y no tan estresado, por muy increíble que parezca ㅡdijo entre verdades a medias y una pequeña sonrisa nostálgica que la mujer al otro lado no notó. Ella asintió entonces y frunció un poco los labiosㅡ.

ㅡEso está bien, pero es bastante raro. Antes no dejabas de estresarte por todo... aún así, el cambio es maravilloso.

ㅡLo es... oye, estás preciosa ㅡla halagó porque era cierto. Ella relucía como nunca, estaba más bella que de costumbre, con su largo cabello suelto y maquillada con sutileza. SooJung era tan hermosa, tan cálidaㅡ.

La omega sonrió por lo bajo y desvió la mirada de la cámara... ¿tímida? ¿Incómoda? Extrañamente, JongIn no lo supo descifrar, pero tampoco hizo el esfuerzo de profundizar en ello cuando antes lo habría inquietado de sobremanera. Simplemente lo dejó estar, porque, aunque doliera admitirlo, había dejado de ser una prioridad para él.

SooJung carraspeó, lanzó una mirada al frente y luego volvió a mirar la cámara con una sonrisa pequeñita.

ㅡGracias, Innie, también estás muy guapo ㅡy entonces se quedaron en silencio, sumidos en una extraña y densa atmósfera en la que nunca habían estado, llenos de miradas desviadas y hombros hundidos. SooJung se mordió el labio inferior, sin provocar absolutamente nada en él, y luego lo miró de nuevo para retomar la palabra una vez más y deshacerse del incómodo silencio que comenzaba a pesar demasiado en ambosㅡ. ¿A qué se debe tu llamada, JongIn?

ㅡSí, eso... yo, bueno, en dos días será la fiesta de aniversario de la empresa y quería saber si ibas a venir para acompañarme.

SooJung guardó otro prolongado silencio que lo hizo sentir bastante tenso e incómodo, si es honesto. Ella hizo una mueca delicada, no tan profunda y visible, pero JongIn la conocía y pudo dar con la existencia de aquel bajón de labios casi sin problemas. Carraspeó una vez más y la mujer bajó la mirada mientras respondía con suavidad.

ㅡEn estos momentos no puedo ir a Corea, Jong. Hay demasiado trabajo por hacer y no puedo distraerme para acabar lo más pronto posible. Esta vez creo que no será posible... ¿lo entiendes, verdad?

Sí, JongIn podía entenderla perfectamente, pero el problema radicaba en lo que iba a hablar con ella cuando volviera a Corea. Quería que estuviera ahí para sincerarse con ella, hablar de KyungSoo, exponer sus sentimientos... acabar con todo mirándola a la cara y sin esperar más tiempo porque ella merecía más que una ruptura por videollamada y porque sencillamente no podía permitírselo. La fiesta sería solo una excusa para poder tenerla ahí y decirlo todo de una vez por todas, pero ahora SooJung se negaba y él no podía viajar tan lejos y dejar solo y desprotegido a KyungSoo, no cuando no estaban emparejados debidamente y su anhelo por él era tan intenso y palpable.

¿Por qué el destino se empeñaba en complicarlo todo para ellos? Demonios, era tan frustrante.

Se obligó a sonreír, sin embargo, y asintió lentamente.

ㅡClaro, comprendo, SooJung. ¿Cuándo finalizará la obra?

ㅡEn un mes más, mas o menos. Todo va muy bien, ya he solucionado casi todo con ayuda del equipo, así que tengo altas expectativas.

Un mes. Un mes más reprimiéndose, un mes más teniendo a KyungSoo lejos. Era demasiado tiempo y no sabía si podría seguir manteniendo su débil autocontrol como hasta ahora.

SooJung, notando su frustración y creyendo que era debido a su falta en el importante evento, le dio una sonrisa un poco más grande y preguntó, tratando de animarlo y sacarlo de esa nube negra en la que se había sumido:

ㅡ¡Hey! No te desanimes; sé que odias ir a estas reuniones solo, pero puedes llevar a alguien más en mi lugar. Te doy permiso para eso ㅡdijo con seguridad, dándose una palmadita en el pecho, y JongIn la miró con el ceño ligeramente fruncidoㅡ.

ㅡ¿Qué?

ㅡ¡Lo que oyes! No me enojaré si llevas a otra persona en mi lugar, es más, te insto a hacerlo porque no quiero verte completamente aburrido en las noticias.

ㅡ¿Y a quién más podría llevar? ㅡpreguntó con una ceja arqueada y SooJung pareció pensarlo por unos segundos hasta que una sonrisa brillante apareció en sus labiosㅡ.

ㅡ¿Por qué no vas con KyungSoo? Él realmente me agrada mucho. Te diría que llevaras a MoonByul, pero sé que Sunnie se pondría histérica y ChanYeol no es una opción por ninguna parte. Lleva al chico, con él compartí un poco y me deja en calma.

ㅡ¿A KyungSoo? ㅡpreguntó confundido y sorprendido a partes iguales y SooJung asintió con determinación, sin dejar de sonreírㅡ.

ㅡClaro. Algo me dice que se comportará a la altura, así que adelante, llévalo contigo. Cómprale un lindo traje, unos buenos zapatos, llévalo a que se haga un peinado diferente y te presentas con él.

ㅡPero... ¿y si alguien pregunta por él? ㅡagregó, sintiendo su corazón acelerado por la simple mención del mayor y la posibilidad de llevarlo a un evento público, exponerse ambos, estar juntos bajo las miradas de todos. Era algo que llenaba a su alfa de entusiasmoㅡ.

ㅡDi que es un amigo cercano o simplemente no des respuestas. Eso lo resuelve todo... Ya volví, ¿elegiste que vas a pedir, Soo? ㅡJongIn frunció el ceño al escuchar la voz un poco grave y desconocida y SooJung rió nerviosamente y asintió hacia alguna parte, luego miró a JongIn con una pizca de disculpas en la mirada y comentó rápidamente:ㅡ. Lo siento, estoy reunida para comer con el equipo. ¿Te hablo luego?

JongIn asintió y le sonrió suavemente en respuesta.

ㅡClaro. Disfruta de tu comida, Junnie.

ㅡSí... nos vemos entonces, JongIn.

ㅡAdiós.

JongIn dejó el celular en el escritorio nuevamente y llevó sus dedos al mentón.

En ningún momento, SooJung le había dicho que lo quería y, a pesar de eso, JongIn no lo había echado de menos.

. . .

KyungSoo pasó silenciosamente frente al escritorio de MoonByul. La mujer se veía verdaderamente ocupada; se había amarrado el cabello en una alta coleta y mantenía su ceño fuertemente fruncido. Dioses, seguro estaba en medio de un lío de trabajo. Lo mejor era no molestarla.

Caminó directamente hacia la oficina de JongIn para avisarle sobre su retiro, pues ya había acabado con su turno por ese día, y asomó la cabeza por la puerta luego de abrirla apenas un poco. JongIn estaba terminando de cerrar el archivero con el saco colgado en su antebrazo; se veía muy guapo con sus gafas aún puestas y el cabello sutilmente desordenado, dándole ese atractivo aspecto de chico seductor que le dejaba las piernas temblorosas.

Una sonrisa cruzó su rostro y carraspeó un poco para llamarlo. Su respuesta fue inmediata: un giro en su dirección y sus ojos clavados sobre su rostro con atención. Se sonrojó sin poderlo evitar, entrando en la faceta más tímida de su personalidad y en la cual había sacado a flote nuevamente desde hace dos días, cuando se besaron en el departamento y hablaron directamente de cosas importantes.

ㅡYo... ya estaba a punto de irme. Quería que lo supieras para que no te preocuparas.

JongIn compuso una sonrisa gentil y pasó llave al archivero, colocó la silla en su lugar tras el escritorio y luego se acercó a él con billetera y llaves en mano.

ㅡPues entonces déjame llevarte. Aunque... ¿no quieres comer un helado conmigo antes de ir a casa? Vamos, yo invito.

KyungSoo formó un puchero, pero comenzó a caminar a su lado fuera de la oficina. Se despidieron de MoonByul (JongIn le había dicho que dejara las cosas como estaban y que acabara con sus deberes al día siguiente), y ella, luego de enviarles una mirada llena de interés, asintió y le sonrió a KyungSoo mientras ellos se dirigían al elevador.

Todo estaba desolado a esa hora, los dibujantes y diseñadores se habían ido hace mucho, dejándolos solos en el piso. Las luces de las oficinas estaban apagadas y todo se encontraba en su sitio luego de que KyungSoo lo limpiara. JongIn pulsó el botón del estacionamiento en el ascensor y las puertas se cerraron. MoonByul aún no había terminado de guardar sus cosas y no les había pedido que la esperaran; de todas formas, ella estaba segura en las instalaciones, así que simplemente se fueron para gozar de un poco de intimidad.

Casi de inmediato JongIn lo tomó de la mano y enlazó sus dedos y KyungSoo soltó un sonoro suspiro que le arrancó una sonrisa divertida.

ㅡ¿Por qué siempre eres tú quien me invita a hacer cosas y quien paga por todo? Esta vez yo pagaré lo que sea que vaya a comer.

ㅡ¿Entonces sí quieres salir conmigo?

ㅡ¿Tengo otra opción?

ㅡLa verdad es que sí, siempre puedes negarte. No voy a obligarte a hacer algo que no quieres ㅡKyungSoo sonrió al escucharlo y bajó su mirada hacia sus pies juntosㅡ.

ㅡLo sé... quiero ir contigo, pero también quiero pagar mi parte yo, así que aplica tu palabra a este caso también.

JongIn rió irremediablemente y luego se inclinó para darle un beso en la mejilla acalorada.

ㅡSolo por hoy, así que aprovecha.

Sin soltarse se encaminaron hacia el bonito coche del alfa. JongIn le abrió la puerta del copiloto y KyungSoo se adentró en el auto con una sonrisa. Miró como el alto rodeaba el coche y suspiró cuando lo tuvo de nuevo a su lado, con su rico aroma a canela invadiéndolo todo.

ㅡMe gusta como hueles ㅡhalagó distraídamente, y al darse cuenta de lo que había dicho, se sonrojó con fuerza y apretó los muslosㅡ.

JongIn, cautivado y embelesado, le dio una sonrisa cálida.

ㅡTambién me gusta como hueles, Soo.

JongIn condujo con su habitual cuidado y precaución. KyungSoo lo había mirado en casi todo el recorrido, fascinado con su perfil, con su pelo, con sus labios y sus manos fuertes aferrándose al volante. JongIn era masculino y viril, un alfa en toda la palabra. Y luego estaba este otro lado cálido y gentil que le arropaba el corazón.

Podía hallar un poco de él en sus risas, en cómo lo abrazaba y lo acariciaba, en su mirada dulce y sus besos cariñosos. Ambas facetas eran tan atractivas que se le hacía imposible ignorarlas y no amarlas por igual.

JongIn llegó minutos después a una pequeña heladería que extrañamente seguía abierta a esas horas de la tarde. No había muchos clientes, pero el lugar parecía bastante agradable y cálido en el interior. Bajaron del coche y JongIn lo cogió de nuevo de la mano para llevarlo hasta el local.

KyungSoo no supo cuándo se había acostumbrado a ese tipo de gestos tan íntimos, pero experimentarlos junto a JongIn era más que bienvenido y adecuado para él (aunque estuvieran en público, aunque fuera peligroso). Nunca dejaba de ser agradable y tranquilizador.

Se dirigieron al mostrador, que era atendido por un chico de aspecto joven y atractivo, y JongIn miró por un momento los sabores que se exponían deliciosamente ante ellos.

ㅡHola, buenas tardes, para mí quiero uno de chocolate. ¿Tú, Soo?

KyungSoo sonrió y señaló un sabor en específico con entusiasmo.

ㅡ¡Ese! ¿Es chocomenta, verdad? ㅡel empleado asintió con una sonrisa amableㅡ. Entonces sí lo quiero.

ㅡDe acuerdo. Chocolate y chocomenta. ¿De cuántas bolas quieren su helado?

ㅡDe una, por favor.

ㅡIgual para mí.

El niño asintió de nuevo y se dispuso a prepararlos. Como no había nadie más para ser atendido, la pareja se quedó en su lugar y aguardaron con calma. JongIn, de buen humor, se inclinó hacia el mayor y susurró con diversión en su oído:

ㅡ¿De verdad no quieres que pague yo? Puedo hacerlo aún.

KyungSoo alejó su cara al volverse a sonrojar y le frunció el ceño, lo que le provocó una risita baja.

ㅡNo lo hagas. Por si no lo sabes, mi jefe ha depositado mi salario, así que tengo dinero suficiente para comprarme mi helado. Déjame gozar un poco por gastar lo que con duro esfuerzo me gano ㅡsoltó mientras sacaba el dinero que correspondía a su helado de su cartera y aguardaba a que estuviera listo para pagarㅡ.

ㅡTu jefe es una persona agradable.

ㅡMi jefe es un pesado en algunos momentos.

JongIn alzó las cejas, encantado por los comentarios confiados del mayor, y volvió a inclinarse hacia él, siendo controlado por su alfa y el afán de este de estar cerca, tener contacto y respirar el aroma de su pareja. Acarició su cabello con la punta de su nariz y KyungSoo se inclinó hacia el toque con una sonrisa.

ㅡNo lo es. Sólo le gusta contar con el bienestar de sus empleados... aunque hay uno en específico por el que se desvive día y noche. No le digas a nadie, es un secreto de Estado.

KyungSoo rió con cierto bochorno y dejó que JongIn besara un par de veces su mejilla caliente y lo abrazara un poco por el costado. Se miraron a los ojos entonces, con KyungSoo apoyando la cabeza en su hombro y JongIn rodeándolo por la cintura, y un aura eléctrica pareció envolverlos.

JongIn miró sus labios, KyungSoo los entreabrió un poco, rendido ante su omega, y cerró los ojos cuando el menor comenzaba a inclinarse para besarlo, sin embargo, el carraspeo tímido del empleado los sacó de su trance y obligó a separarse.

KyungSoo mordió su labio inferior y le sonrió al chico, que, sonrojado, no dejaba de mirarlos con fascinación y un poco de culpa.

ㅡLo siento, yo... ya están listos sus helados.

Los mayores asintieron y pronto pagaron por su consumo. JongIn guardó su billetera en el bolsillo de su pantalón y KyungSoo degustó el sabor del poste que había elegido.

Tan delicioso como lo recordaba en su infancia. Sonrió con las mejillas llenas de vida y JongIn lo miró por un segundo, fija y profundamente, casi como si estuviera encantado con su imagen. Lamió el exceso de helado en sus labios y lo observó por encima de sus pestañas.

ㅡ¿Qué pasa?

ㅡTú. Eres realmente hermoso, KyungSoo ㅡmurmuró casi sin aliento, sin dejar de mirarlo, y KyungSoo sintió como los latidos de su corazón se aceleraban y su omega se retorcía con felicidad y complacencia. Reprimió una sonrisa con la mirada en el suelo, y se sintió avergonzado y feliz al oír las palabras que habían salido de los labios del empleado, que, maravillado, no dejaba de verlosㅡ.

ㅡOh, hacen tan linda pareja. Son tan adorables... qué envida. ¿Cómo un romántico como yo, Huang ZiTao, vino a parar con cactus seco como YiFan? Aún no lo entiendo, pero, por favor, destino, dale algo de romanticismo a ese ser tieso como un pan de un mes en el refri.

Ambos salieron de la heladería entre risas divertidas y las quejas del chico del mostrador. No se tomaron de las manos esta vez debido a la gran cantidad de personas que los rodeaba, pero a pesar de eso, se dedicaron a caminar lado a lado, muy juntos y tranquilos.

Terminaron por sentarse en la banca de una plaza no muy transcurrida y bien iluminada para comer sus helados a gusto.

KyungSoo miraba todo con atención. Había una gran fuente a algunos metros de distancia, también algunas pocas familias por ahí y por allá y faroles dándole luminosidad al lugar rodeado de árboles y flores. Todo era tan bonito y tranquilo que fácilmente podría quedarse ahí todo el día de forma inalterada. Sonrió ante el pensamiento y se prometió volver con BaekHyun, SooBin y JiHyun la próxima vez.

ㅡ¿Trajiste tu teléfono? ㅡle preguntó JongIn de un momento a otro y KyungSoo lo miró con confusión, pero de todas formas asintió con los labios sobre la bola de heladoㅡ. Préstamelo un momento, por favor.

KyungSoo se lo pasó sin darle muchas vueltas al asunto y vio de reojo cómo JongIn seleccionaba el icono de la cámara, la cual no había utilizado aún (todo lo contrario a JiHyun y SooBin, su habían llenado su galería con sus fotos extrañas). El alfa seleccionó la opción de cámara frontal y se acercó a él para chocar sus cabezas juntas y sonreír a la pantalla. KyungSoo se sonrojó de inmediato e intentó apartarse, pero el puchero posterior de JongIn lo dejó muy quieto en su sitio.

ㅡVamos, Soo, solo es una foto. ¡Sonríe y no huyas!

ㅡEs que no me gustan las fotos. No me veo bien en ellas ㅡdijo con timidez y JongIn giró el cuello para ver directamente sus mejillas coloradas por algunos instantesㅡ.

Decidido, se inclinó y llenó su boca con el helado del pequeño, entonces, cuando KyungSoo estaba dispuesto a replicar con los ojos muy abiertos y las cejas alzadas, JongIn cortó la distancia que los alejaba e impactó sus labios cremosos y fríos contra los de KyungSoo, callándolo de inmediato y haciendo que cerrara los ojos y suspirara como respuesta.

KyungSoo se sentía volando sobre nubes, estaba rojo hasta las orejas, tenía la respiración agitada y sujetaba con fuerza su helado mientras sentía la boca de JongIn sobre la suya, con nada más que el postre interponiéndose en el toque pleno de sus labios. Su cuerpo se había relajado instantáneamente bajo el hechizo del menor, y aunque hubiera deseado un poco más de tiempo, el contacto terminó tan repentinamente como inició.

JongIn se separó con una sonrisa suave y manchada de helado y KyungSoo exhaló largamente, lamiendo los restos que habían quedado sobre su boca.

Tímido y abochornado, se atrevió a ver al alto, solo para notar la fotografía que había tomado de ambos besándose, muy bien tomada con el celular. Era una imagen muy hermosa, si es honesto; le había encantado y sabía que quería conservarla para poder verla en la privacidad de su habitación mientras rememoraba esos perfectos segundos de contacto.

ㅡ¿Ves como no ha sido tan malo? Es una foto realmente preciosa. La enviaré a mi celular... listo, ahora... ¡sonríe!

Extrañamente se había divertido mucho tomándose fotos con JongIn. Él había encontrado la manera de relajarlo y que las cosas fueran fluidas y naturales, dejando como resultado muchas imágenes bonitas que no dudaría en conservar. JongIn se veía guapo y seguro en cada una de ellas, con su sonrisa características y mostrando su helado con orgullo, por otro lado, él se veía feliz, de verdad, con sonrisas grandes, mejillas coloradas y un brillo inextinguible en su mirada.

Cuando terminaron su helado y su teléfono comenzó a quejarse por la poca batería, dejaron a un lado su foco de entretenimiento principal y de nuevo quedaron en silencio, sentados en la misma banca con un par de sonrisas en los labios rojos por el frío.

JongIn tomó su mano distraídamente, acarició sus dedos uno a uno y recorrió su palma con su pulgar mientras KyungSoo miraba al cielo oscuro y estrellado sobre sus cabezas. Unos momentos después, JongIn volvió a hablarle.

ㅡ¿Soo? Hay algo que quiero decirte ㅡKyungSoo desvió la mirada del firmamento y se centró en el moreno, que con calma lo observabaㅡ. En dos días se celebrará una fiesta por el aniversario de KADI Corp; todos los empleados están invitados, así que creo que sabes de ello ㅡasintió y lo dejó continuar en completo silencioㅡ. Bueno, yo quería saber si tú querrías ir conmigo, como mi acompañante.

ㅡ¿Qué? ㅡpreguntó con las cejas fruncidas, girándose completamente para poder verlo en todo su esplendorㅡ. ¿Yo? Pero, JongIn, soy el menos indicado para eso. ¿No tendría que ir la señorita SooJung contigo?

JongIn asintió, captando de inmediato le deje de pesar que había en la voz de KyungSoo al nombrar a la mujer, y apretó un poco más su agarre en su mano.

ㅡSí, pero ella no vendrá aún a Corea. Me dijo que podría llevar a alguien más y te sugirió a ti explícitamente.

KyungSoo no cabía en su sorpresa y confusión. ¿Por qué él entre tantos otros omegas que seguramente eran más aptos para acompañar a JongIn en una fiesta tan importante? ¿Él, que no sabía nada de las cosas de la alta sociedad y no tenía nada qué vestir para ese evento? KyungSoo solo haría el ridículo frente a todas esas personas y dejaría en vergüenza a JongIn, y eso era algo que él no iba a dejar que pasara.

Era una persona tan insegura, que aunque le hubiera encantado la idea de ir con JongIn, no podría hacerlo por temor de arruinarlo todo por su ignorancia y falta de educación.

ㅡNo entiendo por qué. Soy la peor opción ㅡsoltó con honestidad y en voz baja y JongIn frunció un poco los labiosㅡ.

ㅡHey, eso no es cierto. Para mí eres la mejor opción de todas, además, estarás conmigo; no voy a dejar que nada te incomode.

ㅡ¿Y si lo hago mal? ¿Y si lo arruino todo y te hago pasar vergüenza por mi culpa? Por no decir que no tengo ropa para ponerme en un evento así, JongIn. No lo sé.

JongIn lo abrazó por los hombros y lo acercó a su pecho. Inmediatamente, KyungSoo se sintió mejor al estar en contacto con su cuerpo, al inhalar su rico aroma tan cerca y ser invadido por las caricias suaves sobre su brazo. Dejó escapar un suspiro y cerró los ojos para disfrutar de aquello.

ㅡNo lo harás mal, KyungSoo; eres un hombre listo y sé que estarás a la altura. De igual forma, no tendrás que hablar con extraños, sólo estarás a mi lado. Comeremos, me verás sufrir mientras hablo con algunos accionistas sin importancia, bailaremos un poco y luego haremos un brindis por un año más para la compañía. Por la ropa y lo demás... no te preocupes, yo me haré cargo.

ㅡTú siempre te haces cargo de todo en el ámbito monetario ㅡse quejó con un puchero mientras jugueteaba con los botones de la camisa del menor y este rió por lo bajo y le besó la coronillaㅡ.

ㅡMe gusta hacerlo, además, en este caso debo hacerme cargo yo. Quiero que me acompañes y debo cubrir con los gastos que significan mi deseo.

ㅡNo vas a dejar de insistir, ¿cierto? ㅡpreguntó con resignación, alzando la cabeza para poder verlo mejor, y JongIn sonrió con afecto y negó de inmediatoㅡ.

ㅡNo. Es porque te quiero conmigo.

Su corazón dio un salto y su mano viajó a la mejilla del menor para acariciarla con suavidad. JongIn se apoyó en el toque y besó su palma abierta con mimo, enfocando sus pupilas sobre las suyas.

ㅡTambién quiero estar contigo ㅡsusurró con notorio anhelo y JongIn le acarició el cabello y luego la línea de sus labiosㅡ.

ㅡEntonces quedémonos juntos.

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