VIII

De alguna manera, JongIn se había mantenido más unido y cercano a KyungSoo en los próximos días. Había conseguido que aceptara almorzar con él en los descansos de su turno durante tres días a la semana, también se había propuesto a llevarle un chocolate caliente todos los días para comenzar su trabajo con energías y, aunque no era bueno para su reputación, no podía faltar alguno que otro obsequio dejado en su casillero.

Eran cosas pequeñas, como dulces o golosinas que él guardaría para compartir con Mark y SooBin o con JiHyun y BaekHyun, pero debido a la frecuencia de las mismas, habían comenzado a circular algunos murmullos y comentarios que aseguraban que estaba siendo cortejado por alguien de la empresa (nada más ajeno a su situación actual con su pareja destinada y las intenciones de JongIn).

Al principio lo entristeció la idea de saber que estaba haciendo todo eso justo cuando la señorita SooJung se había marchado a un lugar lejano; el conocimiento de esto lo había hecho sentir bastante culpable y alicaído, sin embargo, al mirar a JongIn, ver su sonrisa amable y animada irradiando felicidad y complacencia al verlo sonrojado por recibir uno de sus regalos sencillos y más económicos (que lo hacían sentir más a gusto), no podía evitar desear que aquello nunca terminara.

Estaba siendo egoísta, se estaba convirtiendo rápidamente en lo que juró que nunca sería: un traidor que no debía inmiscuirse en una relación, pero ¿realmente era su culpa? KyungSoo no había pedido a un hombre ocupado como compañero destinado, no había instado a JongIn a ser atento con él, no había deseado estar en esa situación jamás. Era mala suerte, simple y cruel, porque en el fondo siempre supo que luchar contra sus instintos era difícil, que mantener a su alfa alejado sería una tarea dura y complicada y que, aunque JongIn lo desease con todas sus fuerzas como él mismo, era inevitable ser cercanos, estar juntos, sentir algo, que si bien era inapropiado.

Sí o sí alguien terminaría herido, pero no culpaba a JongIn por sus acercamientos y muestras de afecto inevitables, no podía hacerlo cuando los tres estaban siendo víctimas de las circunstancias y de las jugarretas del destino, no cuando el alfa también estaba luchando contra sus propias mierdas lo mejor posible.

No habían ido más allá de lo moralmente correcto, no había habido beso alguno en los labios, ni roces y caricias indecentes. Todo se había mantenido en una zona segura, en besos en las mejillas y la frente, abrazos cortos que le robaban el aliento y hacían desear un poco más de tiempo entre sus brazos y simples toques en la piel de su rostro y manos. Eran cosas que no podían no hacer, eran pequeños detalles que los ayudarían a mantener la compostura y sus instintos a raya temporalmente.

Era difícil ir en contra de su unión, pero lo estaban intentando lo mejor posible por SooJung, por su corazón y sus sentimientos, por lo que fue y será siempre para JongIn, por la oportunidad que le había dado de buena gana a KyungSoo, y eso era algo que KyungSoo apreciaba y agradecía sinceramente.

De esa manera podría asegurar que habían luchado con todas sus fuerzas hasta el último momento, para reprimirse y conservar lo máximo posible de un buen recuerdo e imagen de sí mismo y de JongIn para la omega. No era sólo cuestión de expiación, sino también de mantener en pie lo que ella creía que era su amor, que JongIn seguía siendo alguien honesto y sincero y que KyungSoo podría ser una persona de confianza y eternamente leal y agradecida (a pesar de las desfavorables circunstancias en las que ambos se habían visto envueltos).

KyungSoo suspiró con un caramelo de miel en la boca y empujó el carrito de limpieza hacia el área de MoonByul, quien, entre papeles y movimientos veloces de sus dedos sobre la pantalla de la tablet, lo observó por encima de sus pestañas rizadas con una sonrisa amable y animada.

ㅡHey, al fin te veo la cara hoy, Soo. ¿Terminaste apenas con las oficinas?

ㅡSí; ha sido mucho trabajo. ¿Cómo puede ensuciarse tanto un espacio en tan poco tiempo? Siempre me sorprendo.

Ella encogió sus delgados hombros y le tendió su vaso con café humeante para que le diera un sorbo. KyungSoo lo tomó con una sonrisa agradecida y le dio un traguito para no perder el sabor del caramelo, luego lo volvió a colocar en su lugar y sacó sus implementos de trabajo para comenzar a limpiar tras el escritorio de la hermosa alfa y el ventanal expuesto tras su espalda.

ㅡEs porque quienes lo habitan son alfas, y bueno, no somos precisamente los más ordenados del mundo. Ya sabes, siempre estamos con un desastre aquí y allá, cosa que me avergüenza, si soy honesta. Es extraño ver alfas que amen y aprecien la limpieza, por eso tienes suerte de tenerme en un punto medio y contar con un buen jefe como el señor Kim ㅡKyungSoo sonrióㅡ.

ㅡEso es verdad; no puedo quejarme de ninguno de los dos. Ustedes hacen que mi trabajo sea significativamente más fácil y agradable. Debo agradecer por eso.

ㅡOoow, eres tan adorable ㅡhalagó con tono meloso y luego pellizcó su mejilla. KyungSoo rió, sonrojado, y ella chasqueó los dedos con buen humorㅡ. ¡Oye! Deberíamos ir a comer un día en la hora de almuerzo con Sunnie. Quisiera que la conocieras.

KyungSoo la miró con sorpresa, sin detener su trabajo en el ventanal.

ㅡ¿De verdad? No quiero ser una molestia ni un estorbo para ustedes. Es su tiempo en pareja, después de todo.

MoonByul frunció el ceño y colocó sus manos en sus estrechas caderas en respuesta.

ㅡ¡Hey! Nunca podrías ser un estorbo, así que ni siquiera te atrevas a pensarlo. Por otro lado, sí, de verdad quisiera que te reunieras con nosotras. Ella estará feliz de conocer a mi "hermano" de la oficina y tú podrás darte una idea de la bestia que es ella en persona. ¿Qué dices?

KyungSoo sonrió y bajó la mirada, pensándolo un poco.

MoonByul siempre era amable con él, era una buena mujer y una alfa increíble; ella siempre estaba hablando de su omega con notable adoración, también lo cuidaba a él y hacía que su trabajo fuera más ameno y divertido. No había una razón por la que no pudiera ir a almorzar con ella y su pareja, realmente todo estaba a su favor, así que asintió lentamente y la miró con ánimos renovados.

ㅡEstá bien, iré con ustedes.

MoonByul sonrió grandemente y entonces asintió y le revolvió el cabello con afecto antes de adentrar su mano en el bolsillo de su pantalón formal y tenderle una piruleta de fresa que tomó con sorpresa.

ㅡEs para tu hermana. Almorcemos juntos el viernes, ¿te parece bien?

ㅡSí, será perfecto. Y gracias, Moon.

ㅡNo agradezcas... ahora volveré al trabajo. Hay tanto por hacer... el jefe debe estar ocupado hasta las pelotas con el nuevo proyecto que tiene entre manos. Más tarde debería llevarle un té o algo ㅡmencionó con aires distraídos mientras volvía a su asiento y comenzaba a teclear algo en su computadora y KyungSoo formó un pequeño pucheroㅡ.

¿Realmente estaría tan atareado? Bueno, JongIn era un hombre muy importante y KADI siempre tenía altas demandas de negocios, por lo que no era de extrañarse. Aún así, KyungSoo se sentía preocupado al imaginarlo estresado y frustrado.

Apretó los labios y luego hizo una mueca. Miró hacia afuera, al cielo azul que se exponía detrás del ventanal, y le dijo a su amiga con una sonrisa calmada luego de tomar una decisión.

ㅡNo te preocupes por eso, MoonByul. Yo me encargaré de llevárselo en un momento. Tú quédate aquí trabajando.

Ella se enfocó en él con sorpresa y un brillo extraño en la mirada y luego sonrió de lado y arqueó una de sus perfectas cejas con un toque pícaro que lo hizo sonrojar y removerse en su lugar con evidente nerviosismo.

ㅡBueno, eso está bien, supongo. Muchas gracias por ofrecerte, Soo. Encárgate de que el jefe Kim tenga un té extremadamente delicioso.

ㅡS-sí, descuida, lo haré. Ahora... sí, voy a seguir aquí.

Lo último que escuchó luego de eso fue una risita divertida y las teclas del teclado resonando rápidamente.

. . .

KyungSoo se había apresurado a terminar con su trabajo para salir pitando de ahí. No podía evitar sentirse acorralado ante la mirada de reojo de MoonByul y sus tarareos que lo dejaban nervioso e incómodo, por ello no dudó en irse cuando el espacio de la mujer fue limpiado concienzudamente. Se quitó los guantes en el camino, dejó el carrito en su lugar, y luego de lavarse muy bien las manos, se dirigió al ascensor para ir a la cafetería en busca del té para JongIn.

Suspiró al hallarse solo y se abrazó a sí mismo, apoyado contra la pared del elevador con los ojos cerrados.

Debía dejar de mostrarse de esa manera si no quería levantar sospechas y más rumores sobre sí mismo. No quería envolver a JongIn en un lío a causa de sus reacciones exageradas y para nada disimuladas, por lo que reprimirse era lo mejor que podía hacer por los momentos. Al menos estaba familiarizado con el tema y podría manejarlo con un poco más de soltura. Era consciente de que MoonByul no haría nada para dañarlo, pero, a pesar de eso, no podía confiarse y mostrar sus emociones libremente a su alrededor; no quería afectar a JongIn con sus errores, así que controlarse era lo mejor que podía hacer.

Las puertas se abrieron no mucho después y él dio un paso al frente antes de que volvieran a cerrarse. Sin más, comenzó su viaje a la cafetería, aún hundido en sus pensamientos y distraído por sus decisiones futuras; sin embargo, cuando estaba a punto de cruzar por un pasillo solitario para llegar a su objetivo, un sollozo ahogado y muy bajo lo detuvo en seco. Eran sonidos tímidos y muy, muy cuidadosos, que hubiera pasado desapercibido si no estuviera todo tan callado por la falta de personal en los alrededores.

KyungSoo frunció el ceño y su corazón dio un vuelco mientras comenzaba a acercarse a quien sea que estuviera llorando, silencioso y cuidadoso para no alterar a esa persona, pero al ver en el suelo a SooBin, cubriendo su boca con sus manos, con los ojos empañados e hinchados y una enorme marca roja en su mejilla, todo control y cuidado se fue a la mierda y KyungSoo no tardó en arrodillarse a su lado y abrazarlo con fuerza contra su pecho, preocupado y asustado por el niño que se dejaba hacer por él entre sus brazos.

ㅡBinnie... Binnie, tranquilo, ¿qué ha pasado? ㅡpreguntó en un susurro, pero los lamentos y sollozos descontrolados del menor le impidieron responder. Hizo una mueca y cerró los ojos por un momentoㅡ. Shh, estoy aquí, estoy aquí. Tranquilo, cariño, no pasa nada, tranquilo ㅡsusurró sobre su desordenado cabello, meciéndolos suavemente de un lado a otro, intentando arrullarlo y tranquilizarlo aún cuando el nudo en su garganta le impedía hablar y respirar con normalidadㅡ. Estoy aquí, SooBin, por favor, no llores; estoy aquí para ti. No estás solo en esto, bebé, estoy acompañándote.

KyungSoo se apoyó contra la pared de aquel pasillo con un lloroso y muy delgado y tembloroso SooBin aferrado a su pecho; le acarició el cabello y la espalda, le brindó su calor, le dio palabras de aliento a través de susurros delicados que buscaban alejar la alteración que lo invadía y besó su coronilla y frente múltiples veces, como lo haría un padre, una madre o un hermano mayor que intenta consolar las penas de sus seres queridos.

No supo por cuánto tiempo estuvieron de la misma manera, ambos abrazados y apretados uno contra el otro, solos en aquel lugar inhabitado, pero fue un verdadero alivio sentir como el niño poco a poco iba calmándose, sus sollozos se transformaban en un ligero hipo y su cuerpo se enroscaba hasta hacerse una bolita contra su pecho, sin los desgarradores y preocupantes temblores que antes reinaban sobre él.

KyungSoo no dejó de acariciarle el pelo con cariño ni de mecerlos lentamente de lado a lado, y para cuando SooBin se atrevió a hablar, él mismo comenzaba a sentir los latidos de su corazón más ralentizados con la llegada de la inquietante calma y el pesado silencio.

ㅡMamá encontró el lugar donde me he estado ocultando este tiempo ㅡcomenzó con la voz ronca, sin alejarse de su pecho, incapaz de verlo, y KyungSoo hizo todo lo posible para no tensarse y alterarlo nuevamenteㅡ. Quería que me fuera con ella. Se enojó al saber que estaba trabajando aquí, dijo que no tenía por qué hacerlo cuando soy un niño estúpido que no surgirá porque he nacido en clase baja. También dijo que era un idiota por creer que alguna vez podría ayudar a mi padre, que era un estúpido sentimental irracional y que debía dejar todo de lado y buscarme un esposo al que atender. Yo me negué, le dije que no iba a obedecerla jamás, que seguiría estudiando, que me podía mantener a mí mismo, que era alguien independiente, con amigos y apoyo; no quería verla ni tenerla cerca de mí y deseaba que se fuera. Mamá se enojó entonces. Ella intentó... ella intentó hacerlo de nuevo, ella q-quería que yo... me golpeó tan fuerte y me sometió a ella... y-yo pensé que volvería a hacerlo; no quería, Soo, no quería y luché con todas mis fuerzas. Ella volvió a tocarme sin que yo quisiera, y cuando estuvo a punto de hacerlo, la golpeé y salí del apartamento lo más rápido que pude ㅡapretó con fuerza su ropa en un puño y sus párpados se cerraron duramenteㅡ. Tengo miedo de volver ahí, no quiero entrar, no quiero verla y rodearme de esos recuerdos dolorosos. Quiero a mi papá, Soo, quiero a mi papá conmigo, lo quiero aquí, quiero que me cuide y me proteja. Ya no quiero sentirme solo, lo necesito.

KyungSoo no se había dado cuenta de que había estado llorando todo este tiempo hasta que las lágrimas comenzaron a rodar por su cuello frío y sus pulmones exigieron aire con fuerza. Abrazó a SooBin con mucha más intensidad que antes, se aferró a él, transmitiéndole de esta forma todo su sentir, todo lo que le había afectado esto, que no era indiferente a su sufrimiento. SooBin volvió a llorar como el niño que era, tan sentido y dolido que rompió su corazón en mil pedazos pequeñitos y afilados.

KyungSoo no podía hacer nada para que el chico no sintiera aquellas sensaciones corrosivas en su corazón, no podía absorber su dolor, pero podía sostenerlo en ese momento y hacerle saber que no estaría solo nunca más. Ahora él estaba en su vida, también Mark y los demás chicos del edificio. Todos eran una unidad que estaban dispuestos a apoyarse los unos a los otros y así se mantendrían hasta que la vida los dejase. Se lo prometió a él y se lo prometió a sí mismo.

. . .

Uno frente al otro, con los ojos hinchados y sosteniendo un par de latas de Coca-Cola, el par de omegas se había calmado lo suficiente como para poder hablar normalmente.

Se habían olvidado del turno que tenían que cubrir y se habían sentado en un rincón lejano de la cafetería deshabitada a esa hora del día. KyungSoo le había comprado un pastelito de fresas y el refresco para que ganara un poco de energías y azúcar y SooBin los había aceptado con una pequeñísima sonrisa; también le ayudó a curar las heridas que había dejado su progenitora sobre su rostro, cuello y hombros y le había regalado un besito en una mejilla para reconfortarlo.

Serenos y luego de asegurarse de que el niño hubiera terminado de comer el pastelito, KyungSoo tomó la palabra luego de intensos minutos en silencio.

ㅡBinnie... ¿no has pensado en pedirle ayuda al señor Kim? Tal vez si le dices él podría intervenir un poco o instruirnos en lo que podríamos hacer.

SooBin suspiró largamente y le dio un trago a su bebida azucarada.

ㅡSí, lo he pensado, pero no quiero aprovecharme de su generosidad. Ya me ha hecho un gran favor aceptándome aquí aunque no tenga experiencia y sea joven, no quiero que me vea como un oportunista o algo así.

KyungSoo hizo una mueca al oírlo. Hizo una pausa para bajar la mirada a la mesa, y luego de algunos segundos, volvió a hablar en un murmullo.

ㅡNo creo que el señor Kim piense eso de ti, SooBin. Eres un buen chico que hace bien su trabajo, no das problemas y eres amable, así que es imposible verte como un aprovechado.

Los ojos de SooBin volvieron a llenarse de lágrimas y su labio inferior tembló. KyungSoo, alarmado, estiró una mano y se aferró a la contraria con afecto y una fortaleza que sabía que el chico necesitaba.

ㅡEsto es tan difícil... ¿por qué tenemos que ser tan desgraciados, Soo? Es injusto, tan injusto, y soy tonto, porque quiero y necesito ayuda pero no soy capaz de pedirla ni buscarla. ¿Qué debo hacer?

ㅡPor ahora sólo debes calmarte, SooBin, no ganarás nada estando desesperado, ¿vale? Yo voy a ayudarte. Hablaré por ti con el señor Kim, ¿de acuerdo? Yo le pediré ayuda, así que no temas ni entres en desesperación. Confía en mí, vamos a salir de esto, te lo prometo. Ahora... ¿quieres venir a mi apartamento mientras tanto? Puedes quedarte con nosotros para que no estés solo ni al alcance de tu madre. No es un lugar grande y compartimos todo el espacio, pero yo no tengo ningún problema con recibirte.

Entonces los ojos llorosos del niño resplandecieron, sus labios formaron un puchero y unió sus dedos con los suyos, apoyándose y confiando en él.

ㅡ¿De verdad? ¿De verdad me dejarías estar contigo y tu familia?

ㅡPor supuesto, SooBin, no eres una molestia para mí, y ya lo he dicho antes: estoy aquí para ayudarte, ¿bien? Te acompañaré a tu apartamento para buscar tus cosas y de ahí nos iremos al mío para que te instales hoy mismo, ¿te parece?

El menor sonrió, notoriamente más animado y aliviado y asintió, provocando que su cabello se meciera de forma adorable.

ㅡSí, Soo, es... es más de lo que podría pedir. Muchas gracias por todo lo que haces por mí.

ㅡNi lo menciones. Los omegas estamos para ayudarnos los unos a los otros, recuérdalo. Ahora, come eso y cuando lo creas necesario, vuelve a trabajar. Yo iré con el señor Kim, ¿está bien? ㅡSooBin volvió a asentir y no tardó en obedecerlo. KyungSoo lo miró con preocupación por unos cuantos segundos, le revolvió el cabello con afecto y delicadeza y luego se levantó para pedir el té para JongIn, que había olvidado en medio de todo aquelloㅡ.

Le lanzó una última mirada al menor y luego de verlo recogiendo todo para volver a trabajar, más repuesto y entero, KyungSoo fue hasta el elevador más cercano. Con la mirada gacha y lo suficientemente pensativo como para mostrarse distraído, se encaminó por el pasillo de su piso con cuidado para no derramar la bebida caliente.

MoonByul le lanzó una mirada curiosa y él simplemente le dedicó una sonrisa terriblemente falsa, agachó la cabeza y se dirigió a la puerta del alfa más importante en KADI Corp. Recibió el permiso para entrar un segundo después y él obedeció y cerró la puerta detrás de él con cuidado para no hacer mucho ruido.

Al verlo delante de él, JongIn formó una sonrisa con sus bellos labios prominentes, rojos y sensuales. Las gafas reposaban sobre el puente de su pequeña nariz y sus manos desnudas estaban llenas con papeles que había estado leyendo ávidamente un momento antes.

KyungSoo no pudo evitar un suspiro y una pequeña sonrisa al verlo, como siempre, perfecto, hermoso y pulcro. Sorprendentemente, la sonrisa en JongIn no duró demasiado, pues esta fue reemplazada por una mirada confundida y preocupada que no le restó belleza a sus facciones. Se puso de pie entonces y se acercó a él con paso seguro e ininterrumpido.

El aroma a canela fue una agradable fuente de calma para él y su omega entristecido, y cuando las grandes manos masculinas sostuvieron su rostro con amabilidad, KyungSoo creyó que todo estaría bien si podía contar con ese simple contacto, con ese simple aroma dulce y adictivo cerca de él.

ㅡ¿Soo? ¿Estás bien? ¿Qué ocurre? ㅡpreguntó el alfa en voz muy baja y el omega hundió sus hombros, derrotado por todo lo que había tenido que atestiguar ese díaㅡ.

JongIn le quitó el vaso humeante y lo colocó en una mesita cercana y luego lo envolvió en sus brazos fuertes y bien ejercitados, lo llevó a su pecho, rompiendo la brecha de espacio que los separaba, y lo abrazó con firmeza.

KyungSoo se sintió bien, protegido y muy cálido contra el duro pectoral vestido del menor; su olor fue una fuente de calma y tranquilidad que él no dudó en tomar y las caricias en su espalda y cabello fueron suficientes para relajarlo por fin.

KyungSoo cerró los ojos en ese momento de tranquilidad pasajera y envolvió la cintura estrecha y delgada del moreno con sus brazos cortos, correspondiendo luego de algunos instantes su gesto bienvenido.

ㅡHey, pequeño, ¿qué está pasando? ¿Sabes que puedes confiar en mí, verdad? ¿Te han hecho algo? Habla conmigo, cariño.

ㅡNo me han hecho daño, yo... yo estoy bien, en realidad, es sólo que... SooBin, él... oh, JongIn ㅡsu voz se quebró en ese momento al recordarlo todo, porque en SooBin veía a su hermana y el tema le afectaba más de lo que podía controlar. Era tan duro, tan difícil e injusto para todos tener que pasar por eso, vivir con ese miedo constante e irrompibleㅡ.

SooBin era sólo un niño, por amor a Dios. ¿Por qué tenía que experimentar toda esa mierda él solo? Dolía tanto en su corazón. KyungSoo estaba tan afectado y dolido con todo lo que lo rodeaba, con la sociedad, con su mundo, con su vida. Era tan difícil.

JongIn besó sutilmente su cuello, su mandíbula y sus mejillas, lenta y superficialmente, un toque apenas perceptible sobre su piel pálida y fría. Sus manos lo apretaron contra sí con seguridad y un deje de posesión y sus dedos se arrastraron por su espalda con mimo y solidaridad, recordándole que él estaba ahí para KyungSoo en todo momento, porque eran amigos y eso hacían las mejores amistades.

ㅡShhh, está bien, está bien, tranquilo. Respira, Soo... muy bien. Ahora, ¿estás mejor?... vale, ¿qué ha ocurrido con SooBin?

KyungSoo le contó sobre la delicada situación en voz baja, sentados uno junto al otro sobre el sofá dispuesto en la oficina. JongIn le dejó relatar todo sin interrupción alguna, sin embargo, KyungSoo fue capaz de notar como sus ojos se entrecerraban y su mandíbula se apretaba al hablar sobre la madre del niño. Acabó con un suspiro y una mirada a sus manos sobre sus muslos, y entonces hizo la pregunta del millón de wones.

ㅡEs por eso que quería saber si podrías ayudarnos de alguna forma, JongIn. No quiero dinero o algo así, pero me gustaría que nos guiaras en lo que podemos hacer. Tal vez recomendarme algún abogado que se encargue del caso de SooBin, que ayude a su padre y mantenga alejada a su madre, yo puedo pagarlo de mi sueldo hasta que la deuda esté saldada...

ㅡNi siquiera lo pienses. Tienes suficientes gastos en casa como para también sumar esto ㅡlo interrumpió de inmediato con contundencia y KyungSoo hizo una muecaㅡ. Voy a hablar con Jiang Cheng, él es un buen amigo mío y puede hacerse cargo de esto. Es abogado, uno de los mejores, y no dudo que pueda resolver el caso del chico. Déjame esto a mí, ¿de acuerdo? Me pondré en contacto con él cuanto antes, y antes de que se den cuenta, el padre de SooBin estará libre una vez más.

ㅡJongIn... yo... muchas gracias, no sé qué hubiera hecho sin ti. ¿Cómo puedo pagártelo? ㅡpreguntó, notoriamente más aliviado y ligero que antes con ese peso fuera de sus hombros, y JongIn simplemente sonrió con cariño y le acarició el pelo con lentitud y suavidad, ordenando las hebras desordenadas y enredando sus dedos largos entre sus hebras oscuras y lisasㅡ.

ㅡTe lo diré luego. Por ahora, quédate un rato más conmigo. He estado tan estresado... tenerte aquí es un gran alivio para mí.

KyungSoo se sintió sonrojar, pero aún así permitió que JongIn apoyara su cabeza sobre su hombro y lo abrazara por la cintura. Una pequeña sonrisa amorosa surgió en sus labios sin quererlo realmente y su mano viajó al cabello del menor para acariciarlo como él lo había hecho momentos antes.

Una vez más, agradeció haber conocido a Kim JongIn en esa vida, y con ese pensamiento en mente, dejó que los minutos pasaran con tranquilidad.

. . .

Cuando fue la hora de salir, KyungSoo se despidió de MoonByul y fue en busca de SooBin en los vestidores. JongIn había estado ocupado todo el día, por lo que no quería molestarlo ni interrumpirlo sólo para decirle que se iría ya, así que simplemente le lanzó una mirada a la puerta de la oficina del alfa y se metió en el elevador luego de ordenar sus implementos de trabajo.

SooBin estaba hablando con Mark cuando KyungSoo llegó a los vestidores.

No había nadie más para ese momento y ambos chicos se habían cambiado ya, así que KyungSoo les sonrió y se dirigió a su casillero mientras ellos hablaban en voz baja. Se quitó el uniforme sin prisas para darle tiempo a su charla, guardó todo en su lugar correspondiente, se acomodó su suéter y luego cogió su bolso, que acomodó pronto en su hombro. Se dirigió entonces a los chicos y les dio una sonrisa amable.

ㅡYa estoy aquí, siento tardar. ¿Listo para irnos, SooBin?

ㅡSí, Soo, estoy listo. Mark irá con nosotros hasta la parada de autobuses ㅡavisó con una pequeña sonrisa y KyungSoo miró al otro chico sin perder la curva de sus labiosㅡ.

ㅡEso está bien, ya es un poco tarde para que estés solo por ahí. Te dejaremos en un lugar seguro, ¿bien? Ahora, vamos. No quiero que nos alcance la noche en la calle.

Luego de un asentimiento, los tres se encaminaron fuera de los vestidores y, posteriormente, del edificio. Ignoraron por completo la mirada fruncida que les echó JiYeon desde su escritorio mientras guardaba sus cosas y salieron por las grandes puertas del edificio hablando calmadamente sobre el día de cada uno.

KyungSoo notó que SooBin parecía más relajado y cómodo sabiendo que no tendría que volver a la soledad e inseguridad de su apartamento, y eso lo dejaba notablemente más tranquilo y en paz.

Muy juntos, y sin separarse ni por error, llegaron a la parada de autobuses que tomarían para ir al apartamento de SooBin. Ahí conversaron un poco más, en voz baja para no llamar demasiado la atención de las demás personas que aguardaban junto a ellos, y justo cuando faltaban sólo tres minutos para que el autobús llegara a la parada, un auto negro, hermoso y caro se detuvo un poco antes de la misma, llamando la atención de todos los reunidos, incluyendo al dúo de omegas más chicos. KyungSoo sólo compuso una expresión sorprendida al darse cuenta de que, en realidad, se trataba del vehículo de JongIn.

Efectivamente, el alfa atractivo e impresionante bajó del auto con movimientos sueltos y elegantes, encantando a más de una persona en medio de su faena.

El cabello desordenado y la corbata y saco fuera de su conjunto, la camisa remangada y los primeros tres botones sueltos le dieron una imagen impactante, sensual y erótica.

KyungSoo sintió sus piernas temblorosas y las mejillas coloradas cuando una sonrisa apareció en sus labios carnosos mientras sus largos muslos lo conducían hacia ellos.

Mark y SooBin compartieron una mirada confundida antes de bajar la cabeza en señal de sumisión, nerviosos por la presencia imponente de su jefe, justo como el grupo de omegas que se hallaban esperando en la parada y que habían sido instruidos para mostrar respeto a un superior de la categoría de JongIn; KyungSoo, por otro lado, se mantuvo sosteniendo su bolso y miró abiertamente al alfa delante de él. Una vez estuvo lo suficientemente cerca, preguntó lo que estaba rondando en su mente en ese instante.

ㅡJongIn... ¿qué estás haciendo aquí? ㅡsusurró muy bajo, sólo para que él lo escuchara, y el menor colocó una mano sobre su hombro con confianza y sin dejar de sonreírㅡ.

ㅡVine por ustedes. Fue una suerte haberlos encontrado; los llevaré en el auto a hacer sus cosas.

SooBin lo miró con sorpresa, con los pómulos sonrosados y notablemente confundido ante las muestras de confianza entre ambos hombres, y se apresuró a negar con la cabeza, lo suficientemente avergonzado como para parecer increíblemente tierno y adorable.

ㅡ¡No, señor! No es necesario, nosotros vamos a tomar el autobús. No se moleste, por favor.

ㅡNo es una molestia ㅡaseguró inmediatamente el alfa, dulce y amable al hablarle al chicoㅡ. KyungSoo me dijo que irían a tu apartamento y quería asegurarme por mí mismo de que estarían bien. Permítanme llevarlos a ambos, por favor.

SooBin y KyungSoo cruzaron una mirada. El mayor lo observó con una sonrisa tranquila, asegurándole de esa manera que todo estaría bien, y luego miró al más alto para dirigirse personalmente a él.

ㅡSeñor Kim, no debe preocuparse. Ya falta poco para que el autobús esté aquí, así que no es realmente necesario. Ya ha hecho mucho por nosotros, no queremos abusar de su buena disposición.

Los ojos de Kim brillaron entonces, preciosos y animados cuando estos se enfocaron por un levísimo segundo en su boca sonriente y mejillas coloradas; su índice encontró un trozo de piel de su cuello y lo acarició con suavidad y cariño, libre de dobles intenciones, y una negación se mostró al mover la cabeza de lado a lado. SooBin y Mark se miraron de forma sutil y cómplice y el segundo se encogió de hombros ante las acciones de ambos adultos, sin respuesta a los por qués no formulados del más joven.

ㅡNo están abusando de mí, es mi deseo; no sabemos si hay alguien en el apartamento de SooBin y estaría ansioso por no tener noticias sobre tu bienestar. Por otro lado, ya está anocheciendo y no quisiera que fueran solos a tu casa siendo tan lejos. Déjame ayudarlos y cuidarte... a ambos, quiero decir, cuidarlos a ambos ㅡagregó torpemente, mirando a SooBin con una sonrisa por encima del hombro de KyungSoo, y el pequeño y mayor del grupo exhaló pesadamente, consciente de las miradas de todos sobre ellos y del aroma de JongIn gravitando a su alrededor para sobornarlo y hechizarlo, para hacerlo cambiar de opinión como siempre ocurría al tratarse de élㅡ.

Lo pensó por un minuto entero, sopesando los argumentos del alfa (que, por cierto, tenía muchísimo a su favor), y luego de mirar a SooBin para pedirle su opinión y que este asintiera, no le quedó más opción que aceptar.

ㅡEstá bien, supongo que tiene un punto. Vamos a ir con usted una vez Mark esté seguro en el autobús.

ㅡPerfecto. Me quedaré aquí hasta entonces.

La sonrisa (triunfal, inusualmente aniñada y muy, muy brillante) posterior de JongIn fácilmente podría valer millones de dólares, y él quedó completamente deslumbrado al mirarla, con sus blancos dientes expuestos y sus labios rojos atrapándolo inevitablemente. Bajó la mirada, sobrepasado por sus sentimientos y emociones, con la respiración un poco agitada y el corazón acelerado, y luego agregó en voz baja y avergonzada, nuevamente sólo para el menor.

ㅡPor favor, no me sonrías de esa manera. Mi corazón no lo soportará.

JongIn rió suavemente en respuesta, cariñoso y notablemente enternecido, pero aún así se alejó para darle un poco de espacio y retiró su toque de su piel, lo que agradeció mentalmente.

A pesar de eso, el alto alfa se colocó a su lado, rozando de vez en cuando sus dedos y su brazo para que fuera consciente de su presencia y de su ser revoloteando a su alrededor, cuidándolo, protegiéndolo y manteniéndolo a salvo en el exterior.

Su marca se había mantenido tibia por su presencia cercana, dejando a un lado el ardor desde el día que KyungSoo bebió de la sangre de JongIn, y su omega se encontraba cómodo, acurrucado en su interior mientras él reprimía el deseo de apoyarse en el costado del menor mientras esperaban.

Un par de minutos después, el autobús apareció en la parada y la mayoría de las personas abordaron rápidamente en él. Mark se despidió de SooBin con un abrazo y de los mayores con una sonrisa abochornada. Hizo un par de inclinaciones respetuosas y luego se echó a correr hacia el transporte prontamente lleno. Una vez dentro y asomado en una de las ventanas, se despidió con su mano cuando el autobús se puso en marcha nuevamente y los dos omegas correspondieron el gesto con una sonrisa, hasta que Mark hubo desaparecido de sus vistas y ellos hubieron quedado solos y en silencio una vez más.

JongIn carraspeó para llamar la atención de ambos.

ㅡBueno, será mejor que nos vayamos nosotros también, ¿les parece?

Como respuesta, simplemente asintieron y se dirigieron al automóvil.

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