VII
El domingo por la tarde se encontraban los tres reunidos, como muy pocas veces ocurría debido a los horarios de trabajo de BaekHyun y las salidas a la biblioteca de JiHyun, en la pequeña salita de estar de su mini apartamento. Habían decidido quedarse juntos en casa y compartir un día agradable entre juegos de mesas, que los pondrían a luchar entre todos, y un buen almuerzo.
KyungSoo no podía pedir nada más, estaba satisfecho. Con el primer pago en su cuenta bancaria había podido comprar comida variada que antes no se habían permitido debido al poco dinero de ingreso, también había pagado algunos materiales que JiHyun necesitaba para la escuela y BaekHyun había cubierto las facturas el día anterior. Estaban bien, poco a poco todo comenzaba a estabilizarse y eso dejaba un poco más tranquilo a su corazón y su instinto protector.
Incluso tenía la esperanza de que, si las cosas seguían marchando así de bien, en unos meses podrían ser capaces de mudarse de lugar y acomodarse en un sitio mucho más cómodo para los tres, en una zona más segura en la que JiHyun pudiera terminar de crecer sin temor y BaekHyun pudiera abrir nuevas puertas llenas de oportunidades. El centro de la capital nunca se había visto tan cercano en sus sueños y metas como hasta ahora.
Sonrió al escuchar el griterío proveniente de la salita y giró el cuello con una ceja alzada al ver a JiHyun peleando con BaekHyun porque, al parecer, había hecho trampas en el juego (de nuevo). Ella estaba colgada al cuello de su amigo y le pellizcaba las mejillas con fuerza, el ceño fruncido fuertemente y sus propios cachetes inflados a causa del disgusto, y KyungSoo no pudo hacer más que reír por lo bajo por todo aquel espectáculo.
Le alegraba sinceramente ver a su familia así de feliz y contenta. BaekHyun parecía brillar y poco a poco comenzaba a abrirse un poquito más cada día. Se notaba ligeramente más seguro y se permitía sonreír más abiertamente. Ahora lo interceptaba y no dudaba en preguntarle por su día, por JongIn, por lo que sentía y pensaba, sus hombros no estaban hundidos la mayor parte del día y su rostro se veía más descansado que antes. Él estaba bien y eso le había dado un gran respiro.
Había pasado días llenos de temor por la salud y el bienestar de BaekHyun y su aspecto sin luz ni brillo, opaco y sombrío, sin embargo, ahora podía tomarse un descanso, darse un respiro de las preocupaciones y disfrutar de esta nueva faceta del mayor.
¿Quién iba a decir que un trabajo estable, seguro y con buenos ingresos iba a cambiar de esta manera a una familia entera?
Sin duda alguna tenía mucho que agradecer al cielo, al destino y, por supuesto, a Jung SooJung, Park ChanYeol y Kim JongIn.
Colocó los deditos de queso que estaba preparando sobre una bandeja plástica y llenó un vasito pequeño con salsa de tomate, cargó la comida con cuidado y se dirigió hacia el punto de batalla en el que dos guerreros letales se jugaban la vida en el Monopoly, haciendo el intento de no arrancarse la cabeza mutuamente ante las compras de propiedades del contrario y las caídas inevitables en la cárcel. La competitividad era de temer, un arma de doble filo que no todo el mundo puede manejar, KyungSoo puede dar fe de ello.
Se sentó en el suelo, frente a la mesita en donde estaba desplegado el juego de mesa y se encontraban reunidos los jugadores, y dejó su carga en una esquinita, tratando de no mover nada para no atraer la ira y el aura maligna hacia él. Le echó un visual al juego y notó que ambos estaban casi iguales en cuanto a la posesión de propiedades, por lo que estaban bastante jodidos. Tomó un dedito de queso y lo comió tranquilamente, observando en silencio cómo se desenvolvía todo y quién quedaba como ganador de esa contienda de titanes.
ㅡPágame ㅡordenó JiHyun con fiereza cuando BaekHyun cayó en su propiedad y el mayor escupió una maldición por lo bajo. La chiquilla soltó una sonrisa ladina y recibió el dinero falso con gustoㅡ.
ㅡVas a quebrarme, JiHyun ㅡse quejó el contrario con un pucheroㅡ.
ㅡEsa es la idea, tío Baek.
KyungSoo decidió alejarse un poco de toda aquella aura negra llena de toxicidad que sólo provocan los juegos peligrosos y rompe familias como este, y simplemente se dedicó a comer con tranquilidad, ver el avance del juego y, por sobre todas las cosas y su bienestar físico, no opinar respecto a las jugadas ni ponerse del lado de ninguno de los dos. Ya había tenido malas experiencias en el pasado por hacerlo y no, no quería terminar golpeado o con los tímpanos reventados por los gritos que pondría cualquiera de los dos al verse despojado de su apoyo.
Distraídamente rasca su marca descubierta al sentir comezón en la piel y sigue mirando la partida hasta que su omega reacciona, alerta y atento, de un momento a otro. Alza una ceja, cuestionándose a sí mismo el comportamiento repentino de sus instintos, y su corazón da un vuelco al escuchar tres toques en la puerta.
JiHyun y BaekHyun no se inmutan, demasiado inmersos en sus asuntos como para prestarle atención a algo ajenos a ellos, así que es KyungSoo quien se levanta y se dirige a la entrada del apartamento para abrir y descubrir al visitante inesperado.
Realmente no esperaba encontrarse con JongIn del otro lado de la puerta, envuelto en un conjunto casual que le sentaba de maravilla, trayendo consigo bolsas y cajas con contenido desconocido.
KyungSoo dio un paso atrás por la impresión y el alfa lo saludó con una de esas conocidas sonrisas suaves y amables que le alborotaba el corazón. Se aferró al pomo de la puerta y sus ojos se abrieron ligeramente, impresionado y un poco desencajado por su presencia.
ㅡBuenas tardes, KyungSoo.
Su boca se abrió y cerró un par de veces, sin lograr articular palabra, y se lamió el labio inferior, sintiendo el reconocido ardor en su muñeca y el respectivo vuelco en su corazón acelerado.
ㅡJongIn... ¿qué?...
ㅡDije que te compensaría por irme en el almuerzo de la otra vez, así que pensé en venir con unos cuantos víveres y postres que compré para todos ㅡdijo él con su bella voz calmada y su sonrisa imborrable clavada en los labios y KyungSoo suspiró, hundió los hombros y se cruzó de brazosㅡ.
ㅡNo era necesario que lo hiciera. Realmente no importa, entiendo que tuviera que acompañar a la señorita SooJung ese día, así que no hay ningún problema ㅡle aseguró con entereza y JongIn borró lentamente su sonrisa para pasar a mirarlo con un deje de pesar e incomodidadㅡ.
ㅡLo sé, pero aún así quise compensarte. Tampoco fui justo contigo y quería enmendar esa situación, así que... ¿podríamos volver a intentarlo? Esta vez prometo que irá mejor y podremos acabar la comida sin interrupciones, ¿qué dices?
El pequeño lo miró por un largo rato, sopesando su respuesta mientras el alfa aguardaba pacientemente por él, con sus compras en la mano y sus ojos fijos en su rostro gacho.
KyungSoo mordió su labio inferior brevemente, y luego de ver con timidez todas las bolsas que habían en sus manos, además de reconocer que le agradó mucho la idea de que había ido a su casa sólo para reponer su plantón de aquel día y que su omega se hallaba satisfecho y agradecido por ello, decidió darle un voto de confianza.
Después de todo, ya estaba ahí, había gastado su dinero en algo que podría ser innecesario y no estarían solos. No podía ser tan malo.
Dejó en libertad su labio y luego de suspirar por lo bajo, se corrió a un lado y le dio espacio para que pudiera entrar en su pequeño apartamento. JongIn le sonrió con agradecimiento y KyungSoo cerró la puerta detrás de él, entonces se vieron envueltos por los gritos de BaekHyun y JiHyun y un aura un tanto tensa y electrizante a su alrededor. KyungSoo se removió en su lugar, ligeramente avergonzado por la mirada fija del menor sobre él, y entre jugueteos con sus dedos, informó en voz baja.
ㅡSon mi hermana y BaekHyun. Ellos son algo ruidosos cuando juegan... ambos suelen ser realmente competitivos, así que cuando inician una partida es normal escucharlos gritar. Espero que no le incomode...
ㅡ¡Oh, no! Para nada es incómodo, todo lo contrario, lo encuentro verdaderamente adorable ㅡrepuso sin dudarlo, de nuevo sonriendo, y, por supuesto, sin apartar la mirada de su rostro ni por errorㅡ.
KyungSoo sintió sus pómulos llenándose rápidamente de color y una sonrisa tiró de las esquinas de sus labios, justo antes de que JiHyun soltara un grito grave, de guerra, como un soldado caído en batalla de la forma más dolorosa posible. Rió por lo bajo ante esto y JongIn amplió su sonrisa, desviando por primera vez su mirada y centrándose en el panorama en la ordenada salita de estar.
ㅡ¿Quiere que lleve las bolsas a la cocina? ㅡpreguntó, cordial, para recibir una negativa suave y amable de parte del hombre más jovenㅡ.
ㅡNo es necesario, yo mismo las llevaré. Están algo pesadas y no quiero que cargues con ellas. ¿Dónde puedo ponerlas?
ㅡOh, sígame.
JongIn asintió y caminó detrás de él en silencio, pasando por el pequeño espacio de la salita ocupada por un par de (ahora no tan) alborotados omegas, que al verlo abrieron las bocas y los ojos graciosamente, cesando el griterío y las exclamaciones de inmediato y causando que JongIn los saludara y les sonriera cálidamente antes de desaparecer tras la barra de la cocina de KyungSoo.
Fue muy audible el cuchicheo del par y las exclamaciones pobremente reprimidas de la única chica del lugar, pero aún así, JongIn no se sintió incómodo, frustrado o fuera de lugar, todo lo contrario, su semblante se mostró siempre amable, lleno de deleite y goce absoluto. Era entrañable verlo así, piensa KyungSoo al mirarlo de reojo poniendo las bolsas sobre la barra.
Al terminar su trabajo, JongIn sacudió sus manos y sonrió abiertamente para los tres omegas ahora reunidos en la pequeña cocina, sin inmutarse o poner distancia alguna con el cuerpo pequeño de KyungSoo. Colocó sus manos sobre su cintura estrecha y con un atractivo buen humor, se dirigió al par silencioso e incrédulo que lo observaba desde una esquina.
ㅡHola, lamento mucho interrumpir su juego y venir sin avisar. Yo he traído algunas cosas para los tres, ¿no les incomoda, cierto?
JiHyun se aferró a BaekHyun y se medio escondió tras su espalda, muy colorada y avergonzada por la imagen que le había dado al alfa la última vez que se habían visto en su casa, y BaekHyun cruzó una mirada cómplice con KyungSoo, quién negó con la cabeza con simpleza e inconscientemente dio un paso más cerca hacia JongIn.
ㅡBueno, no es una molestia, así que puede venir cuando quiera, y realmente no era necesario algún presente, señor Kim ㅡdijo el omega más viejo del trío y JiHyun asintió, aún en su nebulosa de fanática avergonzadaㅡ.
JongIn amplió un poco más su sonrisa amable y también se movió hacia KyungSoo, tan gentil y tranquilamente que no había manera que el mayor se sintiera atacado o acosado por su presencia tan cercana. Colocó una mano sobre su marca de emparejamiento ardiendo y palpitando con fuerza y suspiró largamente, hundiendo los hombros, cuando JongIn colocó una de sus manos sobre el centro de su espalda, todo bajo la mirada atenta y calculadora de BaekHyun.
ㅡLo sé, pero no quería venir con las manos vacías; por ello, BaekHyun, no pude evitar comprar esto para ti cuando lo vi. Espero que te guste ㅡdijo luego de extenderle una de las bolsas. BaekHyun la tomó con cierta reticencia y las mejillas suavemente sonrojadas e inclinó su cuerpo en una pronunciada reverencia como muestra de gratitud. Debido al movimiento, JiHyun quedó expuesta y muy sonrojada y JongIn simplemente dirigió su sonrisa hacia ella y le extendió otra bolsaㅡ. Y esto es para ti; por favor, disfrútalos mucho. Te servirán en el futuro.
Temblando como una gelatina y con los ojos ampliados y brillando por la excitación, la niña extendió sus manos e imitó a BaekHyun; sin embargo, a diferencia del mayor, ella sí abrió la bolsa luego de pronunciar un tímido "muchas gracias" y sus ojos se ampliaron de forma adorable al ver tres grandes cajas de Legos. Una sonrisa gigante y emocionada brotó en sus labios rosados y KyungSoo sintió un vuelco en su corazón al verla tan feliz.
ㅡ¡Oh, Dioses! ¡Son Legos! ¡Tío BaekHyun, podremos construir cualquier cosa con ellos! ¡Puedo hacer un resort hermoso en escala pequeña! ㅡgritó con entusiasmo bajo las miradas atentas de los mayores y las sonrisas en los rostros serenos y adultos y luego se volvió hacia el único alfa para hacer un par de reverencias más, abrazando contra su pecho sus nuevos regalosㅡ ¡Muchas gracias, señor Kim! ¡Aprecio mucho que comprara esto para mí! Voy a cuidarlos muy bien, se lo prometo.
ㅡNo ha sido nada, JiHyun, disfrútalos y diviértete, ¿bien?
ㅡ¡Sí! ¡Ven, tío, vamos a abrirlos y jugar!
La pequeña tomó la mano de BaekHyun y tiró de él de vuelta a la sala entre exclamaciones agudas y saltitos extasiados y los otros dos hombres quedaron atrás, apreciando la hermosa escena delante de ellos con enternecimiento. KyungSoo se lamió los labios y bajó la mirada con los ojos cristalinos para impedir el paso de las lágrimas que querían correr con libertad por sus mejillas.
Ver a JiHyun tan feliz y entusiasmada hacía que su corazón se calentara de dicha y tranquilidad, pero ahora, sabiendo que la razón de su alegría había sido causada por su pareja destinada, no podía hacer más que sentirse seguro y agradecido con el destino por poner a alguien tan bueno en su camino. Aunque no fuera suyo, JongIn era un gran hombre y un maravilloso alfa que había entrado inevitablemente en su vida.
ㅡGracias por eso; realmente no era necesario ㅡsusurró en voz baja cuando se hubo repuesto y JongIn se plantó delante de él, lo tomó de la barbilla para alzarle el rostro y poder mirarlo directamente a los ojosㅡ.
ㅡNo lo era, pero sabía que eso haría feliz a tu hermana y a tu amigo, por lo que tú también serías feliz. Se merecen recibir un obsequio de vez en cuando, así que permíteme consentirlos un poco, KyungSoo ㅡmurmuró suavemente, con su aliento mentolado chocando contra su rostro, y KyungSoo dejó escapar un suspiro largo y lleno de sentimientos y emociones mezcladasㅡ.
Nunca antes en su vida había anhelado con tanta urgencia y necesidad un beso como en ese momento.
Sonrojado, con el corazón latiendo a toda prisa en su caja torácica y sintiéndose cautivado y superado por la oscura mirada indescifrable de JongIn sobre sus ojos, KyungSoo sonrió con timidez y dio un paso atrás, necesitando un poco de espacio antes de que sus instintos lo dominen y su omega enloqueciera por la peligrosa cercanía de su alfa. Apretó un poco los labios y luego de mandarle una mirada por encima de sus pestañas rizadas, desvió el tema de conversación de forma elegante, escuchando una vez más los gritos de su hermana pequeña y de BaekHyun en la salita mientras jugaban.
ㅡ¿Me dijo que trajo alimentos, cierto? Bueno, entonces hagamos algo productivo y delicioso con ellos, ¿le parece, JongIn?
JongIn sonrió con dulzura y simplemente asintió.
ㅡEs una idea magnífica.
. . .
Contrario a lo que KyungSoo había creído en un inicio, cocinar junto a su jefe no había sido tan malo. JongIn no era un experto en la cocina, tampoco era el hombre más diestro del mundo, pero se esforzaba y de alguna manera conseguía que sus dedos quedaran intactos con un cuchillo en sus manos grandes y varoniles. No era un inútil en las labores domésticas como otros alfas, tampoco se rehusaba a lavar los platos y cubiertos que ensuciaba o ayudarlo con alguna cosa, y eso era algo muy bueno.
Debido al reducido espacio en su cocina, ambos estuvieron un poco apretados. Ninguno se quejó, sin embargo, y KyungSoo secretamente disfrutó sentir el calor corporal de JongIn, su olor masculino tan cerca y los roces casuales de sus dedos al pasarse un cuchillo o un nuevo vegetal para pelar.
Ellos estaban ahí, conversando en voz baja, riendo de vez en cuando y pasando un momento agradable en completa armonía, nuevamente sumergidos en la burbuja que los había rodeado la última vez que habían estado juntos, y KyungSoo se tomó el atrevimiento y el valor para guardar todas las cosas bonitas que sentía en una caja fuerte y blindada en su corazón.
Tal vez después, cuando la soledad fuera demasiado fuerte y oscura, podría sacar a relucir los recuerdos y esos sentimientos para darse consuelo y hallar la luz en su vida.
ㅡNo recuerdo la última vez que cociné junto a alguien ㅡdijo JongIn de un momento a otro con una sonrisa cariñosa en los labios y la mirada fija en la zanahoria que cortaba lentamenteㅡ. Sé que fue con mi madre, cuando era joven, antes de tener la empresa y estar obligado a distanciarme para ocuparme de los negocios; ha pasado mucho tiempo desde entonces, así que es verdaderamente agradable revivir esos momentos ahora, contigo, KyungSoo.
Un poco impresionado y deteniéndose en su trabajo para apreciarlo mejor y sin correr el riesgo a cortarse, KyungSoo formó un pequeño puchero involuntario.
ㅡ¿Por qué es así? ¿La señorita SooJung no cocina con usted? ㅡpreguntó confundido, pues se le hacía extraño, y descubrió que no dolía nombrar a la mujer de su alfa en ese momento, tal vez por la espontaneidad del tema y porque había sido una pregunta expuesta sin pensar realmente. JongIn continuó cortando la zanahoria con absorciónㅡ.
ㅡOh, no. SooJung es buena en muchas cosas, pero la cocina no es precisamente su fuerte. Yo soy un desastre, pero ella es un completo torbellino y temo que incendie mi cocina si le propongo hacer una comida juntos.
KyungSoo sonrió verdaderamente al escucharlo y JongIn giró el cuello para verlo. El desastre ocurrió un momento después, cuando quiso cortar un nuevo trocito de la zanahoria sin prestar atención a lo que hacía y el cuchillo cortó superficialmente su dedo índice en su lugar.
JongIn soltó el cuchillo como acto reflejo, acompañado de un gemido bajo, y miró con impresión el hilo dramático de sangre que comenzó a escurrirse por su dedo estirado y palpitante por el corte. KyungSoo, con el corazón acelerado ante el miedo, se acercó a él rápidamente y tomó su mano entre las suyas de inmediato para dirigirla al fregadero, abrió la llave y dejó que el agua cayera sobre el grueso y largo dígito rústico del alfa, ajeno al hecho de que ahora sus cuerpos estaban completamente pegados, costado con costado, y los ojos de JongIn estuvieran observándolo apasionadamente.
ㅡOh, Dios, está saliendo demasiada sangre. ¡JongIn! ¿Cómo se te ocurre seguir cortando sin mirar lo que haces? Dios mío. No tenías que comprobar de esta manera el tiempo que has pasado sin cocinar con alguien, fácilmente me hubiera quedado con tu palabra y la hubiera preferido mucho más que esto ㅡlo regañó con el ceño fruncido y una mirada llena de preocupación sobre su índice rojo; con sus manos juntas bajo el chorro de agua y el corazón corriendo a todo dar en su pecho, fue inconsciente del tuteo en sus tiernos reclamos y del brillo en los ojos del menorㅡ. Esto no está funcionando, simplemente no deja de salir.
Desesperado y consumido por la ansiedad al ver tanta sangre reunida, KyungSoo llevó el dedo del moreno a su boca y succionó amablemente, extrayendo de esa manera el líquido vital de sabor metálico. Cerró los ojos y se aferró a la mano quieta de JongIn mientras tragaba los hilos de sangre dulce que quedaban prendados en su lengua húmeda, con su omega removiéndose con desesperación y deleite y su corazón asentándose en su pecho, comenzando a calmarse gracias al sabor de la sangre y el significado de la misma para su raza.
Suspiró largamente a través de su nariz y lamió suavemente la punta del dedo, tomando con el movimiento una nueva gota de sangre que no dudó en tragar, y fue traído a la realidad y lo que estaba haciendo cuando JongIn dejó que de sus labios se escapara un gemido grave y muy bajo y sutil. Abrió de nuevo los ojos, y sonrojado hasta las orejas, sacó el índice ajeno de su boca con vergüenza y timidez y un hilillo de saliva y sangre conectando el grueso dígito con sus labios húmedos.
Bajó la cabeza, incapaz de devolverle la mirada a JongIn debido a la profundidad e intensidad de la misma, y se estremeció cuando el alfa se acercó a él y rodeó su espalda con sus manos grandes y cálidas para fundirlos en un apretado y apasionado abrazo que KyungSoo correspondió inevitablemente. Hundió la nariz en su pecho duro y caliente y se volvió uno contra JongIn, con el espacio entre ellos reducido a cero y sus brazos manteniéndose firmes en las espaldas ajenas. Dios, KyungSoo sentía que estaba en su hogar, en su lugar seguro, y que podría ser feliz eternamente si nadie pudiera arrancarlo de su lado jamás.
ㅡYo lo siento, no debí haber hecho eso, yo...
JongIn lo calló con un beso suave y dulce sobre su frente. El corazón de KyungSoo dio un vuelco fortísimo que le robó el aliento y su omega chilló con emoción y aceptación.
ㅡEstá bien, no ha pasado nada, KyungSoo ㅡle aseguró con su calma y paz habitual, a pesar de la fuerza de su agarre y la gravedad adictiva de su voz masculinaㅡ. ¿Tu marca arde? ㅡpreguntó, ahora acariciando la extensión de su espalda de arriba hacia abajo con lentitud; KyungSoo fue capaz de sentir que algo había hecho 'clic' en ellos y que inevitablemente había cambiado alguna cosa entre los dos luego de haber probado su sangreㅡ.
El peso de sus acciones cayó como un gran peso sobre sus hombros al darse cuenta de lo que había provocado y su cuerpo se tensó de forma inevitable; sin embargo, JongIn colocó otro beso, esta vez en su sien, y llevó una mano al cabello en su nuca para acariciarlo.
ㅡShh, calma, todo está bien, ¿de acuerdo? No ha sido tu culpa, simplemente fue tu instinto manejándote. Está todo bien, KyungSoo, no estoy enojado ni nada por el estilo. Ahora dime, ¿arde tu marca? ㅡpaciente, JongIn esperó a que se repusiera un poco y volviera a destensarse contra su enorme cuerpo cómodo, lo que le tomó un poco de tiempo, y KyungSoo negó, bajando sus manos a la estrecha cintura del menorㅡ.
ㅡNo lo hace.
JongIn asintió.
ㅡDe acuerdo. Creo que no ha sido tan malo, no podía soportar la idea de que te quemara tanto al estar cerca de mí. Ha sido un punto positivo, ¿no lo crees?
ㅡBueno... ¿supongo que sí?
JongIn rió al escuchar sus dudas y luego se alejó un poco, dejando un último beso sobre su mejilla rojiza. Le revolvió el cabello con su mano buena y luego lo miró a los ojos, aún con el tinte de un "algo" reluciendo en sus irises castañas.
KyungSoo mordió la esquina de su labio inferior y se movió para buscar un cajón en específico y extraer de él una bandita, se acercó de nuevo al alfa y este extendió su dedo aún un poquito sangrante mientras él se deshacía de la protección y envolvía la herida con sumo cuidado para protegerla y que no se infectara. Asintió al dar por finalizado su trabajo y una sonrisa más amplia y animada se asomó en los labios carnosos y rojos de JongIn.
ㅡGracias, Soo; ahora creo que tomaré la revancha contra esa zanahoria y cuchillo. ¿Me ayudas?
Fue el turno de KyungSoo de sonreír, pues no tenía la intención de pensar en aspectos negativos a raíz de sus acciones inconscientes -por ahora-, y asintió antes de retomar su lugar a su lado.
ㅡTen más cuidado esta vez ㅡle advirtió y JongIn rió, otra vez sumidos en su antigua burbuja y aura anterior a todo aquello, pero con la ligera diferencia de que ahora todo parecía ser mucho más íntimo y especial entre ambos con la llegada de aquel recorte cariñoso al nombre del mayor y el tuteo de regresoㅡ.
ㅡLo tendré, no te preocupes.
. . .
Luego de cocinar, sin más accidentes de por medio, KyungSoo ayudó a JongIn a emplatar lo que habían preparado y juntos transportaron la comida hasta la mesita en la sala, donde BaekHyun y JiHyun abrieron espacio para colocar los platos rebosantes.
KyungSoo había sonreído cuando tomó asiento junto a JongIn, con su hermana y su mejor amigo frente a ellos aún conversando animadamente sobre su construcción en proceso, y bajó la mirada con vergüenza al sentir la mano del alfa sobre la suya, cuidadoso y amable. Le lanzó una mirada de reojo y en su rostro sereno y atractivo notó una sonrisa afectuosa que lo dejó absorto por unos segundos que se habían tornado especialmente largos.
BaekHyun lo sacó de su ensimismamiento, sin embargo, cuando le pidió ayuda para comenzar a repartir la comida. Así, entre risas y un nuevo ambiente donde la incomodidad había quedado a un lado y el entusiasmo volaba por todas partes, comenzaron a comer.
ㅡOh, esto está tan delicioso ㅡhalagó JiHyun con los ojos cerrados luego de tomar el primer bocado de su comida y BaekHyun asintió, totalmente de acuerdo con ellaㅡ.
ㅡEs cierto, es verdaderamente sabroso. Ambos se han lucido.
ㅡHicimos un buen trabajo en equipo. Bien hecho, KyungSoo ㅡlo felicitó JongIn con una de esas hermosas sonrisas suyas y él simplemente devolvió el gesto con un afecto imposible de ocultar o camuflar en ese momento de dicha y libertadㅡ.
ㅡIgualmente, eres un buen compañero.
Y ahí estaba nuevamente, un brillo anhelante y precioso en las irises castañas de JongIn, refulgiendo con fijeza y profundidad sobre las suyas, tanta que, de nuevo, estaba comenzando a sufrir de una taquicardia.
ㅡTú también eres un gran compañero, KyungSoo. Realmente maravilloso.
Luego de comer, pasaron a probar los pastelitos y postres que JongIn había comprado. KyungSoo había disfrutado realmente de un pastel de vainilla y fresas con crema pastelera y juntos habían reído al notar las mejillas rosadas de JiHyun llenas con chocolate y bizcocho.
JongIn había compartido con él su tarta de limón, que, al igual que todo, había estado deliciosa, y también comieron algunos trozos de frutas frescas mientras se reunían para jugar con los Legos a pedido de la única chica del grupo. Para cuando el reloj marcó las cinco de la tarde, JongIn había decidido ponerle fin a su visita y volver a su hogar.
Se despidió de su pequeña familia con una sonrisa amistosa y cálida y conversó un rato con JiHyun, quien había formado una amistad maravillosa y casi instantánea con el alfa al hablar de arquitectura y recibir consejos del área sin siquiera pedirlos.
JongIn le revolvió el cabello suavemente al acabar con lo que sea que le estaba diciendo y luego se despidió de BaekHyun, un simple saludo rápido pero igualmente amable. KyungSoo lo acompaño entonces hasta la puerta, sintiendo el corazón pesado y los hombros hundidos porque realmente no quería que se marchara, sin embargo, no podía pedirle que se quedara.
Era complicado: disfrutar de él por instantes, olvidarse de sus problemas y lo que lo rodeaba e ilusionarse por las miradas y los roces de los dedos de JongIn sobre los suyos, para luego tener que desprenderse de todo aquello, recordar que él no le pertenecía y verlo irse porque no podía entrar verdaderamente a su vida ni formar parte de su familia.
Entristecido, su omega se refugió en el aroma a canela y dulce de JongIn para buscar consuelo y KyungSoo abrió la puerta para el menor. JongIn salió del apartamento y metió las manos en sus bolsillos al mirarlo, estando frente a frente, con sus diferencias de altura notorias y los ojos puestos fielmente sobre los contrarios. El más alto extrajo entonces una pequeña cajita del bolsillo derecho de su pantalón y se la tendió con una pequeña sonrisa. KyungSoo la tomó con un ceño fruncido lleno de incomprensión.
ㅡA ti también te he traído un regalo. No podía dejarte por fuera ㅡexplicó calmadamente y KyungSoo pasó saliva y sintió sus pómulos enrojecidosㅡ. Vamos, ábrelo.
Asintió silenciosamente y con las manos comenzando a sudar, abrió la tapa de la pequeña cajita cuadrada para descubrir un lindo collar de plata, hermoso, discreto y sencillo, en su interior. Su corazón se saltó un latido y sus ojos observaron el dije con maravilla e impresión; su boca se abrió inconscientemente y un suspiro salió de sus labios entreabiertos.
ㅡEsto... no era necesario. Es tan bonito, pero no debías gastar tu dinero en algo tan caro para mí, JongIn. Yo no puedo aceptarlo...
ㅡHazlo, por favor. No ha sido mucho dinero, si lo ves bien, es bastante simple, así que no te preocupes por eso. Quería darte algo lindo y esto me ha recordado a ti, así que quédatelo.
ㅡ¿Te ha recordado a mí por ser simple y económico? ㅡpreguntó sin poderlo evitar y JongIn rió, un sonido bajo y adictivo que penetró dulcemente su oído de forma magníficaㅡ.
ㅡPor supuesto que no. Me ha recordado a ti por ser discreto, elegante y brillante como ningún otro. Es sencillo, pero hermoso; es como tú.
Y ahí estaba nuevamente, atrapado en sus ojos brillantes y en sus palabras afectuosas y sinceras, cayendo cada vez más por su hombre prohibido, por su cálida personalidad y esa sonrisa apacible y tierna que lo envolvía y lo hacía un adicto de ella. JongIn le acarició una mejilla con el pulgar, sin dejar de observarlo ni de ser cuidadoso al tocarlo, y preguntó en voz baja, lenta y cómplice, sólo para él, perfecta en ese instante íntimo sólo de los dos.
ㅡ¿Lo puedo poner en ti?
Asintió, incapaz de formular alguna palabra, y se giró después de tenderle nuevamente la cajita de terciopelo azul. JongIn extrajo entonces el collar y suavemente lo pasó por encima de su cabeza; el dije quedó apoyado en su pecho y sus dedos trabajaron para abrocharlo, rozando la piel de su nuca con sus nudillos. Al acabar, JongIn acarició la zona con su pulgar rasposo y el aliento de un suspiro le erizó la piel y el pelo naciente en el lugar.
ㅡYa está ㅡKyungSoo se dio la vuelta nuevamente, recibiendo la cajita una vez más en el camino, y JongIn volvió a guardar sus manos en los bolsillos de su pantalónㅡ. Se ve hermoso en ti ㅡhalagó con una sonrisa que le hizo sonrojar y luego se acercó para besarle la frente por un segundoㅡ. Es tarde y debo irme ya. Gracias por recibirme y permitirme pasar un día agradable con tu familia, KyungSoo. Fue muy divertido.
ㅡNo ha sido nada ㅡsoltó en un suspiro anhelanteㅡ, fue agradable tenerte con nosotros. Ten cuidado cuando vuelvas a casa, y también cuida mucho de tu dedo, ¿de acuerdo?
ㅡClaro, no te preocupes. ¿Nos vemos mañana?
ㅡPor supuesto.
ㅡEstá bien. Duerme bien entonces.
ㅡIgual tú.
ㅡSí... hasta pronto.
ㅡHasta pronto, JongIn.
El alfa asintió, pero no se movió de su lugar, dándole a entender que él tampoco tenía ánimos de irse y sólo estaba postergando su retirada. KyungSoo le dio una sonrisa reconfortante y él rió, negó con la cabeza y luego dio un paso atrás.
ㅡRealmente debo irme. Hasta mañana, KyungSoo.
ㅡHasta mañana.
JongIn sonrió una última vez y luego le dio la espalda para encaminarse por el pasillo y comenzar a bajar las escaleras luego de enviarle una última mirada. KyungSoo sonrió en todo momento al verlo partir y cerró la puerta suavemente, extrañando el olor a canela y la textura de los dedos de JongIn contra su piel suave casi de inmediato.
Miró el colgante brillando contra su pecho y su sonrisa se ensanchó al ver el triángulo plateado con un círculo dentro, lleno de piedritas azules y plateadas que lo hacían brillar hermosamente a la luz del sol.
No debería, pero se sentía complacido al recibir algo tan hermoso y valioso de parte de JongIn. Y tampoco debería, pero quería que sus labios tocaran su rostro innumerables veces más.
Sólo esperaba que eso fuera suficiente a largo plazo.
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