IV
El silencio los llenó, duro e implacable, mientras JongIn miraba su muñeca con los labios entreabiertos.
El ambiente se sentía pesado, era una mezcla de sentimientos y pensamientos tormentosos que los ha dejado inmóviles en sus lugares para observar a la nada, abstraídos, lejos de ese momento porque sencillamente ninguno de los dos estaba preparado para esa situación.
KyungSoo se sentía incómodo. Había fijado la vista en sus manos moviéndose nerviosamente sobre sus muslos apretados y, en su interior, su corazón latía vigorosamente ante las posibilidades que se abrían a él.
Su trabajo estaba pendiendo de un hilo con toda esta situación, la relación impersonal que trataba de mantener con JongIn estaba propensa a cambiar y no sabía si el comportamiento del menor mutaría a algo irreconocible.
No quería deshacerse de la imagen amable y atenta del alfa, pero entendía perfectamente si él quería echarse atrás y cambiar su trato hacia él. Era válido y entendible, el hombre tenía novia, era rico y tenía estatus, ¿cómo podría fijarse en él de esa manera, siendo un pobre omega de clase baja, con muchas responsabilidades en sus espaldas, ignorante y con un futuro incierto? No era justo, realmente esto no era justo para JongIn.
Todo se había complicado demasiado; inevitablemente las cosas cambiarían (de hecho, ya lo estaban haciendo al ahogarse en ese tenso silencio), y KyungSoo no sabía cómo solucionarlo.
Me hubiera quedado callado, me hubiera quedado callado, joder, no tenía que haber dicho nada. ¿Qué puedo decirle ahora, cómo debo dirigirme a él, qué le diré a BaekHyun o a JiHyun luego de ser despedido a causa de esto? Fui un completo imbécil, un impulsivo.
¿Por qué el destino le había dado como compañero a un hombre como JongIn? ¿Por qué no podía haberle obsequiado a una persona de su mismo nivel? Era incomprensible, demasiado irreal, demasiado fantasioso, porque esas cosas sencillamente no ocurrían en la vida real.
Todos tienen su lugar en el mundo, todos ocupan un puesto, una función, entonces, ¿por qué se había salido de los parámetros aparentemente establecidos para él? ¿Por qué le había complicado tanto la existencia de esta manera? KyungSoo no lo quería; prefería seguir solo toda la vida antes de entrometerse en una relación, antes de crear un escándalo en la vida de JongIn e incomodarlo por su presencia. No quería darle dolores de cabeza al hombre que le había dado una oportunidad que nadie más le había ofrecido.
De nuevo, nada de aquello era justo, ni para JongIn, ni tampoco para KyungSoo.
Fue vagamente consciente de JongIn mordiéndose el labio y exhalando pesadamente, pero estuvo muy atento a sus movimientos posteriores, porque de pronto tenía las manos morenas y masculinas cubriendo las suyas con amabilidad, un toque gentil y reconfortante que le hizo estremecerse en su lugar, pero que extrañamente sirvió para calmar sus nervios y su corazón agitado y lleno de amargura y desazón.
El pulgar de JongIn recorrió sus nudillos con cuidado, lentamente, cautivándolo sin proponérselo realmente, alborotando sus sentimientos y sus pensamientos y KyungSoo sólo lo dejó estar, cerró los ojos y permitió que le diera todo lo que estaba dispuesto a ofrecerle.
Porque sabía que no obtendría demasiado de él y quería disfrutar de lo poco que poseería de su alma gemela, de su pareja destinada, antes de dejarlo ir.
Entonces descubrió un dolor exorbitante en su pecho ante la veracidad de aquél pensamiento.
Había esperado tanto, lo había anhelado tanto, y ahora que lo había encontrado no podían estar juntos, él era de alguien más, estaba prohibido. ¿Se podía ser más miserable, más triste en una vida? KyungSoo sabía que sí, pero ya no quería seguir sufriendo, quería que todo el dolor en su vida parara, acabara y dejara de mostrarse en diferentes formas una y otra vez.
ㅡKyungSoo... yo... yo realmente estoy feliz y sorprendido por hallarte, porque me hallaras, en realidad, pero...
ㅡLo sé ㅡlo interrumpió al saber por dónde iría todo aquello y subió la mirada para sonreírle con suavidad. Indeciso, separó una de sus manos y la llevó a la mejilla de su pareja, de su imposible, y la dejó caer sobre su piel, acunó su rostro atractivo en su palma y se perdió en los rasgos llenos de tormento y lucha interna del menorㅡ. Lo sé; está bien, no estoy... realmente no estoy pidiéndote que estés conmigo, no estoy exigiendo nada ahora que sé esto, nunca podría. Tienes a la señorita Jung, sé que la amas y yo no quiero ser un estorbo para nadie. No puedo llegar de la nada y desbaratarlos, porque no es justo para ustedes ni para mí. No quiero que pienses demasiado en esto, nuestra relación no es tan estrecha, ¿cierto? No tiene que doler demasiado. Está bien; estoy feliz por haberte conocido, haberte mirado y encontrado y eso es suficiente para mí.
La mandíbula de JongIn se apretó al oírlo y su agarre sobre sus manos se volvió más fuerte y cálido; KyungSoo podía sentir aquél toque directamente en el corazón destrozado, porque, Dios, lo que sentía en su interior era completamente lo opuesto a lo que había dicho hace sólo un segundo.
Dolía, dolía muchísimo y no podía hacer nada para sanar ese sufrimiento, esa sensación pesada y aguda instalada en su alma, en el calor de sus ojos cristalinos y su sonrisa temblorosa.
Lo estaba dejando ir sin haberlo tenido, estaba renunciando a él, se estaba resignando, y por eso, por no ser suficiente y haber llegado tarde, no podía reclamar absolutamente nada.
El alfa suspiró y dejó caer su rostro contra su mano con los ojos cerrados, permitió que KyungSoo se tomara el atrevimiento de acariciar su mejilla y mirarlo por primera vez a la cara sin reparos, sin preocupaciones, un halo lleno de tristeza saliendo en oleadas de su cuerpo.
Era gracioso que Fly Me To The Moon le hubiera dado paso a Killing Me Softly. La voz de Sinatra y la canción en sí iban muy bien con su sentir en este momento.
ㅡ¿Por qué ahora? ㅡdijo con cierto despecho, con pesadez en su voz, y KyungSoo dejó que una lágrima resbalara por su mejilla inflamadaㅡ ¿Por qué no antes? ¿Por qué tuvimos que conocernos en este momento? Es tan injusto. Yo hubiera querido tanto que las cosas no se dieran así, mierda, no esperaba encontrarte nunca. Lamento tanto esto, KyungSoo: dañar tu corazón... por favor, perdóname. Lo siento mucho.
ㅡLo sé, está bien, no tienes que pedir disculpas porque esta situación está fuera de nuestras manos. No te sientas mal por esto, por mí, yo estaré bien y satisfecho sabiendo que eres feliz. Es lo único que podría pedir.
ㅡ¿Ser feliz haciéndote daño? No lo creo posible, y, de nuevo, te estoy decepcionando.
El silencio volvió a llenarlos y JongIn abrió los ojos para mirarlo durante un lapso de tiempo indefinido, sus pupilas puestas fijamente sobre las suyas, sin querer romper el contacto, y luego alzó su mano para limpiar con delicadeza la humedad en sus mejillas.
KyungSoo, al igual que él, se dejó hacer sin decir nada al respecto, pasando por todo lo alto el palpitar continuo en su marca y los reclamos constantes de su omega ansioso y desesperado.
ㅡTraeré el botiquín para curar tu rostro ㅡsusurró el menor y KyungSoo asintió, dejándolo ir sin decir nadaㅡ.
Llevó una mano a su frente y apoyó el codo en la barra frente a él. El hambre se había ido y todo se sentía triste, pesado y melancólico, y KyungSoo lo odiaba.
Odiaba todo aquello, su suerte, su vida, su prohibición decretada para ser feliz... todo era una completa mierda.
Limpió las nuevas lágrimas antes de que JongIn apareciera de nuevo en la cocina y se incorporó al sentirlo a su lado. Sin decir nada y siendo cuidadoso, el moreno subió su rostro y lo miró por un segundo que se les hizo eterno, luego sacó del botiquín una crema desinflamatoria, untó sus dedos con ella y luego los pasó amablemente por encima de su piel maltratada.
Fue un toque demasiado dulce para ser real, demasiado atento y cariñoso para provenir de alguien que se estaba despidiendo de él, que lo había rechazado aún sin decirlo. Era tan duro.
ㅡListo, ahora sanará correctamente. ¿Duele? ㅡpreguntó, dejando relucir la sombra opaca en sus pupilas, y KyungSoo sonrió temblorosamente ante las ganas de llorar y negó con sinceridadㅡ. Bien... ¿quieres descansar?
ㅡS-sí, yo... ha sido un día pesado.
JongIn asintió lentamente, ayudándolo a levantarse para conducirlo a la habitación donde se quedaría.
Lo condujo hacia el pasillo tras la sala de estar tomándolo del brazo y se detuvo en una puerta alta de madera, limpia y pulcra. La abrió para él y KyungSoo observó sin demasiada ceremonia la habitación.
Amplia, con el mismo ventanal de la sala frente a él, una cama mediana con sábanas limpias, dos mesitas de noche, una a cada lado de la cama, un armario y otra habitación, seguramente el cuarto de baño.
La decoración era simple, pero estaba bien, le gustaba y de cierta forma se sentía mucho mejor sabiendo que se encontraría solo luego de todo lo que había pasado. Necesitaba un par de horas para meditar, para pensar y resolver el lío en su interior.
Se quedaron ahí, de pie, sin decir nada ni moverse, hasta que KyungSoo apartó su brazo con suavidad y unió sus manos delante de su cuerpo; bajó la mirada a sus pies y lamió sus labios rápidamente antes de morder el inferior por un segundo.
ㅡYo... gracias por lo que has hecho por mí hasta ahora.
ㅡNo tienes nada que agradecer, no a mí; definitivamente no después de haberlo arruinado todo allá atrás, así que, por favor, toma esto sin retribuirme nada porque no lo merezco en lo más mínimo.
Asintió, sabiendo que replicar era cuestión perdida, y pasó saliva duramente con los latidos de su corazón resonando en sus oídos.
ㅡDe acuerdo, entonces... buenas noches, JongIn.
Formó una reverencia ligera y dio un paso al frente para ingresar en la habitación sin ser interrumpido o llamado; tomó el pomo y miró por un segundo al alfa detrás de él, luciendo verdaderamente deprimente y alicaído, con un aura gris y densa a su alrededor. Era algo bastante triste de ver en JongIn, un hombre normalmente brillante y resplandeciente.
ㅡBuenas noches, KyungSoo ㅡmurmuró y KyungSoo asintió antes de cerrar suavemente y apoyarse en la puerta con los ojos cerradosㅡ.
Las lágrimas llegaron no mucho después, fuertes e indetenibles, mojando su rostro, dejando fluir de esta manera su dolor, la presión en su pecho, el resquebrajamiento de su alma. Era difícil vivir sin su pareja destinada a su lado, pero era aún más difícil y doloroso no poder estar con él cuando por fin lo había encontrado.
.
KyungSoo se despertó temprano al día siguiente.
Entre sábanas acolchadas y bajo una almohada cómoda y blanda abrió los ojos con suavidad. Se sentía agotado, con el cuerpo pesado y quejumbroso por el poco descanso que había recibido, sin embargo, no pudo quejarse.
Había drenado su dolor hasta quedarse dormido, y sólo por ello su corazón se sentía un poco más liviano, lo suficiente como para animarse a levantarse, ir al baño para hacer sus necesidades, lavarse las manos y los dientes y salir de la habitación para ir rumbo a la cocina a preparar el desayuno.
No tardó en notar que los platos del día anterior estaban sucios en el fregadero, así que se deshizo de los desperdicios y los colocó en el lavavajillas mientras buscaba en los gabinetes algo para preparar la comida para los dos, queriendo devolver mínimamente el favor de ayer.
Al final reunió algunos ingredientes para preparar panqueques y se puso a ello en silencio, concentrado y atento para que nada se quemara ni se estropeara en el proceso.
Estaba tan metido en su empresa que no fue capaz de escuchar el sonido de la puerta abriéndose y los tacones repiqueteando en la sala hasta que fueron firmes y claros en la entrada de la cocina. Giró el cuerpo, asustado e impresionado, y casi sintió cómo su alma caía a sus pies al ver ahí, perfecta e inmaculada, a Jung SooJung observándolo con curiosidad.
Dejó rápidamente el bol con la masa de panqueques en el mesón y se inclinó pronunciadamente como saludo.
Dios, ¿cómo podría verla a la cara ahora? ¿Cómo podría dirigirse a ella sabiendo que su compañero, su alfa, era en realidad su pareja destinada?
KyungSoo no podía, no tenía el valor suficiente, se sentía incómodo y avergonzado delante de ella y realmente no sabía qué hacer consigo mismo. Y la culpa cayó con fuerza en su estómago cuando, al incorporarse, encontró una sonrisa gentil en su rostro bonito.
ㅡBuenos días, señorita Jung.
ㅡBuenos días, KyungSoo, ¿cómo estás? ㅡpreguntó ella con amabilidad, acercándose para mirar los panqueques que se cocinaban en la sartén con interésㅡ. Oh, se ven tan bien... ¿puedo hacerme un par? No he desayunado aún.
ㅡClaro... yo... yo puedo hacerlos por usted.
ㅡAh, no te preocupes, ya los haré yo cuando acabes con los tuyos. ¿JongIn sigue dormido, cierto? Él nunca ha sido bueno levantándose temprano. ¿Se acostaron muy tarde anoche?
¿Por qué le hacía esas preguntas? ¿Por qué no se veía enojada por encontrarlo en el hogar de su alfa, con una de sus pijamas, haciendo el desayuno para los dos? ¿Por qué, por qué no se molestaba con él, por qué no le preguntaba nada sobre eso?
KyungSoo no podía entender; ella estaba en su derecho de mostrarse disconforme y recelosa y, sin embargo, nada de eso se exponía en su expresión relajada o en su mirada fija en la sartén.
Jung SooJung tomó una espátula y le dio vuelta al panqueque cuando KyungSoo no reaccionó a tiempo para hacerlo por sí mismo.
¿Realmente podía estar tan tranquila? ¿Le tenía tanta confianza a JongIn, o es que acaso lo veía como algo insignificante e incapaz de quitarle a su novio? KyungSoo se iba más por la segunda opción.
Y es que SooJung era completamente brillante; tan hermosa, con una buena vida, era lista e importante. No había punto de comparación entre ellos, y por eso no podía culpar a JongIn por haberse fijado en ella. Por preferirla a ella.
Se dio un golpecito de consuelo al notar que por lo menos uno de los dos sería genuinamente feliz junto a alguien especial.
SooJung lo miró con curiosidad al no recibir respuesta y su expresión tranquila se deformó con la llegada de la preocupación al ver sus mejillas golpeadas. Soltó la espátula que estaba utilizando y lo tomó del rostro con cuidado, inspeccionando concienzudamente las áreas que seguían un poco hinchadas antes de formular otra pregunta entintada con terror e indignación.
ㅡ¿Qué ha pasado? ¿Quién te ha hecho esto, KyungSoo? ¿Fue en la empresa? Si es así, dímelo y colocaremos una demanda contra ese hijo de puta de inmediato. ¿Te hicieron daño en algún otro sitio?
Anonadado e incómodo, KyungSoo desvió la mirada de su rostro y negó suavemente, separándose un poco de ella porque dolía profundamente estar tan cerca.
Le hacía daño notar su perfección inmaculada, su corazón se estrujaba al no poder encontrar nada lo suficientemente bueno en sí mismo como para crear una absurda competencia que no debería llevar a cabo cuando entre JongIn y él no ocurriría nada, por ello y por la vergüenza que sentía, dio un paso atrás y apretó los labios.
ㅡNo fue en la empresa, sucedió cuando salí de trabajar. Era oscuro y un hombre quiso... el señor Kim llegó a tiempo para detenerlo, así que no tengo otras heridas sobre mí más que estas. Por favor, no se preocupe.
ㅡ¿Cómo no podría preocuparme? Es imposible siendo también una omega que entiende perfectamente estas cosas. ¿Le han avisado a tu hermana que estás aquí?
ㅡSí, la señorita MoonByul lo hizo ayer cuando el señor Kim me ayudó. Yo... siento mucho si le incomoda o le molesta un poco mi presencia, sé que no debería estar aquí, mucho menos siendo un...
ㅡSé quién eres, y precisamente porque lo sé no me importa que pasaras la noche aquí. Lo prefiero así, realmente me alivia y alegra que JongIn te trajera, así que no tienes por qué preocuparte, ¿de acuerdo? No estoy enojada ni soy una mujer celópata obsesionada o algo por el estilo, así que puedes quedarte tranquilo, KyungSoo ㅡlo interrumpió con una sonrisa afable, linda y bastante cómoda y sincera que le dejó abstraído; entonces reconoció fácilmente que odiarla o sentir rencor hacia ella era algo imposible. Era lo suficientemente amable y considerada como para ganarse su respetoㅡ. Ahora, ¿puedes ir a llamar a JongIn a su habitación, por favor? Yo me encargaré de esto mientras tanto.
ㅡ¿Qué? No, yo no creo que eso sea una buena idea.
ㅡ¿Por qué no? Ambos son chicos, además, JongIn no duerme desnudo cuando hay invitados en el ático, así que no debes preocuparte por hallar alguna sorpresa inadecuada. Ve tranquilo y despiértalo con toda confianza, su humor no es el peor en la mañana, te lo prometo ㅡle guiñó un ojo con complicidad y luego remangó su camisa rosa hasta el codo y se dispuso a vigilar los panqueques que estaban a punto de salirㅡ. Su habitación es la que está junto a la de los huéspedes, donde dormiste.
KyungSoo se quedó estático en su lugar, mirándola con incomprensión mientras la mujer tarareaba tranquilamente, como si no hubiera mandado al omega que había pasado una noche en el hogar de su novio a la habitación del mismo, estando ella aquí, y, notando que no iba a moverse de su lugar en la cocina, KyungSoo terminó por exhalar y hacerle caso.
Las mujeres eran tan difíciles de comprender. O tal vez soy yo quien piensa demasiado.
Arrastrando los pies con pesar y sintiendo el corazón acelerado contra sus costillas, KyungSoo caminó hacia la alcoba del único alfa en el lugar. Una vez frente a la puerta, se tomó un segundo para tranquilizarse.
De acuerdo, él estaba haciendo esto, iba a entrar ahí y sólo lo levantaría para complacer a su novia; ya está, era bastante fácil, como despertar a BaekHyun, así que no debía darle muchas vueltas al asunto y simplemente cumplirá con el favor que se le había pedido.
Apretó los labios en una fina línea, sintiendo como su marca comenzaba a arder en su muñeca, y abrió la puerta silenciosamente.
Todo estaba oscuro dentro, la habitación era fría y espaciosa, o al menos lo poco que había podido ver de ella, pues su visión no era la mejor del mundo si es honesto, y las cortinas que cubrían el ventanal estaban cerradas para que el sol no se filtrara a través del grueso cristal.
Suspiró y se metió en el cuarto, siendo golpeado instantáneamente por el olor delicioso de la canela, una fuente viva del aroma característico de JongIn llenando sus fosas nasales, poniéndolo en el punto más nervioso en el que podía encontrarse mientras se encaminaba hacia la cama y el bulto sobre ella.
No pudo evitar sonreír ligeramente al ver al enorme alfa desparramado en el colchón, con las sábanas hechas un revoltijo enredado entre sus piernas, la camiseta un poco subida y las piernas estiradas y puestas en posiciones aparentemente incómodas; el cabello de JongIn se encontraba desordenado, una maraña rebelde cayendo en todas direcciones sobre su almohada de fundas blancas y la expresión más serena y tranquila que KyungSoo había conseguido admirar en su rostro agraciado, ahora mostrándose un poco más juvenil, en paz. Era muy guapo incluso así, realmente era una muy linda visión que cualquiera querría tener al despertar.
Conservó la imagen en lo más profundo de su mente, la grabó a fuego vivo en sus memorias y se consoló al saber que por lo menos podría tener esto de él para cuando lo anhelara excesivamente. Era algo bueno y preciado; KyungSoo le agradeció mentalmente a SooJung por la oportunidad de apreciarlo de esta manera.
Se acercó un poco más, sigilosamente para no asustarlo, y se inclinó sobre él para tomarlo del brazo y sacudirlo suavemente.
ㅡJongIn... JongIn, despierte, por favor, la señorita SooJung está aquí y lo espera en la cocina ㅡmurmuró, agregando un toque formal en su llamado porque mientras más lejano esté de él, más seguro se sentirá su corazón. En la noche había llorado lo suficiente por lo que pudo ser y no era, ese día debía demostrarse fuerte y capaz, como siempre lo había sidoㅡ. JongIn.
ㅡSólo... sólo un momento más ㅡse quejó entre sueños, aún sin despertar del todo, y KyungSoo no pudo evitar sonreír con un poco de añoranzaㅡ.
ㅡLo siento, pero debe levantarse. El desayuno estará listo y la señorita Jung está esperándolo, por favor, despierte. También debo volver a casa con mi hermana y no quisiera irme sin despedirme.
ㅡ¿Qué...? ¿KyungSoo? ㅡpreguntó, distraído, y el nombrado se alejó al verlo comenzando a despertar definitivamenteㅡ.
Dio un par de pasos atrás cuando JongIn se incorporó en la cama restregándose el rostro, y bajó la mirada cuando lo notó más despierto.
JongIn exhaló pesadamente y se rascó la nuca con suavidad, mirándolo un momento después. KyungSoo juntó sus manos y murmuró por lo bajo:
ㅡLamento despertarlo, pero la señorita SooJung me dijo que lo hiciera, espero que no le moleste.
ㅡNo, para nada, KyungSoo, y por favor, no seas formal conmigo.
ㅡQuisiera... quisiera mantener esa línea entre ambos, JongIn, sería más cómodo para mí ㅡambos guardaron silencio por un par de segundos y JongIn finalmente asintió con lentitud, comprendiéndolo sin atreverse a refutar su deseoㅡ.
ㅡEstá bien. ¿Cómo has dormido? ¿Pudiste descansar? ¿Tu rostro duele?
ㅡMnn, muy bien, y no, no duele tanto ya, gracias por cuidar de mí y hacerse cargo de mis heridas.
ㅡNo debes agradecerme, ya te lo había dicho: está bien y no ha sido una molestia para mí; realmente quería cuidarte porque odié verte en ese estado ayer ㅡdijo con un poco más de seriedad, con su voz un poco más grave a causa del sueño, y KyungSoo asintió y se hizo a un lado cuando el más alto se levantó, sin notar que ambos habían quedado muy cerca el uno del otro. JongIn aspiró profundamente y, no sin una pizca de indecisión, subió sus manos para colocarlas en sus mejillas y alzar el rostro, conectando inmediatamente su mirada con la suya antes de bajar su escrutinio por la piel de su caraㅡ.
Sus pulgares se pasearon sobre sus mejillas con delicadeza, palpando la zona bajo sus dedos amables y dulces, y KyungSoo no pudo evitar cerrar los ojos y entregarse a las ligeras caricias, una vez más, sintiéndose demasiado débil por él, por su presencia, su aroma, su propio ser.
JongIn no le hacía ningún bien con sus atenciones, su aroma y sus acercamientos, pero luchar contra sus deseos y los mandatos de su omega era tan difícil, ignorar los sentimientos naciendo en su corazón era tan duro que no podía negar las caricias ni reprimir el deleite hacia ellas.
ㅡEstán más desinflamadas y ya no se notan las marcas sobre ellas... es un alivio ㅡmurmuró suavemente y KyungSoo se estremeció, ya sea por el toque, por su aroma o por su voz, no lo sabía y no quería descubrirlo para no hacerse más daño. JongIn lo soltó lentamente un momento después y luego dio un paso atrás, marcando distancia entre los dos con el entrecejo un poco fruncido. Abrió y cerró los puños a cada lado de su rostro de forma sistemática y luego agregó:ㅡ. Iré al baño por un momento y luego me reuniré en la sala con ustedes, ¿vale?
ㅡSí, está bien.
JongIn asintió y luego de mirarlo una última vez, dio media vuelta y se dirigió a su propio cuarto de baño personal, dejándolo ahí, inestable, con los nervios de punta, el corazón corriendo a toda marcha en su pecho y la respiración agitada.
No pudo continuar en ese lugar, así que salió a trompicones de la habitación y fue hacia la cocina, tratando de reponerse en el camino para no parecer un manojo de nervios frente a la omega.
Al verlo llegar, SooJung sonrió y preguntó tranquilamente:
ㅡ¿Listo? ¿Se ha despertado ya?
ㅡAh, sí, lo ha hecho. Dijo que ya vendría.
ㅡBien... de acuerdo, los panqueques que estabas haciendo están listos ya, ¿harás más? Aún debo hacer los míos, pero puedo echar un ojo a los tuyos si aún te faltan, también calenté café así que toma un poco si quieres ㅡKyungSoo negó al escucharla y se sentó silenciosamente en el taburete que había ocupado la noche anterior en la cenaㅡ.
Se encontraba rígido e inamovible, como si quisiera empequeñecer y no ser visto.
Era incómodo, toda esta situación era incómodo para él.
ㅡNo, no haré más y lo siento, pero no bebo café en las mañanas, aún así muchas gracias por el ofrecimiento. Es muy amable.
ㅡ¿No bebes café por las mañanas? JongIn tampoco lo hace de ser necesario, sólo recurre a esa opción cuando se ha trasnochado por trabajar y necesita ir a la empresa al día siguiente. Tienen algo en común, seguro encontrarán más cosas si se llegan a conocer un poco más a fondo ㅡaseguró la pelinegra con una sonrisa, vertiendo un poco de mezcla en la sartén para hacer sus panqueques y luego pasándole los que ya estaban listos y apilados en un plato junto a un cuchillo y tenedor. Los de JongIn fueron dejados a su ladoㅡ. Aquí, buen provecho.
ㅡAh, muchas gracias.
ㅡNo hay de qué.
JongIn apareció no mucho después, limpio y repuesto, de nuevo mostrando lo perfecto que podía llegar a ser sin ningún tipo de esfuerzo. Se acercó a la mujer y le dio un toque suave en la cintura, sin embargo, SooJung se alejó cuando JongIn iba a darle un beso en la mejilla y eso dejó a KyungSoo fuera de lugar. ¿No le gustaban las demostraciones de afecto públicamente? Tenía algo de sentido, y el hecho de no haberlos visto compartiendo su amor delante de él fue un verdadero alivio.
Comenzó a comer silenciosamente, siendo consciente de JongIn tomando asiento a su lado, y no lo miró cuando él comenzó a hablar con SooJung con aparente tranquilidad.
ㅡ¿Qué haces aquí tan temprano? No me dijiste que vendrías hoy ㅡle preguntó, dando comienzo a la degustación de su comida y gimió audiblemente justo después de probar el primer bocado de sus panqueques. KyungSoo se sintió secretamente complacidoㅡ. Oh, esto está delicioso.
ㅡVine a traerte algunos papeles que dejaste en la casa de tu madre. Ayer fui a visitarla y me los ha dado, luego iré a la empresa, tengo que buscar un par de planos que debo terminar para el proyecto de Londres. Sobre los panqueques, agradécele a KyungSoo, él los preparó ㅡdijo con una sonrisa, girándose un momento después para voltear sus propios panqueques, y JongIn miró al omega a su lado con fijeza, aguardando un segundo en silencio mientras lo observaba profundamente. KyungSoo se encogió en su lugar y bajó la cabeza para disimular el sonrojo en sus mejillas. Basta, debía detenerseㅡ.
ㅡGracias, KyungSoo, están deliciosos.
Asintió como respuesta y luego volvieron a comer en un silencio abrumador entre ellos.
Incómodo.
Luego de algunos minutos donde todo siguió de la misma manera, KyungSoo se detuvo y se puso de pie repentinamente, llevando la atención de la pareja a él, que lo miraba sin decir nada, y luego hizo una reverencia para ambos.
No soportaba seguir ahí, con ellos dos tan cerca, siendo consciente de todo y reafirmando una y otra vez sus ilusiones arruinadas, así que lo mejor que podía hacer era huir de todo eso y volver a su lugar seguro.
ㅡGracias a los dos por todo, pero creo que será mejor que me vaya. Entiendo que tienen cosas que hacer y yo debo ver a mi hermana, así que me retiraré ahora.
JongIn se detuvo entonces, dejando a un lado el desayuno, y le dijo con seguridad y seriedad, con una mota de preocupación en su mirada que KyungSoo hubiera deseado no ver porque simplemente no quería ilusionarse ni vivir entre fantasías inútiles.
ㅡNo te preocupes, KyungSoo, yo te llevaré a tu casa. Es sábado, así que no iré a la oficina. No será un problema dejarte.
ㅡYo realmente no quiero causarle más molestias, prefiero irme solo en el subterráneo, estaré bien.
ㅡInsisto. No voy a permitir que te expongas nuevamente. No quiero que nada te ocurra, ¿de acuerdo? Así que voy a dejarte en tu hogar si quieres irte ya ㅡafirmó, contundente y sin darle alguna posibilidad de hacerlo cambiar de opinión, y KyungSoo se removió en su lugar y mordió su labio inferior bajo la mirada atenta de SooJungㅡ.
ㅡPero...
ㅡKyungSoo ㅡlo llamó ella con una sonrisa amable y cálida y él la miró con dudasㅡ, deja que JongIn te lleve. Me sentiré más tranquila si es así, además, tratar de contradecir a este cabezota es una pérdida de tiempo. Acepta y no pienses demasiado en esto, ¿bueno?
Y ahí estaba, arrinconado entre la espada y la pared, con dos pares de ojos mirándolo fijamente y el sentido de la obligación de aceptar las palabras de la mujer floreciendo en su interior.
No pudo hacer nada en contra de ellos, no siendo tan débil de voluntad, y simplemente asintió. SooJung sonrió y volvió a su comida y JongIn se puso de pie, metiendo el último trozo de panqueque a su boca, llevó los platos al fregadero y le dijo con calma, más relajado al verlo aceptando su petición:
ㅡPuedes ir a cambiarte a la habitación. En el armario hay algo de ropa limpia, toma lo que mas te guste y colócatelo, no hay problemas con eso. La ropa que tenías ayer está sucia porque olvidé colocarla en la lavadora, así que acepta mi petición, por favor.
ㅡEstá bien... ya vuelvo entonces. Disfrute de su desayuno, señorita SooJung.
ㅡ¡Gracias! Y sólo dime SooJung, las formalidades sobran fuera de la oficina ㅡle guiñó un ojo y KyungSoo le sonrió tímidamente antes de asentir y volver a la habitación para darse una ducha rápida y cambiarse de ropa para irse de ahíㅡ.
El agua fría lo ayudó a calmarse, a serenar su corazón enloquecido y neutralizar a su omega chillón e inquieto. Dejó que las gotas resbalándose por su piel borraran el dolor de cabeza creciente, los pensamientos excesivos que no le hacían ningún bien y las preocupaciones.
No podía volver a desarmarse, no quería hacerlo una vez más, tenía que ser fuerte, tenía que continuar adelante. Un rechazo sentimental no era algo para morirse. Sí, dolía, pero tarde o temprano debía superarse, y KyungSoo se aseguraría que fuera más temprano que tarde.
Salió del baño cinco minutos después y fue hasta el armario para tomar un par de prendas. Había un pantalón de su talla y una sudadera un poco grande para él, pero no se atrevía a coger algo más que eso. Un bóxer blanco y limpio cubrió su intimidad y pronto terminó de vestirse en silencio. Encontró sus zapatos cuando abrió la puerta de la habitación, justo a un lado de esta, y no tardó en calzarlos con rapidez, luego sacudió un poco su cabello e inhaló una gran bocanada de aire para darse ánimos antes de encarar a SooJung una vez más.
Ella ya había terminado de comer y se encontraba sentada junto a JongIn en el sofá, hablando cómodamente sobre la empresa y algunos contratos que el alfa debía revisar, cerrar tratos en Singapur y otras cosas más que KyungSoo no entendía.
Carraspeó para llamar la atención de ambos y avisar de su presencia y la pareja no tardó en mirarlo. La chica sonrió calmadamente y JongIn lo apreció más de lo debidamente correcto estando frente a su novia, sin embargo, no dijo nada que lo pusiera incómodo e hiciera la situación más tensa de lo que ya la encontraba.
Se puso de pie enseguida y tomó las llaves sobre la mesita frente a ellos, y KyungSoo no pudo evitar mirarlo, porque ahí, en ropa casual, con unos simples vaqueros, zapatos deportivos y una remera, JongIn se veía espectacular, joven y atractivo.
Desvió la mirada cuando el alto besó la frente de SooJung y le susurró un bajo "cuídate, nos vemos pronto", y asintió cuando JongIn lo llamó suavemente, casi con sigilo en su timbre de voz, pidiéndole salir de ahí. Se despidió de Soojung con una sonrisa que ella devolvió y luego de una inclinación salió del ático para seguir a JongIn hacia el ascensor.
El viaje a su apartamento fue silencioso, excepto por su voz irrumpiendo de vez en cuando, cuando tenía que decirle al menor a dónde ir. Ninguno dijo nada fuera de eso y KyungSoo se había dedicado a mirar por la ventana para evitar ver a JongIn de reojo.
No podía observarlo cuando lucía tan bien, cuando conocía lo importante que podría llegar a ser para él.
De nuevo, recordó que tenía que ser fuerte y que eso era lo mejor para los tres.
El coche se detuvo frente al conocido edificio de ladrillos viejos y desgastados, en una zona marginal y poco segura de la ciudad, y KyungSoo se quedó quieto, sin saber qué hacer a continuación, qué decir, pues sabía que un «gracias» no sería aceptado por el alto, además, no sabía si aún tenía trabajo y eso lo dejaba en una situación ruidosa y turbulenta. Sin embargo, no fue necesario pensar en algo porque JongIn había tomado la palabra con sigilo.
ㅡMe alegra haberte traído, no es un lugar seguro por el que deberías estar muy temprano o muy tarde. Aunque son pasadas las ocho, esto es muy solitario.
Fue inevitable que su corazón no reaccionara al escucharlo, porque había podido captar el tinte de preocupación en sus palabras y eso había hecho mella en él de forma inmediata. Se removió en su lugar con la vista fija en sus manos y respondió cuidadosa y suavemente.
ㅡNo es tan malo cuando te acostumbras.
ㅡHubiese preferido que no te acostumbraras nunca a esto.
ㅡYo también lo hubiese preferido para mi hermana, pero realmente no hay nada que podamos hacer para cambiar las cosas. Es lo que hay y debemos vivir con ello, JongIn.
JongIn lo miró por un momento más y luego suspiró, asintiendo un segundo después. Alejó su mano del volante y luego cogió su palma con cuidado, acariciando con su pulgar el dorso de su mano, sus nudillos y su propia palma, más rústica y dura que la suya a causa del trabajo duro.
KyungSoo le permitió el toque porque realmente no era nada del otro mundo y lo necesitaba en su interior para calmar a su omega ansioso y desesperado.
ㅡQuisiera ayudarte, KyungSoo, a ambos. Me siento inquieto sabiendo que viven aquí, así, sin protección. No podría estar en paz sabiendo eso día a día ㅡdijo él con un muy, muy sutil toque de desesperación camuflado entre la suavidad de su voz (que no pudo pasar desapercibida), y KyungSoo negó con una pequeña sonrisaㅡ.
ㅡConservar mi empleo es la única ayuda que podría aceptar de su parte, JongIn, no quiero más que eso.
ㅡTu empleo no está en juego ni en discusión, KyungSoo, lo tienes sí o sí y eso no cambiará por nada. No podría despojarte de él... yo no puedo ser tan miserable contigo.
ㅡNo eres miserable conmigo, sólo estás cuidando el corazón de una buena mujer. Eres una buena persona, un buen hombre, y yo no me hubiera enojado si decidías alejarme de ti, todo lo contrario, lo hubiera entendido a la perfección. La señorita SooJung es realmente increíble, hermosa, lista y atenta, no podría pedir a alguien mejor para ti, para cuidar siempre de mi destinado.
JongIn apretó un poco la mandíbula al escucharlo. Esto tampoco era fácil para él, porque si para KyungSoo era duro debido a sus instintos de ser protegido y cuidado, para JongIn lo era aún más cuando tenía presente la ferviente necesidad de protegerlo de todo y todos.
Los alfas eran de esa manera, después de todo: más apasionados, más intensos, más protectores que nadie al tratarse de sus parejas destinadas.
Ellos no podían deshacer ese hecho, no podían borrarlo o cambiarlo, eran y serían destinados para toda la eternidad y queriéndolo o no, siempre estarían unidos en mente, alma y corazón; así funcionaban las cosas, y por eso podía empatizar fácilmente con JongIn.
Ambos sentían el mismo pesar, el mismo dolor, el mismo resentimiento por no poder hacer nada para arreglar aquella situación, porque no sólo eran ellos dos los implicados, sino que había una tercera persona a la que no querían dañar ni marchitar por su unión.
¿Cómo desbaratar una relación de tanto tiempo, cómo podría KyungSoo meterse entre ellos? No podía ni quería hacerlo, aunque su propio corazón doliese y se sintiera incompleto eternamente.
ㅡSin embargo, para el destino, mi alma y mi alfa, tú eres la mejor elección, KyungSoo.
KyungSoo sonrió, sintiendo sus ojos comenzando a calentarse y su nariz picar, y apretó su mano por un momento con el deseo imparable de permanecer a su lado y no dejarlo ir nunca.
Pero no soy egoísta, no puedo arrebatarle la felicidad a otro omega.
ㅡY tú siempre serás el alfa que dominará el corazón de mi omega y tendrá la otra mitad de mi alma, JongIn. Gracias por todo. Nos vemos el lunes, ten un buen fin de semana ㅡdijo esto de forma apresurada, intentando no prolongar demasiado aquello, y salió del auto rápidamenteㅡ.
No agregó nada más, sólo caminó hacia su edificio, buscó la llave de repuesto debajo de una maceta rota en los bordes y entró sin mirar atrás. Porque si lo hacía iba a demostrarle todos los sentimientos que tenía que reprimir en su interior al alfa que dejaba atrás ahora y para siempre.
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