D i e c i s é i s
Youta llegó corriendo a casa después subir enojado y rápido las escaleras rumbo a su habitación.
Se sentía demasiado eufórico, lo único bueno que veía era que tendría a quien molestar mientras sus padres estaban en el trabajo pero no era suficiente. Sacó todo el aire en sus pulmones mientras se dejaba caer en su cama.
Youta estaba entre sus sábanas preguntándose si había hecho lo correcto en aceptar a Shin en su familia. Quizá era un sentimiento apresurado a su situación, pero no dejaba de sentirse culpable por la situación que propició el divorcio de sus padres, así que sólo cerró los ojos, estaba cansado y confundido, seguía teniendo el dolor en el pecho de ver a Todoroki tan cerca de su madre.
¿Por qué actuaban así?
Siempre fue consciente de esa amistad, recuerda que cuando era muy pequeño todos solían convivir bastante, incluso con Denki o la rana, recordaba ser cargado a los cinco o seis años por Todoroki o Momo. Sabía que eran muy buenos amigos pero él aún así entraba en pánico, recuerda a su padre ahí, presenciando todo mientras platicaba con el tío Izuku. Incluso Izuku a veces veía a su madre y la llenaba de besos pero no lo sentía una amenaza.
Se sentía avergonzado, sentía una tremenda vergüenza de sus sentimientos. Comenzó a recordar todas las veces en las que había celado a sus padres y eran tantas que sólo bufó enojado consigo mismo sin encontrar alguna razón válida de su malestar ahora.
Alejó el temblor de su cuerpo y comenzó a lanzar cobijas gruesas al suelo. Estaba empezando a sentir muchos nervios ¿Shin le robaría a sus padres? De nuevo gruñó y ahora lanzó almohadas al suelo. Estaba preparando la cama de Shin, ese maldito ojos raros metiéndose y saliendo de entre las piedras.
En menos de quince minutos escuchó los pasos por las escalera y corrió a sentarse serio sobre su cama, no quería que vieran su inexplicable nerviosismo injustificado y empezó a mirar su celular.
Ochako entró junto a Todoroki, ojos raros miraba el suelo en un rojo carmín pero éste se fue en cuanto miró su cama improvisada en el suelo.
Ante la mirada feroz de Youta se movía el cabello bicolor de Shoto quien experto en ese tipo de comportamientos volteó a ver al pequeño castaño quien en un saltito de sopresa y un rosa en sus mejillas miró a otro lado sin poder disimular.
—Hoy seguro que estará todo tenso, será sólo hoy —dijo neutro y cansado—. Gracias, Youta-kun, por recibir a mi hijo.
La helada mano se dirigía a revolver el cabello castaño de la coronilla de Youta pero éste dio un manotazo antes.
El sonido hizo que su madre lo mirara enojada, Shin sorprendido y Shoto extrañado.
—Deja de actuar así si no quieres terminar solo —el seño fruncido de Uraraka lo hizo entrar en pánico, era raro escuchar esa voz dura en ella. Se sintió tan regañado que de forma tonta le gruñó ¿por qué lo hizo?
Todoroki tomó el hombro de Ochako para que se calmara.
El corazón de Youta estaba al mil por hora, nervioso por su torpe actuar.
—Ah, perdóname Shoto lo consiento demasiado —dijo apenada y guiando a Shoto afuera y cerrando la puerta detrás de ella.
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Empezó a restregarse en las sábanas, ese sentimiento infantil lo invadía.
Sintió una mano en su hombro y se descubrió para ver a Shin muy cerca de él. Seguro que su plan era uno maestro, lanzarían lejos a la bruja de Momo para después robar a Ochako y así ellos dos fueran felices como una familia, dejándolos a él y a su papá infelices y solos.
Lo tomó del cuello y lo empujó sobre la cama hasta quedar sobre él. —Si mis padres llegan a tener problemas por culpa de ustedes te juro que te arranco los dientes uno por uno.
Aún con el veneno impregnado en cada una de las palabras de su amigo, su corazón latía tan rápido que sentía su cara arder.
Un pequeño intento de tragar saliva hizo que Youta se quitara de encima, se sentía nauseabundo ¿era una etapa en la que celaba así a sus padres? Revolvió su cabello y respiró despacio. Miró rendido a ojos raros.
—Tengo helado de leche quemada, mi mamá sabe hacerlo y nos gusta mucho ¿quieres?
La voz rendida hizo a Shin asentir sin más, Youta bajó despacio la escalera intentando arreglar sus emociones hasta que escucho crujir la pared de la puerta.
Todoroki abrazaba fuerte a su madre, con una mirada extraña y con el rostro levemente carmín, presionando su cuerpo contra el de ella, contra la puerta. Su madre levantó el cabello bicolor de la frente de Shoto y plantó un beso lento.
¿Por qué duele más de lo que debe?
Entró en crisis, estaba paralizado.
¿Por qué su madre no lo empujaba lejos?
Sentía los ojos cálidos.
¿Por qué besó su frente así?
¿Estaba llorando?
Ochako tomó el rostro del hombre con amabilidad para conectar sus miradas.
Shin bajó despacio hasta llegar al lado de Youta siguió su mirada y encontró la escena.
El castaño notó la presencia de ojos raros y volteó a verlo en busca de auxilio, pero al contrario, Shin miraba esperanzado.
Sintió un vuelco en el estómago.
El tiempo se congeló.
Esa tarde soleada, con toda la casa inundada de esa luz naranja de un sol que ya se está metiendo en el horizonte.
Lo asqueaba mucho.
La explosión hizo a Todoroki cerrar los ojos y actuar por instinto.
Uraraka se cubrió el rostro y la nariz, el frío recorrió su cuerpo y le hizo darse cuenta que su mejilla sangraba junto a sus inexistentes pestañas del ojo izquierdo. Aturdida miró el vapor salir al exterior, miró dentro de su hogar y el hielo rodeaba a su hijo que tenía el rostro lleno de cólera, pero en un solo segundo desbordaban lagrimas de cocodrilo.
Todoroki corrió a Ochako ante la mirada dolida de Youta.
Su madre dejó que él se acercara, dejó que él se quitara su chamarra y limpiara la sangre de la quemadura en su mejilla, dejó que tocara su rostro.
Empezó a vomitar.
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