Había pasado ya tres años que estaban en relación para cuando iban a cumplir los cuatro años un incidente en un edificio departamental de incendio masivo se produjo, muchos héroes habían ido al lugar para salvar a las personas, sin embargo fue Brumary quien se preocupó demasiado al escuchar a una mujer gritando por ayuda. Y fue realmente horrible la situación de ver como un niño de al parecer de 17 años intentaba salvar a su madre del fuego al costo de estar quemado de brazos y piernas, podía notar como todo parecía ir a peor.

—¡Tranquilo!

Exclamó con seguridad, exigiendo a sus ositos de caer los de la técnica de explosión menta friolenta, invadiendo al ambiente en general el fresco mentoso de un manto de agua coagulada derretirse encima de ellos, así sacrificándose un gran oso de color cielo por los deseos de su creadora. Sin embargo, cuando quiso emplear los primeros auxilios en la mujer esta tan solo suplicó que cuidara a su hijo, este le suplicaba que no se rindiera, que la heroína los salvaría, que estaban a salvos.

Sin embargo el joven niño de ojos ambarinos, de cabellos negros lloraba al notar como su madre se iba de sus brazos, pero lo que no se esperaba que la heroína de Xplosion Dolce hiciera de todo por salvarla con lágrimas a por montón, más cuando este niño de 17 dejó de llorar, tanto por el dolor menguado por la menta anestésico en sus heridas pudo notar como lo veía con suma culpabilidad.

—¡P-perdon! Y-yo... De verdad lo intenté! Pero no pude! Lo siento, lo siento —la castaña lloraba a por montón tanto que de un momento a otro parecía que solo generaba eso con su quien descontrolado no se había dado cuenta que había humedecido todo a su alrededor.

El joven muchacho gritó al ver que el techo empezaba a dejar encima de ellos y que en un parpadeo este se vino encima, y con el corazón en luto junto con su alma y cuerpo consumido por la adrenalina, el dolor ya no le importó solo quiso salvar a la heroína que había hecho de todo por salvar a su madre.

—Xplosion Dolce, ¡cuidado!

El gritó y se quejó de dolor al sentir como sus heridas ardían al cubrir la con su cuerpo, pero más fue el susto propio de ver su muerte venir que tanto cerró sus ojos al momento del golpe horrible que solo con el pasar el tiempo solo podía escuchar los sollozos de la joven heroína.

—¡P-protection bloomgums!

Al escuchar esa frase pronunciada en un hilo de voz, solo podía notar sus latidos palpitando en sus oídos pero en cuando no sintió más dolor para luego abrir los ojos, se quedó sin habla para cuando cinco enormes ositos de goma habían evitado la dura caída del material vencido sobre ellos.

—¿C-como?

—Nunca permitiríamos que ella fallezca, no puede ni tiene permitido. Además... —sonrió levemente uno de cinco colores de ositos de goma, más específico el del color rojo.

—Nunca sería tan débil para exponer a la víctima a un peligro mayor. Soy tu heroína y no puedo caer ante nada —dijo la chica mientras con cuidado se alejaba de sus brazos.

Dejando al joven sorprendido, pero sobre todo avergonzado, había abrazado y protegido a la novia y prometida de EraserHead, sabía perfectamente con cuarta carga de estrés a diario recibía el héroe con los acosos a la chica inmortal Loli y dulce heroína.

—Soy Akihito Yuu, y realmente estoy agradecido por todo lo que ha hecho por mi... P-pero ahora sólo soy un huérfano... Mi madre era mi única familia y yo... —su voz firme se rompe por el final.

Sin embargo es interrumpido con que la heroína con decisión y con una suave sonrisa, limpiandose las lágrimas restantes, hizo que uno de sus ositos de goma lo comiera, específicamente el que era de sabor anestésico.

Calmando y logrando que ya no sintiera el dolor que arrasaba con todo su cuerpo.

—No te preocupes, Yuu-kun. Lo solucionaré, ¡es una promesa de sabor cereza! —exclamó mientras le ofreció un osito de gomitas del color de dicho sabor.

Callandolo, para luego salir con sumo cuidado del edificio por una ventana, que con suerte esta última cayó en brazo de su propio héroe personal, que la miraba reprochador sin embargo al verla seria supo que algo serio venía con ella.

Y al ver al osito que mantenía a un chico adolescente con graves heridas en el torso, brazos y piernas, quien se encontraba totalmente dormido, exhausto con expresión dolida, supo que no era solo una faceta nueva. Ella solo le abrazó diciendo que no la separarían de Yuu-kun.

Entendiendo que su instinto maternal había salido.

Y no era por tiempo limitado como los años anteriores, con las escenas típicas que le ofrecía ante el amor incondicional de sus creaciones de ositos medicinales.

Justamente para la atención de niños con casos graves.

[... ]

Después de un año luchando por la adopción del niño, lograron lo imposible, consiguieron casarse a tiempo para que los papeles para adoptar a un hijo fueran legales y óptimos.

Aunque se hubieran casado secretamente, para cumplir el gran deseo de Brumary, un hijo, fue lo mejor que le hubiera pasado. Claro, no lo admitiría públicamente, porque realmente el mocoso le había ahorrado tantas cosas, no iba a sufrir por el crecimiento de un niño desde bebé, sino que iba a lidiar con un adolescente en crecimiento.

Sin embargo, aunque ellos al principio habían quedado mal, con discusiones cada segundo como padre e hijo totalmente disconformes entre decisiones en cuanto a su futuro, el tiempo pudo menguar su relación.

Por la paz, ambos habían decidido llevarse bien porque quierase o no, Brumary ya estaba muy ilusionada con al fin tener una familia, ya estaba casada, ya tenía un hijo.

Y ahora solo esperaba poder salvar a un cachorro de la calle par cumplir sus sueños.

Ninguno quería explotar su felicidad, ya que después de una gran noticia que la logró tumbar por mucho ante la muerte de algunos de sus compañeros, como figura materna la habían dejado mucho más sensible. Y era Aizawa Yuu quien pronto debería ascender como héroe y como pronto profesor titular del puesto de su padre.

Porque si, le iba muy bien enseñar, era la copia exacta de Aizawa Shouta, con un carisma dulce digno de ser hijo de Brumary Gum.