9- Ira
La luz que entra por el balcón comenzaba a molestar haciendo que sus rubíes se abrieran con pesadez. Gruñó molesto por querer dormir más, pero todo eso se fue al sentir ese dulce aroma a galletas con chocolate del Omega que dormía rodeado por su brazo derecho tomando su mano, el otro era usado como almohada por el peli verde. Podría quedarse así toda la vida y no se movería por nada, pero por desgracia había algo llamado "escuela" que no podía ser ignorado. Así que con algo de lastima se encargaría de despertar al menor.
Bajo un poco para empezar a esparcir besos por su nuca, cuello, mejilla, etc. Comenzó a escuchar unos quejidos provenientes del Omega.
Kat: Despierta, nerd. - le susurro.
Izu: No~ - escondió su cabeza bajo las sabanas.
Kat: ¿A quien dices que no, torpe? - le siguió llevando sus dientes al lóbulo de su oreja para morder y tirar levemente.
Izu: Ahh~ - suspiró. Al darse cuenta de que acaba de hacer, se incorporó rápidamente para quedar sentado. - B-B-Buenos di-dias. - tartamudeó en medio de su sonrojo. No podía ser más tierno, al menos eso pensaba Katsuki.
Kat: Serán buenos con el café. - dijo con la voz ronca, sentándose también. Llevo su mano izquierda a la cabeza del pecoso, este cerro los ojos disfrutando la caricia.
Izu: Vamos a desayunar. - dijo con una sonrisa tranquila. El rubio asintió y no perdieron más tiempo, se levantaron, fueron al baño a lavarse los dientes y de ahí a la cocina a hacer el desayuno con los demás.
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3 meses después
El ruido de una insistente alarma sonaba a más no poder despertando a un rubio de mal carácter y a un peli verde amable.
Izu: Mmm~ Apágalo... - se quejaba escondiendo su cabeza bajo la almohada.
Kat: Mierda.... Eso intento... - decía con la voz ronca tanteando a las espaldas de Izuku donde estaba su teléfono con la alarma. Al fin lo encontró y lo apagó.
Izu: ¿Por qué la pusiste? Es sábado. - se quejaba saliendo de su escondite bajo la almohada sin abrir los ojos. Son las 7 a.m., a esa hora se levantan para ir a la escuela.
Kat: Yo no fui... - arrastró las palabras por el cansancio. A cuestas se levantó de la cama y camino hacia la puerta.
Izu: ¿A donde vas? - pregunto con la cara enterrada en la almohada al no sentir al rubio con él.
Kat: A matar a Kirishima. - dijo lo más calmado que pudo al tener esa aura asesina. Fue él el bromista que jugó con su teléfono. - Duérmete, no tardo.
Izu: Aja... - dijo sin ser realmente conciente de lo que dijo el Alfa y se dio la vuelta para hacerse bolita entre las sabanas.
Se escucho la puerta ser abierta pero no cerrarse. Después de pocos minutos se empezaron a oír gritos.
Kir: ¡AHHHH! ¡Bakugō, te juro por mi vida que no fui yo! - se escuchaban los lamentos del pelirrojo.
Kat: Tu vida no vale nada ya que estas a punto de convertirte en cenizas. - amenazaba sin tener piedad.
Fue lo último que oyó más un par de explotaciones y se quedó dormido de nuevo casi al instante.
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Abrió pesadamente los ojos por el sueño y lo primero que vio fue el rostro dormido de Katsuki, tenía el ceño un poco fruncido, ¿Como es posible lucir gruñon incluso dormido? Rió ante ese pensamiento, se acercó más ya que el brazo del rubio rodeaba su cintura y dio un pequeño beso a esos finos labios que tanto le gustaban. Al separarse pudo ver un par de orbes rojizas que lo miraban expectantes, se sonrojo por verse al descubierto.
Izu: Lo siento. No quise despertarte. - bajo la mirada.
A pesar de haber pasado ya unos meses no podía evitar disculparse por muchas cosas y avergonzarse.
Katsuki tomó su mentón y lo hizo mirarlo: Así no se dan los buenos días. - se acercó al peli verde para darle "los buenos días". Los labios de ambos se movían probandose entre sí. - ¿Ya entendiste? - pregunto con ironía.
Izu: Creo que aún no. ¿Me muestras otra vez? - no perdió el tiempo y siguió con la demostración. Estuvieron así un buen rato hasta que decidieron ir a desayunar. Cuando llegaron se encontraron con todos sus compañeros, estos al verlos aparecer apartaron la mirada de ellos, más bien de Bakugō, extrañando al pecoso. - ¿Qué les pasa? - no recibió respuesta. Miro a todos para ver si alguno podía responderle, se quedo pensando al no ver a alguien. - ¿Y Kirishima-kun? - más de uno se estremeció por la pregunta. ¿Qué diablos fue eso?
Kat: Muerto. - respondió sin tacto sorprendiendo al pecoso. - O escondido, el muy cobarde, no se. - dijo dejando con la boca abierta a Izuku. Se alejó para ir a la mesada y preparar café.
El peli verde miro a su amiga castaña en busca de una explicación. Estos dos fueron a los sillones a hablar aparte.
Och: Sabía que tenías el sueño pesado, pero esto es demaciado. - dijo sin poder creerlo.
Izu: ¿De que hablas? ¿Qué paso?
Och: Parece que Kirishima-kun les hizo una broma para despertarlos temprano.
Izu: Ah si, ya me acuerdo. Nos despertó la alarma a las 7, Kacchan se fue pero no recuerdo a donde, fue ahí cuando volví a dormir. - relataba todo lo que recordaba.
Och: Pues, se fue a partirle la cara a Kirishima-kun. - el oji verde frunció el ceño con pena. - Él aseguraba que no lo había hecho, pero resultó que si. El punto es que Bakugō-kun lo persiguió por todas partes tratando de hacerlo explotar, llegó a atraparlo y lo amenazó con matarlo a golpes si hacia algo así de nuevo. - Izuku dirigió la vista hacia su novio que se encontraba solo tomando su café. Volvió a ver a la chica. - Kirishima-kun no sale de su cuarto desde entonces.
Izu: P-Pero... Fue u-una pelea tonta sin... importancia... ¿Cierto? - aunque no quisiera aceptarlo, no era la primera vez que el rubio se dejaba llevar por la ira.
Och: Espero que lo sea, no me imagino a esos dos sin ser amigos.
Izu: Hablare con el. Estoy seguro que no es nada. - no estaba seguro, pero conservaba la esperanza.
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Después de desayunar todos fueron a hacer sus respectivas actividades de fin de semana. Un rubio de ojos ámbar caminaba por uno de los pasillos de la sección de las habitaciones de chicos con una bandeja que tenía un vaso con jugo de naranja y un plato con tres sándwiches de queso tostado. Se dirigía al cuarto del pelirrojo con Quirk de Endurecimiento. Al llegar a su puerta se quedó parado pensando en qué debería hacer, no pensó bien sus acciones, ¿Vería un doble sentido al traerle el desayuno? No tenía por qué convertir esto en algo raro, ¿Verdad? Solo le trae de comer a su amigo ya que seguro esta hambriento por quedarse ahí por horas. Si, exacto. No es raro.
Con una sonrisa decidida sujeto la bandeja con mucho cuidado con un solo brazo para tocar la puerta con la mano del otro. Volvió a tomarla con ambas manos esperando respuesta. Su mente empezó a maquinar en ese tiempo, ¿Y si sí se veía raro haciendo algo así de la nada? ¿Pensará que es muy cursi aún cuando son solo amigos? Se puso nervioso y estuvo a punto de echar a correr pero el sonido de la puerta abriéndose lo paralizó. Eijirō miro con cautela quien era y al ver al rubio electrónico soltó un suspiro de alivio para abrir por completo la puerta.
Kir: Hola. - saludo amigable el pelirrojo. Seguía sin peinar, con el pijama puesto y aun así le parecía un Alfa muy atractivo.
Denki sacudió un poco su cabeza apartando ese pensamiento: Ho-Hola. - atinó a decir, tenía un notable sonrojo en sus mejillas. El de dentadura de tiburón lo miro curioso sin borrar su sonrisa, ahí recordó a qué vino. - ¡Ah! ¡Te traje esto! - extendió la bandeja frente a el ofreciéndoselo a Eijirō. Este lo miro sorprendido pero después de procesarlo ensanchó su sonrisa haciendo notar que estaba feliz.
Kir: ¡Gracias! Me moría de hambre. - dijo aceptando gustoso el mini desayuno que le preparó el Beta. - ¿Eh? - miro lo que había.
Kam: ¿Qué? ¿Hay algo mal? - se preocupó. El Alfa sonrió con nostalgia confundiendo al rubio.
Kir: Te acordaste que amo el queso. - comentó con un brillo especial en sus ojos. Vio el sonrojo del chico incrementarse a más no poder, se veía adorable.
Kam: P-Pues claro que si... Lo dices todo el tiempo. - en realidad no. Pero cada vez que comía algo con queso, lo hacía con mucho deleite. Esto el rubio lo había notado hace mucho.
Kir: ¿Quieres pasar? No me gusta comer solo. - dijo como excusa para pasar más tiempo con el Beta.
Kam: E-Esta bien. Si quieres. - por dentro era un manojo de nervios.
El pelirrojo dejó pasar al rubio y dieron unos pasos hasta la mesita que había ahí donde se sentaron y poso la bandeja. Tomó un sándwich y se lo ofreció al chico electrónico.
Kam: ¡Ah! No, estoy bien. Los hice para ti. - no se vería bien si aceptaba.
Kir: Come, son grandes. Además me sentiré mal si como esto yo solo. - lo miro aún con algo de duda pero termino aceptandolo.
Kam: ¿No piensas salir? - se le ocurrió preguntar para iniciar convención.
Kir: No lo se. Si Bakugō sigue molesto conmigo no creo que salga en un tiempo. - dijo intentando bromear pero su mirada decayó. - Soy un idiota. No debí hacer eso.
Kam: Fue una broma. No es para tanto. Bakugō es quien exagera. - decía defendiendolo.
Kir: Si, pero creo que esta vez me pase. - está arrepentido.
Kam: Pusiste su alarma para que sonara temprano. ¡Que te demanden! - dijo sobre actuando haciendo reír al más alto. - No es fin del mundo. Con suerte, Midoriya hablará con él y todo se aclarará. - le daba esperanzas renovando su gran sonrisa.
Iban a seguir hablando pero casi al instante se escucharon unos fuertes golpes que venían de la puerta.
Kat: ¡Kirishima, abre la puta puerta ahora! - gritaba el cenizo del otro lado.
Izu: ¡Kacchan, no grites! ¡Si te escucha! - escucharon reprochar al peli verde.
Kat: ¡No jodas! ¡Ya vine hasta aquí!
Kam: ¿Ves? Viene a hablar. - decía no muy convencido de sus palabras.
Kir: Aunque no de manera amistosa. - suspiro resignado, no podía ser de otra manera con Bakugō. - Si muero, envía mis cenizas a mi madre. - el rubio lo miro como si estuviera diciendo algo absurdo pero luego de pensar en esa posibilidad le siguió el juego.
Kam: Esta bien, pero dejame conservar tu cuarto.
Kir: Hecho. - se levantó de su lugar para dirigirse a la puerta abriendola temeroso. Se encontró con la pareja que forcejeaba entre sí.
Izu: ¡Ah! Kirishima-kun, lamento las molestias, Kacchan tiene algo que decirte... ¿Verdad? - tiro de la oreja del rubio que se negaba a hablar. - Kacchan, ya hablamos de esto. Dilo. - ordenó el Omega tirando más de la oreja y escuchando otro quejido. Kirishima los veía sorprendido.
Kat: L-La-Lamen-to... haber-te... - su orgullo interfería con sus palabras. - ame-nazado con... matarte... - terminó de decir entre dientes.
Kirishima, que había quedado con la boca abierta de la impresión logró pensar una respuesta: Esta bien, descuida. Yo también lamento haber hecho eso, seguro estaban cansados y no pensé. No volveré a hacerlo.
Izu: Te lo agradezco, Kirishima-kun. - soltó la oreja al fin. El rubio gruño y apartó la mirada. - Y espero que puedan seguir siendo amigos. Kacchan también lo espera, ¿Cierto? - le dio un codazo.
Kat: Si, mierda. - arrastró las palabras entre gruñidos. No era tratado así por nadie más que su madre, al menos no le daba zapes como ella, esos eran golpes.
Izu: Que bueno que aclaren las cosas. - sonrió feliz. Fue ahí que noto la presencia de Kaminari en la habitación que hacia quedado como simple expectante. - ¡Ah! Lamento mucho la interrupción.
Kir: ¿Eh? No, descuida. Solo estábamos hablando. - la mirada del rubio explosivo se relajo y vio mejor el panorama casi sonriendo.
Kat: Cuéntame luego. - dijo haciendo a un lado su orgullo. El pelirrojo le sonrió.
Kir: Claro, hermano. - extendió un puño y el otro chocó con el suyo. Si, ya están bien.
El Omega y el Beta miraban a esos dos confundidos, pues no tenían idea de a qué se referían, pero estaban contentos de que se arreglaran. Dieron por terminada la charla y la pareja se fue de vuelta a la habitación del cenizo.
Izu: ¿Lo ves? No fue tan difícil. - comentaba sonriendo de forma ganadora. El Alfa no le contestó, pero sabía que tenía razón. Solo escucho un leve gruñido de su parte y siguieron caminando.
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Mientras tanto en la habitación. El Alfa pelirrojo respiraba hondamente recuperando el aire ante la tensión que había sentido.
Kam: No estuvo tan mal. - dijo pensando en positivo.
Kir: Realmente le tengo más respeto a Midoriya. Domó a la bestia como un campeón. - seguía sorprendido por lo que había visto.
Kam: Muy cierto. - se quedó pensando. - ¿Que era lo que dijo Bakugō que debías contarle? - pregunto curioso.
Kir: Es un secreto. - dijo ganándose un puchero por parte del contrario haciéndolo reír. Es verdaderamente adorable.
Ahí está ese aroma a caramelo recién hecho, no era muy fuerte, pero podía sentirlo muy bien entrando en sus fosas nasales. Le fascina.
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Hola peques!!!
Ojalá les haya gustado. Lamento la casi muerte de Kirishima, pero me pareció muy divertido jajajaja
(≧∇≦)/
(Un pequeño regalo) 😘
Voten y comenten! (♥ω♥*)
Nos leemos luego! 👋😘
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