Capítulo 6✅
Una noche más donde se llevaban a cabo las carreras a las afueras de la ciudad, como era ya de costumbre las parejas casi tenían sexo sobre los capos de los autos, el alcohol y las sustancias ilegales transitaban de mano en mano por cada rincón de ese lugar, pero lo que sobresalía de entre todo era la adrenalina que invadía los cuerpos sudorosos de los espectadores y también de los participantes.
Gritos eufóricos llenaron aquel lugar tan recurrido por las noches, una pelirroja acababa de ganar la ultima y la mejor partida de la noche, era conocida por todos ya que nunca perdía un evento de esos, los hombre la cargaron sobre sus hombres mientras todos a coro gritaban su nombre y ella sonreía complacida por tener ese impacto.
—Si que te tiene loco la sexy pelirroja —se burlo Aaron viendo a su amigo
—No bromees —su vista seguía puesta en la pelirroja que se carcajeaba cada vez que la cambiaban de hombro, ellos estaban un tanto alejados de la multitud mientras bebían un poco de vodka —solo disfruto del espectáculo
—Es realmente estúpido que lo sigas negando cuando todas las noche me arrastras a este lugar para poder acosarla desde lejos —bebió de su vaso para después soltar una carcajada —solo acércate e invítala a salir
—Es que tengo miedo —susurro pero la carcajada de su amigo le dio la señal de que si había escuchado —jodido estúpido
—Bien, bien —se recompuso en su lugar —lo siento, pero es que se me hace divertido que tú —con sus manos lo señala de pies a cabeza —Max Brown tenga miedo de invitar a cierta pelirroja cuando cada noche pasa una chica por su cama que permiteme aclarar todas son muy ruidosas
—Como si tu fueras de solo una mujer
—No digo que lo sea, digo que invites a Samantha y dejes de acostarte con todas las mujeres que se te ponen enfrente si es que quieres tener algo serio más adelante
Su platica acabo cuando cierta cuerpo de una pelirroja se puso delante de ellos observandolos divertida, ellos solo se quedaron como estúpidos esperando que no hubiera escuchado nada.
—Creo que es suficiente acoso por el día de hoy —sonrió y dio la vuelta
—¡Samantha! —la nombrada se quedo quieta —¿te apetecen unos tragos antes de ir a dormir?
Max esperaba ansioso a que la chica aceptara la propuesta de su amigo.
—No puedo despreciar unos tragos gratis —sonrió al mismo tiempo que sus ojos conectaban con los de Max y este a su vez también sonreía
...
Ya era de madrugada y en lugar de que aquel bar se fuera quedando vació la gente parecía más animada, más eufórica por bailar con sus parejas e incluso con desconocidos.
Samantha era el alma de la fiesta (por llamarlo de alguna manera), encima de la barra meneando sus pronunciadas curvas y recorriendolas con sus delicadas manos, su sonrisa de seducción tenia vuelto loco a más de uno, e incluso a ambos chicos que le acompañaban. La música parecía estar hecha a su medida, los tragos habían hecho efecto por lo cual no hacía caso a lo que Aaron (como buen amigo celoso) le estaba gritando para que pudiera escucharlo.
—No puedo creer que te quitaras la camisa —mientras caminaban a la salida Max le reprochaba a la pelirroja que solo reía mientras sostenía su camisa cubriendo su busto
—Basta ya, Max -aunque también estaba un tanto tenso prefirió apoyar a Samantha —nos divertimos mucho esta noche y eso no lo puedes negar
—¿Pero por qué te vas ya? —frente a Samantha un hombre le impidió el paso —mejor vuelve a bailarnos como solo tu sabes
La pelirroja se limito a rodar los ojos y regalarle una mirada de total desagrado, trato de rodear el cuerpo robusto del hombre pero fue más rápido para volver a interponerse, la estaba fastidiando. Sus amigos estaban un tanto más adelante por lo que no se daban cuenta en el apretujon que se encontraba.
—Quítate de mi camino —ordeno mientras apretaba su mandíbula al mismo tiempo que pegaba con más fuerza la camisa a su busto, gesto que no paso desapercibido para el espécimen que tenía delante de ella
—No hay porque ponerse tan agresiva —dio un paso adelante a lo que ella dio otro, solo centímetros de distancia entre sus rostros —me gustan las chicas rudas
—Eh dicho que te quites —ya que su tono de voz fue más fuerte sus amigos al igual que las pocas personas que estaban en el bar dejaron de hacer lo que hacían para prestar atención
—No debes gritarme, gatita —estuvo a punto de golpearlo cuando Max se interpuso entre ambos creyendo que así la protegería, pero ella no necesitaba que la protegieran —¿acaso no vez que estoy hablando con mi gatita?
—Si no quieres terminar con un brazo completamente despedazado es mejor que te alejes de ella —Max dejo de ser ese chico coqueto para terminar siendo él, un criminal que no perdonaba nada —¿entendiste?
—No es necesario que hagas este jueguito de héroe, si te la quieres follar solo dilo y puedo dejarte algo
Solo eso fue suficiente para que Max perdiera los cabales pero justo antes de que siquiera levantara su mano empuñada Samantha tiro su camisa y sujetando de un brazo al regordete hombre estampo su cabeza en la pared, el hombre proclamo un grito ahogado que a Samantha solo puedo causarle satisfacción.
—Pelirroja —lo alejo un poco de la pared para volver a aprisionarlo con más brutalidad —lo siento, ¿bien?
—Cuando alguien se mete conmigo no necesito que me defiendan —doblo un poco más al brazo encajando sus dedos con brutalidad y un crujido hizo chillar al hombre —cuando una mujer viene a un bar es para beber tanto como quiera, puede bailarle a cuantos hombres quiera, besar a cuantos quiera y hasta follar con cuantos quiera, pero eso no te da derecho a faltarnos el respeto —volvió alejarlo para clavar de nuevo su mejilla en la pared —¿escuchaste o tengo que volver a repetirlo?
El hombre solo asintió o trato, Aaron la tomo por el brazo con delicadeza haciendo que poco a poco aflojara su doloroso agarre en el hombre.
—Una mujer no debe hacer cosas como esas —Max apretaba la mandíbula completamente cabreado —compórtate
Justo como paso con el hombre Samantha se puso delante de Max mirándolo directo a los ojos, no le temía ni a él ni a nadie y por más chica feliz que fuera no había duda que la O'connor seguía dentro de ella.
—Una mujer hace lo que se le pegue su puta gana —su ceño estaba fruncido y no le importaba estar solo en sostén —así que si se me da la gana romperle el hocico a un puto acosador lo puedo hacer y si quieres ser el siguiente por mi no hay problema
—Quise defenderte...
-Pues no necesito que lo hagas o que, ¿acaso es cierto lo que el asqueroso dijo y quieres llevarme a la cama?
No respondió porque después de todo ese era uno de sus objetivos con la pelirroja. Trato de responder pero Aaron se interpuso entre ambos mirando con enojo a su amigo a lo que se termino por callar.
—Creo que Max puede irse solo a casa, ¿Verdad Max? —su amigo asintió no muy confiado pero sabía que su comentario había entado muy mal dicho —perfecto, es hora de llevarte a casa, pelirroja
...
—¿Estas segura de que tus padres no se molestaran? —pregunto por tercera vez
—Ya te dije que no, Aaron
Ambos se encontraban en un establecimiento de comida rápida disfrutando de una hamburguesa y una gaseosa, Aaron de vez en cuando se deleitaba mirando las finas facciones de la pelirroja frente a él, se veía tan linda y más linda le pareció cuando supo como defenderse de aquel hombre del bar, tenía la idea de que todas las mujeres debían saber defenderse de los hombres.
Aaron era ese estereotipo de chico rebelde, mujeriego, agresivo. Se acostaba con muchas mujeres a la semana, después las botaba como si nada hubiera pasado, solo había algo que lo diferenciaba de su mejor amigo, mientras Max se acostaba con las mujeres y las humillaba a la mañana siguiente, él simplemente les daba un beso en la mejilla aclarando que solo había sido un polvo, no había corazones rotos de su parte.
En ese momento viendo y conociendo un poco más de Samantha se dio cuenta que ella era el tipo de chica que buscaba, ella era esa chica de sus sueños más cursis, se había ganado su corazón con tan solo sonreír.
—¿Por qué Max es así?
Pero era la chica de él y por más que deseara tener para él a la pelirroja debía respetar esos códigos creados entre amigos, no podía arruinar su amistad de años por una chica que tal vez al final no resultara siendo lo que aparentaba.
—Solo es un poco inseguro con respecto a tener una relación sería —se encogió de hombros sin siquiera mirarla —le gustas, nunca lo había visto de esa forma por una chica —mentira —eres la primera que realmente llama su atención —mentira —y a la primera que defiende sin dobles intenciones —mentira, todo era mentira ya que Max si había defendido a más chicas para, al final de la noche, resultar con ellas en la cama —solo ten un poco de paciencia
—Tienes razón —sonrió como boba —después de todo las otras veces que hemos salido a demostrado ser un chico muy lindo, gracias Aaron —coloco su mano encima de la de él y fue suficiente para causarle un remolino de emociones, solo que lo supo disimular muy bien con un guiño coqueto
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