(34) ♤Perdedores♤

Llegamos al sitio en donde antes la felicidad y las risas abundaban. Mi pecho se oprime y veo al montón de cadáveres en el suelo con la respiración agitada. La sangre mancha el césped y los árboles y el dolor es inevitable al ver a tantos inocentes morir.

La siento cerca, siendo una con las sombras y la oscuridad, ella busca atacar.

—¿Dónde están mis padres?—musita Five con la mirada perdida.

Solo ruego a que estén bien.

El cielo sigue oscureciéndose y es como si el verdadero ciclón se avecinara. A lo lejos oigo unos gritos de auxilio y tomó con firmeza a Five de la muñeca para correr hacia donde los llantos venían.

Siento su presencia correr entre los árboles y a lo lejos veo a las personas buscando refugio. Ella aparece como la oscuridad, como un verdadero monstruo que no le importa destruir todo.

Mata sin piedad. La sangre salpica por el aire. Los cuerpos caen inertes. Los inocentes mueren. Las personas se retuercen. Todos ruegan y lloran.

Evito sus ataques corriendo en zigzag y quedo congelado al divisar el reflejo de un rayo. Aprieto a Five contra mi cuerpo y me lanzo a la parte trasera de uno de los árboles cuando una chispa proveniente de los postes de electricidad atacan a las personas que corrían con nosotros desde atrás.

Five tiene el pecho agitado y recuesto mi cabeza contra el tronco tratando de no hacer mucho ruido. Me asomo un poco y la veo lanzar los cadáveres como si no fueran nada.

Rachel...

—Debemos encontrar a mamá, ella es la única que puede detenerla, Sev—susurra Five tomando mis manos con miedo.

—¿Y cómo la encontraremos? Es todo un caos.

—Ella querrá ir con el supremo, Seven. Ella querrá tener su poder—alude ahogando un grito cuando otro rayo impacta y un cuerpo cae a nuestro lado manchándonos de sangre.

Cubro su boca con mis manos y puedo sentir su caliente aliento al presentir a Rachel avanzando del otro lado del roble como un animal.

Trato de controlar mi respiración y miro de reojo el cuerpo que acaba de caer a nuestro lado. Era el hombre que se burló de mí en la tarima. Todavía está con vida, pero su piel está vestida de rojo. Él mira a sus lados asustado e intenta ponerse de pie, pero no puede. Después nos encuentra y con el miedo plasmado en su rostro, habla:

—E-Ella... E-Ella viene p-por nosotros.....—arrastra las palabras y seguido eso alguien lo toma de las piernas para arrastrarlo entre la tierra mientras que su avasallador grito me hace apretar los ojos.

Five llora en silencio contra mis manos y niega con la cabeza.

—Debemos salir de aquí, Sev. O sino nos encontrará—murmura temblando y viendo si no había peligro en nuestro perímetro.

Asiento poniéndome de pie y dejo que me tome de la mano para que corramos tras los árboles mientras la veíamos asesinar sin piedad a través de las hojas y las ramas.

Nuestras pisadas se hunden entre los charcos de agua formados por la tormenta y la lluvia acaricia mi rostro hasta llenar mi ropa.

Vemos como se detiene frente a algún tipo de fortaleza hecha de piedras y no sé porqué, pero siento que hay personas detrás de él.

Rachel derrumba la fortaleza con esa brutal fuerza, que como había deducido, las personas tras él, corren.

Mi familia está ahí, al igual que Chase, Tyson y los padres de Five. Todos son protegidos por Siete, quien crea algún tipo de burbuja protectora invisible alrededor de ellos.

Mis ojos se cruzan con los de mi padre, al igual que los de Five con los de Siete. La sangre baja a través de las fosas nasales de la reina mientras ve a su hija y entre palabras sordas le pide que corramos. Pero no lo haremos, debemos salvarlos.

Rachel mata a todos los que están a su alcance y se acerca al campo protector de Siete para intentar romperlo.

Ella golpea la barrera creando un sonido fuerte y poderoso. Siete se mantiene firme con las manos en el aire y venas rojas empiezan a crecer desde sus dedos. Rachel da puñetazos potentes y todo en el interior de la burbuja tiembla, excepto la reina, quien no baja la guardia para mantener a salvo a los suyos. Pero lo veo en sus ojos, sé está cansando. Como lucha... Ella no podrá soportarlo más.

—Tengo un plan—le musito a Five con seguridad.

—¿Y cuál es?—pregunta asustada.

Tomo una piedra y la lanzo en dirección a mi hermana. Le cae en la parte trasera de la cabeza y se gira hacia mí de forma horrorosa. Five me fulmina con la mirada asustada y yo solo esbozo una sonrisa nerviosa.

—¿¡Ese era tu plan!? Ahora nos va a comer—chilla la minion apretando su agarre en mi muñeca.

Rachel suelta un gruñido y se da vuelta ignorando a nuestras familias para acercarse a nosotros con lentitud.

—¿Quién dijo que ese era el plan?—inquiero cuando mi hermana da indicios de querer atacarnos.

—¿Entonces cuál es?—chilla viendo a Rachel enojada.

—¡Correr!—la arrastro conmigo a la persecución contra el asesino.

Rachel empezó a seguirnos con tanta rapidez que temí por mi vida. Five miraba hacia atrás con la respiración agitada y yo sentía las pisadas de mi hermana contra mis talones.

Damos vueltas en todo el círculo en donde Siete protege a los demás y Rachel parece un bestial monstruo que clava sus garras en la tierra. Five se tropieza y la trato de ayudar para que se levante, pero entonces, Rachel llegó a nosotros y nos tomó en el aire como si utilizara algún poder telequinético. Sus ojos rojos me aterraban y tenía espantosos tics nerviosos cuando le crecían más ramificaciones en el cuerpo.

Percibo que algo se me aferra a la garganta y el aire se me acorta mientras llevo mis manos a mi cuello con desesperación. Five también trata de quitarse ese algo, pero no hay nada. Se pone roja y mira a Rachel temblorosa.

—Rachel....—musito al sentir como me falta la respiración—Rachel, esta no eres tú.

Ella hace un gesto con la mano y la presión en nuestras gargantas aumenta hasta robarme un grito.

—Rachel, soy yo.... Seven.... Soy tu hermano—mi voz se corta debido a la escases de aire.

Mi hermana no se inmuta, pero si me sostiene la mirada.

—Rachel....—suplico viendo a Five intentando no cerrar los ojos.

De pronto, caemos bruscamente al suelo y corro hasta Five para tomarla entre mis brazos. Está inconsciente. Le doy palmaditas en el rostro para que despierte rápidamente y a medida de los segundos lo hace dejándome aliviado. Me giro hacia mi hermana y ella nos observa con fijeza mientras que sus dedos se aferran a su cabello y niega con la cabeza. Frunzo el ceño al oír murmuros a su alrededor. ¿Qué mierda?

—No quiero. No quiero—suplica cayendo de rodillas al suelo—no quiero, Sev. Diles que no quiero—ruega viéndome a los ojos en tanto mi corazón se desgarra al ver como una luz tenue empieza a abarcar su pecho.

—¡Corran!—grita Siete desde atrás destruyendo el campo—¡Corran!

Miro a mi hermana que se dobla en el suelo adolorida y veo a Five que tampoco sabe que hacer.

—Los amo..... Pero..... Corran—sube la cabeza dejando que de nuevo esos ojos rojos la dominen.

Observo a Five de reojo.

—¡Corran!—grita Siete con las manos en la cabeza dejando que los demás se vayan.

—Corran....—pide Rachel y al ver la luz tan brillante llenando la parte exterior de su pecho, corrí.

Tomé a Five y corrí.

Sabía lo que iba a ocurrir, lo sabía y mi corazón se oprimió por dentro mientras corría y el cielo empezó a llenarse de algún tipo de luz cegadora.

—¿Seven?—a Five le tiembla la voz.

Un grito me hace apretar la mandíbula.

Papá. Mamá.

Mis pies avanzan como si tuvieran vida propia y al oír el pitido me lancé con Five lo más lejos que pude. La luz lo llenó todo, como si una bomba nuclear hubiera explotado. Todo por un segundo deja de ser visible. Solo rayos de luces nos rodean y salimos volando hasta caer al suelo con brusquedad. Cubro a Five con mi cuerpo para protegerla y siento la tierra llenarlo todo.

Debo retener las lágrimas al sentir todo el dolor chocando contra mi espalda mientras Five se aferraba a mis hombros y ocultaba su rostro en mi cuello. Sus sollozos me dolían aún más.

No la solté, no la solté hasta que la tormenta no acabara. Ella no podía salir lastimada. No por los errores de los demás.

Mi cuerpo duele debido a la fuerza de la explosión y cuando todo se detuvo, mis ojos claros conectaron con la oscuridad de los de ellas. Y no lo soporté más, caí al suelo de espaldas y me retorcí sintiendo un gran ardor en mi columna. Levanto mis manos y las veo llenas de sangre. Five viene hacia mí y aunque veo todo borroso ella intenta ayudarme a ponerme de pie. Con ese tamañito en ella trató de levantar a un gran troll. No pude evitar esbozar una gran sonrisa entre tanto dolor y ella lloraba sin ver mi rostro.

—Tú puedes, Seven. Vamos, ponte de pie. Por favor....—ruega en voz baja conteniendo un sollozo e intentando recargarme en su hombro—no te rindas.

Me sentía ajeno a mis sentidos y solo era capaz de concentrarme en su dolor.

—Por favor....—su tono tan suplicante me hace hacer un mínimo esfuerzo.

Mis dedos se mueven hasta su rostro y ella me mira conteniendo el mar en sus ojos. Pone sus brazos bajo mis axilas e intenta ponerme de pie como puede.

—Tú puedes...—murmura y solo por ella, una vez en mi vida, no decidí rendirme tan rápido.

Logré tomar un poco de fuerza y me planté con mayor firmeza viendo en el cielo como la luz dejó de brillar y la atmósfera oscura volvió dejando que la lluvia siga con su trayecto natural.

Five me mira y me ayuda a caminar.

Vamos a donde antes estábamos y vemos como la lluvia moja la sangre a nuestros alrededores y los cuerpos empiezan a fusionarse tan sobrenaturalemente con las ramas y hojas de la naturaleza.

Un llanto desgarrador inunda mis oídos y Five acelera sus pasos con el corazón en la boca. Y de pronto, me detengo de golpe al presenciar lo peor. Five también lo hace y se lleva las manos a la boca para contener el dolor.

La llovizna cae sobre los cuerpos. Una sola persona está de rodillas en el suelo cubierta de sangre y con un cadáver entre las manos. Ella llora en voz baja y toca el rostro de la persona intentando hacerla reaccionar. Nos nota y se gira hacia nosotros con la culpa plantada en el rostro.

Avanzamos y caminar entre estos cuerpos me hace culparme también.

Veo a Chase en el suelo con los ojos blancos y mi pecho duele. Diviso a Ocho con el corazón abierto sentado contra un árbol. A mi madre con la boca abierta entre las rocas y la sangre descendiendo de forma lenta por su rostro. A Hera con su novio Alois juntos en un rincón, muertos. A Tyson sin la mitad de su cuerpo. Y en una esquina Rachel, quien era la única que respiraba, pero estaba inconsciente.

—Despierta, por favor...

En todo el centro, con el blanco cabello cubierto de sangre estaba Siete con el cadáver de mi padre tendido entre sus brazos. Lo intentaba ayudar. Ella lloraba. Y nos miraba sin saber que hacer.

—Lo intenté salvar. Lo juro....—solloza tan vulnerable que no parece la misma reina autoritaria que conocí.

Ella lo abraza y niega lentamente.

—Despierta, por favor. Humano Logan, dijimos que nos volveríamos a ver, que siempre nos volveríamos a encontrar. No me dejes....—su voz sale en un hilo.

Five tiene los ojos cristalizados y ambos miramos la escena con el corazón desgarrado.

—Tú fuiste mi libertad, Logan—los sollozos no la dejan hablar—por favor, despierta.

Apega sus frentes y el silencio de la lluvia es lo único que nos llena.

—Ni siquiera con este poder pude salvarnos, ¿Verdad?—murmura con los ojos cerrados—yo soy el monstruo.

Un reflejo me hace girar hacia Rachel y quedo petrificado al notar como sus dedos se mueven y sus ojos se abren a milímetros.

Miro a Siete que sostiene a mi padre rogando entre llantos y sin importarme el dolor que abarcaba mi cuerpo intenté ir por ella.

—¡Cuidado!—grité.

Pero fue muy tarde. Carajo. Fue muy tarde. ¿Por qué siempre llegaba tarde?

Los ojos grisáceos de Siete se abren como platos y me quedo congelado viendo el gran agujero que se abrió en su pecho, justo del lado de su corazón y a través de él se podía ver a mi hermana de rodillas con sangre cayendo de su nariz y las manos alzadas.

—Siento no haber sido una buena madre, Five....—musita viendo fijamente a su hija, quien niega muchas veces y trata de ir por ella.

Pero Siete ya había muerto, y lo supe desde que papá contó su historia, Siete había muerto desde hace años. Su interior ya no tenía brillo, ya le habían arrebatado todo.

Five corre hasta su madre y veo a mi hermana, quien permanece inmutable en esa misma posición. Abre un poco sus labios y con lágrimas en los ojos habla.

—Yo los maté.... Los maté a todos....—su cuerpo parecía negrura pura.

Su boca temblaba al igual que sus manos estáticas.

—Sev, matame.... Matame antes de que yo los mate a ustedes—pidió sin ser capaz de verme.

Estaba a su lado sintiendo un montón de emociones dentro de mi cuerpo.

—Estás loca, no haré algo así. Ya lo perdí todo—susurre poniéndome a su lado.

—La tienes a ella....—se refiere a Five—y matame antes de que de verdad pierdas a tu mundo.

Sus palabras fueron como una avalancha de sentimientos para mi interior.

—Deja de ser un mal hermano y cumple con uno de los deseos de tu hermana....—pide pequeñita y algo se desliza en el suelo creando un extraño chirrido.

Como el de un metal arrastrándose, bajo el rostro al encontrar un cuchillo cerca de mis pies.

—Hazlo.

Miré el filo y luego a ella. Rachel era mi hermanita, yo no podía matarla, yo nunca le haría eso.

—Por favor....—suplica con dolor—destruyeme tú, pero no dejes que lo hagan ellos.

Diviso el cuchillo y lo tomo con las manos temblorosas. Ella ni siquiera me mira, solo cierra los ojos esperando por su paz. La lluvia cae llenando el denso silencio y con mucho cuidado acabo con su vida. Rachel no muestra dolor, pero si debilidad física. Deja de apoyarse en sus rodillas y cae de espaldas. La sostengo antes de que se golpee y esbozo una triste sonrisa en mi rostro.

—Eres un gran hermano, Sev. Disculpa por no habértelo dicho antes—con su manita acaricia mi rostro—te quiero, hermano.

Las lágrimas llenaron mis ojos y apreté mis labios sintiendo la impotencia correr por mi cuerpo.

—Yo también te quiero, mocosa—afirmé atrayéndola a mi pecho.

No la quiero verse ir. No quiero.

Tardé minutos así con ella, en silencio, con mi hermana, con mi otra mitad, con mi pequeña y mi insoportable Rachel.

En el momento en que su corazón se detuvo. El mío cambió para siempre.

Vi sus ojos cerrados al separarnos y recosté su cabeza entre las hojas dándole un beso en la frente. La contemplé un rato más y al oír a Five sollozando a mis espaldas la dejé ir.

Pasé junto a mamá y cerré sus ojos agradeciendo por todo lo que hizo. Por haber sido mi motor, mi razón de seguir, mi apoyo moral y mi compañera.

Me acerco a Five y veo a papá a su lado mientras ella tiene a su madre entre sus brazos.

Detallo a mi padre y me pregunto si finalmente podrá descansar. Amaba a mi padre sin importar los desacuerdos, las peleas y los secretos. Porque sé que al final, él siempre estaba para mí. Me arrepiento de no haber estado más tiempo con él, de haberlo evitado durante tantos años. Estaba enojado solo por orgullo y nunca le di una oportunidad. Y ahora que me arrepiento, él ya no volverá. Nunca sabemos en que abrazo nos estamos despidiendo.

Veo la espalda de Five y la abrazo desde atrás dejando que el dolor nos inunda a ambos. Lo habíamos perdido todo. Ya no teníamos nada. Ya no quedaba nadie, solo éramos ella y yo.

La vida se convirtió en un eterno carrusel para nosotros en el que donde pasamos de estar en la cima hasta caer abajo.

—Sabes que cuando los pensamientos suicidas vuelven, estás completamente jodido, ¿Verdad, Seven?—inquirio viendo el rostro pálido de su madre.

Aguardo en silencio y ella se pone de pie negando muchas veces y gritando con desesperación al ver tantos cadáveres.

Me dolía verla así, tan herida. Todo estaba perdido. Solo la lluvia y nosotros dos, la sangre y los cadáveres, y la soledad sin la felicidad.

—Ahora entiendo porque siempre me decía que fuera fuerte. Sabía de la fuerza que necesitaría para cuando ya no estuviera—me mira completamente rota y se lleva las manos al rostro.

—Five....—camino hasta ella.

—Lo perdimos, Seven... Lo perdimos absolutamente todo.

La abrazo y su respiración entrecortada golpea mi cuello.

—Si tan solo pudiera regresar el tiempo atrás—desea en voz baja.

Y ese mínimo deseo, que llegó desde el fondo de su corazón, fue lo único que se necesitó par cambiarlo todo. Completamente todo.

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