22

—Jimin aún estás a tiempo. —le dijo Yoongi.

—Yoongi. —dijo Jimin. —¿En verdad piensas irte?

—Sí. —hablo. —no pienso seguir siendo el segundo.

—Yoongi no digas eso. —hablo Jimin. —Sabes que las circunstancias provocaron esto.

—Las circunstancias no tienen nada que ver, Jimin. —respondió Yoongi con frialdad, desviando la mirada hacia la ventana.

La luz de la luna iluminaba su perfil, haciéndolo parecer aún más distante.

—Entonces, ¿Qué es? —insistió Jimin, dando un paso hacia él, su voz temblaba, llena de desesperación. —¿Qué es lo que realmente te hace irte?

—Tú. —contestó Yoongi sin rodeos, mirándolo finalmente, sus ojos oscuros estaban cargados de emociones reprimidas. —Tú y tu incapacidad de decidir, me cansé de esperar algo que nunca va a llegar.

—Yoongi, no digas eso. —Jimin sintió que el suelo se tambaleaba bajo sus pies. —Tú… tú eres importante para mí.

—¿Importante? —Yoongi dejó escapar una risa amarga. —No soy más que tu refugio cuando no tienes a nadie más, siempre he sido el segundo, Jimin y no estoy dispuesto a seguir viviendo así.

—¡Eso no es cierto! —gritó Jimin, intentando acercarse más, pero Yoongi dio un paso atrás. —Yoongi, por favor…

—No sigas, Jimin. —lo interrumpió Yoongi, levantando una mano para detenerlo. —Si realmente me importara, no estaría aquí suplicándote que lo veas, ya lo había sentido en tu mirada, en tus actos, pero no está ahí, ¿Verdad?

El silencio cayó como un golpe entre ellos. Jimin no sabía qué responder. Y Yoongi, cansado de esperar una respuesta que nunca llegaría, tomó su chaqueta y se dirigió a la puerta.

—Adiós, Jimin. —dijo antes de desaparecer, dejando atrás un vacío imposible de llenar.

Jimin se quedó ahí, paralizado, sintiendo cómo el frío de la ausencia de Yoongi comenzaba a envolverlo. Jimin negó y corrió tras él al llegar lo encontró cargando a Rose, los detuvo.

—Lo siento tanto Yoongi. —hablo Jimin.

Yoongi lo vio por un momento y vio como Jimin se acercaba a él y cargaba a Rose con cuidado.

—Pero no puedo dejarte ir. —Le susurró.

Yoongi cayó al suelo tras ser inducido a un sueño profundo, unos soldados de Jimin se acercaron y lo levantaron.

—Estará en confinamiento. —ordenó. —no saldrá y no hablará con nadie hasta nueva orden.

Los ZET asintieron y se llevaron al pálido a una habitación para encerrarlo ahí hasta que hubiera nuevas órdenes, Jimin vio a su hija y sonrió.

—Papá Yoongi no está pensando correctamente. —le dijo. —Descuida cariño muy pronto lo haré entrar en razón.

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