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Yoongi sonrió, pero no alcanzó a llegar a sus ojos. En su interior, luchaba con sentimientos contradictorios. A pesar de su deseo de ser parte de ese momento, se sentía como si estuviera perdiendo a Jimin, el hombre al que había amado tanto.

—Lo sé. —Yoongi se dio la vuelta, sintiendo que el aire se volvía más denso a su alrededor. —Solo necesito un momento para pensar.

Jimin lo siguió con la mirada, una preocupación creciente apoderándose de él.

—Yoongi, espera… —llamó, Jimin era demasiado tarde; Yoongi ya había salido, cerrando la puerta tras él.

Agust miró a Jimin, notando su expresión preocupada.

—¿Crees que esté bien? —preguntó Jimin, sintiendo que el ambiente se volvía más pesado.

—Creo que necesita tiempo. —respondió Agust, aunque un nudo se formaba en su estómago.

Sabía que la relación entre ellos tres no sería fácil. Ambos se quedaron en silencio, la risa y la intimidad que compartían antes se desvanecieron, dejando en su lugar una inquietud palpable. La realidad de la situación comenzaba a asentarse, y la complejidad de su triángulo emocional comenzaba a hacerse evidente.

Jimin salió de la habitación, encontrando a Yoongi apoyado contra la pared del pasillo, con una expresión distante. El corazón de Jimin latía rápidamente mientras se acercaba.

—Yoongi, espera. —lo llamó, poniendo una mano suavemente en su brazo. —¿Qué está pasando?

Yoongi desvió la mirada, sintiendo una mezcla de frustración y tristeza.

—No me agrada Agust. —respondió, la voz tensa, casi un susurro.

Jimin sintió como si el aire se le escapara de los pulmones.

—¿Por qué? —preguntó, intentando mantener la calma. —Agust es una buena persona y quiere lo mejor para nosotros.

—¿Para nosotros? —replicó Yoongi, su tono cargado de incredulidad. —Él no es yo, él no es el original. —lo vio. —Eres tú quien se ha convertido en su mundo, Jimin y no puedo evitar sentir que estoy perdiendo a mi pareja.

Jimin frunció el ceño, sintiendo una punzada de dolor por las palabras de Yoongi.

—No se trata de eso. —dijo, firme. —Agust y yo estamos construyendo algo juntos, él es parte de nuestra vida ahora.

—Pero no debería ser así. —insistió Yoongi, la frustración resbalando por su voz. —Siempre has sido mío, Jimin, nunca quise que alguien interfiriera entre nosotros.

Jimin sintió su corazón desgarrarse ante la emoción de Yoongi. Sabía que su relación era compleja, pero no quería que la llegada de Agust arruinara lo que ellos habían compartido.

—No estoy reemplazándote. —Jimin tomó una respiración profunda, tratando de calmar la situación. —Agust es diferente, él no es una amenaza para ti. Solo… solo intenta ser parte de esto.

—¿Parte de qué? —interrumpió Yoongi, su voz más aguda.  —¿De ser el padre de tu hijo con él?