El camino de Mickey ^_^
Holis~
-¿Ink?- Mickey camino lentamente, mirando a su alrededor y buscando con los ojos a su amiga pero sin verla. Respiro profundo. -¡¿INK?!- su voz resonó pero no recibió respuesta. Subió con algo de dificultad una pequeña colina y suspiro, dejándose caer de sentón. Había caminado hasta llegar a una zona casi sin arboles, solo con la pequeña colina y un pequeño pilar de color blanco. Lo miro con curiosidad, gateando hasta el y alzando una mano para tocarlo.
-No deberías tocar lo que no es tuyo, ¿sabes?- Mickey se sobresalto, llevando las manos al pecho y viendo fijamente a quien le hablaba. Sentada en una nube en el aire y de piernas cruzadas estaba lo que parecía ser una mujer de piel rosada y cabello castaño oscuro corto, vestida con un vestido rojo, zapatos rojos del mismo color, guantes blancos y pulseras doradas. Ella lo miraba con seriedad, cruzándose de brazos.
-L-Lo siento...- bajo la vista, sus ojos brillando con las lagrimas que querían salir. -...y-yo no quería...-
-Oye, oye. Tranquilo pequeño...- la nube descendió lentamente, la mujer bajando de ella y acercándose unos pasos al ratón, arrodillándose a su lado. La nube abandonada desapareciendo en un "Poof". -No llores, ¿quieres?-
-E-Está b-bien- murmuro sin levantar la vista, escuchando como ella dejaba escapar un suspiro.
-Mi nombre es Hilda Berg- el pequeño levanto la vista, mirándola con curiosidad. Parpadeo al ver como ella le extendía la mano, mirándolo en silencio.
-S-Soy Mickey...- puso su mano sobre la ajena, viendo con atención como los dedos de la chica rodeaban su manito.
-¿Y qué haces aquí solo?- pregunto con suavidad. -¿No deberías estar en casa y con tu familia?-
-Yo...perdí a mi amiga y no puedo irme sin ella- murmuro, para después mirar a la chica con atención. -¿No has visto una coneja de mi tamaño y con orejas muy largas?-
-Lo siento niño pero no la vi- negó ella, viendo como el ratón suspiraba con tristeza. -Quizás pueda estar en la siguiente isla-
-¿Siguiente isla?- la miro con curiosidad.
-¡Claro!- ella sonrío. -Hay tres islas más allá, solo debes cruzar los puentes-
-Oh...- murmuro. -¿Puedes...guiarme hasta el puente?- preguntó con ojos brillantes.
-Puedo hacer algo mejor...- ella rio, alzándolo y levantándose. -...¡puedo llevarte!- chasque los dedos y una nube apareció a su lado, una sonrisa dibujándose en el rostro de Hilda al ver los ojos del pequeño iluminarse con emoción. Se subió, sentando al ratón en su regazo y empezando a volar, la risa del más pequeño era lo único que se escuchaba entre ambos. -Y aquí estamos~- se detuvieron al llegar a una zona sin arboles, con el puente a la vista. Se bajo de un salto, arrodillándose y dejando al pequeño en el suelo. -Por desgracias, no puedo acompañarte- hizo una mueca.
-No hay problema- Mickey le sonrío. -Ya me ayudaste lo suficiente Hilda- saltó, rodeando con sus pequeños brazos el cuello ajeno y dándole un abrazo. -¡Muchas gracias~!-
-No tienes que agradecerme...- murmuro, correspondiendo el gesto lentamente. Mickey la soltó y le sonrío, empezando a correr hacia el puente pero deteniéndose antes de subirse. Se volteo hacia ella y le sonrío enormemente.
-¡Adiós Hilda, cuídate!- se despidió con un además de mano, dándose vuelta y empezando a correr nuevamente.
-Adiós niño...- ella sonrío ligeramente, viéndolo alegarse.
... ... ... ...
-Wow...- miro a su alrededor, sonriendo al ver lo que parecía ser un parque de diversiones. Camino hasta la montaña rusa, mirándola con curiosidad.
-¡Hola pequeño~!- Mickey vio con asombro al personaje que saltaba de lo alto del juego, aterrizando perfectamente a su lado. Él era lo que parecía ser un payaso alto, con un traje de payaso rojo y azul, así como un collar que tiene triángulos azules y rojos en los lados con la parte superior del collar siendo gris. Su cara tenia pintura roja y gris, así como un pequeño sombrero de copa negro.
-Hola- le sonrío. -Soy Mickey-
-Beppi the Clown, a tu servicio- hizo una exagerada reverencia, guiñándole un ojo y sacándose por un momento su pequeño sombrero. -Y dime pequeño, ¿Qué te trae a nuestras tierras?- le sonrío enormemente, sacando unas pequeñas pelotas amarillas de su espalda y empezando a hacer malabares.
-Estoy buscando a alguien- rio. -¿Has visto a una coneja de mi altura?-
-Nop~- soltó las pelotas, dejándolas caer al suelo. -¡Pero sé de alguien que todo lo sabe!- alzo al pequeño, sacándole un chillido de sorpresa. Lo sentó en sus hombros, caminando hacia lo que parecía ser una pequeña pirámide con plantas falsas a los lado de la puerta y arena en la entrada. Entro como si nada, los ojos de Mickey recorriendo la decoración egipcia que tenia el lugar. -¡Ho Djimmi~!- canturreo con diversión.
-¡Beppi, mi amigo!- un ser flotante aparecía de la nada. Sentado en el aire y de piernas cruzadas estaba un musculoso genio color naranja rojizo, con una gran sonrisa y sosteniendo una pipa marrón con los dientes. Vestía con un chaleco turquesa, con pantalones celestes, brazaletes color crema y negro, junto a turbante cobre su cabeza con una gema roja y una gran pluma blanca en él. -¡Veo que trajiste compañía!- hablo al ver al ratón que lo miraba con atención.
-¡Por supuesto!- el payaso quito al pequeño de sus hombros, extendiéndolo frente y sonriéndole enormemente al genio. -¡El pequeño quiere hacerte una pregunta!-
-Una pregunta, ¿eh?- el genio rio. -¿Qué puedo contestar yo, Djimmi The Great, por ti hoy pequeño?-
-Bueno...- Mickey se removió nervioso y algo incomodo de ser sostenido en el aire por debajo de sus brazos. -Estoy...buscando a mi amiga, es una coneja de mi tamaño y de orejas largas ¿La han visto?-
-¿Coneja?- Djimmi quedo pensativo, sacando la pipa de su boca y dejándola flotar a su lado. -¡Ya recordé!- sonrío. -La vi hace un rato hablando con Grim y la Baroness pero ya se fue a la siguiente isla-
-Oh...- murmuro. -Muchas gracias- le sonrío al genio.
-¡No es problema!- rio el genio, chasqueando los dedos. Mickey parpadeo con sorpresa al ver que ya no estaban dentro de la pirámide, si no que estaban parados frente al puente. El payaso lo dejo en el suelo, sacando un globo rojo de su espalda e inflándolo, atándolo rápidamente a una cuerda.
-¡Un regalo para nuestro pequeño visitante~!- lo ató a la muñeca de Mickey, quien sonrío al verlo.
-¡Muchas gracias!- empezó a caminar hacia el puente.
-¡De nada pequeño!- rio Beppi.
-¡Adiós!- se despidió Mickey, sonriéndoles.
-¡Suerte en tus búsqueda!- hablo el genio, viéndolo cruzar el puente con saltitos. Djimmi bufo al sentir como el payaso se subía a su espalda mientras reía. El genio rodó los ojos pero no lo alejo, simplemente empezó a flotar de vuelta a su pirámide con el payaso colgado en su espalda.
... ... ... ...
Mickey camino despacio, subiendo lentamente una escalera y mirando con atención un pequeño lugar con la palabra "Teatro" escrito en grande. Se acerco con cautela, abriendo la puerta y entrando, caminando por el pasillo en medio de las sillas y acercándose al escenario.
-¿Hola?- hablo y de la nada, las luces del escenario se prendieron y dejaron ver a alguien parado ahí. Era una mujer de cabello rubio con tres caladas que están atadas con tres cintas para el pelo y piel bronceada con brazos y piernas largas. Ella tenia guantes blancos, un collar de perlas, aretes de color rosa y un vestido turquesa y botas.
-¡Oh, hola niño!- ella le sonrío. -Mi nombre es Sally Stageplay y me gustaría saber, ¿Qué te trae a mi hermoso teatro?-
-Yo soy Mickey y estoy buscando a una coneja de orejas largas- le sonrío. -¿La ha visto?-
-Lo siento pero mi respuesta es no joven Mickey...- se bajo de un salto de escenario, sonriéndole. -...pero creo que se de alguien que puede ayudarte-
-¿En serio? ¡Eso seria genial!- alzo los brazos con emoción y ojos brillantes. Ella rio, alzándolo y empezando a caminar, cerrando la puerta del teatro tras ella.
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