Capítulo 24 | Libertad

Matthew Walker

10:07 pm ~ LUN 23/11/2037 ~ Brentwood Heights.

Estábamos viajando a toda velocidad a través del Boulevard W. Sunset, ya faltaba muy poco para llegar a casa de Clemence, nos faltaban unas cuantas calles por recorrer. Freedom de Beyoncé, estaba sonando a todo volumen gracias al reproductor de música que Alessia se había encargado de encender.

Al transcurrir menos de cinco minutos, ya estábamos estacionándonos justo en frente de la casa de Clemence, la cual era gigante, toda una señorial mansión. Procedimos a bajar del carro y nos quedamos parados justo en frente de la reja que separaba la acera de la casa de Clemence, la cual tenía un patio muy grande, decorado con fuentes, estatuas, árboles y diversas plantas exóticas.

—Vaya, tu casa es... —Maxim hizo una pausa— Genial.

—Esperen aquí, voy a buscar las llaves —dijo Clemence.

Ella trepó la reja y pasó al otro lado como si nada, probablemente ya había hecho eso antes. Clemence avanzó por el camino de tierra que llevaba hasta la entrada de la casa, se subió a un árbol bastante grande que estaba cerca de una de las ventanas, llegó hasta el punto más cercano de la ventana. Finalmente, ella saltó hacia la ventana, la cual afortunadamente no tenía el seguro puesto. Probablemente siempre la tenía así.

Clemence salió por la puerta principal de la casa, luego de unos segundos, ella tenía las llaves en sus manos. Llegó hacia nosotros y nos abrió la puerta de rejas para que entráramos. Decidimos dejar los autos afuera, en caso de que tuviésemos que escapar rápidamente.

La casa era tan hermosa y lujosa por dentro como lo era por fuera, estaba muy bien decorada, y la distribución era bastante original. Las paredes estaban pintadas con colores cálidos y claros, contrastando perfectamente con el suelo hecho de baldosas oscuras. En la sala principal, había una chimenea moderna, con un juego de muebles alrededor. Decidimos sentarnos a hablar allí, mientras Nick terminaba de hacer sus cosas de "hacker".

—¿Tienen hambre, o acaso soy la única hambrienta? —preguntó Clemence desde la cocina, la cual estaba cerca de la sala. La casa era bastante abierta por lo que podíamos escucharla perfectamente; debido a que la sala, el comedor y la cocina no tenían paredes que las delimitasen, creando una especie de ilusión que hacía que la casa pareciese incluso más grande de lo que ya era por dentro. Había algunas columnas distribuidas en la estancia, imagino que eran el principal soporte de la estructura.

—Yo también tengo algo de hambre —dije.

—Yo podría pasar todo el día comiendo, así que también —dijo Chris sonriendo.

—Concuerdo con Chris —dijo Mackenzie.

Al final decidimos que todos deberíamos comer, así que Clemence decidió preparar una gran cena, Christina y Mia se ofrecieron a ayudarla, el resto nos quedamos en la sala de estar. Nick estaba totalmente enfocado y concentrado en la portátil que el modificó, mientras nosotros hablábamos de distintas cosas, esperando mientras que la comida —la cual olía demasiado bien— estuviese lista. Pocos minutos más tarde ya estábamos todos sentados alrededor de la mesa del comedor, la cual era muy grande. Todos nos sentamos en ella y aun así sobraban asientos.

La comida estaba muy deliciosa, así que todos felicitamos a Clemence y las chicas por tan deliciosa cena.

La hora de la comida terminó y todos ayudamos a recoger, llevando todo hacia la cocina. Alessia y yo lavamos los platos mientras Nick continuaba con el asunto de quitarnos los rastreadores. Poco después volvimos a la chimenea y continuamos conversando.

—O sea que, además de ser asesina a sueldo... ¿También eres una chef profesional? —dijo Sarah con una sonrisa pícara en su rostro.

—¿Sabes algo? —Clemence sonrió— Cuando vivas sola, y tengas tiempo libre, deberías hacer algo productivo —dijo Clemence con una mirada retadora.

—Bien, tú ganas —dijo Sarah, levantando ambas manos en señal de rendición.

—Pero tienes que admitir que eres toda una "Sicaria" —dijo Jessica.

—Si sabes que se dice "Sicario", ¿verdad? —dijo Chris.

Con esas frases no pude evitar acordarme de ellos...

Lukas.

Albert.

La felicidad se esfumó de mi rostro en un instante, como si nunca hubiese estado allí.

«Tenemos que hallar una forma de sacarlos de allí»

Tenemos que acabar con esos psicópatas, podrían estar haciéndole lo mismo que hicieron con nosotros a otras personas. Definitivamente teníamos que detener a estas personas a como diese lugar.

«Lo que ninguno de nosotros sabría en ese momento, era que para ese entonces. Marcus Collins ya se encontraba experimentando con más personas»

—Nick, ¿cómo vas con lo de los brazaletes? —pregunté, cambiando totalmente el tema de conversación, tratando de olvidar el hecho de que Lukas y Albert seguían allá, encerrados.

—Ya casi termino... —dijo Nick— De hecho, ya logré desactivar los rastreadores, ahora sólo tengo que... —dijo Nick, mientras escribía varios comandos en la terminal de la laptop— Listo, terminé... —dijo, presionó la tecla enter y nuestros brazaletes se abrieron, al instante. Finalmente logramos sacarlos de nuestros brazos— Ya son libres.

—Gracias Nick, te debo una —dije.

—No hay de qué, Matt... —dijo Nick— ¿Sabes? Yo no quisiera tener eternamente un rastreador que le indique mi localización a una organización comandada por psicópatas, considéralo un simple favor.

—Oh, vamos... ¿Un simple favor? ¡Acabas de salvar nuestras vidas!

—Matthew tiene toda la razón —añadió Alessia.

—Chicos... Se me acaba de ocurrir una idea un tanto descabellada —dijo Mackenzie.

—Soy todo oídos —dije.

—Tengo un plan, de hecho, pero... —Mackenzie hizo una pausa— Necesitaríamos otro vehículo para que funcione —comenzó explicando Mackenzie—. También necesito que vuelvas a activar los rastreadores, Nick.

—¡¿Estás demente?! —dijo Christina— Si activamos esos rastreadores, los psicópatas llegarán aquí al instante.

—Probablemente, pero tengo un plan que no puede fallar —dijo Mack.

—Bueno, el vehículo no será un problema... Sé dónde podremos conseguir vehículos —dijo Clemence, quien se levantó del asiento, y comenzó a caminar—, vamos al garaje.

Nosotros nos quedamos sentados, expectantes.

—¿Se van a quedar allí toda la noche? ¿O piensan venir? —dijo Clemence.

—¡Ya vamos! —dijo Sarah.

Entonces, todos juntos comenzamos a caminar directo hacia el garaje, el cual estaba del lado derecho de la casa, según Clemence nos había comentado. Atravesamos la sala, hasta llegar a una puerta que contenía unas escaleras para bajar. Llevaba al sótano del lugar.

—Probablemente tienes como treinta vehículos en el garaje —dijo Mia.

—Caaasi adivinas —dijo Clemence.

—Wow.

Y así, en pocos segundos, nos encontrábamos atravesando la puerta que llevaba al garaje de Clemence. Estoy seguro de que todos pusimos expresiones de asombro al ver la increíble colección de carros de la familia de Clemence. Tenían carros de distintas marcas, modelos y años de fabricación. Probablemente eran modelos altamente valorados en el mercado.

—Son treinta y dos carros, de distintas marcas, modelos y años. Es una especie de legado familiar que ha pasado de generación en generación... —explicó Clemence brevemente, restándole importancia al asunto— Además de la colección, hay otros autos que podremos usar sin problema.

—Bueno... ¿Cuál nos llevaremos para mi plan? —preguntó Mack.

—¿No crees que deberías explicarnos el plan? —pregunté.

—Concuerdo totalmente con Matt —dijo Clemence.

—Bueno, se me ocurrió que dejásemos los rastreadores activados en el carro, mientras Nick, con sus poderes de hacker, lo conduce con un control remoto o algo así... No sé si eso será posible, pero la idea es llevarlo hasta un lugar bastante lejos de aquí, así podremos despistar a los psicópatas, lo cual nos dará bastante tiempo para escapar.

—Manos a la obra —dijo Clemence.

Procedimos a sacar el vehículo que íbamos a usar del garaje, era un vehículo mediano. Mientras, Nick se preparaba para configurar el auto y los rastreadores. Barbara llevó los rastreadores al carro, mientras Jessica hacía muñecos señuelo con almohadas y peluches de Clemence. Pocos minutos después ya se encontraba todo listo para ejecutar el plan.

Dejamos el carro estacionado a varias manzanas de aquí, y también escondimos los vehículos que habíamos usado para llegar hasta aquí. Nos escondimos en casa de Clemence, era cuestión de esperar a que vinieran los psicópatas a perseguir al vehículo señuelo, luego nosotros escaparíamos en la dirección contraria.

Pasó alrededor de una hora, mientras esperábamos, alertas. Ellos probablemente pensarán que a estas horas de la noche debíamos estar descansando o algo por el estilo. Entonces Barbara nos dio el aviso final.

—Ya están aquí.

Pudimos observar por las ventanas cómo los vehículos avanzaban a toda velocidad a través de la calle, en dirección hacia el vehículo señuelo. Nick comenzó a conducir remotamente el vehículo muy lejos de aquí, lo cual era posible mediante el asistente automático que poseía el vehículo. Mientras, Mackenzie y yo comenzamos a sacar los autos del garaje, para irnos lejos de aquí cuánto antes.

—El plan salió a la perfección, se tragaron totalmente lo del vehículo señuelo —dijo Clemence, quien estaba observando en la laptop de Nick como los psicópatas perseguían al señuelo a toda velocidad.

—Obviamente que iba a salir a la perfección —bromeó Mackenzie mientras hacía lo que los chicos y yo solíamos llamar una "pose diva".

—Mackenzie Hilliker al rescate —dijo Chris negando con la cabeza, mientras sonreía y volteaba los ojos.

—Oigan —dijo Jessica— ¿A dónde iremos exactamente?

—Cierto, con todo este asunto del plan ni siquiera pensamos a donde ir —dijo Maxim.

—Tal vez podríamos ir a San Francisco, allí está la casa de mis padres —dijo Clemence.

—Es una buena idea... —dijo Alessia— Mi hermano también vive en San Francisco.

—De todas formas, con el mundo en esta situación, no creo que encontrar un hotel en el que dormir sea un problema —dijo Christina.

—Creo que está decidido, iremos para allá —dijo Mia.

—Creo que se están olvidando de Albert y Lukas, ellos siguen atrapados y están experimentando con ellos... —dije.

—Pero... —Mackenzie hizo una pausa— ¿Qué podemos hacer nosotros, solos, contra una organización entera que, además cuenta con un gran poder militar?

—Tengo una idea al respecto —dijo Nick.

—Te escuchamos —dijo Clemence.

—Verán, le instalé al vehículo señuelo, un mecanismo para emitir una frecuencia de sonido medianamente letal, que, en teoría, dejará aturdidos a los psicópatas por varios minutos... —comenzó Nick a explicar— De esa forma podríam...

—Sacarles algo de información sin problema, justo antes de irnos a San Francisco, perfecto —continuó Clemence.

—Me gusta tu plan —dije.

—Bien, activaré el mecanismo entonces —dijo Nick.

Todos estábamos observando como Nick activaba ese mecanismo al introducir una serie de comandos en su laptop mejorada, y entonces, en el radar pudimos observar cómo los vehículos de los psicópatas se detuvieron lentamente.

Nick pasó las coordenadas de los psicópatas a los GPS de nuestros autos, y entonces comenzamos a avanzar a toda velocidad hacia allá.

El punto rojo en el GPS estaba justo en medio del Boulevard Sunset, cerca del Centro de Recreación Barrington.

Finalmente era hora de buscar algunas respuestas.

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