Capítulo 22 | Persecución (Parte 2)

7:01 pm ~ LUN 23/11/2037 ~Westwood.

Nos encontrábamos atravesando la Av. Veteran, ya estábamos súper cerca de mi casa. Fueron bastantes minutos de viaje, durante los cuáles estuvimos cantando y escuchando música, fue bastante agradable y nos hizo alejarnos de la realidad, aunque fuese sólo por un momento. Pero, finalmente ya estábamos llegando a nuestra primera parada: Mi hogar.

Observé la señalización de tránsito, en la cual se podía leer «Ophir Dr», crucé hacia esa calle, con Mackenzie siguiéndome justo detrás. Entonces, segundos después cruzamos a la derecha, adentrándonos en la Avenida Kelton, y allí estaba mi casa, bastante cerca de la esquina de esa manzana.

Estacionamos los carros justo al frente de mi casa, y luego comenzamos a bajarnos. Afortunadamente la reja que separa al patio de la acera tenía la puerta abierta, por lo que entramos fácilmente. Instintivamente llevé las manos a mi bolsillo para buscar las llaves de la puerta de mi casa y fue entonces cuando caí en la realidad.

«No tienes las llaves, genio»

Allá en el experimento nos quitaron todas nuestras cosas, casi lo olvidaba. Luego, fue cuando lo recordé y comencé a agradecer mentalmente a mi madre: Las llaves de repuesto.

Revisé debajo de la alfombra que se encontraba delante de la puerta, pero no había nada. Revisé debajo de las macetas, una por una, hasta que al fin la encontré, debajo de una maceta de peonías.

Con las llaves en mis manos, me dirigí a la puerta e introduje la llave magnética en la cerradura, y sonó el típico "clic". Iba a invitar a mis amigos a entrar, pero Mackenzie se me adelantó, me empujó a un lado y paso como si esta fuese su casa de toda la vida, Barbara y Jessica la seguían.

Yo no pude evitar sonreír.

Hay algunas cosas que nunca cambian. Típico. Ellas me miraban divertidas, con unas sonrisas en sus rostros.

—Pasen, siéntanse como en casa —invité al resto de mis amigos a entrar.

Mack, Barbara y Jessy, habían comenzado a encender las luces, por lo que no tuve que encenderlas luego de que todos entrásemos. Era una noche bastante fría, así que Nick y Alessia estaban encendiendo la fogata eléctrica, mientras tenían lo que parecía ser una muy agradable conversación. Chris estaba hablando con Clemence y Sarah en el mueble que está al lado de la chimenea, Christina estaba junto a Mía, Jessica y Barb, estaba sentadas en el otro mueble; Mackenzie y yo buscábamos el telefonito por toda la casa.

No sé como pero el tan esperado teléfono estuvo todo el tiempo en mi habitación, uno de los pocos lugares que nos faltaba por revisar. Ya con el teléfono a la mano y varios abrigos para todos, decidimos irnos, no sin antes recoger algunas provisiones, principalmente un poco de comida y agua, entre todos procedimos a guardar rápidamente las cosas en el maletero de los vehículos.

Entonces, comenzamos a subirnos nuevamente en los autos, estábamos casi exactamente igual que la vez anterior, sólo que esta vez Clemence iba conduciendo, y yo en el asiento del copiloto, donde ella estaba antes. Rodeamos la manzana, y retomamos nuestro camino a través de la Avenida Veteran, dejando atrás la urbanización en donde se encontraba mi hogar.

El tiempo parecía pasar más lento que nunca, los minutos parecían horas...

«Bueno, tal vez estoy exagerando un poco»

El punto es que parecía que nunca llegaríamos al centro comercial. La carretera estaba totalmente desolada, no había ni una mísera alma viviente por ninguna parte, hecho que me reconfortaba de una extraña forma.

Llegamos a la intersección que está justo al lado del Parque Westwood, observé el letrero que decía «Wilkins Av.» Clemence cruzó por la intersección y, segundos después cruzó hacia la derecha, adentrándose por el Boulevard Westwood. El vehículo continuó avanzando durante un par de minutos, mientras observaba los edificios por la ventana, hasta que llegamos la siguiente intersección. Observé el letrero verde, y leí las letras blancas: «Santa Monica Blvd». Estamos cerca.

Clemence condujo menos de un minuto y finalmente llegamos al centro comercial. Entramos al estacionamiento y dejamos los vehículos allí, luego comenzamos a caminar hacia las escaleras eléctricas que llevaban hacia la sala principal del estacionamiento.

—Estas escaleras me recuerdan al día del incidente —comentó Jessica.

—Te comprendo, a mí también —dijo Nick.

—¿A qué se refieren? —pregunté, algo curioso.

—Al día de la niebla verde —respondió Chris con un tono ligeramente sombrío.

—Ese día estábamos todos, menos Chris en un centro comercial allá en Pacific Palisades... —comenzó a explicar Nick— Entonces comenzó el caos, de la nada salió aquella niebla y por alguna razón, la gente huía de ella como si no hubiese un mañana.

—Poco después de eso me encontraron a mí, yo estaba corriendo por la calle, subí a su auto y Mack nos llevó a su casa —continuó Chris.

—Luego nos encerramos en el sótano, y bueno... —dijo Barbara— Ya saben el resto.

Mientras hablábamos, llegamos hasta la zona principal del lugar, había tiendas por todas partes, y una gran cascada de agua en el centro del lugar. Continuamos caminando por allí, hasta que Alessia se detuvo abruptamente, como iba detrás de ella, choqué con ella, empujándola levemente. Los demás se detuvieron también.

—¿Qué se supone que estamos buscando? —preguntó Alessia.

—Tenemos que ir a unas tiendas específicas, donde debería encontrar todo lo que necesito —dijo Nick.

—¿Para qué? —preguntó Mia.

—¿Cómo que para qué? —preguntó Nick un poco confundido.

—Mia intenta expresar que quiere saber para qué necesitas las cosas —dijo Christina.

—Gracias —dijo Mia, riéndose.

—Ah, eso... —Nick hizo una pausa— Para quitarles sus brazaletes rastreadores —explicó Nick—, así no tendremos que estar siempre huyendo.

Continuamos caminando un poco, hasta que Nick se detuvo en una tienda. Estaba cerrada, así que Clemence fue a forzar la cerradura, cosa que no le tomaría mucho tiempo. Tardó unos cuántos segundos hasta que logró abrir la puerta, Nick entró y todos lo seguimos. La tienda era bastante amplia, y estaba muy oscura. Sarah y Christina encendieron las luces del lugar. Nick estuvo buscando varias cosas durante un rato, nosotros también aprovechamos y nos abastecimos con todo lo que pudiese servirnos. Alessia, Christina, Clemence, Sarah y Mia, agarraron teléfonos, debido a que sus anteriores teléfonos habían sido robados por aquellos psicópatas que experimentaron con nosotros. Yo agarré varios pares de walkie-talkies y cargadores portátiles, en caso de que los llegásemos a necesitar. Chris agarró varias baterías solares y un cargador portátil. Jessica agarró un envase térmico de color morado y Barbara agarró uno verde, por lo que luego todos decidimos que era buena idea llevar uno, así que yo escogí uno azul. Nick regresó con un bolso negro lleno de un montón de componentes extraños cuya funcionalidad no tenía bien en claro. Reconocí una laptop, y muchos cables y otras cosas electrónicas. Además de un teléfono desarmado.

—Me faltaron algunas cosas así que tendremos que seguir buscando —dijo Nick.

—Bueno, vamos por allá... —dijo Clemence, señalando hacia la derecha de la tienda donde nos encontrábamos— Esa tienda podría servir.

Llegamos a otra tienda, donde vendían repuestos de computadoras, teléfonos y otros dispositivos electrónicos, Nick simplemente se llevó otras cosas que evidentemente iba a necesitar y las metió en el bolso negro. Salimos de la tienda y nos dirigimos hacia unos asientos que estaban cerca de la gran cascada que había justo en todo el centro. Nos sentamos y Nick comenzó a ensamblar todas las piezas poco a poco. Luego de unos minutos, terminó creando una computadora mejorada, con la que podría conectarse a los rastreadores, los cuales emitían ondas de radio y así intentar hackearlos.

Nick comenzó a teclear algunas cosas en su laptop mejorada y un montón de letras y números sin fin aparecieron en pantalla. Le salió «Acceso denegado» varias veces, hasta que al fin logró acceder al sistema.

—Ok, ya estoy dentro... —dijo Nick, bastante entusiasmado— Haré lo mejor que pueda, la seguridad de este sistema es demasiado buena, no sé cuánto tiempo pueda pasar desapercibido.

—Definitivamente el "Ok, ya estoy dentro" es la línea de todos los hackers... —dijo Maxim— Me siento en una película ahora mismo.

—Ciertamente —dijo Jessica, riendo.

—Nick, tú has lo tuyo —dijo Clemence.

Nick simplemente asintió y volvió a la computadora. Pero se vio interrumpido por la alerta de Mackenzie, quién había estado vigilando uno de los pasillos que daban a la entrada principal.

—¡Chicos, tenemos compañía! —dijo Mack.

—¡Corran! —exclamó Christina en cuánto los observó.

Nick rápidamente guardó la laptop en el bolso negro y todos comenzamos a correr, adentrándonos más en el centro comercial. Había nuevamente soldados armados persiguiéndonos, y no todos nosotros teníamos armas, y las pocas que teníamos, ya casi se quedaban sin municiones.

Y pelear de cerca ahora mismo definitivamente no era una opción, eran demasiados.

—Ok, tengo un plan... —comenzó diciendo Clemence, sin parar de correr— Los distraeré lo más que pueda, mientras ustedes van a la tienda de caza, allí deben encontrar varias armas y municiones.

Subimos al primer piso y nos separamos, nosotros fuimos hacia la tienda que estaba hacia la derecha y Clemence fue en dirección contraria, al mismo tiempo que disparaba hacia abajo, donde se encontraban los soldados armados, quienes se cubrían detrás de los muros de la cascada. Yo observaba todo de lejos, mientras los demás agarraban todas las armas que podían de la tienda que Clemence había indicado. Alessia me lanzó una M-16 y una pistola, luego me pasó un bolso con varios cartuchos con municiones. Todos venían cargados de armas y municiones, saquearon casi toda la tienda entera, prácticamente. Chris lanzó una granada hacia el muro de la cascada, la cual explotó y derribó el muro, Clemence les disparaba con una AK-47 que Sarah le acaba de dar.

Tres soldados cayeron con la explosión, pero muchos más llegaron. Como si al matar uno, otros dos salieran en su reemplazo. Comencé a dispararles con la M-16, junto a Maxim y a Chris, que tenía otra igual. Chris sabía disparar bastante bien, debido a que su padre era policía, y él asistía al campo de tiro junto a él de vez en cuando. Las chicas nos hacían cobertura desde diferentes ángulos, pero, era inútil, porque cada vez que acabábamos con los soldados llegaban más y más, y estaban comenzando a acercarse a las escaleras que llevan hacia donde estamos nosotros, así que decidimos correr.

Corrimos a través del primer piso, esquivando los múltiples dardos tranquilizantes que llegaban hasta donde estábamos, hasta que finalmente llegamos a las escaleras eléctricas que llevan a la siguiente planta. Afortunadamente, el centro comercial era bastante grande, por lo que huir no sería tan difícil. Continuamos corriendo, hasta perderlos de vista, pero no dejamos de correr y nos metimos en el cine el cual debíamos atravesar.

Continuamos corriendo, Jessica y Barbara agarraron múltiples snacks en tiempo récord, y entonces nos escabullimos por una de las salas del cine. El telefonito comenzó a sonar y maldije mentalmente, debido al ruido, eso podría habernos delatado. Afortunadamente, los soldados no habían llegado hasta aquí, deben estar buscándonos por todo el primer piso.

El sonido se debía a una llamada entrante de un número desconocido, puse el teléfono en silencio y sin más dilación, contesté la llamada.

No podía creer quién estaba al otro lado de la llamada.

—¿Matthew? —preguntó Albert en un susurro, se le notaba agitado y definitivamente tenía que estar escondido, porque su voz apenas se escuchaba.

—¿Albert? ¿Dónde estás? ¿Escapaste? —comencé a preguntar. Inmediatamente, todos voltearon sorprendidos hacia donde estaba yo.

—¡¿Albert?! —exclamó Alessia.

—No, Matt. Ellos me atraparon... —dijo— Nos atraparon a mí y a Lukas, se llevaron a todos los que quedábamos adentro del experimento. Es horrible todo, siguen experimentando con nosotros, con todos los que quedamos adentro. Ellos saben que estoy haciendo esta llamada y vendrán por mí en cualquier momento —dijo Albert, bastante asustado.

—Mantén la calma y sigue escondido, no dejes que te vean Al, iremos por ti, confía en mí... —dije, intentando darle esperanzas— Pronto los rescat...

—Ya están aquí... —se escucharon unos disparos, mezclados con interferencias— Matt, me dispararon algo. ¡No puedo ver nada! ¡Ayud...! —Fue lo último que logró decir Albert, debido a que la llamada se colgó.

No puede ser.

Esto no puede estar pasando.

Tenemos que ir por él.

Deben estar experimentando con él y con Lukas, debemos ayudarlos, no podemos dejarlos allí.

Esos malditos psicópatas están dementes.

—¿Enserio era Al?

—¿Está bien?

—¿Qué pasó?

—¿Lukas está con él?

—¿Lograron Escapar?

—¿Los atraparon?

Todos comenzaron a bombardearme de preguntas, les dije que se calmaran y les conté absolutamente todo lo que Albert me había dicho, iban a decir algo, pero un disparo nos devolvió a todos a la realidad. Clemence les disparaba a los soldados que intentaban entrar a la sala del cine, mientras corríamos a la salida de emergencia. Salimos de aquella sala y comenzamos a correr por los pasillos hasta que logramos atravesar el cine. Los soldados venían persiguiéndonos.

Corrimos hacia las escaleras de emergencia, que conectaban todas las plantas del edificio, y nos dirigimos hacia el estacionamiento, no podríamos seguir mucho más tiempo allí, eventualmente llegarían más y más soldados y terminarían rodeándonos y atrapándonos a todos.

Tenemos que salir de aquí cuanto antes.

Con la adrenalina en nuestros cuerpos, corrimos por las escaleras como si no hubiese un mañana, tratando de esquivar los dardos que nos disparaban de distintas direcciones, hasta que finalmente llegamos al estacionamiento, y corrimos hacia los vehículos. Clemence y Maxim se quedaron disparándoles a los pocos soldados que llegaban al estacionamiento, Alessia y Christina les hacían cobertura mientras Mackenzie y yo encendíamos los autos y los demás se subían. Estábamos muy cerca de escapar ilesos, pero...

Uno de los dardos alcanzó a Christina.

—¡Christina! —exclamó Mia.

Afortunadamente sólo era un sedante. Sarah disparó una saeta explosiva que les dio el tiempo suficiente a los chicos de llegar hasta la minivan. Maxim traía a Christina en sus brazos, en su rostro se había dibujado una expresión preocupada. Clemence arrojó una granada y entonces subió al vehículo y arrancamos al instante. Al salir observamos varios vehículos blindados, pero no había ningún soldado a la vista, todos debían estar en el centro comercial.

—Detén el auto —dijo Clemence.

—¡¿Estás loca?! —exclamó Maxim.

—¡Será sólo un instante! —protestó Clemence.

Me detuve abruptamente y Clemence se bajó del auto. Procedió a dispararle a las llantas de todos los blindados con su AK-47, así no podrían seguirnos por un buen rato. Ella subió a la minivan inmediatamente y nos fuimos de allí, atravesando el Boulevard Santa Monica a toda velocidad.

—Eso estuvo cerca —dijo Sarah, observando a Christina, quien estaba inconsciente.

—¿Ella estará bien? —preguntó Mia preocupada, observando a Christina.

—Sí, afortunadamente sólo era un sedante —dijo Alessia.

—Bueno... ¿Y ahora para dónde vamos? —preguntó Mackenzie a través de uno de los walkie-talkies que yo había guardado.

—Primero tenemos que ir a un lugar seguro, lo suficientemente lejos de aquí... —comenzó diciendo Clemence— De hecho, tengo el lugar ideal en mente.

—¿Cuál? —preguntó Mia.

—Iremos a mi casa, está en Brentwood Heights, no está muy lejos de aquí, pero si lo suficiente como para librarnos de esta gente por un rato, así nos da tiempo de quitarnos los rastreadores para finalmente ser libres —dijo Clemence.

—Me parece una excelente idea... —dije— Aunque, en ese caso deberías conducir tú.

—Vale, cambiemos —dijo Clemence.

Frenamos durante unos segundos, mientras Clemence y yo cambiábamos de asientos. Entonces, reanudamos nuestra marcha a toda velocidad.

Segundos después, me llegó una notificación de WhatsApp a mi teléfono. Nick se había encargado de que pudiésemos usar los teléfonos sin que los psicópatas pudiesen rastrearnos, realmente teníamos suerte de que él pudiese hacer eso. Se trataba de un mensaje de Jessica. Decidí abrirlo, para ver que decía.

—"A dónde vamos a ir ahora? No les presté mucha atención que digamos y me da pena preguntar" —luego de leerlo, sonreí y le respondí.

—"Vamos a ir a casa de Clemence, allí Nick podrá hacer sus cosas de hacker tranquilamente, y finalmente nos libraremos de los rastreadores, así no nos encontraran tan fácilmente los malditos psicópatas"

—"Chris pregunta que en dónde queda eso" —Me respondió.

Le respondí indicándole la dirección y entonces, decidí bloquear el teléfono y me puse a mirar por la ventana.

«En mi mente sólo podían escucharse dos preguntas que no dejaban de darle vueltas a mis pensamientos... ¿Qué nos deparará el futuro?... ¿Albert y Lukas estarán bien?»

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