Capítulo 22 | Persecución (Parte 1)

6:14 pm ~ LUN 23/11/2037~ Casa de Mack.

—Entonces Albert lanzó el control hacia nosotros, para que pudiésemos escapar —dijo Alessia un poco triste.

—Ellos quedaron atrapados. Nosotros pudimos escapar a duras penas... —dije, con la mirada en el suelo. Mack y los demás simplemente escuchaban con atención, parecían estar impactados por todo lo que les habíamos contado— Bueno, el caso es que salimos de ese lugar y lo primero que nos encontramos fue un inmenso bosque que por lo poco que sabemos, rodeaba toda la estructura.

—Había alarmas sonando por todas partes, sabíamos que ellos iban a venir por nosotros, así que simplemente no podíamos parar de correr luego de haber salido del Experimento —dijo Clemence.

—Incluso si no sentíamos las piernas, simplemente no podíamos detenernos —añadió Mia.

—Entonces, finalmente salimos del bosque, nos encontramos con la civilización, conseguimos un carro y comencé a conducir sin rumbo alguno... —dije— Fuimos hasta un centro comercial para conseguir algo de comida, y municiones.

—Todo iba bien hasta que ellos nos encontraron —dijo Maxim.

—Sí... —asentí— Mientras escapábamos del centro comercial, los vi a ustedes. No logré detallarlos a todos, pero estaba seguro de que había visto a Mackenzie, así que... —Hice una pausa— Decidí venir hasta acá para comprobar que habías sido tú.

—Vaya, no sé qué decir... Estoy en shock —dijo Mackenzie.

Jessy y Barb asintieron, Chris y Nick miraban al vacío, parecían estar procesando toda la información.

—¿Y qué son esos? —preguntó Chris señalando a nuestros brazaletes rastreadores.

«Mierda, lo había olvidado. Tenemos que movilizarnos cuánto antes o nos descubrirán... Ya deben saber que estamos aquí»

—Son brazaletes rastreadores, los cuales no podemos quitarnos, no sabemos cómo —dijo Christina.

—Déjame ver... —dijo Nick.

Él es estudiante de Ingeniería en Sistemas, sus conocimientos eran literalmente nuestra única esperanza. Nick comenzó a observar mi brazalete, agarró mi brazo y comenzó a estudiar el artefacto más de cerca.

—¿Y bien? —pregunté.

—Tal vez pueda hacer algo, pero... Definitivamente no aquí y ahora... —comenzó diciendo Nick— Necesito algunas cosas.

—Deberíamos ir a un centro comercial, allí de seguro encontraremos lo que sea que necesites —dijo Sarah.

—¿Y qué estamos esperando? —dijo Jessica quien estaba abriendo la puerta.

Error. Habían dos camionetas blindadas, con soldados adentro. Jessica se sobresaltó y cerró rápidamente la puerta.

—Escóndanse en el sótano... —dije, observando a Mackenzie y a los chicos— Ustedes no son parte de esto, sólo necesitamos la ayuda de Nick, no podemos arriesg...

—No te dejaremos solo en esto, Matt... —dijo Mackenzie con seguridad— Ayudaremos en lo que podamos.

—Mack, es peligroso. Si supieras a qui... —traté de detenerla, pero fui interrumpido.

—Menos palabras y más acción, Matt... —dijo Clemence— Tomen estas armas, les ayudarán —ella le entregó las pistolas a Mackenzie y los chicos, luego les explicó rápidamente como quitarles el seguro para poder disparar.

—Oigan, iré a buscar la AK-47 del abuelo, debe estar en el sótano —dijo Barb.

—Me gusta esa idea —dijo Clemence, sonriendo.

Y entonces comenzó la acción. Uno de los soldados pateó la puerta y el caos comenzó. Clemence disparaba ágilmente hacia los soldados que intentaban entrar por la puerta, no malgastaba ni una sola bala. Los soldados tenían chalecos antibalas, así que debía apuntar a las partes desprotegidas de su cuerpo. Su arma se quedó sin balas en poco tiempo, por lo que comenzó a arrojar cuchillos. Christina, Alessia, Maxim y yo, peleábamos cuerpo a cuerpo con los soldados. Christina usaba su tridente, Sarah nos apoyaba con su ballesta y Mia con una pistola. Finalmente llegaron Barb y Jessica con la AK-47, se la dieron a Clemence y se escondieron detrás de los muebles, de tal forma que pudiesen ver lo que pasaba sin salir heridas. Clemence con agilidad recargó la AK, y comenzó a disparar, así que todos nos apartamos para que ella pudiese acabar con ellos fácilmente, y así fue.

Clemence caminó hacia uno de los soldados que aún estaba consciente y puso su pie en el pecho de él, y presionó con fuerza, causando que el soldado soltara un alarido de dolor, debido a la herida que tenía en la parte lateral de su tórax.

—Responde, escoria. ¿Qué quieren de nosotros? —dijo Clemence con una voz autoritaria.

—Si supieras —dijo él con una sonrisa macabra.

—Te hice una pregunta —insistió Clemence, pisoteándolo con más fuerza, aficándose en su herida. El sóldado emitió unos quejidos, mientras trataba de detenerla, pero ya no tenía fuerzas suficientes.

—Marcus tiene unos planes muy interesantes con ustedes, me temo que ese experimento no será el último... —dijo con dificultad, y finalmente expiró.

Procedimos a sacar los cadáveres y meterlos en el basurero, limpiamos rápidamente la sangre que había en el piso y nos sentamos para descansar un poco.

—Bueno, creo que deberían ir a bañarse y cambiarse antes de irnos, parecen prisioneros de guerra con esos uniformes —dijo Mackenzie.

—Muero por darme un baño —dije.

—Yo también, toda esa nieve, el polvo del desierto, y la lluvia no fueron nada agradables —dijo Alessia.

—Andando, ya les buscaremos ropa de su talla —dijo Mack.

—Bien, no hay tiempo que perder... —dijo Clemence— Cada segundo que pasamos aquí, es una oportunidad más para G.E.O.

Ella agarró las toallas que Jessica le había traído, nos dio una a cada uno y fuimos a bañarnos por turnos, Alessia fue al baño que estaba en el cuarto de Mackenzie, Christina fue al baño que está en el cuarto de Barbara, yo fui al baño principal, Maxim fue al baño que estaba en la habitación de los padres de Mackenzie. Clemence, Sarah y Mia fueron a bañarse en la casa de Jessica, la cual quedaba justo al lado. Entré a la ducha, ya sin el uniforme puesto y dejé que el agua cayera sobre mí, llevándose consigo toda la suciedad.

Un par de minutos después, ya me encontraba vestido con una camisa blanca, unos jeans negros y un suéter verde, además de unos zapatos blancos. Me miré en el espejo y pude detallar varias cortadas en mi rostro, algunas más recientes que otras. Peiné mi cabello y salí del baño, con dirección a la sala, donde estaban los demás. Alessia, Christina y Maxim llegaron poco después, y luego de un minuto, volvieron Chris y Jessica, junto a Clemence, Sarah y Mia. Luego de al menos diez minutos, ya estábamos todos listos para partir.

Salimos de la casa de Mackenzie y fuimos hacia los vehículos, nosotros, los fugitivos, íbamos a ir en la minivan plateada que conseguimos en el centro comercial, los demás subieron al carro de Mack, que era de color azul oscuro. Mack procedió a sacar su auto del garaje

Segundos después, ambos estábamos en la carretera, un vehículo al lado del otro. Aún seguíamos sin avanzar, debido a que decidíamos a dónde ir.

—¿Y bien? —preguntó Jessica.

—Opino que deberíamos ir a mi casa, necesito el telefonito —dije.

—Cierto, tenemos que conseguirlo cuanto antes —dijo Alessia.

—¿Para qué necesitas un teléfono en un momento como este? —preguntó Chris un tanto extrañado.

—Lo necesito porque si Albert logra escapar, va a llamarme allí... —dije, observando a los chicos a través de la ventana— Es un antiguo teléfono de mi abuelo, de cuando trabajaba en... —Me detuve, recordando lo confidencial que debía ser al respecto. El abuelo me mataría si llego a decir algo al respecto— Bueno, esos detalles no importan, el caso es que ese teléfono es total y completamente imposible de rastrear.

—Bueno, me parece bien... —dijo Clemence— Después de todo, tenemos que alejarnos de este lugar lo más pronto posible.

—Luego de allí podemos ir a The Groove —dijo Christina—, es un Centro Comercial que está relativamente cerca de ahí —explicó.

—Creo que deberíamos irnos, YA —dijo Chris, mientras señalaba la calle Albright. Justo acaban de pasar varios vehículos blindados a través de toda la calle.

—Concuerdo contigo —dijo Maxim.

Inmediatamente Mackenzie y yo presionamos el acelerador y comenzamos a avanzar hacia la intersección con la calle Bashford, la cual estaba en la dirección contraria a la calle por donde pasaron los vehículos blindados, debíamos escapar lo más pronto posible de aquí.

Continuamos conduciendo a través de la calle Hartzell, dejando casas y más casas detrás de nosotros, y por supuesto, alejándonos de los vehículos que habían comenzado a perseguirnos. Afortunadamente, no había muchos autos atravesados, por lo que podíamos acelerar bastante para despistarlos. Alessia se encargó de arrojar una granada hacia un árbol, para bloquearles el paso luego de que las ramas del mismo cayesen al suelo debido a la explosión. Poco después, llegamos al final de la calle, y observé el letrero, «W Sunset Blvd». Bien. Si seguimos por aquí, llegaremos rápido a Westwood, y, además, lograremos escapar de los psicópatas acosadores.

Mack y yo íbamos avanzando a toda velocidad por el Boulevard Sunset, había unos cuántos vehículos en medio del camino, los cuales simplemente debíamos esquivar. Estábamos ignorando totalmente los semáforos, cada segundo que pasaba era crucial para permitirnos escapar de los psicópatas.

Llegamos a una curva bastante pronunciada, por la cual se podía observar el Parque Histórico "Will Rogers", y entonces disminuimos un poco la velocidad a medida que nos acercábamos al punto más pronunciado de la curva, y luego comenzamos a acelerar una vez que habíamos pasado dicho segmento.

Continuamos avanzando y nos encontramos con una curva en forma de "C", la cual atravesamos con facilidad. Clemence estaba totalmente alerta, observando por las ventanas y los espejos retrovisores. Por otro lado, Chris, quien estaba al lado de Mackenzie, se encontraba igual de alerta que Clemence. Jessica conectó su iPod al reproductor y la música comenzó a sonar. Ella subió el volumen de las cornetas al máximo, de forma que podía escucharse perfectamente desde la minivan, todos juntos comenzamos a entonar aquella canción que sería nuestro himno de victoria.

Believer de Imagine Dragons sonaba a todo volumen a través de la carretera.

«Y en ese momento, a ninguno nos importó que los de G.E.O. pudiesen encontrarnos por el sonido de la música. Simplemente queríamos disfrutar del momento, mientras llegábamos a nuestro siguiente destino»

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