💋Soñando con tus besos

Cierta castaña corría por los pasillos de Howarts desesperada por llegar a tiempo a la biblioteca, para sacar un libro de pociones avanzadas.

Que le serviría  para estudiar y así pasar  su próximo examen de los éxtasis.

Hermione estaba distraída pensando cómo escabullirse a la sección prohibida sin que la Sra. Prince lo notará.

Tan distraída iba que chocó con cierto chico rubio y ambos cayeron al piso por la velocidad en qué iba corriendo Hermione.

- ¡EPA castaña! - susurró el rubio divertido al oído de Hermione -Sé que soy irresistible, pero no para que me tires al piso de esa manera.

Hermione lo fulminó con la mirada. Ya quisieras hurón pervertido.

- ¿Yo pervertido? - preguntó el rubio haciéndose el ofendido.

Hermione se levantó y se limpió las rodillas, se acomodó la capa para alejarse lo más pronto de su némesis, pero Draco hizo un rápido movimiento.

Tomó su muñeca y la jalo hacia él, ambos estaban tan cerca que no cabía ni un suspiro entre ellos.

- Suéltame Draco - pidió la castaña muy nerviosa por la cercanía del rubio.

Draco no dijo nada, sólo la observó en silencio, mientras miraba con ansias los finos labios de la castaña.

Y en un descuido de Hermione le robó un  casto beso. Apenas si fue un roce.

Pero que dejó descolocada y muy sonrojada a Hermione, quien apenas comprobó que el rubio se había alejado, pasó los dedos sobre sus labios sintiendo una pequeña descarga eléctrica que la estremeció.

Draco llegó hasta el retrato de un pirata que resguardaba la entrada a su casa.

- Nobiles - dijo el rubio. La puerta se abrió y al entrar se encontró con sus amigos Theo y Blaise.

- Hola Draquis - saludó el moreno con una sonrisa burlona. ¿Que te pasa?

- ¡No me llames Draquis! - gritó el rubio - y no me pasa nada.

Theo observaba al príncipe de su casa con la mano en su barbilla en señal de análisis.

- ¿Y a ti que te pasa? - le preguntó el rubio.

- Uhmm - meditó Theo antes de contestar - Tienes cara de haberte encontrado con tu castaña favorita.

- ¿Y por qué dices eso? - preguntó Draco curioso.

- Yo te digo, yo te digo - contestó Blaise emocionado.

- ¿A ver? - preguntó Draco a sus amigos.

Blaise sacó un espejo de entre sus ropas y se lo entregó al rubio.

- ¿Si ves? - preguntó Blaise.

- ¿Qué cosa veo? - preguntó Draco. Mientras miraba con detenimiento el espejo -Solo veo mi imagen.

- Pos claro - dijo el moreno. Pero ves que cara traes.

- La misma de siempre - contestó Draco.

- No, no eso no es verdad - dijo el moreno.

-Traes cara de menso. La misma cara que pones cuando Granger está cerca.

-Crees que somos tan tontos para no darnos cuenta que la castaña causa una GUERRA entre tú corazón y tu cerebro.

-Aún estamos esperando haber quien ganará.

- ¿Quiénes? - preguntó el rubio.

- Blaise y yo - contestó Theo rodando los ojos en señal de cansancio.

- Pues pierden su tiempo - dijo Draco poco convencido.

A mí ni siquiera me gusta la sabelotodo insufrible de Granger.

- Si claro Draquis, lo que tú digas - dijo Blaise palmeando su hombro y haciendo una breve seña con la mano.

-Bueno este rico bombón italiano se va a dormir. Hasta mañana.

Dicho esto subió a su habitación dejando a sus amigos con una mueca divertida por su tonto comentario.

- Gracias al cielo Sra. Prince que aún no ha cerrado la biblioteca - dijo Hermione.

- ¿Qué haces aquí muchacha? - preguntó la mujer. Deberías estar durmiendo.

- No aún - respondió la castaña - Me faltan unas pociones por aprender. Ya sabe para los éxtasis.

- Pero Hermione - refutó la bibliotecaria - Esos exámenes recién se los tomarán a fin de año. Y para eso aún faltan 5 meses.

-Debes disfrutar tu juventud un poco más y dejar de estar sumergida tanto en los libros. Búscate un novio... Guapo e inteligente como tú.

Hermione miraba a la mujer como si tuviera dos cabezas y se rascaba el mentón, conocida manía suya cuando se ponía nerviosa.

Ya que el tema de los novios la descolocaba completamente.

Como debía pedir el libro de la sección prohibida. Decidió darle la razón para que se lo prestará sin problema.

Una vez que consiguió el libro. Hermione salió rumbo a su sala común.

La dama gorda vió llegar a Hermione con el pesado libro en las manos y así sin más le dijo - siempre que te veo, lees. Eres joven. Deberías buscarte un novio.

Hermione suspiró cansada y rodando los ojos dijo - fortem, y acto seguido la dama gorda abrío la puerta de Griffindor.

La sala común de su casa estaba a oscuras, así que guiada por la luz de las estrellas subió a su habitación.

Su cargo de Prefecta le daba su propia habitación con baño privado.

Hermione estaba muy cansada, se desvistió y entró a la ducha.

Tomó un relajante baño, se secó, se colocó su pijama de gatitos y se metió a su cama para entregarse a los brazos de Morfeo.

Se podría decir que durmió, pero soñó con los besos de cierto rubio.

A la mañana siguiente fue visitada por cierta azabache de grandes ojos azules.

- Herms ábreme la puerta - gritaba Pansy desesperada afuera de su habitación.

- ¿Qué? ¿Qué pasó? - preguntó Hermione abriendo la puerta mientras aún bostezaba de sueño.

- ¿Cómo que, qué pasó? - preguntó gritando la pelinegra. ¿Por qué aún no estás vestida?

- ¿De que estás hablando? No te entiendo - preguntó la castaña, mientras se acomodaba en su cama dispuesta a dormir un poco más.

- Nada de eso srta - respondió Pansy. Jalando a Hermione de su pijama. Usted ya no dormirá. Sino que irá a tomarse una ducha caliente porque irá conmigo a Hogsmeade.

- Gracias por la invitación Pansy - respondió la castaña, pero tengo mucho sueño. Tal vez en otra ocasión.

- No - Pansy acotó. Lo siento mucho, pero si no me acompañas olvídate de mí amistad.

La pelinegra se cruzó de brazos y rodó los ojos.

Hermione suspiró cansada. Tomó de los hombros a su amiga y la sentó en su cama.

Espérame aquí Pansy. Voy a ducharme. Salgo en seguida.

Pansy sonrió maliciosamente. Se había salido con la suya.

Plan para unir a mis dos tercos amigos. Primera parte cumplida. Sonrió

- Theo apúrate por Merlín. ¿Que tanto haces? - preguntó Blaise desesperado.

- Calma ya termino - dijo el castaño. ¿Y Draco, Dónde está?

- En el comedor - respondió el moreno- Ya sabes él no puede vivir sin Granger y las manzanas verdes.

- Que Draco no te escuché - Theo acotó-Te dará un buen golpe.

- ¡Vamos rápido! Pansy y Herms ya deben estar en Hogsmeade esperándonos - dijo Blaise.

Ambas serpientes salieron a toda prisa de su sala común para llevar a su rubio amigo al encuentro con el amor.

Pansy y Hermione estaban en Honeydukes  escogiendo una buena cantidad de caramelos de menta y chocolates. Golosinas preferidas por ambas.

- ¿Serán suficientes? - preguntó Pansy divertida.

- Nunca es suficiente - Hermione aseveró.  Son una dulce adicción difícil de erradicar.

-Ja Ja Ja - reían ambas chicas siendo observadas por dos serpientes desesperadas.

Blaise y Theo hacían morisquetas para que Pansy los mirará. Como no lo hizo tuvieron que entrar a ese dulce lugar.

- ¡Vamos Theo, por favor! - suplicaba Blaise- Acompáñame quiero comprar unas paletas de regaliz.

- Hola chicas - saludó el moreno- ¿Cómo están?

- Bien.. ¡gracias! - saludaron ambas amigas.

- ¿Qué van a hacer más tarde? - preguntó Theo. Nosotros vamos por unas cervezas de mantequilla y nos gustaría que nos acompañen.

- Digan que sí - suplicaba Blaise haciendo pucheros como niño pequeño.

- ¡Está bien! - respondió Hermione.

Así los cuatro amigos salieron de la tienda de dulces y se dirigieron entre bromas y juegos hacia el Caldero Chorreante.

Unos niños se acercaron a Hermione para pedirle su autógrafo, por ende se quedó atrás del grupo.

- Te esperamos adentro - gritó Pansy.

- Sí - respondió Hermione. Apenas termine iré.


Draco iba distraído. Ahora era su turno para chocar con su castaña favorita.

- Malfoy mira por donde caminas - gritó la castaña - Por poco y me tiras al piso.

- ¡Eh! - dijo el rubio saliendo de su ensoñación. Y sin más le dijo - Peñiscame por favor.

Hermione lo miraba atónita. No sabía si acercarse o no.

- ¿No me digas que me tienes miedo? - preguntó Draco.

- ¿La heroína de guerra le teme a un mortifago cobarde como yo? - preguntó el rubio

- No - dijo la castaña. No te digas así. Tú no escogiste serlo. A ti te obligaron.

Sé que lo hiciste para proteger a tu madre - dijo Hermione.

- No solo por ella - Draco acotó - Sino también por ti.

- ¿Por mí? - preguntó sorprendida la castaña.

El rubio notó que había cometido un grave error al sincerarse con ella. Y no sabía si continuar o alejarse.

Ya que temía el rechazo de ella. No lo soportaría. No ahora que estaba solo.

Sus padres luego de la guerra y a pesar que fueron defendidos por Harry Potter, sus delitos no fueron perdonados.

Y como castigo recibieron el beso del dementor. Todo estaba fresco aún. Recién había pasado un par de meses.

- Si por ti. El Señor Tenebroso leyó mi mente luego de una sesión dolorosa de crucios por los errores de mi padre.

- ¿Y que vio él? - preguntó Hermione para que tú me protegieras.

- Hermione eres tan inteligente para los estudios, pero no para darte cuenta que estoy enamorado de ti, desde tercer año  - Draco aseveró temeroso.

Hermione aún no asimilaba sus palabras, pero sintió unos enormes deseos de besarlo.

Así que sin pensarlo demasiado se acercó al rubio y jalandolo de la camisa negra que vestía, lo besó.

Primero fue dulce, suave y casto. Luego fue subiendo de tono hasta que se separaron por falta de aire.

Draco y Hermione aún abrazados juntaron sus frentes mirándose a los ojos.

Hermione pudo ver los hermosos ojos de Draco anegados de lágrimas.

- ¿Por qué lloras Draco? - Hermione preguntó.

- Lloró de felicidad amor - dijo Draco. Y tomando su barbilla con los dedos la atrajo hacia él una vez más, pero esta vez no la soltaría nunca más.

Fin


Es cortito lo sé, pero lo hice por un reto. Espero que les guste. Dejen sus comentarios por favor que me alientan a seguir escribiendo. Y sus estrellitas si les gusto.

¡Hasta pronto! 💚❤️💚💙💚

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