Mentiras Pelirrojas
-¡James para por favor! No me interesa en lo más mínimo tus benditos sentimientos - dijo una rubia arrogante mientras lo miraba con asco.
- ¿Por qué no me crees Antares? - preguntó por enésima vez James.
- ¿Por qué? ¿Por qué? - que no sabes decir otra cosa - Antares aseveró-
No te creo, no te creeré nunca. ¿O crees que me he olvidado la forma tan despectiva como nos han tratado tú y tu familia materna?
¿Cómo era que nos decían a mi y a mis hermanos?... "Los hijos del mortifago cobarde y la sangre sucia traidora"
Sólo porque mi madre abandonó a tu tío para casarse con mi padre.
- Claro que nos dolió la traición de la tía Herms, ¿que esperabas? - dijo James-
Ella abandonó a mi tío Ron cuando él perdió la movilidad de sus piernas, luego de ese fatídico accidente.
-Sí, pero se te olvida que mi madre estaba embarazada de tres meses y también perdió a su bebé - Antares acotó.
- Pero fue un accidente. No había culpables, ella no debió culparlo por esa pérdida - gritó James.
- ¡Claro que sí! - gritó Antares - Ronald no quería hijos con mi madre, el accidente se dió porque iban discutiendo sobre el tema.
- ¡Eso es mentira! - James dijo - Se les cruzó un peatón muggle que iba con la boca abierta.
- Y que sabes tú de eso si tu eras pequeño cuando eso sucedió, tendrías que 4 o 5 años de edad - dijo Antares.
-Sí, era pequeño, mi madre me contó todo. Tal como el tío Ronald se lo contó a su familia, luego de salir del hospital.
- Aquí los únicos mentirosos son ustedes, hipócritas. Nunca quiso verdaderamente tu tío Ron a mi madre - sollozó la rubia.
Además, si no es por mi padre, mi madre estaría en un hospital psiquiátrico, desquiciada por la pena de la pérdida y sintiéndose culpable por la invalidez de tu tío.
Igual no sé porque te quejas tanto si tu tío enseguida consiguió consuelo en los brazos de Lavender Brown, su ex novia del colegio.
- Y tu madre en la cama de Draco Malfoy - dijo James.
Pero antes que el castaño salga de la sala de menesteres, Antares le dio una fuerte cachetada que le dejó la mejilla no solo roja por el golpe sino lastimada ya que no controlo su fuerza, ni sus uñas.
Una vez fuera el muchacho, y colocando un hechizo insonoro en la sala, Antares se sentó en el piso y recogiendo sus piernas se puso a llorar amargamente ya que a sus escasos 12 años se había enamorado de un James de 17 años.
James salió molesto y adolorido, pero por orgullo no iría a la enfermería, prefirió ir a su sala común y buscar a su prima Rose, que era su confidente, para que lo curará.
- ¿Y a ti qué te pasó? - preguntó Rose al verlo entrar a su habitación, con un pañuelo en la mano cubriéndose la mejilla lastimada.
No me digas... Otra vez peleaste con Antares.
James suspiró y asintió.
- Ya lo hemos hablado James - refutó Rose -Sólo hablen de ustedes, de sus sentimientos. No del tío Ron.
- Es tan difícil prima - dijo James - No me perdona los sobrenombres que le decíamos antes, cuando no sabíamos la verdad.
Pero Antares me dijo algo más, que me molestó mucho y le dije una que otra grosería.
- ¿Solo una que otra grosería? ¿Estas seguro? - preguntó Rose bajándose sus lentes a la mitad del puente de su nariz.
- Bueno, bueno - confirmó James - fueron algunos gritos.
- ¿Qué te dijo Antares para que te enojaras tanto? - preguntó Rose.
- Me dijo que el accidente fue culpa del tío Ron, porque iban discutiendo ya que él no quería tener hijos con la tía Herms - respondió James.
¿Tú sabías que ella estaba embarazada de 3 meses?
- No - respondió Rose - Yo no sabía eso. Recuerda que ambos éramos pequeños en ese tiempo.
Todo lo que sabemos nos lo contaron nuestros padres.
Pero si Antares lo dijo, seguramente eso le contaron sus padres.
Tengo entendido por Scorpius que Draco y Hermione los criaron así. Sin mentiras.
Tanto Scorp como sus medios hermanos siempre dicen la verdad, aunque se metan en problemas.
- ¡Antares! - Abre la puerta por favor - pedía Scorp a su hermana al otro lado de la puerta.
- ¡No quiero! - dijo Antares - déjame sola por favor.
- No me pidas eso pequeña - dijo Scorpius - eres mi princesa.
Scorpius comenzó a cantarle una nana de cuna, que su abuela Cissi le enseñó, cuando la pequeña rubia nació.
<Pajarito que cantas en la laguna
No despiertes a la niña que está en la cuna .
Ea la nana , ea la nana
Duérmete lucerito de la mañana .
A dormir va la rosa de los rosales
A dormir va mi niñita por que ya es tarde .
Ea la nana , ea la nana
Duérmete lucerito de la mañana .
Pajarito que cantas junto a la fuente Cállate que mi niñita no se despierte .
Ea la nana , ea la nana
Duérmete lucerito de la mañana>
Scorpius esperó unos minutos más y cuando ya no escuchó los sollozos de "su niñita" como él la llamaba dijo - Alohomora - el cerrojo se abrió y él entró despacio y haciendo el menor ruido posible.
Se encontró con la tierna escena de su hermana acurrucada y dormida en una esquina de la sala.
La tomó en sus brazos y la llevó hacía su sala común, para que descansará.
- Él como buen hermano mayor - le arreglaría su baúl para su regreso a casa por las fiestas de Navidad.
Draco bajaba las escaleras de su Mansión para encontrarse con su amada esposa Hermione, en compañía de sus inquietos gemelos Orión y Sirius de 7 años y su madre Narcisa mientras decoraban el gran árbol de navidad al estilo muggle.
Una tradición que su castaña implantó en su familia, una vez que conquistará su frío corazón hace 13 años.
Los recuerdos de esa época regresaban a su mente
Flash back
Aún la recordaba como un pajarito herido, sentada en un rincón de una de las habitaciones del área de Psiquiatría del tercer piso de San Mungo.
Todos los doctores del hospital estaban cansados de echar constantemente a los reporteros del Profeta.
Ya que estaban aburridos de contestar las mismas preguntas de siempre, sobre la salud mental de la heroína de guerra Hermione Granger.
Hermione estuvo internada por tres meses, en el área de Pacientes inconsolables de Psiquiatría, porque su médico el Dr. Samuel Thompson, no creía que ella fuera la culpable del accidente de coche que dejó inválido a su ex marido. Como ella se abría culpado ante los aurores que investigaban el caso. Solución que Harry Potter aceptó.
Draco no podía, ni quería aceptar que la sabelotodo insufrible y némesis de su juventud se dejará vencer tan fácilmente.
Así que le pidió al Dr. Thompson que lo dejara presenciar sus sesiones de terapia con Hermione.
- ¡Buenos días Dr. Thompson! ¿Puedo pasar? - preguntó Draco.
- ¡Claro! Dr. Malfoy - respondió el Galeno - dígame en qué puedo ayudarlo.
- Verá usted - titubeó Draco - Me preguntaba si me permitiría participar en las sesiones de terapia que usted le haga a la Srta. Granger.
Thompson se sorprendió. Sabía que ellos no habían sido amigos, pero pensó que la intervención de Draco podría ayudar.
- ¿Qué te parece si mejor tú te encargas de sus terapias? - preguntó Thompson - tengo entendido que estás haciendo una especialización, pero esta vez es sobre psiquiatria post-traumatica.
- Así es - confirmó Draco - pero esperaba que usted me acompañe.
No sé si usted sepa, pero Hermione y yo no nos llevábamos bien en el colegio.
- Sí lo sé - dijo Thompson - pero ahora eres su terapista, no su némesis del colegio.
Y como príncipe de tu casa sabrás engatusar muy bien a tu paciente y acto seguido le guiño el ojo y se despidió.
Thomson solicitó ante la junta médica de San Mungo, que el Dr. Malfoy se encargará de las terapias de los pacientes que habrían pasado por una situación traumática.
Así Draco tuvo la oportunidad que esperaba y su primera terapia sería justamente con Hermione Granger.
Draco estuvo tratándola por al menos 3 meses, escuchaba sus quejas, llanto y culpas sin inmutarse siquiera.
Hasta que un día que, llegaba a su turno del hospital, vió salir a Ronald Weasley muy contento y sonriente con una Lavender que empujaba su silla de ruedas.
El rubio doctor ya no soportó más ser condescendiente con Hermione y así sin anestesia le soltó lo que vió en la recepción.
Hermione lo miró sorprendida y empezó a llorar a gritos.
Draco se arrepintió de sus fuertes palabras y pensó en pedirle perdón a su castaña, si su castaña, porque en esos meses, Hermione había conquistado su frío corazón.
... "Pero no fue necesario, ya que una vez que Hermione se calmó le dijo: - Draco sácame de aquí. Si él es feliz con esa mujer, yo tambien merezco serlo"...
Draco no lo pensó dos veces, se levantó y fue a la recepción de enfermeras para pedirles su alta.
Entró con sus papeles, para que ella firmará, adjuntando su informe médico que ya estaba curada.
Hermione se sentó de golpe y tapó su rostro con las manos y dijo - No tengo a donde ir.
- ¡Claro que si, castaña! - dijo Draco. Vivirás en mi casa.
Estas palabras le sonaron a orden a Hermione, pero no sé quejó, al contrario obedeció y allí estaban juntos con 3 hijos propios y uno mayor, producto del primer compromiso de Draco con Desire Greengass, que murió al nacer el pequeño Scorpius.
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