Necesito sentir tu calidez

Casa de Dimwit, 5:00 PM

La de cabellos cobaltos se encontraba afuera de su casa usando lentes de sol y leyendo el nuevo número de su revista favorita, hacia un clima radiante y perfecto para hacer cualquier cosa al exterior.

No muy lejos de su campo de visión se encontraba Dippy viendo a unas hormigas caminar a su hormiguero, esas pequeñas sí que son trabajadoras, eso sorprendía demasiado al pelirrosa chicle pues seguía conociendo el mundo.

Ninguno de los dos se hablaba (pues estaban en sus mundos) pero se hacían compañía en silencio y la mera presencia del contrario era suficiente para ellos.

Luego empezó el viento, al principio era algo normal pero empezaba a enfriar y a nublarse. Dimwit levantó la mirada de su revista y vió el cielo.

Dimwit: Dippy, vamos adentro

Dippy: *se levanta* pero quiero seguir viendo a las hormiguitas

Dimwit: podrás verlas después, pero ahora mejor nos metemos y nos ponemos alguna película

Dippy: hmm, ok ¿Puede ser alguna animada?

Dimwit: la que tú quieras, solo entra a la casa *abre la puerta*

Dippy: vale, ya voy *entra*

Dimwit: *toma su revista y entra a su casa* muy bien, sacudete la ropa y busca el control, yo iré por mis lentes *cierra*

Dippy: ¡A tus órdenes!

La cobalto se fue a su habitación a buscar sus gafas especiales y no tardó en verse el primer centelleo del cielo.

"Justo lo que me temía" pensó Dimwit para sus adentros, nadamás entrar a su alcoba recogió sus lentes y se quitó los lentes de sol cambiandolos por sus lentes daltónicos.

Volvió a la sala dónde vió a Dippy mirar atentamente la ventana, al parecer el centelleo llamó su atención.

Dippy: ¡Dimwit, el cielo parpadeó! :3

Dimwit: emm... Esto... Dippy, aléjate de la ventana

Dippy: espera, quiero ver si parpadea otra vez

Dimwit: (es demasiado inocente) enserio, yo no haría eso si fuera tú •_•"

Dippy: ¿Por qué?

El de aletas se sobresaltó y pegó un pequeño grito, se alejó de la ventana cayendo de espaldas al suelo.

Dimwit: por eso... *ve las gotas de agua* ya empezó a llover...

Dippy: *respirando agitado*

Dimwit: en fin... *le extiende la mano* ¿Te ayudo a levantarte?

Dippy: ¡Aléjate de mí, no me toques!

Dimwit: Dippy, soy yo; Dimwit

Dippy: *retrocede* ...

Dimwit: (sus traumas otra vez...) Mira, sé que estás asustado, pero tienes que creerme

Dippy: *asustado y enojado* ¡Yo nunca iría contigo mounstro! ¡Me quitaste todo lo que más amaba!

Dimwit: tu familia ¿Cierto? *suspira y se va*

Dippy: ¡Eso es, vete! ¡No te me acerques!

Dippy no perdió el tiempo y se fue a esconder en algún rincón de la sala por si esa "invasora" volvía a por él. Se acurrucó contra el sofá y agarró un cojín para usarlo como un arma.

Pasaron unos minutos muy silenciosos... El sonido de los truenos y el iluminar de los rayos eran lo único que quebraba esa quietud, Dippy decidió asomarse tantito de su escondrejo solo para cruzar su mirada con la de Dimwit, que lo miraba preocupada.

Dippy: *se vuelve a esconder*

Dimwit: Dippy, calma; soy yo... No soy ningún uniformado de azúl

Dippy: eso es lo que un uniformado diría...

Dimwit: *muestra un peluche de piraña* ¿Un uniformado te regresaría tu preciado peluche?

Dippy: *mira su peluche* ¿Mordiscos? *pestañea varias veces mientras se frota los ojos* Dimwit...

Dimwit: así es, soy yo; ven aquí travieso *siente que la abrazan* bueno, veo que no pierdes el tiempo

Dippy: perdóname... Pero no lo puedo evitar... Los sonidos me asustan... No puedo controlar mis impulsos...

Dimwit: no es tu culpa, yo también estaría igual si sufría un trauma de ese calibre, aquí estoy... No tengas miedo...

Se separaron, Dimwit tomó asiento en su sofá y prendió el televisor, algo tenía que hacer para pasar el rato. Dippy también se sentó junto a ella.

Estuvieron cambiando de canales por algunos minutos hasta que Dimwit dejó la televisión en un canal de documentales, así que pasaron el rato viendo un documental de automóviles. 

Porsupuesto que a la osa le brillaban los ojos de la ilusión mientras tanto el sireno, si bien no comprendía mucho de lo que estaban hablando; también sonreía, no decía que no entendía nadamás para que Dimwit se sintiese cómoda.

Dippy: *somnoliento* Dimwit... Ya tengo sueño...

Dimwit: ¿Ya te dió sueño?

Dippy: sí... ¿Pues que no oyes? Iré a recostarme a la cama

Dimwit: hmm, ok...

Y en ese momento, se fue la luz en toda la casa, Dippy y Dimwit se sobresaltaron (incluso el pelirrosa perdió la somnolencia) y miraron la situación.

Dimwit: *agacha la cabeza con decepción* justo en la parte más interesante del documental...

Dippy: *encendiendo y apagando el interruptor* creo que estamos en un apagón

Dimwit: ya lo creo, incluso tus ojos brillan

Dippy: visión nocturna, la oscuridad nunca me dió miedo gracias a ella

Dimwit: *un poco celosa* suertudo...

Dippy: lo siento... Vivir con esa fotofobia tan fuerte no debe de ser lindo ¿Cómo me ves?

Dimwit: pues lo que más noto es el brillo en tus ojos, pero todo lo demás se opacó mucho más

Dippy: *le toma las manos* entonces, déjame ser la luz que te guíe

Dimwit: •///////• ¿Cómo...?

Dippy: ¡Digo! ¡Yo te guío a donde quieras! *nervioso*

Dimwit: .... ¿Gustas chocolatito caliente?

Dippy: ¿Mientras jugamos tantito basta?

Dimwit-Dippy: eso me gusta *se miran* oye, deja de copiarme

Ya sin nada que perder (y aún muertos de la pena) fueron a prepararse algo de chocolate caliente y a buscar unas hojas de papel con lápices para una partida de basta amistosa.

Ambos sentados en la sala a la compañía de las velas tomando de aquella deliciosa bebida y jugando algunas rondas de basta... Pasaron las horas volando, incluso cuando habían dejado de jugar Dippy se ponía a hacer shows de sombras para entretener a Dimwit y a su peluche fingiendo que tenía una audiencia que acudía a sus espectáculos de sombras.

El de aletas rosadas aveces ponía una expresión melancólica cuando recreaba algunas escenas que le habían pasado, intentando disimular...

La cobalto podía verlo, no importaba cuánto Dippy se empeñará en ocultar. Él estaba roto por dentro.

Dippy: y el perrito volvió a la cajita dónde se acurrucó en una bolita, así se acaba la obra *hace una reverencia* muchas gracias, son un gran público

Dimwit: sabes Dippy, es curioso... Cada que representas la historia del perro y la caja el perrito siempre se queda en la caja solo al final ¿No has considerado cambiarlo?

Dippy: es que me gusta ese final *agarra a Mordiscos* yo lo escribí a fin de cuentas

Dimwit: sí... ¿Quieres hablar de eso? Sé que ese perro te representa a tí

Dippy: no... *abraza a Mordiscos* sabes que no me gusta hablar de eso...

Dimwit: lo sé, pero tampoco me gusta verte triste... Ya sabes que sí tú lloras yo lloro también

Dippy: he dicho que no quiero hablarlo... Porfavor, entiende eso...

Dimwit: ... *le toma las manos* al menos, quiero que sepas que si alguna vez te animas puedes confiar en mí para guardar el secreto

Dippy: *asiente*

El de cabellos rosados dió un pequeño bostezo mientras frotaba uno de sus ojos, el sueño lo estaba volviendo a invadir, la cobalto lo notó y le acarició la mejilla viendo cómo esa adorable carita de niño se adormecía poco a poco.

Dimwit: veo que tanto jugar te cansó

Dippy: *asiente adormilado* ¿Podemos ir a dormir ya?

Dimwit: *se levanta y aluza el reloj de su cocina* wow... Se nos fue volando el tiempo, ya es medianoche

Dippy: vamos a dormir entonces *se levanta del suelo*

Dimwit: opino lo mismo

Dippy: ¿Cuándo volverá la luz?

Dimwit: tal vez hoy temprano si tenemos suerte, ahora hay que dormir *sube las escaleras*

Dippy: espérame *la sigue*

Cada uno empezó a ponerse las respectivas piyamas, (Dimwit en su cuarto y Dippy en el baño) cuando la cobalto se terminó de vestir largó un bostezo se dejó caer en la cama totalmente rendida; había sido un buen día en medida de lo posible.

Estaba apunto de cerrar sus ojos rojizos cuando notó los ojos amarillos brillantes del pelirrosa chicle, sonrió dulcemente al verlo y le dejó acomodarse en la cama. Si bien tenía un cuarto de invitados al de aletas de pescado le gustaba más estar cerca de la mejor tomboy que había conocido.

Dippy: *abrazando a Mordiscos* fue un día largo...

Dimwit: lo sé *se apega al pecho de Dippy*

Dippy: ¿Porque te me juntas tanto? °//////°

Dimwit: u//////u es que me hacía falta algo... Sentir tu calidez

Dippy: *se acurruca con Dimwit* a mi también me falta sentir tu calidez, eres una perla... Buenas noches... *se duerme*

Dimwit: buenas noches, traviesito *se duerme*

En el punto de vista de Dimwit, tener a Dippy cerca era como tener un hermanito o un cachorro que te sigue a todos lados y siempre se pone a jugar y explorar con todo lo que se encuentra a su paso. Pero también reconocía esa pequeña faceta de adulto joven que se estaba formando dentro del sireno: tan energético y con un inagotable dinamismo, y sin embargo; era tan delicado como una tacita de porcelana. Ella siempre había sido una persona muy seria y centrada en sus labores, pero por Dippy era capaz de divertirse como nunca antes lo había hecho.

Por el punto de vista de Dippy, estar con Dimwit le devolvía a ese pequeño niño que no pudo terminar de desarrollarse por aprender a sobrevivir por su cuenta y sin ayuda de nadie. Para él, ella es una mujer muy inteligente, linda y demasiado aguerrida que (al menos para él) siempre le enseñaba algo nuevo a diario. Y sí bien le encantaba jugar con ella sintiéndose niño otra vez, también era gracias a Dimwit y a todos los nuevos amigos que conoció que empezaba a madurar de verdad.

Quizás, en el fondo; sabían que estaban predestinados a ser algo más que mejores amigos.

Y se acabó este corto fluff :3

No pregunten, de la nada se me ocurrió hacer este corto de este sirenito y la osa marimacha.

Adiós 🌺👋

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