#70 Ana, Andy y Vale [Final]
Hola mis queridos Lectores, como se habrán dado cuenta en esta ocasión las protagonistas son tres y son ni más ni menos que Ana, Andy y Vale, personajes que aparecen en algunas de mis obras. Así mismo se habrán fijado que este será el final de Experiencias de Calzón Chino
En el verano de 2020, poco antes del comienzo de la cuarentena inició también este proyecto donde se recopilan historias de calzón chino desde un enfoque distinto a lo que estaba acostumbrado a hacer, pero al mismo tiempo era un proyecto tan interesante que no pude evitar hacerlo. Estoy muy contento del recibimiento y apoyo que tuvo por parte de ustedes durante estos casi tres años, en verdad se los agradezco ya que no habría sido lo mismo sin ustedes
La razón de este final es porque tengo otros proyectos en mente y si los llevo en paralelo a este y los demás será imposible actualizar con frecuencia. Como uno que es similar a este pero también distinto, se llamará "Cuentos de Calzón Chino" y también será un recopilatorio de historias donde esta vez no estará la regla de siempre narrar bajo la perspectiva del lector, permitiendo que se exploren nuevas situaciones y problemas para la protagonista en turno, el proyecto todavía no está empezado pero les avisaré cuando llegue su publicación. Sin más que decir aquí les dejo el capítulo, espero que les guste
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Eres un joven de 17 años de complexión delgada, eres alto, de cabello castaño y ojos verdes, eres de origen latino pero llevas viviendo en Estados Unidos desde que eras pequeño, justo aquí es donde ocurre una de las mejores experiencias de tu vida
Saliendo de la escuela fuiste a tu pequeño trabajo de medio tiempo en una cafetería donde si bien no hacías mucho más que limpiar o recibir clientes, pagaban bien porque estaba en la zona turística de la ciudad. Entonces mientras limpiabas una mesa recién desocupada por tres clientas mexicanas te encontraste una especie de bolsa de cierre con tres pasaportes dentro, lo normal era llevarlos a objetos perdidos pero justo alguien te llamó para recoger unos platos así que lo ibas a hacer después, solo que no lo hiciste y llevaste los pasaportes a tu casa
Ahí te tomaste la libertad de mirarlos mejor y te diste cuenta que las tres mujeres de los pasaportes eran bastante hermosas, una se llamaba Andrea Rodríguez, tenía el cabello castaño oscuro y los ojos color miel, otra era rubia y de ojos cafés, su nombre era Valeria Ferrero. Y la última, que te pareció más atractiva, era Ana Bonheur, tenía el cabello castaño claro y los ojos color miel
El resto de esa noche pensabas en solo dos cosas, ir al día siguiente para poner los documentos en objetos perdidos, y en una fantasía donde te encontrabas a las tres mujeres y como agradecimiento por devolverles sus pasaportes ellas te dejaban hacerles lo que quisieras
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Al siguiente día te levantaste temprano para ir a la cafetería y dió la casualidad de que te encontraste con las mujeres en el camino, fue fácil reconocerlas tras haber visto sus fotos varias veces durante esa noche. Como era lógico te acercaste a ellas para darles sus cosas pero escuchaste una conversación interesante
–Maldición, los pasaportes no están aquí– Dijo Andy tras salir de tu lugar de trabajo
La rubia jadeó –¿Y donde más pueden estar? Revisamos todo el hotel y cada lugar donde hemos estado
–No tengo idea chicas.. Pero tenemos que encontrarlos o si no vamos a perder el vuelo y si lo perdemos no vamos a llegar a casa para Navidad... Daría lo que fuera para llegar a tiempo con Greg y mis bebés..
Fue entonces que un foco se encendió en tu cabeza, un foco malvado que al fin y al cabo beneficiaria a ellas y a ti
Te acercaste más y aclaraste la voz –¿Puedo hablar con ustedes en privado? Solo será un momento, por lo que oí sé que les interesará
Ellas te siguieron con cautela al callejón de la cafetería
–Tengo sus pasaportes.. No encima pero se los puedo dar
Ana abre los ojos contenta –¡¿En serio?! ¡Eso sería genial! Te prometo que te vamos a compensar por eso, solo dime una cantidad
–No es dinero lo que pido... Sino un espectáculo..
Andrea frunce el ceño –¿De qué clase de espectáculo estás hablando?
–Básicamente quiero que hagan todo lo que les pida, y ahora quiero ver sus pechos
Ella se ve notablemente molesta y se dirige hacia ti pero se detiene cuando continúas hablando
–Oí que si no los recuperan pronto perderán su vuelo de regreso a casa, y que no llegarán para Navidad si lo pierden.. La decisión es suya, bien puedo irme ahora
–E-Espera... No te vayas por favor..– Dice la más bajita de las tres –Yo haré lo que me pidas si me regresas los pasaportes...
Niegas –El trato es por las tres
Ellas se dieron una mirada y tras resignarse levantaron sus blusas para enseñarte sus hermosos atributos. Los de Valeria eran de copa D y de tono pálido como el resto de su piel, sus pezones eran de color rosa y mientras te los enseñaba no podía mantener la mirada en ti por lo que la desviaba a la par que su cara se hacía cada vez más roja. Los de Andrea eran un poco más pequeños y respingones, eran copa C y los pezones eran un poco oscuros lo que los hacía resaltar en su piel blanca. Los de Ana eran también copa C, eran redondos y de pezón claro pero sin llegar al rosado de Valeria, con ella no te pudiste contener y moviste la mano para apretar uno con gentileza
–Vengan conmigo, quiero hacer otras cosas en un lugar más privado.. Solo así les daré sus cosas
Ellas se cubrieron otra vez y comenzaron a seguirte lentamente, las llevaste a un almacén donde solías hacer ejercicio porque en casa de tus padres no tenías espacio y detrás de ellas cerraste la puerta con candado
–Bien, vamos a comenzar con el espectáculo.. Quiero que ustedes dos– Dices señalando a Valeria y Andy –Le hagan calzón chino a la más bajita y que sea fuerte
Ana asintió y te dió la espalda para que sus dos amigas siguieran con la orden. La rubia y la castaña metieron las manos en los shorts de mezclilla de Ana, cada una puso una mano en el costado de sus bragas amarillas y otra mano en la parte trasera, luego tiraron
No fue sorpresa que Ana era una mujer ligera, era bajita y si bien no era extremadamente delgada tampoco se veía pasada de peso, sus amigas la levantaron con facilidad y ella hizo lo posible por no gritar, pero cuando diste la orden de hacerla rebotar la mujer gritó sin parar
–Muy bien, bájenla– Ellas obedecen y tú miras a una de ellas –Andrea ¿Verdad?– Ella asiente –Quiero que te pares aquí mirando a la pared, luego quítate la ropa de la cintura para abajo, inclínate y separa tus nalgas porque tus dos amigas te van a meter algo en el trasero
Andy no tuvo más opción que seguir tus órdenes a regañadientes, se paró donde dijiste y en poco tiempo les presento aquel lindo agujero que sus nalgas ocultan. A continuación tomaste un trapeador y se lo entregaste a las dos amigas que con incomodidad procedieron a sodomizar a Andrea, la cual recibió el palo en su trasero con dolor, tanto que hasta sus piernas temblaron y estuvo por caer al suelo
–Es suficiente, ahora es el turno de la rubia. Eres Valeria ¿Cierto?
Ella asiente –¿Q-Qué tengo que hacer?
–Primero quítate la falda, quiero ver tus bragas
Con la cara más roja ella desabrochó el botón de su falda negra y tras bajar el cierre se la quitó dejando a la vista unas bragas ridículamente tiernas, unas de color rosa pastel con dibujos de gatitos
No puedes contener la risa –Lo admito, esperaba algo más revelador o atrevido pero..– Comienzas a rodear a la mujer inspeccionando sus piernas y trasero –Estas no están mal– Y le das una nalgada. Ahora volteas a ver a las otras dos –Quiero que cuelguen a Valeria de las bragas en ese gancho
La mujer rubia se puso delante del gancho que colgaba del techo a la altura de su cabeza, sus dos amigas se pusieron a su lado y se prepararon para cargarla
–Perdón Vale...
Valeria tragó saliva –Descuida Ana..
Con algo de esfuerzo Valeria fue levantada y su adorable ropa interior enganchada, quedando la pobre rubia con los pies lejos del suelo y el trasero siendo cortado a la mitad
–Genial.. Ahora quiero que se cuelguen de sus piernas
Ana y Andrea no tuvieron más opción y se abrazaron de una pierna cada una antes de subir las piernas. Valeria gritó más fuerte conforme las bragas de le metieron más
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Eventualmente las bragas de Vale se rompieron y les diste a las mujeres un descanso, pero ahora era momento de continuar
–Pónganse de pie en este lugar, una junto a la otra y con los brazos en la cabeza
Al lado derecho estuvo Andrea, en el centro Valeria y al lado izquierdo Ana. Primero fuiste con Andrea, quien no tenía nada de la cintura para abajo mientras que arriba usaba una blusa azul con una chamarra blanca, aunque la última prenda se la quitaste rápidamente
–Eres muy sexy ¿Lo sabías?– Dices estando detrás de ella, con una mano en su busto y la otra acariciando sus partes íntimas –Y me gusta tu depilado
La mujer solo se quedó en silencio incluso cuando comenzaste a frotar tu entrepierna con su trasero. Poco a poco le quitaste la ropa y tras succionar uno de sus pezones la envías hacia un escritorio donde tuvo que apoyar los codos mientras se inclinaba
Ahora fuiste con Valeria quien tampoco tenía nada de la cintura para abajo
–Estoy enamorado de tus dos nalgas preciosas– Le susurraste al oído –Son regordetes y las más suaves que he tocado
Sin poder más te pones de rodillas detrás de ella y la abrazas pegando la cara en sus posaderas, dándole un besito incluso
Luego de un momento te levantas –Y tus pechos igual son geniales– Dices al tocarlos –Solo los ví por un segundo pero la imagen estará en mi mente por siempre.. Aunque de todas formas los quiero ver de nuevo
Lentamente le quitas cada botón de su camisa de manga larga y desabrochas lentamente su sujetador morado, teniendo al fin esas maravillas delante no pudiste evitar jugar con ellas un rato. Tras esto la mandaste junto a Andrea
Por último vino Ana, ella si tenía toda su ropa solo que sus bragas restaban estiradas, le quitaste los shorts, la blusa y el sujetador, y luego del esperado juego con sus pechos agarraste la pretina de sus bragas por la parte delantera
–No te contengas para gritar– Y tiraste
Ana obedeció al parecer porque gritó como jamás hubieses esperado, sus bragas llegaron a su precioso busto pero no sé detuvieron ahí sino que seguiste tirando hasta ponerle un atómico frontal
Ahora agarraste las bragas por atrás –Te recomiendo no apretar mucho las nalgas
Fue gracioso que al oír eso sus nalgas se apretaron para evitar el eminente calzon chino que al igual que el frontal acabó con la pretina descansando en su cabeza
–Ven, te voy a llevar con tus amigas
Llevaste a Ana con las otras dos mujeres y la dejaste en la misma posición, inclinada y con los codos apoyados en el escritorio de madera
–Esto ya va a terminar, será con una lección para que cuiden mejor sus cosas de ahora en adelante así que, quiero oír que cuenten
Con una regla de madera ibas de lado a lado dándoles certeros golpes en las nalgas a cada mujer, ellas primero se guardaban los gritos pero cuando las tres habían dicho "Cincuenta", dejaron salir casi de todo, gritaban, decían maldiciones y pataleaban, por desgracia no llegaron a llorar aunque lo habrías querido. Para el último golpe (El número 70) tomaste sus pasaportes y se los entregaste
–Que tengan buen viaje– Les dijiste con burla
Por desgracia habría sido mejor dárselos e irte corriendo, pues ahora que no tenías nada para usar en su contra nada les impedía a ellas cobrar venganza, de esto te diste cuenta cuando Andrea colocó el seguro de la puerta y las tres comenzaron a caminar hacia ti
–Oh no...
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