#68 Melisandre
*Continuación del #66 Cersei Lannister*
La idea principal era volver a Essos, pero lo mejor que conseguiste en tu escape era un barco pequeño que ni de chiste soportaría un viaje así de largo, por lo que decidiste ir a visitar a tu hermano menor, Stannis Baratheon para pedirle un barco. Stannis tenía el cabello castaño oscuro y los ojos grises, era un poco más bajo que tú y era el Señor de Dragonstone, fortaleza que antiguamente pertenecía a los Príncipes Targaryen que heredarían el trono
No era tu primera vez en Dragonstone así que fuiste recibido con hospitalidad e inmediatamente avisaron a tu hermano de tu presencia
–Me sorprende verte aquí
–A mi me alegra en realidad– Le dices –¿Hace cuánto que no nos vemos?
Stannis era alguien muy serio así que no esperabas que expresara su alegría por verte
–Igual me alegra verte, quería hablar contigo respecto a la guerra que está por venir
Decides callar tu petición por el momento y así escuchar lo que tenía por decirte
–No todos tenemos el don de la inmortalidad, está claro que si todos aquí morimos el único que quedará eres tú– Dice –Es por eso que quiero tener el respaldo de nuestra familia y el trono que ahora nos pertenece por derecho
Entrecierras los ojos –¿Qué planeas Stannis?
–Quisiera que mi hija, la Princesa Shireen, fuese mi heredera.. Pero para que haya más descendencia ella tendría que casarse y con eso sus hijos tendrían otro apellido
Asientes –Entonces la responsabilidad de mantener el apellido recae en Renly
Él suspira –Renly se ha levantado en armas, tiene la intención de usurpar mi trono y eso no lo puedo permitir.. Por muy hermano nuestro que sea, es alta traición
–¿Entonces?
Stannis desvía la mirada pero después la devuelve a ti –¿Nunca te preguntaste porqué Robert no te dio el apellido de nuestro padre una vez fue Rey y pudo hacerlo?
Te encoges de hombros –Tal vez porque yo no se lo pedí o porque no se le ocurrió
–Lo que haya sido no es importante.. Mi intención es darte el apellido y hacer que te conviertas en el heredero de nuestra familia. Si yo muero quisiera que tu fueras mi sucesor al Trono de Hierro
Elevas las cejas –¿Y si no mueres?
–Entonces haré el esfuerzo para tener un hijo varón que pueda heredar el Trono, por tu parte.. Se te conocerá como Lord Jaehaerys Baratheon, Señor de Bastión de Tormentas y Señor Supremo de las Tierras de la Tormenta
Eso te tomó por sorpresa, tal vez no se lo habías dicho a nadie pero ese siempre fue tu sueño. La oferta de tu hermano era interesante y aún si su reclamo no funcionaba todavía te quedaba la oportunidad de tener el apellido gracias a Daenerys
–¿Y yo qué debo hacer a cambio?
Se acomoda en su silla –Tú y Ned Stark eran buenos amigos, tal vez no tanto como lo fue con Robert pero si tenían confianza– Asientes –Quiero que vallas al Norte para hablar con Robb Stark y conseguir una alianza con los Norteños, con todos esos hombres esta guerra estará ganada. Por mi parte hablaré con Renly para que renuncie a la idea de usurpar mi trono
–Oí algunos rumores de que Robb Stark se proclamó Rey en el Norte
Él asiente –Exacto, quiero que hagas que el Rey en el Norte hinque la rodilla nuevamente y se convierta en nuestro aliado
–¿Cómo se supone que haga eso?
Por desgracia Stannis no dio ideas, tú pensaste en prometerle a Robb Stark que su familia serían reconocidos como Príncipes al igual que como se hacía en Dorne, pero no era un buen plan puesto que es un título vacío, por más Príncipe o Princesa que sea ellos no tendrían el Trono. Una mejor vida para los Norteños era otra opción, pero no creías poder darles algo que no puedan conseguir por si mismos, la única opción medianamente factible era aplastar su rebelión en una guerra y así conseguir que hinquen la rodilla como pasó en su momento con Aegon el Conquistador, pero teniendo una guerra contra los Lannister y el ejercito de Renly (El cual era más grande que el de Stannis) a la vuelta de la esquina sería un suicidio marchar al Norte
Odiaste a Stannis por poner esa carga en tus hombros, carga que te impidió celebrar como es debido el hecho de conseguir el apellido de tu padre, por suerte algo interesante te permitiría celebrar un poco
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Estabas en la habitación que te dio Stannis, afilando tu espada cuando escuchaste unos golpecitos en la puerta
–Adelante
Entró una hermosa mujer con un vestido rojo a juego con su roja cabellera, de ojos azules, copa entre B y C y un trasero proporcional
Le sonríes –Usted debe ser Lady Melisandre de Asshai
Ella asiente –Y usted Lord Jaehaerys
Ríes un poco –Siéntese por favor
–Es una linda espada la que tiene ahí, ¿Es de Acero Valyrio?– Le asientes –¿Y tiene nombre? Escuché que los caballeros de Westeros acostumbraban a nombrar sus armas, y por lo que veo usted carga con varias
Asientes –Esta se llama Dark Storm, la encontré en un viaje por la antigua Valyria y conseguí que alguien la derritiera y forjara una nueva hoja a mi gusto y medida
–Es hermosa
Sacas la espada secundaria –A ella la llamé Gray Storm, no es de Acero Valyrio pero siempre suelo usarla junto a Dark Storm en los combates, mide la mitad que la espada principal
–¿Y su daga tiene nombre?
Sacas la daga de la funda en tu antebrazo –La mantengo siempre cerca, nunca se sabe jeje. Es Acero Valyrio y fue un regalo de una doncella, dudo que ella supiera el material de la que estaba hecha pero me sugirió nombrarla "Flaming Whisper" puesto que su empuñadura tiene la cabeza de un pequeño dragón, me gusta pensar que le perteneció a un Targaryen jeje– Te detienes –¿Se nota mucho que me gusta hablar de armas?
Ella ríe contigo –Solo un poco
–En su mayoría soy bueno solo con dos cosas, armas y mujeres.. Y no es apropiado hablar de mujeres delante de una dama
Sonríe –¿Es usted un creyente, Lord Jaehaerys? ¿Sabe el origen de su inmortalidad?
–No soy un creyente muy fiel pero me inculcaron la Fe de los Siete desde pequeño, aunque no sé el origen de mi inmortalidad
Asiente –He visto gente con dones similares al suyo ¿Sabe?
–¿De verdad?
Asiente otra vez –No a un nivel como usted, hablo de cuando un Sacerdote Rojo le implora a R'hllor por la vida de alguien y si el Señor de la Luz así lo quiere esta persona puede volver a la vida
–¿Sugiere que mi don proviene del Señor de la Luz?
–Posiblemente.. Y vine aquí con la intención de que me deje estudiarlo. Las propiedades de su sangre inmortal, sumada con el hecho de que usted tiene la sangre de un Rey, posiblemente tenga unas propiedades más que formidables para conducir los dones del Señor de la Luz– Hace una pausa –Además hay algo que quiero probar..– Dice al exponer lentamente sus pechos a través de su vestido
Les das una mirada rápida –¿Qué es esa otra cosa que quiere probar?
–¿De verdad quiere que lo diga?– Dice a lo que niegas con una sonrisa –El sexo me dará una ganancia aparte así que me gustaría saber el precio por estudiar su sangre
Asientes y piensas en tu precio –Dígame Mi Lady.. ¿Alguna vez le han hecho calzón chino?
–Nunca lo he sufrido de primera mano pero he oído de eso, es más común en Westeros que en Essos y consiste en estirar la ropa interior de una víctima hacia arriba para causarle un dolor que varia con la fuerza que se tire o con la resistencia de la víctima. Supongo que ese será su precio por darme un poco de su sangre
Sonríes –Es correcto Mi Lady
–Pues estoy a sus órdenes
Te levantas de tu silla –Póngase de pie Mi Lady, y quítese su vestido
La Sacerdotisa obedece y en segundos estaba usando nada más que unas bragas blancas simples, teniendo sus hermosos pechos al aire
–Dese la vuelta por favor, Mi Lady
Nuevamente hace caso y teniéndola delante te das un segundo para meter las manos en sus bragas y acariciar su suave trasero
–No sabía que el calzón chino comenzaba así, Mi Lord..– Dice con lo que parecía gracia
Ríes nervioso –Me disculpo Mi Lady, pero no lo pude evitar
Entones la mujer solo se inclina para presentar su trasero ante ti, apoyando las manos en las paredes –Tómese su tiempo Mi Lord
Sin poder creerlo todavía te pones de rodillas para bajar las bragas de la mujer roja y hundir la cara en su trasero pálido como la leche, las no tan gentiles palmadas que le llegaste a dar en el trasero dejaban unas marcas rojizas en la piel pese a no haber sido fuertes o muchas. Sin poder esperar más te pones de pie y tras subir las bragas tiras tanto que Lady Melisandre tuvo que ponerse de puntitas, ella no hizo ningún ruido al respecto pero tú lo tomaste como que quiso acallar los gritos de agonía
Detienes el tirón por un segundo solo para reforzar el agarre y así estirar la mayor cantidad de tela posible, tanta que con el segundo tirón se le hundió incluso la parte frontal
–Si le duele mucho solo dígame Mi Lady
Su respuesta solo fue asentir, tiras otra vez para conseguir un desgarre que partía desde su entrepierna hasta casi llegar a la pretina de la ropa interior, permitiéndote ver a través de la tela. Excitado por la vista das la tarea de tirar a tu mano izquierda mientras que la derecha baja a masajear el trasero de la bella mujer, y ninguna mano se detuvo hasta que la ropa interior se rompió por completo
–Esta zona se ve un poco maltratada Mi Lady– Dices mirando la enrojecida marca entre sus nalgas –¿Se encuentra bien?
Asiente sin denotar alguna presencia de dolor –Estoy bien Mi Lord, no se preocupe– Lentamente se gira para estar frente a ti y tiene la iniciativa de besarte –¿Está listo Mi Lord?
Tu respuesta fue solo besarla mientras tenías ambas manos en su trasero, cargas a la pelirroja hacia la cama para ponerla ahí y quitarte rápidamente la ropa. Jadeas por lo bajo cuando metes tu endurecido miembro en ella y te comienzas a mover mientras una mano se posaba sobre uno de sus pechos
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No sabías que Melisandre tenía la intención de que terminaras en la puerta delantera, pero para su desgracia llegaste a penetrarla en la trasera un segundo antes de terminar
–Lo lamento Mi Lady ¿Le dolió?
Ella niega –No se preocupe Mi Lord, ya podremos repetirlo en otro momento. Por ahora probemos lo de su sangre
Asientes y tras vestirse la sigues a su laboratorio donde hizo unas pruebas un tanto perturbadoras, pruebas bastante raras que llegaron a perturbarte en especial si consideras la forma en la que Stannis seguía a la mujer roja y hacía que su pueblo se convierta a la fe de R'hllor
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