#65 Marge Simpson
Nunca antes habías tenido la necesidad de trabajar, siendo un Bully alto y fuerte no era difícil quitarle el dinero a los nerds de la Escuela de Springfield, pero por desgracia tus padres comenzaron a preguntarse de dónde venía tu dinero si no trabajabas y la mesada no era tan elevada como para tener las cosas que has comprado. Fue una noche donde tuviste la idea de buscar un trabajo para lavar el dinero que le quitabas a los nerds, de esa forma tus padres no sospecharían nada otra vez
Durante ese fin de semana fuiste de puerta en puerta ofreciendo servicios de limpiador de hogares y fue una hermosa mujer de cabello azul la que terminó por contratarte y decirte que podrías comenzar a partir del siguiente día tras volver de la escuela. Te llevas te una gran sorpresa al descubrir porqué el apellido de la mujer te sonaba familiar, y esto fue porque era la madre de Bart Simpson, un chico que molestabas casi a diario en la escuela
–No consideré eso, si el tonto le dice a su madre ella terminará por despedirme...– Suspiras –Con lo que me costó convencerla de subir unos cuantos dólares a la paga.. Tendré que amenazarlo para que no diga nada, solo hasta poder conseguir trabajo en otra casa
Luego de hacer ese plan esperaste a la hora del almuerzo para buscar al chico Simpson, el cual encontraste en el área de los juegos relajándose con su mejor amigo Milhouse. El rubio no te vio venir así que se asustó cuando lo abrazaste por la espalda y te lo llevaste tras cubrirle la boca
–Ay no..– Dice una vez lo sueltas y puede verte a la cara
–Esto no me hace más feliz que a ti, Simpson, pero necesito.. Hablar contigo
Él da unos pasos hacia atrás, viéndose sin escapatoria al tener un muro detrás y un Bully de frente
–¿D-De qué quieres hablar?
Haces crujir tus nudillos –Nada complicado, solo que me enteré de que la mujer que me acaba de dar empleo resulta ser tu madre, y si tú le hablas mal de mi me temo que ella podría despedirme ¿Comprendes?
–Nunca comprendo lo que dices, cada que tengo una respuesta me dices otra cosa
Ríes –Creo que esta vez podrías tener una pequeña idea de lo que quiero decir– Aclaras la voz –Si tú le dices a tu madre que todos los días te quito el dinero del almuerzo o meto tu cabeza en el inodoro, el calzón chino que te daré te impedirá caminar por el resto de tu vida ¿Comprendes?
Asiente nervioso –No le diré nada...
–Anímate, también podrías ganar algo. Te molesto tres días a la semana más las veces que nos topamos los fines de semana, si tú colaboras reduciré esto a dos días a la semana y si te veo por la calle no te haré daño, además de que no seré tan severo esos dos días en los que te pueda molestar
–Tenemos un trato
Sonríes –¡Así se habla!– Le das una palmada en la espalda y lo dejas ir. Suspiras –Esto fue más fácil de lo que pensé
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El trabajo en la casa Simpson era relativamente sencillo dependiendo del día que toque, a veces tenías que limpiar el baño y barrer, otras veces solo barrer, algunas te tenías que lavar los platos y encargarte del césped, en resumen te encargabas de las cosas que necesitaran atención. Nada de esto era más relevante que Marge, describirla como hermosa queda corto, la mujer era muy sexy y cada que lavabas la ropa tenías la privacidad de inspeccionar sus bragas sucias e imaginar cómo se verían cubriendo su redondo trasero, metiéndose entre esas dos nalgas de forma natural o mejor, cuando alguien las estiraba hacia arriba.. Te encantaría ser ese alguien que las estire hacia arriba
Por fortuna o desgracia algo paso luego del primer mes que llevabas trabajando con ellos, y es que el chico Simpson estuvo vestido con una ropa bastante nerd, posiblemente ropa que le compro la propia Marge y lo obligó a usarla, el punto ahí era lo difícil que era resistirse a hacerle algo. Estando solos en la casa lo empujaste dentro del baño y metiste la mano en sus shorts para sujetar sus calzoncillos blancos y levantarlo con bastante facilidad, el chico gritó pero no había nadie que lo rescatase, lo rebotaste durante ese rato e incluso sumergiste su cabeza en el inodoro hasta que la madre volvió y te atrapó. Marge te llevó a su habitación para regañarte y seguramente para despedirte
Entre el regaño supiste que era inútil intentar dar una excusa, pues cada que intentaste hablar eras interrumpido por la mujer de cabello azul, finalmente ella te pide que te vallas de su casa y no volvieras, amenazándote en caso de que le hicieras algo a Bart como venganza por esto
Te detienes con la mano en el pomo de la puerta –Descuide.. No me voy a vengar de Bart, se lo prometo
Volviste a casa pensando en que cumplirías con tu promesa, no te vengarías de Bart, sino de la propia madre de familia. Durante esa semana elaboraste planes para que cada miembro de la casa estuviera fuera excepto Marge, el esposo iría al bar pues alguien le informó que Duffman iría al Bar de Moe entre las 7 y 11 de la noche e invitaría dotaciones gratis de cerveza, Bart iría a dormir a casa de Milhouse y Lisa si bien no saldría tampoco era un gran problema para el plan contra su madre. A la hora exacta en que el padre se fue con el hijo, entraste por la ventana de la recamara de Bart, caminaste por el pasillo y viste los dos platos de comida en la mesa junto a los vasos de bebida a los que les pusiste unos somníferos poderosos
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Cuando la hora llegó, la madre y la hija cayeron dormidas en la mesa
–Es raro que esta sea nuestra última conversación, Maggie.. Yo en serio disfrutaba cuidarte pero así es la vida. Nunca olvidaré que fuiste la única persona a la que le comenté mis deseos con Marge y no me delató, tal vez el hecho de que seas una bebé y no sepas hablar tenga que ver con eso pero no me importa, gracias por todo– Y tras besar su frente la dejas en la cuna y esperas a que se duerma
Hiciste lo mismo con Lisa, la cargaste hacia su habitación y la dejaste sobre su cama
Suspiras –Tú definitivamente fuiste mi Simpson menos favorito, no tienes idea de las veces que quise hacerte calzón chino por lo molesta que eres pero tengo un código que me impide atacar a gente de tu edad– Ríes –Pero me conformo con lo que le voy a hacer a tu madre
Sales de la habitación y ahora bajas para subir a Marge, era más difícil pero lograste subirla sin muchos problemas. La pusiste sobre la cama y tras poner el seguro le quitas con cuidado el vestido verde y los zapatos, dejándola con sus bragas rosas y sujetador blanco
Miras tu reloj –Falta media hora para que despiertes... Y cuando lo hagas tendré bocabajo así que voy a disfrutar estas dos linduras por ahora
Le quitas el sujetador y durante 20 minutos masajeas y juegas con sus pechos, dándole pellizcos suaves al pezón y una que otra succionada, finalmente la colocas bocabajo y con las cuatro cuerdas que habían en tu mochila ataste sus brazos y piernas a las esquinas de la cama
Le acaricias el trasero –Ahora a esperar a que te despiertes,,
Poco después ella despierta confundida –¿Hm? ¿Cuándo me fui a la cama?– Trató de acomodarse pero notó las ataduras –¿P-Porqué estoy atada?..
–Tranquila Señora Simpson, no fue un desconocido quien la ató
Ella trata de mirarte –¡¿Tú?! ¡¿Porqué me ataste?! ¡¿Porqué estoy desnuda?! ¡Suéltame!
–Lo lamento pero no lo haré, no ahora, quiero decir– Ríes –Solo estoy aquí para divertirme– Y le pones unas calcetas en la boca. Subes en su espalda y apoyas ambas manos en su trasero, masajeándolo –Desde que la conocí tuve ganas de tocar su trasero ¿Sabe?– Claramente no oíste respuesta –Es que es hermoso
Ahora sujetas la pretina rosada y la estiras hacia atrás causando que el algodón se metiera entre esas dos nalgas preciosas y amarillas, continuaste tirando por un rato hasta que dejaste una mano libre para darle nalgadas haciendo que la peliazul se retorciera todavía más
–Siga retorciéndose si quiere que pare– Y tiras aún más fuerte haciendo que hasta los ojos se le torcieran –No creí que esto le fuera a gustar, en ese caso voy a seguir jeje
Continuas con las nalgadas hasta que su trasero comenzó a cambiar de color, entonces quisiste dar el tirón de gracia para poder seguir con el plan. Sujetas las bragas ahora por los agujeros de las piernas y tiras incluso más que antes causando que los desgarres aparezcan poco a poco hasta que caes hacia atrás con la tela rota
Ríes –Eso fue asombroso ¿No lo cree?
Te das el tiempo para verla a la cara y contemplas las lágrimas escurriendo por sus mejillas
Secas una lagrima –Descuide, esto pronto terminará– Y ríes ante la mirada molesta y cargada de odio que te dedicó la mujer. Metes la mano en tu mochila y sacas el otro artículo que trajiste –Fue difícil conseguir esto ¿Sabe? Vi que se lo confiscaron a un compañero de clase y lo tuve que "Sustraer" si quería tenerlo– Le acercas dicha cosa a la cara para que la vea
Lo que tenías en la mano era un látigo con 10 colas cortas, y si bien su propósito aparentemente se limitaba a golpear traseros, a ti se te había ocurrido un nuevo uso para después de los golpes. Le acaricias otra vez el trasero y tras ponerte en posición sueltas un golpe que le da a ambas nalgas, haciendo que ella suelte un grito silenciado por la mordaza, el segundo fue incluso más fuerte y al casi oír sus gritos decidiste acomodar la mordaza. Continuaste durante unos 10 minutos en los que no supiste cuántos golpes diste, pero debieron ser muchos teniendo en cuenta el color drástico que tomaron sus posaderas
–Relájese Señora Simpson, lo necesitará para lo que viene jeje
Sin decir más te acomodas detrás de ella, como puedes le separas las nalgas para darle un corto beso negro y proceder a introducirle el mango del látigo. Su reacción al ser sodomizada fue poner las piernas rígidas, cosa que tal vez hizo que le doliera más pero no hizo que te detuvieras, no hasta que el mango desapareciera completamente en ese hermoso agujero
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