#2 Maestra Samara
La Maestra Samara era una de las Maestras con las que siempre puedes contar, y eso lo sabías muy bien al ser su alumno de Matemáticas. Samara era una joven mujer de ojos color avellana y cabello oscuro corto, copa D y un trasero que siempre luce bien en los habituales jeans de la Profesora
Ella además de enseñar Geometría y Fracciones, ha charlado contigo y con el resto de la clase sobre cosas de su vida, y siempre quiso conocer bien a sus estudiantes; también ha organizado salidas fuera de la escuela para que sus alumnos se diviertan mientras aprenden, sin duda era una Maestra que cualquiera quisiera tener. Por supuesto que no todo era juego y diversión, ella solía dejar bastante tarea y tampoco les dejaba usar celulares durante la clase
Para tus adentros, había algo que siempre quisiste hacerle a tu Profesora, darle un calzón chino. Sabías que era imposible, y aunque lo hicieras posiblemente acabarías suspendido, solo que pensar en esas consecuencias no matan tu deseo por completo. Siempre solías mirar cómo era su trasero cuando ella se giraba para anotar en la pizarra, te preguntabas qué tipo de ropa interior llevaría y si en ese preciso momento se le habrían metido las bragas en el trasero
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Tu padre era dueño de una distribuidora de licor, era genial pero la desventaja era que si alguien hacía un pedido en la noche tú tenías que llevarlo, solo que no sabías que esa desventaja se convertiría en una gran ventaja. Aquella noche llegaste al bar y dejaste los pedidos tras recibir el pago, diste media vuelta y te ibas a ir pero algo llamó tu atención
La Maestra Samara estaba sentada en la barra, tenía un vaso lleno de cerveza y se lo bebió en un parpadeo
Ella hipó –Está muy buena jeje... Sírveme otra por favor
–¿No cree que ya bebió demasiado señorita?– Preguntó el cantinero
La mujer rió –Claro que Noooooo, solo me bebí 10 vasos, eso no es mucho. Además mi cuerpo tolera la cerveza de forma excelente
Decides acercarte a ella y la saludas
Ella te ve confundida –¿Eh? ¿Y tú quien eres?
–Soy..– Dices tu nombre –Soy un alumno suyo
Samara abre los ojos al comprender –¡Ah si! Ya te recuerdo.. ¿Cómo estás?– Preguntó animadamente –A mi la vida me dio unas buenas nalgadas, metafóricamente hablando, claro, de ser real mis pompis estarían MUY rojitas. En fin, solo necesito divertirme un poco más y estaré mejor
Decides sentarte a su lado y pides un refresco para pasar el rato con ella, tratando de convencerla de que era tarde y debía volver a casa
Ella hipó otra vez –Está bien.. La cuenta por favor
La acompañabas afuera cuando notaste lo mal que caminaba, chocando con un par de cosas y casi cayendo, así que pusiste uno de sus brazos sobre tus hombros para ayudarla
La mujer te sonríe –Gracias en serio, eres un amor. Ahora, ¿Dónde había estacionado mi auto?
–Espere ¿Qué? No puede conducir en ese estado, mírese, ni siquiera puede caminar... ¿No prefiere mejor llamar a alguien para que la recoja?
Ella resopló –Bien.. A ver mi celular....
La Maestra revolvió toda su bolsa pero por más que buscó no encontró su celular, tenía su cartera, llaves y hasta toallas femeninas, pero su celular no
–Ay que tonta, lo dejé cargando en casa jejeje
Resoplas un poco –¿Qué tal si me dice dónde vive y la llevo a casa?
–Por mi está bien, andando
Solo la ves caminar mientras tienes un tic en el ojo, ni siquiera te dijo en dónde vivía
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En el camino ella no dejó de hablar incoherencias, como confundiendo a los postes de luz con personas o decir que quisiera usar todos sus ahorros para viajar por el mundo. Al llegar a su casa usas sus llaves para abrir la puerta y la guías a su recamara
Ella se tira sobre su cama y suspira –Que suave...– Dice al acariciar la cama
Cuidadosamente le quitas los zapatos y luego vas por un vaso de agua –Aquí le voy a dejar algo de agua, hidrátese ¿De acuerdo?
Esta vez te sorprendiste al ver a la Profesora llorando silenciosamente
Te sientas en su cama y le acaricias la espalda –¿Porqué llora?
La mujer se secó unas cuantas lágrimas –E-Es que... Sigo dolida porque mi novio me engañó con otra mujer que prácticamente es una modelo..
–Lamento escuchar eso, comprendo lo que siente
Ella se giró hacia ti –¿Lo entiendes? ¿También tuviste un novio que te abandonó?– Preguntó con ese mismo tono de ebria
Ríes –No, claro que no. Pero no hace falta vivirlo para saber que esa es una experiencia horrible, en especial si amabas mucho a esa persona
–Tienes razón– Suspiró –Sigo sin entender porqué lo hizo.. Yo le cocinaba, lo dejé vivir aquí por semanas, tuvimos muchos buenos momentos, mucho sexo también... Hasta dejé que me quitara la virginidad anal... ¿Crees que fallé en algo?
La vuelves a acariciar, intentando alejar la imagen de tu Profesora desnuda y con alguien penetrándola por atrás, no era una mala imagen, solo no era el momento de pensar en eso
–Le aseguro que usted no tiene la culpa, la conozco bien por sus clases y sé que es una persona divertida y buena, la culpa la tiene enteramente su exnovio por ser tan idiota como para no darse cuenta de la perfecta novia que tenía
Eso la hizo sonreír –Gracias en serio.. También perdóname por todo esto, debo verme muy patética, una Maestra llorando y contándole sus penas a su alumno
–No fue ninguna molestia.. Tampoco creo que se vea patética, todos tenemos un momento de tristeza donde es imposible aguantar el llanto
Ella se levanta rápidamente y te abraza, además te dio un beso en la mejilla. Permanecen así un momento hasta que decides romper el silencio, ibas a decir algo pero fuiste interrumpido por los ronquidos de la mujer que se quedó dormida en tus brazos
La acomodas bocabajo y te vas tratando de no hacer ruido, solo que la ves una última vez antes de irte. Desde esa posición... Podías ver cómo sus pechos se aplastaban contra la cama.. Y su trasero.. No puedes evitar pensar que gracias al alcohol ella estará profundamente dormida, y no sentiría mucho si le das un tirón a sus bragas
Sabías que era peligroso, ella podía descubrirte pero era ahora o nunca. Te acercas lentamente y con cuidado metes los dedos dentro de sus pantalones, cuentas hasta tres y tiras
Sus bragas eran negras y te sientes muy bien al estirarlas, tanto que tiras más veces, cada vez más fuerte que la anterior. Esto hace que el trasero de la mujer se eleve y por su parte ella solo suelta gemidos sin despertar, confundiendo su sueño con la realidad
–Vamos Samanta, deja de hacerme calzón chino...– Balbucea dormida –Le voy a decir a mi mamá..
Sabías por sus historias que Samantha era el nombre de su hermana mayor, solo que no te esperabas que esta le haya dado calzones chinos antes. Esas bragas resultaron ser muy elásticas, así que vas al otro lado de la cama para poder tirar mejor; te sorprendes porque las bragas ahora sobrepasan la altura de la cabeza de Samara, todo esto de quitó mucho estrés así que para sentirte aún mejor tiras más fuerte y causas que las bragas se rompan, haciendo que casi caigas al arrancarlas
Tras ver lo que hiciste, guardas ese trozo arrancado en tu bolsillo y tras besar la frente de tu Profesora te vas
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En el siguiente Lunes durante la clase de Matemáticas resuelven sus ejercicios cuando la Maestra Samara cuenta con humor que el Sábado ella estaba muy ebria y un desconocido la ayudó a llegar a casa, esto te hizo sentir aliviado ya que no recuerda nada de lo que hiciste o que siquiera eras tú. Lo cierto es que sabes que seguramente se preguntara por la identidad de su salvador y porqué rayos se despertó con las bragas rotas, tras esto no puedes contener la sonrisa al pensarlo
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