#1 Disturbios y chicos guapos

Feb 13, 2016

Mi vida no es precisamente normal, ¿saben? Quiero decir, sí, tengo dieciocho años, soy de clase media y trato de llevar las cosas de la mejor manera con todo y con todos, pero sinceramente hay cosas que sólo me pasan a mí. ¿Que cómo sé que sólo me pasan a mí? Bueno, no sé de muchas personas que (siendo jodidamente impuntuales y en su intento por cambiar tal defecto), salgan temprano de su casa (¡tempranísimo!) para descubrir que hay manifestaciones en el metro, y sólo después de estar dentro de la estación y haber pagado el pasaje, descubrirlo.

Encima de todo, tener que salir de la estación evitando los disturbios y tomar un pequeño bus muchos kilómetros después de caminar como si no hubiera mañana (tengan en mente que perdí el dinero del pasaje del metro, pedazo de "servicio" que nunca usé). Y para colmo de males benditos, hacer toda esa gran odisea para llegar a un lugar y entregar unos documentos de los cuáles depende tu futuro (no bromeo, así de importantes eran), y pasar el resto de la mañana haciendo una enorme fila para entregarlos, soportando un grupito de chicas al lado que no dejaban de hablar ni porque les pusieras cinta aislante en la boca y tratando de distraerte leyendo un fanfic cualquiera porque con tanta gritería ni siquiera podías pensar en escribir algo coherente para alguno de tus fanfics, eso que tanto amas aunque haya gente que piense que son raros.
Ah, quizás dirán "Vamos, Niiummy Sarang, estás exagerando. Conozco a un amigo de la amiga de la prima del tío del abuelo de la sobrina de la vecina de mis papás, al que eso le pasa todo el tiempo". Pues no, porque es que aquí no acaba mi loco día de hoy, ¡no señor! Sucede que cuando logré, finalmente entregar mis documentos, ¡quien se encargó de recibirlos fue un hombre guapísimo! ¡Y además me coqueteó! Oh, Dios, yo seguramente tenía pinta de chiquilla inexperta y despistada, (bueno, entre muchas otras cosas, soy un poco de eso), pero (Ahhh~) ¡Fue tan genial!
Pero aquí vamos de nuevo... algo que sólo me pasa a mí, sucedió.
Resulta que entre la documentación que le entregué al hombre guapetón, compresivo y amable, una pequeña hoja se coló entre los oficios, una hojita de papel en la que había escrito algunas direcciones e indicaciones que sólo yo entendería porque, bueno, eran los típicos rayonazos con indicaciones que escribes a toda carrera cuando eres despistado y temes perderte fácilmente.
Al ver la hoja me miró, sonriendo al ver mi intento de atraparla antes de que él la leyera.
–¿Qué sucede? –Me dijo sin perder aquella sonrisita algo pícara – ¿es una carta de tu novio?
Sentí cómo el rojo invadía mis mejillas, y sonreí, negando con la cabeza al mirarlo de vuelta, luego tomé el papel para guardarlo en mi bolsillo.
Así siguió siendo simpático y agradable hasta que llegó el momento de decir adiós. Pero encima de todo, justo cuando me levanté de mi silla para irme, mi documento de identidad cayó a sus pies y él la recogió para entregármela en la mano, y no sé si fue intencional o no, pero terminó haciendo contacto conmigo, para luego mirarme a los ojos, sonreírme, y despedirse de mí llamándome por mi nombre de pila, el mismo que le respondí cuando me preguntó cuál de los dos me gustaba más.
Salí de allí con una enorme sonrisa en la cara, después de una mañana de locos algo maravillosamente bueno había salido al final de todo.
¿Y qué creen que sucedió después? Lo típico, que cuando conoces a alguien encantador a quien pareces haberle agradado de vuelta, te quedas el resto del día pensado "¿Lo volveré a ver?, y si es así, ¿me recordará? Y en tal caso, ¿qué sucederá después?" y como que Ashh~ de repente piensas que es un hombre muy guapo y lleno de cualidades y estudios destacables, por lo que, ¡rayos, Seguro está casado!
Y así es como te deshaces vilmente de tu ilusión de ser la esposa de ese desconocido, Ok no, pero bueno, lo que sí no acaba es éste día lleno de cosas que sólo me pasan a mí.
Después de cruzar media ciudad para poder llegar hasta aquel lugar, tuve que seguir en la choco-aventura para entregar otros papeles y me dijeron que volviera hasta dentro de  tres días, por lo que se podría decir que perdí el viaje, y además de todo, esperé un autobús durante casi una hora, para finalmente descubrir que el idiota que hay por alcalde de la ciudad, cambiada la ruta y sólo podría tomar metro, ni modo.
De vuelta a casa después de tanto, en el metro un chico lindo me sonrío, y sólo hasta que casi me tocaba bajarme del metro, cruzamos algunas palabras. Un universitario muy amable y todo, pero tampoco lo volveré a ver.
Y bueno, palabras más, palabras menos, ese fue mi día de ayer en un pequeño resumen, ¿todavía creen que mi vida es normal o que las cosas que me ocurren son muy comunes?, porque yo lo dudo un poquito.

*-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-*
Bienvenidos oficialmente a mi pequeño rincón en el que les contaré algunos eventos locos de mi vida, espero que les haya gustado leerme y si es así, no olviden votar y comentar mucho!! Y si lo desean, agreguen esta obra a sus bibliotecas y pásense por mi perfil para leerme más^^

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top