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Muy temprano en la mañana, todos se habían levantado a desayunar y alistar sus cosas para salir de excursión hacia la isla Bair.
Ya se encontraban en el yate que los llevaría hacia allí, y en el camino fueron escuchando música, riendo y bebiendo refrescos.
Todos notaban como HyunJin y Rose conversaban a solas cada cierto tiempo, haciendo que llegaran a ciertas conclusiones.
- Ese tonto, al fin se atrevió - dijo Jungkook cerca de Hoseok.
- Era ahora o nunca, en la universidad no hubiera tenido las agallas. - rió SeokJin.
- Yo creo que Rose si se la dará una oportunidad, ambos tienen mucha química - agregó Danielle.
- ¡Oigan miren! ¡Delfines! - gritó Yoongi del otro lado del yate..
Todos fueron corriendo hacia allí, quedando encantados con los delfines, quienes nadaban y saltaban cerca del yate. Enseguida tomaron fotos y vídeos, disfrutando de aquel momento.
Después de cierto tiempo, llegaron a la isla Bair.
Con la guía de un experimentado, fueron llevados a conocer esta paradisíaca y tropical isla, quedando todos encantados cuando llegaron al lago interno.
Cansados y sudorosos por la excursión, todos se cambiaron de ropa y fueron a nadar a las cristalinas aguas.
Mientras Yoongi, Hoseok, Danielle, Taehyung y SeokJin se quedaron traveseando en aquella parte de la isla, Hyunjin, Rose, Jungkook y Jimin fueron a hacer snorkel en el arrecife de corales.
Al llegar las tres de la tarde, pararon un rato y fueron a comer, probando así las exóticas comidas de la isla.
Se encontraban en una sola mesa, dentro de una adornada cabaña con tejado de paja, disfrutando de la comida, todo iba bien, pero Jimin no sabía si es que el snorkel le había causado revoltijo en el estómago o náuseas, pero sentía ganas de regresar todo lo que había comido.
De pronto el olor y sabor de la comida que ingería con todo gusto hace un rato se volvió insoportable y asqueroso. Sentía la bilis en la punta de la lengua. Ya no podía más.
Se levantó rápidamente y fue corriendo atrás de la cabaña, arrodillandose y cediendo al vómito. Todos se levantaron asustados y fueron corriendo hacia donde estaba él.
- ¡Jimin! Amigo, tranquilo... - Hoseok se arrodilló junto a él, sosteniéndolo del torso sin presionar.
- ¿Qué sucedió? ¿Te atoraste con algo? - preguntó Rose, consternada.
Jimin terminó de vomitar, quedándose un rato más arrodillado, para después con ayuda de Hoseok y Jungkook, ponerse de pie.
Sus ojos estaban irritados, llorosos y ahora sentía una languidez horrible.
- E-estoy bien... - dijo con una voz lastimada.
- Por supuesto que no lo estás Jimin, quizá algo de lo que estábamos comiendo te hizo daño, o tragaste agua marina. - dijo Taehyung, pasándole una botella de agua para que se lavara la boca y sus manos.
- Creo que deberíamos regresar al hotel para que Jimin pueda descansar, hemos hecho mucho por hoy - dijo Danielle.
- Estoy de acuerdo - mencionó Yoongi.
- Oigan, no es necesario, aún queda mucho del día, no quiero que...
- Hey hey hey, si alguien de aquí se enferma no podremos disfrutar bien del viaje, así que será mejor que sea lo que sea descanses por hoy, además aun tenemos muchos días por delante. Así que nada de peros Jimin - dijo Hyunjin.
- Se los agradezco chicos. - Jimin sonrió, sintiéndose un poco mal por arruinar la excursión.
Esperaron un rato más antes de subir al yate, ya que querían que Jimin se sintiera mejor, puesto que el estómago se le podría revolver por el movimiento del yate y producirle vómito.
Todos estaban cambiados y con su maleta listos, cuando llegó el yate. Se despidieron del guía y subieron al transporte.
El ocaso había llegado, haciendo que la vista fuera hipnotizante.
Ahora estaban en silencio, Rose y Hyunjin conversando entre sí, Danielle y Hoseok sacándose fotos y editandolas, Seokjin y Jungkook escuchando música con audífonos, Taehyung se había quedado dormido arrimado al barandal, y Yoongi escuchaba música con un audífono.
Jimin no quería decirlo pero aún se sentía un poco mal. No tenía el estómago revuelto, pero se sentía hambriento, su estómago rugía y ardía como si no hubiese comido en días. Él deducía que era porque prácticamente devolvió todo el almuerzo y desayuno, pero aún así, no debía ser para tanto.
Con una de sus manos apretaba disimuladamente su estómago debajo de su chaqueta. Tenía mucha hambre. Intentó comerse una barra de chocolate negro que le había dado Taehyung, pero el solo olerlo le había provocado náuseas, así que la dejó a un lado.
Por inercia, se recostó en el barandal, acomodando su cabeza en el tibio hombro de Yoongi, quien solo se inclinó más para darle comodidad. La ventisca llevaba a sus fosas nasales el aroma de Yoongi, haciendo que cerrara sus ojos y disfrutara de este.
Su hambre seguía molestandolo, pero percibir el aroma de su amigo era...aliviante.
Jimin estaba por quedarse dormido, cuando el yate frenó bruscamente, haciéndo que todos cayeran de frente al piso.
Todos dieron un sonoro grito por la impresión y los leves golpes que se dieron.
- ¡¿Qué demonios?! - gritó Taehyung enojado, al ponerse de pie.
- Lo siento mucho queridos turistas, pero tuve que parar de imprevisto.
- ¿Por qué, que ocurre? - preguntó Jungkook nervioso.
- El motor se ha averiado, una falla inesperada, de verdad lo siento, ya llamé a alguien para que venga y nos ayude.
Al escuchar aquello, los chicos no evitaron sentirse temerosos y nerviosos.
- Entendemos, pero, ¿cuánto tiempo tomará eso? - Rose jugaba con sus dedos.
- La verdad es que, entre una o dos horas.
- ¿¡Qué?! - gritó SeokJin - ¿Estaremos aquí en medio de la nada todo ese tiempo? Oiga ya va a caer la noche.
- Lo sé, lo siento, pero fue algo imprevisto, no se preocupen, aunque faltan algunos kilómetros para llegar a Kei Kecil, esta zona es segura.
- Dios mío, estamos en medio del mar, ¿cómo puede ser seguro?- Yoongi apretó sus manos en la tira de su bolso.
- Mientras estemos aquí en el yate esperando la ayuda, no pasará nada, por favor calmense. Iré al volante y revisaré el celular a cada rato, por favor no pierdan la calma.
El señor se retiró hacia el volante, dejando a los chicos solos.
- Maldita sea, todo estaba yendo tan bien - dijo Jungkook, pasando la mano por su cabello, y caminado de un lado a otro de los barandales.
- Tenemos que hacer lo que dijo el señor, no queda de otra. Calmarnos y estar tranquilos - dijo Danielle a pesar de que ella también estaba muy nerviosa.
Aceptando aquella fatídica situación, se volvieron a sentar y esperaron a que llegara la ayuda como dijo el señor.
- ¿Ya te sientes mejor Jimin? - preguntó Yoongi.
- No estoy enfermo Yoon, estoy bien. Lo de antes solo fue que se me revolvió el estómago y ya, descuida.
- Escuchar eso es grato - dijo HyunJin - porque al parecer tardaremos en llegar al hotel a descansar.
El tiempo fue pasando y el manto negro de la noche los cubrió. Todo era una total oscuridad y el silencio que los rodeaba daba miedo.
La impaciencia y temor los estaba invadiendo.
En el caso de Jimin, se le sumaba el hecho de que seguía con el estómago lánguido, y su garganta había comenzado a arder, tenía mucha sed, aunque ya había tomado media botella de agua.
El reloj marcaba las 19:30 pm.
- Oiga, ya ha pasado más de dos horas, ¿cuánto más estaremos aquí? - dijo Hoseok al levantarse, mirando hacia el señor en el volante.
- No está en mis manos chico, he llamado miles de veces, aún cuando no hay mucha señal aquí. Me dijeron hace media hora que ya estaban en camino, pero... - la verdad es que hasta el señor estaba nervioso.
La ventisca había crecido, hacía mucho frío, y además el yate se remecia con la marea, aumentando los nervios de todos.
Tenían puestas sus chaquetas, pero no ayudaba casi nada pues tenían sus piernas descubiertas. Al saber que no iban a regresar de noche, habían llevado solo shorts y pantalonetas.
- No me jodas - Jungkook se puso de pie. - ¿Pasaremos la noche aquí en medio del mar acaso?
- ¡Estás loco! El mar está moviendo el yate, amaneceriamos quien sabe donde. - respondió Taehyung, más que miedoso.
El hombre bajó de donde estaba, tratando de calmar la situación, pero sinceramente no sabía como. No tenía nada para decir que lograra calmar a aquellos chicos.
- Chicos por favor, tranquilicense - habló HyunJin - ponernos así no logrará nada. El señor tampoco tiene la culpa de lo que está pasando.
Todos miraron hacia el señor, quien era un hombre de edad un poco avanzada, que se veía estresado y cabizbajo por la situación.
Jungkook volvió a caer sentado cerca del barandal, resignado a todo esto.
- Genial, ahora estaremos aquí quien sabe cuanto tiempo, y no tenemos comida, ni ropa para el frío...que mierda. - murmuró Jungkook.
El frío fue aumentado, al igual que la ventisca, la marea se movía con más fuerza, aquello no era nada bueno.
Todos se pusieron de pie, asustados por un brusco remezón del mar.
- No, no dios mío, no puede ser... - Hoseok llevó las manos a su cabello revolviendolo por la ansiedad.
Todos estaban consternados por lo que venía. Gotas habían comenzando a caer, anunciando una fuerte lluvia.
Solo bastaron unos segundos para que una terrible tormenta atacara. Los gritos y alarme fueron inevitables, mientras trataban a como diera lugar de protegerse bajo el pequeño tejado del yate, pero la lluvia era tan fuerte que de todos modos se estaban empapando.
La manera en la que se remesía el yate era lo que más les causaba temor, era obvio que a estas alturas ya no estaban en el mismo lugar que hace unas horas. Pensar en aquello, solo aumentaba la ansiedad e incertidumbre.
Lo que les quedó hacer fue agarrarse bien de los barandales internos junto con las tiras de sus bolsos.
Los gritos, el llanto, los sollozos eran cubiertos por la sonora tormenta, que venía con truenos y relámpagos.
- Esto es demasiado. - dijo Rose, llorando. - en cualquier momento el yate se puede volcar y vamos a morir ahogados o congelados del frío.
Como pudo, HyunJin se apegó a ella, tratando de protegerla inútilmente, pero aún así, Rose se apegó a su torso, cerrando los ojos.
El caos del momento había hecho que Jimin ignorara por completo su malestar de hace rato, y ahora solo podía pensar en querer salir vivo e ileso de esto. Lo que mencionó Rose hace unos segundos, no ayudaba para nada.
El yate se hizo hacia un lado, siendo casi tirado al mar, provocando un espantoso griterío.
- ¡No, no, no! ¡No quiero morir así! - lloraba Taehyung.
Otro empujón por el viento y la marea, hizo que el yate casi se volcara, dejando en ascuas a todos.
Hasta que pasó.
Junto con un fuerte trueno, las fuertes olas llenaron el yate con agua, empujándolo hacia un lado, y volcandolo.
Los gritos quedaron a medias, cuando los diez cuerpos que estaban en lo alto del yate, cayeron al agua.
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