19. Tú no sabes nada.

Hola bebés, aquí os dejo el cap que os prometí. Varias me habéis preguntado si puedo dedicároslo, lo voy a intentar. Lo malo es que yo escribo los caps desde el teléfono, una de las razones por las que no puedo utilizar el guion largo en los caps. Así que, tendré que hacerlo a manera. Espero que funcione y os sirva. El cap 20 será subido este fin de semana.
19. no sabes nada.

Coloqué la última rebanada de pan terminando de formar así el sándwich de pavo. Le estaba dando un pequeño mordisco, cuando fui sobresaltada por Megan.

Ella había decidido hacerme una visita y, pero por desgracia, no lo había hecho sola. Su hermano y Zayn la habían acompañado. Por lo visto, Liam había decidido que tras nuestra última pelea, no tenía por qué quedar con ellos en sus casas, sino que podía volverlos a traer a la suya.

La sorpresa que me había llevado al abrirles la puerta fue monumental. La cara de Louis sonriente a rabiar nunca se me olvidaría. Parecía estar radiante después de haberse salido con la suya y de haber vuelto a colarse en mi vida. Sin embargo, no le dediqué ni un segundo de mi tiempo, pues no pude apartar la mirada de Zayn. Sin embargo, él se había limitado a saludarme con un simple asentimiento. Y, cuando había perdido la esperanza de que me dijera algo más, de repente me obsequió un diminuta sonrisa.

La conversación que habíamos mantenido el día anterior seguía rodando por mi mente. Apenas había conseguido dormir en toda la noche, pues cuando no era Zayn, era Harry el que se adueñaba de mis pensamientos.

¿Qué significaba el colgante que Harry tenía colgado del cuello, pero que Zayn pintaba en los dibujos de Elizabeth? ¿Era posible que ella se lo hubiera dado antes de morir? Quizás, Harry se lo había regalado en algún cumpleaños, como muestra de afecto por su amistad. Tal vez, incluso, lo había recuperado después de que ella muriera. Pero entonces, ¿por qué Zayn no me había respondido a mis dudas la tarde anterior?

Preguntas e ideas avasallaban mi mente sin cesar. Tal era mi curiosidad u obsesión, que hasta había comenzado a dolerme la cabeza por el maldita colgante.

—¿Estás bien?—preguntó Megan preocupada—. Estás pálida.

—No es nada. Me duele un poco la cabeza y tengo hambre—dije sonriendo con desgana mientras le mostraba el sándwich que había ocultado tras mi espalda.

—Tiene una pinta deliciosa. ¿Me das un poco?-suplicó haciendo un puchero.

—Mejor, te haré uno para ti sola.

Cuando Megan terminó de comerse su sándwich, pude ver en qué momento algo la atormentó porque sus ojos, de un azul cielo y claro, se tornaron oscuros y con culpabilidad. Probablemente, seguía dándole vueltas a la discusión que habíamos mantenido por Leslie. Adoraba a Megan, pero tenía que entender que tenía otra amiga de la que no se podía reír. Así mismo, Leslie debía comprender que no podía hablarme mal de la pequeña Tomlinson. Esperaba que con la charla que había compartido con ambas por separado, las cosas mejorasen y, quizás con el tiempo, ellas también pudieran hablarse y conocerse.

—Necesito pedirte un favor.

—Claro lo que sea.

Tal vez, Megan quería disculparse con Leslie y pensaba mandarme a mí de intermediaria. Normalmente, odiaba que la gente no enfrentase sola sus problemas, pero en aquel caso, estaba dispuesta a ayudar, pues sabía que la situación era complicada. Al menos Megan, estaba dispuesta a dar un paso muy grande y admirable, asumiendo su error y disculpándose por ello.

—No le digas a Liam lo que te hizo Louis.

Así que, no. Megan no me iba a pedir que me disculpara con Leslie por ella, sino que encubriera a su hermano frente a mi primo.

—Tarde. Ya le dije lo que pensaba el viernes—solté de mala gana—. Pero si te deja más tranquila, no me creyó. Tiene a Louis en un altar y no es capaz de pensar mal de él.

—Teddy, sé que lo que hizo Louis estuvo mal y que tú has pagado las consecuencias. Pero tú también lo humillaste, debiste suponer que él se vengaría. Es demasiado orgulloso como para quedarse con las manos quietas—dijo excusando a su hermano—. Es mejor que olvides lo que pasó y lo dejes pasar. Quizás, algún día hagáis las paces y os riáis de esto.

Entendía a Megan, Louis era su hermano. Pero ella también tenía que comprenderme a mí y a mis sentimientos. Su hermano casi me había echado del pueblo, había logrado que mi tío desconfiara de mí y, que por primera vez en mi vida, me expulsaran del instituto. Me había avergonzado delante de todo el mundo. Sí, se había vengado perfectamente.

—Me callaré. No volveré a sacarle el tema a Liam nunca más—musité—. Pero no lo haré por tu hermano, sino por mi primo. No merece saber la clase de persona que tiene como amigo.

Megan frunció el ceño. Sabía que se moría de ganas por defender a su único hermano, pero no tenía cómo y eso, le frustraba mucho más.

—¿Le pedirás perdón a Leslie?—dije yendo directa al grano.

—Claro.

Un silencio incómodo se apoderó de la cocina y, debido a él, fuimos conscientes de las risas que provenían de los tres chicos que se encontraban en la habitación de al lado.

—Teddy, no quiero que todo esto afecte a nuestra amistad—comenzó a decir—. Ya una vez perdí a mi mejor amiga, no podría pasar por ello otra vez—dijo con la voz rota y con el labio inferior que le estaba temblando.

Ella estaba a punto de romper a llorar. Nunca antes la había visto así. Pensé que ella era más fuerte que yo y, ahora, me estaba mostrando su verdadero yo. A la niña pequeña que llevaba en su interior, escondida tras una coraza. La misma que había perdido a su mejor amiga y la que había sido, desde siempre, la sombra de su hermano mayor. Abrí mis brazos y envolví su cuerpo con ellos. Acaricié su espalda tratando de calmarla y le susurré:

—Eso no pasará, somos amigas. Tú estás ahí siempre para mí y yo lo estaré para ti.

Cuando logré que Megan se calmara, comenzó a contarme lo mucho que echaba de menos a Elizabeth. Decía que a pesar de haber tenido la compañía de Kristen y Carlie, no había vuelto a sentirse completa hasta que me conoció a mí. Me explicó que nunca podría rellenar el hueco vacío que había dejado su mejor amiga en su vida, pero que ahora, me tenía a mí y que todo parecía ir a mejor.

Sus palabras me reconfortaron, me agradaba sentirme querida por alguien como Megan. Éramos tan distintas e iguales al mismo tiempo, que supongo que eso mismo hacía que nos compenetrásemos tan bien. Ella había perdido a su amiga y yo necesitaba una.

—¿Cómo pasó?—pregunté sin saber muy bien cómo hacerlo.

El suicidio no era ninguna tontería y tampoco quería que Megan comenzase a llorar otra vez al recordarle lo sucedido. Sin embargo, necesitaba respuestas, la curiosidad podía de nuevo conmigo.

—Ella se tiró del acantilado. El que hay en la playa. Nuca sabré por qué lo hizo—murmuró—. Lo tenía todo. Ella era feliz. Tenía amigos, familia y un novio que la quería profundamente.

A pesar de la seguridad en las palabras de Megan, me permití dudar de su afirmación. Elizabeth debía estar al límite si había decidido quitarse la vida. Tal vez, la vida no le sonreía tanto como su mejor amiga pensaba o, quizás, había resbalado y caído al vacío.

Lo más sorprendente de todo aquello, era que conocía el lugar en el que había ocurrido el trágico suceso. Yo había estado allí. Había seguido a Harry hasta él.

Harry... Uno de los mejores amigos de Elizabeth, uno de los pocos que la habían querido desde pequeña y que no la habían juzgado por su forma de ser. Zayn, Elizabeth y Harry comenzaban a ser un enigma para mí.

El sonido de la llegada de un mensaje nuevo en mi teléfono, me sacó de mi absorción. Era un mensaje de Harry. Comenzaba a pensar que tenía un sexto sentido, que le permitía saber cuando estaba pensando en él.

—Si sigues mordiéndote el labio así, al final te sangrará—dijo Megan mientras se bebía mi lata de Cocacola.

No me gustaba nada que me quitasen la comida o la bebida, pues Liam solía hacerlo todo el tiempo para no tener que moverse del sofá. Alegaba que la comida le sabía mucho mejor cuando me la quitaba a mí. En otro momento, habría regañado a Megan por cogerla, pero tras haberle hecho que se abriera a mí y me confiara sus miedos, podía dejarle ser feliz con un poco de azúcar robada.

—Sí, perdón. Es que estoy nerviosa voy a meterme en un lío. Necesito tu ayuda—pedí liberando por fin a mi labio inferior del cautiverio al que había estado sometido por mis dientes.

En aquel mensaje, Harry me decía que estaba en la parte trasera de mi casa, esperándome. No podía invitarle a entrar con todos ellos dentro, por lo que debía salir a verlo.

—¿Qué pasa?—preguntó perspicaz.

—Harry me está esperando fuera. Necesito que me cubras. Si Liam te pregunta por mí, dile que me he ido a hacer surf, ¿vale?—Me acerqué hasta ella y le dio un beso en la mejilla—. Te quiero Megan. ¡Eres la mejor!—exclamé entusiasmada.

Ni siquiera pensaba cambiarme, llevaba puesto un top deportivo con unos pantalones cortos a juego. Si quería fingir que iba a hacer surf. Aquel era el atuendo perfecto. Ahora, solo tenía que subir a por la tabla y salir por la puerta principal, sin levantar las sospechas de Liam.

Así lo hice, al principio, mi primo se mostró un poco reticente a dejarme ir. Quiso recordarme que estaba castigada, pero desistió de su objetivo, cuando vio que no le iba a escuchar.

—¡Has conseguido escapar!—exclamó Harry sonriente al verme.

—¿Puedes creerlo? En pleno siglo XXI y todavía encierran a las mujeres en torres para que esperen a que un hombre las rescate—murmuré divertida para que no pudiesen escucharnos a través de alguna ventana abierta—Pero mírame soy libre y gracias a mi inteligencia—dije dando una vuelta sobre mí misma con los brazos extendidos para darle énfasis a mi declaración.

—Bueno señorita inteligencia, será mejor que nos vayamos antes de que tus carceleros vuelvan a por ti.

Nos dirigimos hacia su coche que era diferente al otro en el que ya había montado, este era blanco y parecía tener unos cuantos años. Además, podía convertirse en descapotable.

—No sabía que te gustaran los coches clásicos—dije lo primero que se me pasó por la cabeza para romper el hielo.

—No lo hacen. En realidad, el otro coche es de mi padre. Este es el mío. Era de mi abuelo. Me lo regaló cuando cumplí los dieciséis—explicó con la mirada fija en la carretera.

Pronto, llegamos a nuestro destino. Harry me había traído a la playa. Quizás, me había tomado en serio cuando me vio con la tabla de surf en la mano.

—Espero que hayas traído dinero—dije apeándome del coche.

—¿Por qué?—cuestionó imitándome.

—Porque no doy clases gratis, cielo. Ni siquiera a ti.

—Creía que éramos amigos. Me culpé a mí mismo por ti—repuso llevando una mano a su pecho y tratando de fingir que estaba ofendido.

Finalmente, se salió con la suya. Surfeamos y reímos por sus numerosas caídas. Para cuando la tarde estaba a punto de acabar, Harry ya había aprendido a remar.

El pobre estaba tan agotado que al salir del agua, lo primero que hizo, fue tenderse sobre su toalla azul. Me quedé observando cómo su pecho, tonificado y bien marcado, subía y bajaba erráticamente, debido a la actividad física. Su pelo, estaba suelto en todo su esplendor, sin ninguna bandana que lo sujetara y mantuviera en su sitio. Mechones rebeldes y húmedos caían sobre su frente y sus ojos permanecían cerrados, mientras trataba de recuperar el aliento.

—¿No te dormirás, verdad?—pregunté acercándome a él.

Me tendí a su lado, en mi toalla. No pude resistirme y coloqué mi mano sobre la suya, que reposaba contra su pecho. Rápidamente, la retiró la suya para huir de mi contacto. Pero no hizo lo mismo con su mirada, que se quedó prendada de la mía. Podía sentir el ritmo de su corazón o, tal vez, solo estaba escuchando los latidos del mío. Nuestra cercanía me ponía nerviosa, a más no poder, mas no quería apartarme; quería respirar su perfume y dejar que envolviera mis sentidos, hasta hacerme perder la razón. La adrenalina estaba allí, en la boca de mis estómago y, en mi interior, suplicaba por no vomitar encima de él.

—No me mires así—susurró como si aquello estuviera mal y nadie debiera escucharnos.

—No te estoy mirando de ninguna manera.

—Entonces, aléjate. Antes de que mande todo a la mierda y se complique—musitó enfadado.

Dejé caer mi mano de su pecho. Mis dedos añoraban la textura de su camiseta y la fuerza y firmeza de su torso. Suspiré frustrada. No podía haber sido más estúpida. Harry era mi amigo y a mí me gustaba.

—Sé lo que pasó—dije queriendo hacerle saber que podía confiar en mí—. Perdiste a tu mejor amiga. No quiero sustituirla, de verdad. Solo busco mi propio sitio.

—Tú no sabes nada. Deja el pasado tranquilo y no lo remuevas más.

Y sin más, se levantó de su toalla, la recogió y se encaminó hacia su coche.

Cap dedicado a @TheNewHoran y @blxe_mxke .
Espero que os haya gustado el cap. que es más corto que lo otros anteriores, pero era necesario.
¡Gracias por leer!
Besitos by Cici💕

PD: no olvidéis votar y comentar es gratis y me ayudáis mucho.
PD2: he podido subir los gifs del cap pasado por si queréis verlos;).

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