12. Y si gano yo...

*Votad, comentad y si podéis recomerdadla. Me animáis mucho y me ayudáis a creezca mi historia y yo como escritora. ¡Gracias por leer!

12. Y si gano yo...

Leslie dejó de comer su ensalada césar para mirarme con una de sus cejas alzada, cuando Megan se sentó a mi lado en la mesa de la cafetería del instituto en la que Leslie, sus amigos y yo comíamos todos los días.

Leslie me había presentado a su pequeño grupo de amigos que estaba formado por dos chicos llamados Daniel y Dylan. El primero, era fornido y tenía una altura media. Su cabello era de un tono rubio oscuro y que combinaba muy bien con sus ojos marrones, que además, me recordaban a la tonalidad del chocolate. En cambio, Dylan tenía los ojos azules y su cabello era castaño. Estaba un poco más delgado de lo que debería y era más alto que Daniel.

A pesar de que los tres formaban un grupo muy sólido y estable, no podían ser más diferentes. Dylan amaba las ciencias, Leslie las detestaba. Daniel hacía teatro como actividad extraescolar y Dylan jugaba al fútbol. Sin embargo, Daniel y Leslie se conocían desde pequeños y había acogido con buen agrado en su grupo a Dylan cuando se mudó desde Virginia al pueblo años atrás. Y eso mismo, estaban haciendo ahora conmigo, por lo que no podía estar más agradecida.

Los tres: Daniel, Dylan y yo, intentamos no reírnos ante las muecas de estupefacción y asombro que Leslie hacía por la presencia de Megan en nuestra mesa.

-Hola... Chicos-saludó Megan cuando se dio cuenta de que no iba a recordar sus nombres por arte de magia, después de haber pasado años ignorando su presencia.

-Hola-saludó Daniel de vuelta con cortesía.

Él solía ser así de amable con todo el mundo. A diferencia de Dylan que poseía un humor un tanto dañino.
Leslie observó el cambio de palabras mientras pinchaba de nuevo el tenedor en la comida y, luego, se lo llevaba a la boca.

-Teddy quería saber si te gustaría venir a la fiesta del sábado-preguntó Megan dedicándome una de sus mejores sonrisas.

-¿Otra fiesta?-Dejé de pelar mi manzana para dedicarle toda mi atención.

-Bueno, no exactamente. En realidad, una banda tocará mañana en el Eclipse y me preguntaba si te gustaría venir.

-¿Qué tocarán?-cuestioné dándole un manotazo a Daniel para que dejara de robarme pedazos de manzana.

-He oído hablar de ellos. Según dice la gente, hacen versiones de The 1975 y Nirvana. No son muy conocidos, pero puede estar bien-repuso Dylan interrumpiéndola antes de que pudiera empezar a explicarlo.

-Sí, así es-masculló Megan molesta ante su gesto.

Solo conocía a Megan de unas semanas. Pero si algo había aprendido de ella, que además, me había asegurado ella misma que también se le podía aplicar a su hermano, era que a los Tomlinson no les gustaba compartir el protagonismo y mucho menos ser interrumpidos.

-No sé, tengo que trabajar. Quizás, otro día-me excusé sin dilación.

-Vamos, Teddy. ¿A qué hora cierras Mandy's?

-Los fines de semana se llena más que entre diario-repliqué ante su insistencia.

-Seguro que no cerrarás más tarde de las nueve. Y aún te sobra una hora y media para cenar y prepararte. Acompáñame, por favor-suplicó batiendo sus pestañas.

Miré a mi alrededor en busca de apoyo pero, por desgracia, Megan tenía a su favor a Dylan y a Daniel, que habían caído abatidos antes sus encantos de mujer fatal. Sin embargo, Leslie negó con la cabeza, antes de que Megan pudiera verla.

-No sé yo...

-Ellos también pueden venir. En realidad, hacen falta las entradas que se vendieron la semana pasada, pero yo podría hablar con el dueño que es amigo de mi padre y hacer que los colase-se ofreció amablemente.

-Eso sería genial.

-No hace falta, tranquila.

Dijeron Dylan y Leslie al unísono antes de fulminarse con sus miradas azulada y verdosa. Ella pareció salir victoriosa de la batalla.

Leslie era callada, pero no por ello carecía de carácter, sino todo lo contrario. Era una luchadora innata y, a menudo, lograba salirse con la suya.

-Sí, es nuestra noche de películas-argumentó Daniel tratando de apagar el fuego.

-Sí, claro. Cómo vosotros digáis-susurró Dylan molesto antes de levantarse de la mesa con su bandeja.

Dylan también poseía un gran temperamento y eso hacía que chocara constantemente con Leslie. Daniel decía que eran las hormonas y, que incluso, podían sentirse atraídos. Pero yo opinaba lo contrario. Tenía miedo de que en una de sus broncas decidieran separarse e irse cada uno por su lado.

Cómo pude, me las ingenié para darle una patada a Leslie, que en esta ocasión significaba varias cosas:
1.Debía pedirle perdón a Dylan.
2.Debía darle las gracias a Megan.

Ella pareció captar mi indirecta y, con una sonrisa plasmada en su cara, le dio las gracias a Megan por su generosa oferta. Daniel y yo, sabíamos que esa muestra de amabilidad que había transformado su rostro segundos antes, era falsa. Sin embargo, Megan pareció conformarse con su gesto de gratitud o, tal vez, estaba contenta de que hubiera rechazado su propuesta.

Algo parecía ir mal entre las dos. No sabía de qué se trataba, pues no era consciente de que hubieran mantenido una relación de amistad o enemistad. Pero sí me había dado cuenta de que ambas ponían malas caras cuando les hablaba a la una de la otra. Megan trataba de disimularlo más que Leslie, que mostraba sin pudor, su antipatía por la pequeña Tomlinson.

Me miré en el espejo por última vez y decidí pasarme la plancha de nuevo por uno de los numerosos mechones de mi cabello castaño. Minutos después, me pinté labios con un pintalabios rojo que Megan me había regalado la noche que se quedó a dormir en mi casa.

Observé tras la ventana las nubes oscuras que cubrían el cielo, y me reproché a mí misma la pérdida de tiempo que había supuesto alisarme el pelo. Esperaba que al menos me aguantara unas horas antes de que la lluvia comenzara a caer.

Al despegar la vista de la ventana, algo captó mi atención por el rabillo del ojo. Se trababa del cuaderno de Zayn. Estaba allí en mi escritorio desde el día en que lo dejó olvidado en la clase de filosofía. Había querido devolvérselo, pero no había vuelto a aparecer por la clase en aquellas dos semanas.

Su presencia en mi habitación había sido una tortura. A menudo, cuando me despertaba en medio de la noche, después de haber estado soñando con una chica sin rostro y cubierta por una capa negra con capucha, me entraban unas ganas enormes de abrir su cuaderno y buscar en él, algo que pudiera distraerme.

Mi exagerada curiosidad me estaba matando por saber qué encontraría en él. Cabía lugar a dos posibilidades: que fuera el cuaderno de filosofía de Zayn o, que por el contrario, fuera un cuaderno de bocetos. Si la primera opción era la correcta, entonces sabría cómo era su letra, si apretaba demasiado o no el bolígrafo al escribir, si era ordenado o más bien desordenado y descuidado a la hora de tomar apuntes. En cambio, si se trataba de su cuaderno de bocetos, podría buscar y ver si se encontraba entre ellos el rostro o el cuerpo de la chica que Zayn dibujaba en la playa o, simplemente, deleitarme con su arte.

Acaricié la portada con las yemas de mis dedos era lisa y de color rojo. En ella, se encontraba una pegatina en la que podía leerse su nombre: Zayn M.

Suspiré derrotada y me aparté de él antes de cometiera una estupidez. No tenía derecho a cotillear su interior, por mucho que mi curiosidad torturara a mi mente. Y, aunque Zayn no había hecho la redacción de filosofía, tenía derecho a que respetara su privacidad.

Antes de salir, eché un último vistazo a mi habitación y me puse la chaqueta estampada de camuflaje que estaba colgada en un perchero detrás la puerta. Se había convertido en mi favorita desde que me mudé a Fallen Angels, pues había sido fabricada con tela impermeable.

Mandy me había llamado esa misma tarde a las cuatro, comunicándome que su padre había tenido una recaída y que lo habían ingresado en el hospital de la ciudad más cercana, por lo que ella y su madre se habían visto obligadas a cerrar la cafetería aquel fin de semana.

Así que sin nada que hacer aquella tarde, acepté la invitación que me había hecho mi primo horas antes y me dirigí hacía el Eclipse. Dispuesta a conocer el sitio en el que según Megan las leyes no tenían lugar.

Cuando estaba doblando la esquina para acceder a la puerta del local, divisé por el rabillo del ojo, un callejón en el que había aparcada la misma moto que minutos antes había estado a punto de llevarme por delante. Su conductor, que todavía seguía montado en ella, se deshizo del caso, revelando su atractivo rostro acompañado de aquellos ojos avellanados que lo caracterizaban.

Tras apearse de la moto, Zayn urgó en uno de los bolsillos de su chupa de cuero, en busca de un paquete de tabaco y un mechero. Me posicioné detrás de los contenedores de basura, que a pesar de ser temprano ya estaban llenos hasta arriba, por lo que tenían varias bolsas apiladas a sus pies y otras encima de sus tapaderas.

El olor de la basura llegaba hasta mi nariz, abriéndose paso en mis fosas nasales para instalarse allí. Era realmente asqueroso, pero si quería hablar con Zayn y mencionarle su cuaderno, primero necesitaba armarme de confianza. Mientras esperaba escondida, una puerta del local que daba al callejón se abrió y Louis salió por ella.

Salí de mi escondite y me encaminé de nuevo hacia la entrada del bar. Estaba molesta, Zayn había estado a punto de atropellarme con su moto. En realidad, no todo había sido culpa suya, yo iba distraída escuchando mi música a todo volumen y él se había limitado a pasar por mi lado a toda velocidad, dándome un susto de muerte. Pero siempre había tenido buenos reflejos por lo que me aparté a tiempo sin problema.

Ahora solo necesitaba desahogar la rabia que llevaba acumulando durante semanas y para eso contaba con Liam, que siempre lograba sacarme una sonrisa. Debía hacer las paces con él, resultaba irónico como criticaba a Leslie y Dyan por discutir continuamente, a la vez que yo hacía lo mismo con Liam desde que lo saqué de la maldita fiesta de Louis.

Sin pensármelo dos veces, empujé la puerta y accedí al local. Este era amplio, sus paredes estaban recubiertas con madera hasta la mitad de ellas y el resto estaba pintado con un amarillo apagado, que junto a las lámparas, dotaba al lugar de la luminosidad necesaria, ya que carecía de ventanas. Además, el bar estaba dividido por secciones: en una de ellas se encontraba la barra que daba acceso a la pista y al final de esta, estaba el escenario, que en ese momento permanecía vacío a excepción de los instrumentos.

Recorrí el local con la mirada, hasta que esta se posó finalmente en una de las esquinas en las que se hallaba una sala con billar. En ella, estaban presentes Liam, Megan, Louis y Zayn. Así que, aquella debía ser la sala en la que se encontraba la puerta que daba al callejón. Me acerqué a ellos no sin antes pedir un refresco en la barra.

-Menos mal que has venido Teddy. Estos dos me estaban dando una paliza-dijo Liam señalando a los hermanos Tomlison con la cabeza.-Si vamos a apostar Louis, yo quiero jugar con mi prima. Así, tendré alguna oportunidad de ganar.

-Sí, debes estar cansado de tanto perder-rio Megan.-Y yo he quedado con Carlie y Kristen, Zayn puede tomar mi lugar-propuso.

-Zayn y yo contra tu primo y tú, ¿qué dices Teddy?

Se podría decir que por una vez Louis me estaba tratando bien y, que incluso, estaba tratando que me uniera al grupo. Mas yo podía ver el desafío en sus ojos. Él solo quería ganarme para demostrar que era mejor que yo.

-¿Qué nos jugamos?-pregunté y tomando el palo de billar que su hermana había tendido hacia mí.

Megan aprovechó mi acción para acercarse a mí y, recordarme que esperaba verme allí la noche del día siguiente, antes de despedirse de todos y abandonar el bar.

-Si yo gano pagarás las bebidas de mi próxima fiesta y le darás la mitad de la nota del trabajo de filosofía a Zayn-propuso sonriendo con suficiencia mientras Zayn se mostraba tranquilo a su lado, frotando la punta de su palo con el taco que la dejó de una tonalidad azul.

Darle la mitad de mi nota a Zayn no me importaba, ya que pensaba hacerlo si no quería que Miss Sanders descubriera mi mentira y que había hecho la redacción sola. Sin embargo, no estaba dispuesta a darle el sueldo que había ganado con esfuerzo en la cafetería de los señores Gilbert para que el se lo gastara en su maldita fiesta.

-Y si gano yo...-comencé altiva.-Me invitarás a tu próxima fiesta y Harry podrá acompañarme.

-Eso nunca-masculló Zayn con la mandíbula apretada.

-Tranquilo Zayn, ganaremos-le aseguró Louis, mientras yo me limitaba a sonreír ante la confianza que poseía en sí mismo.

Hola, hola. Este cap ha podido ser un poco de relleno, pero necesitaba terminar de presentar los lugares en los que se desarrollará la historia y los nuevos personajes. A Daniel lo imagino como a Josh Hutcherson, a Dylan como Dylan O'Brein y a Leslie como Lauren Jauregui. Estoy super contenta, mi hermana me ha ayudado a hacer el planning de la novela y el siguiente cap y los que se avecinan son akdkdfkf ¡Por fin tengo todo cerrado y las ideas organizadas! Por otra parte, no creo que pueda actualizar hasta el día 10 que será cuando acabe mis exámenes de acceso a la universidad, espero que me comprendáis.
Un besito:).
PD: ¿Quién creéis que ganará la apuesta Louis y Zayn o Teddy y Liam? ¿Le devolverá Teddy a Zayn su cuaderno? ¿Por qué parece que Leslie y Megan no se caen muy bien?

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