17. Shots y Empatía
Música en vivo, invitados alegres y un ambiente bastante divertido es lo que había dentro del bar.
Kevin se reía de lo que su mejor amigo decía. Él y Fredie se encuentran sentados en uno de los círculos de sillones que hay por todo el lugar, ambos bebiendo una cerveza bien fría y de la buena ya que Kevin cumplió lo que dijo y compró la mejor. Esta vez no se ve que suceda el desastre del año pasado.
Fredie se atoró con el líquido cuando sus ojos viajaron hasta Charlie abriéndose paso por el lugar. Su impresión no es tanto por la chica, sino por el vestido.
—¿Estás bien? —Kevin palmeó su espalda.
Su mejor amigo se limpió la boca con el dorso de la mano y lo miró.
—Bro, recuérdame una vez más lo que me dijiste sobre tu nueva secretaria.
—¿Eh?
—¡Joder! La amenaza, Kevin. ¡Recuérdame la amenaza que me diste!
—Estás loco, yo no te amenacé, solo fue una petición.
—¿Cuál era? porque justo ahora mi cabeza hizo un borrado de esas palabras.
Señaló con su barbilla frente a ellos y los ojos azules de Kevin siguieron la dirección a la que apuntaba su mejor amigo y es ahí cuando la ve.
Tony está tomando de regreso su chaqueta ya que Charlie no tiene frío estando dentro de lugar.
De repente su garganta se sintió seca así que llevó a sus labios la botella de cerveza dando un gran sorbo.
—¡Eres un imbécil! —Fredie le dio un zape en la nuca.
Kevin lo miró mal.
—¡Oye! ¿Eso por qué fue?
—Por contratar una secretaria tan ardiente y que tiene novio.
—No me mires a mí, el recurso humano de la empresa es contratado por Quinn.
—Tonta Quinn —Fredie negó con fingido pensar.
Charlie, por su parte, sólo caminó por el lugar buscándolos precisamente a ellos ya que después de Quinn son los únicos que conoce. Tony va muy de cerca, sosteniendo su mano con fuerza y lanzando miradas asesinas a los hombres que la observan mientras camina.
Al cabo de unos minutos ella se rinde porque sin lentes su vista es bastante terrible y al ser este un lugar con poca luz se le dificulta aún más.
Sin darse cuenta llegó hasta la barra donde un chico se encontraba armando bebidas alcohólicas.
—Este lugar está demasiado lleno y no conoces a ninguna de estas personas.
Tony pasó una mano por la cintura de Charlie y levantó la otra en dirección al bartender.
—¿Y? —ella subió los hombros.
—Accedí a venir solo para probar mi punto y creo que ya estás viendo que tenía razón.
—No seas tan arrogante.
Ella apartó la mano de Tony y él bufó.
El bartender ofreció el menú de tragos a Tony que de inmediato sonrió de lado y se puso a leerlo. Es ahí cuando las alarmas se dispararon en el interior de Charlie.
¿Por qué no se dio cuenta de que esto era una terrible idea? Su novio tiene una reacción terrible al alcohol y lo sabe mejor que nadie.
Estaba enojada, por eso.
Puso una mano sobre el menú y le sonrió, él arqueó una ceja y ella trató de disimular su miedo al inclinarse para besarlo. Tony rápidamente le correspondió.
—Vámonos —pidió al separarse—, tienes razón, estas personas no son mis amigos, solo estaba enojada.
—¿Ves que no es difícil aceptar la verdad?
—Ajá —le quitó el menú de la mano y lo tomó de la chaqueta—, vámonos.
En el otro extremo del lugar Kevin y Fredie tenían una guerra de pulgares. Si Fredie gana, puede ir con Charlie a invitarle una cerveza, si Kevin gana Fredie se queda en su lugar y deja a la chica en paz el resto de la noche.
—¡Sí! —Fredie se levantó del sillón e hizo un baile de victoria bastante extraño.
—¡No! —Kevin se llevó una mano a la frente masajeando el área.
—Perdiste, amigo mío —lo señaló—. Ahora si me disculpas, hay un bombón al cual debo enamorar con mis encantos.
—¡Tiene novio! —gritó por encima de la música, pero su mejor amigo ya iba demasiado lejos—. ¡Fredie! ¡Maldita sea, Fredie!
Se levantó dejando su cerveza de lado y tomando todo de él le siguió el paso.
—¡Charlie! —exclamó Fredie justo cuando la chica había comenzado a caminar para la salida—. ¡Bombón, viniste!
—Oh... Hola, Fredie —ella se giró con una sonrisa nerviosa—. Sí, mi novio y yo decidimos darnos una vuelta por el bar, pero ya nos vamos.
—¿Tan temprano? —subió su mano para mirar el reloj—. Acaban de llegar.
—Fredie, no. —Kevin llegó hasta ellos y negó de forma severa.
Los ojos de Charlie cayeron en los brazos definidos de Kevin, es la primera vez desde que lo conoce que lo ve con un suéter. Viste todo de negro y eso hace que ella confirme una vez más que su jefe es demasiado guapo.
—¿Qué? —volteó a verlo—. Solo estoy conversando con mis invitados. Por cierto, ¿quieren un trago? Yo invito.
—No estaría mal —respondió Tony. Él sería incapaz de rechazar un trago.
Charlie cerró sus ojos, lo que menos quiere es armar una escena aquí, pero no sabe cómo rechazarlo así que al abrirlos solo asiente.
—Genial, vengan conmigo, ¡Aún es temprano y esta fiesta solo está iniciando!
—¡Por cierto, soy Antony! —gritó por encima de la música.
—¡Y yo Rajesh! —respondió también por encima de la música—. Y como eres novio de la hermosa Charlie puedes llamarme Fredie.
Tony rió, pero volteó para ver a Charlie por sus hombros con una mirada amenazadora. Fredie, no sabiendo lo que acababa de provocar con ese comentario, volteó sobre su hombro para mirar a Kevin con diversión y subir sus pulgares arriba.
—Mierda... —dijeron Charlie y Kevin a la misma vez sin darse cuenta y siguieron de cerca a Fredie ya que se llevó a Tony con él hasta la barra.
Los minutos pasaron, el grupo volvió al círculo de sillones donde previamente estaban solo Kevin y Fredie.
Charlie le ha contado a su novio cuatro cervezas y dos tragos de tequila, ella se ha mantenido bebiendo sólo una botella de agua con gas.
Kevin no puede evitar mirarla, notó la gran incomodidad en el rostro de la chica mientras más alegres y parlanchines se ponen Fredie y Tony ya que se dieron cuenta de que apoyan al mismo equipo de baloncesto y no paran de hablar de ello entre risas y tragos.
—Tony, ¿podemos irnos? Dijiste qué sólo sería un trago —ella le susurró al oído aprovechando que Fredie se levantó para ir por más alcohol a la barra.
Kevin elevó su cerveza, pero no dejó de mirarlos, o más bien mirarla a ella, a quien no le había dirigido la palabra en lo que va de la noche.
—Relájate, Charlie. Estoy conociendo a tus colegas. ¿No es eso bueno? Así sabré de quién debo preocuparme y de quién no.
Ella frunció los labios.
Fredie regresó al círculo con una bandeja llena de shots. Eso hace que ella se asuste un poco más de lo que ya está.
—¡¿Listos para esto?! —dijo Fredie sonriendo y poniendo la bandeja en la mesita de cristal del centro.
—¡Oh sí! —Tony se inclinó para tomar uno de los vasos pequeños de cristal y bebió de un solo sorbo el líquido, como si en vez de alcohol aquello fuera agua.
Sin poder evitarlo, los ojos de Charlie se encuentran con los de Kevin. La idea de que su jefe presencie a su novio en estado de embriaguez no le gusta para nada.
—Iré al baño —se puso de pie tomando su bolso, pero no recibió respuesta ya que Tony solo le hizo un gesto desdeñoso con la mano mientras ella salía del círculo.
Dando tropezones con la gente que bailaba al ritmo de la música logró ver el letrero de los baños e hizo fila ya que había tres personas por delante de ella.
No sabe qué hará para salir de aquí, su novio no podrá manejar en ese estado y ella no tiene licencia de conducir.
—¿Tan bonita y solita? —Una voz desconocida hizo que ella saliera de sus pensamientos.
—¿Huh?
Un hombre está junto a ella, el olor a alcohol es demasiado fuerte. Rápidamente retrocedió al ver que el hombre intentó acorralarla contra la pared.
—No te preocupes, yo te puedo hacer compañía mientras esperas.
Con su bolso lo golpeó en el rostro.
—¡Aléjate de mí, borracho!
El hombre carcajeó, pero dando un largo trago a su bebida asintió y comenzó a retroceder sin dejar de verla.
Ella soltó un suspiro creyendo que eso fue más fácil de lo que creyó, pero se equivocó.
El hombre arrojó la botella a medio tomar en su dirección. Por cuestión de reflejos pudo esquivarla y la misma impactó contra la pared. Ella pegó un grito cuando los vidrios rotos volaron y quedó llena del líquido, y con una cortada en la mejilla.
Entonces sucedió.
Una mano se estampó contra la nariz del hombre y este cayó sobre una mesa que terminó volcándose y más gente comenzó a gritar de la impresión.
Kevin se volteó y sacudió la mano que usó para golpear al hombre al caminar hasta ella, decir que luce enojado es poco.
—Estás sangrando. —Dijo al examinar el rostro y ver la cortada fina que hay en su mejilla.
Ella asintió y su cuerpo entero estaba temblando de miedo. Su corazón está siendo un rápido frenesí.
Kevin miró sobre sus hombros al hombre que nadie se ha inmutado a ayudar en levantar y luego a Charlie. Pasó una mano por el hombro de la chica y la atrajo a él.
—Vamos.
Sin protestar lo siguió a la salida del lugar. Su miedo aumentó cuando sintió luces blancas apuntando en su dirección y personas gritándole cosas a Kevin mientras caminaban.
—¡Kevin, aquí! ¡Kevin, sonríe para la foto!
—¡¿Kevin es esta la chica misteriosa con la cual tuviste una cita hace poco?!
¿En serio estaban asumiendo que su prima Casey era un ligue? Kevin sintió náuseas.
—¡Kevin, mira para acá!
Charlie siente que se va a desmayar porque las luces la ciegan por completo, pero Kevin pone una mano frente a ella intentando cubrirle los ojos.
Él ya está acostumbrado a los paparazzis, pero sabe que Charlie no, así que con toda la velocidad que puede implementar mientras los siguen él llegó a los estacionamientos y sacó las llaves del auto para quitar el seguro y abrirle la puerta del copiloto a Charlie.
Ella se adentró de inmediato y él rodeó el auto para subir y comenzar a manejar dejando atrás la incómoda situación.
En total silencio Charlie abrazó contra su pecho el bolso.
Kevin frenó el vehículo a un costado de la carretera cuando ya había manejado una larga distancia y sabe que no está siendo seguido.
—¿A dónde quieres que te lleve, Charlie?
Ella volteó a verlo y subió sus hombros.
—No tengo a dónde ir.
—¿Qué? —no entendió del todo qué significaba eso.
Las lágrimas de Charlie salen sin que ella pueda evitarlo.
Eso lo pone alerta.
—Me va a golpear —dijo finalmente entre sollozos ahogados y apartando la mirada de él—, si voy al departamento cuando Tony regrese de la fiesta me va a golpear. Siempre que se emborracha lo hace.
De forma automática Casey llegó a la mente de Kevin.
«Si algún día ves a alguna mujer siendo abusada verbal, física o psicológicamente, por favor intervén...»
Ante la confesión de Charlie, Kevin sólo procedió a seguir manejando.
Sus nudillos apretaron con fuerza el volante y su estómago se retorció con asco al imaginar a Tony golpeándola.
Mientras Charlie lloraba cabizbaja, él sentía empatía por ella.
Solo se puede preguntar... ¿Cuántos golpes recibió la chica antes de por fin poder decirle eso a alguien? Debieron ser muchos ya que fue a él, a un completo extraño que también es su jefe, a quien terminó contándole su secreto mejor guardado.
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