太陽と月 [ El Sol Y La Luna]

Habían pocas cosas que le desagradaban en la vida; el tener que usar esos kimonos muy molestos, tener que actuar como si fuera perfecta, las injusticias, que lastimen a su sensei de cualquier manera al igual que su abuelo y que la ataquen.

Había caminando con sus sensei hasta la torre del hokage con ese ninja que se moría de hipotermia por seguir congelado del cuello para abajo, junto a los otros ninjas que se suponen que debían cuidarla a ella.

Joder, tan mala calidad de seguridad le daban.

Naruto estaba molesto mientras le gritaba al consejo su tan mala seguridad, aún no entendía como su seguridad había decaído tanto en los últimos años.

Mientras él gritaba Haru observo una foto que estaba en la pared el cuarto hokage, según le había contando Naruto él era su padre, el cuál murió junto a su madre para salvar la aldea; si ellos se sacrificaron para salvar la aldea ¿porqué estas personas lo exiliaron? Él también los había salvado de pain ¿No?

Jamás entendería a las personas, te sacrificas te esfuerzas para protegerlos ¿Para qué? Al final ellos te traicionan, los amigos ahora son tus enemigos, los que consideraste familia te abandonan ¿Vale la pena? En su corta edad ella ya había visto todo eso.

Todo através de la mirada de Naruto, alguien que solo quería una familia, un amigo, que lo tratasen con amabilidad. Lucho para proteger a todos y ellos solo lo abandonaron perdió a la persona a la que consideraba un padre Jiraiya.

Esa soledad ella la conocía bien, la desesperación, el que los demás te vieran y trataran diferente solo por tener un monstruo en tu interior, el tener que fingir una sonrisa cuando por dentro estas destruido y solo quieres acabar con todo.

Aún recuerda el día que ambos se conocieron, era como si el destino los llamara para que ambos curaran juntos sus heridas.

Era una noche muy fría en el país del eclipse llovía demasiado como si el cielo nocturno entendiera el dolor que un rubio y una peliplata, se había escapado del castillo ya no lo soportaba todos la miraban como si ella fuera un monstruo, sonreían mientras que por dentro querían que ella desapareciera.

Tropezó con algo mientras caía en un charco nadie se detuvo para ayudarle, nadie le tendió la mano por su cabello, su cabello de plata una maldición para ella; solo una persona la ayudo un joven de cabellera rubia.

Le tendió la mano mientras sonreía, ella acepto su mano, ambos se vieron reflejados en los ojos del contrario, azul y miel se chocaron; observo su ropa desgastada y lo débil que estaba pero aún así él sonreía.

— Deberías tener más cuidado — le advirtió con preocupación en sus ojos

— ¿No me temes? — se atrevió a preguntar con miedo

— ¿Hay alguna razón para ello? — cuestionó el rubio mientras sonreía

— Creo que no — contesto feliz, en sus 12 años de vida nadie jamás se había atrevido a sonreírle de manera tan sincera, nadie además de su abuelo

Esa noche decidió que el rubio fuese con ella al castillo, ambos caminaban debajo de la lluvia la cuál poco a poco dejaba de caer mientras la luna hacia su aparición en el cielo.

— ¿Tú nombre? — pregunto curiosa mirando hacia atrás

— Soy Uzumaki Naruto — contesto el rubio

— Bien, Naruto desde ahora este será tu hogar — hablo mientras que por primera vez sonreía

Desde ese día siempre se podía observar a un rubio junto a la princesa quienes caminaban por los jardines del castillo, cada día más ella sonreía; su abuelo estaba feliz por ello, él sabia que su nieta poco a poco se estaba convirtiendo en alguien sin ningún sentimiento, fría, casi similar a la bestia de la leyenda.

— Las personas siempre dicen mentiras que no debes creer — hablo Naruto moviendo su dedo indice frente a ella

— Si — contesto haciendo un puchero mientras perdía en el juego de mesa

— ¡Hey! — grito alguien — Naruto ¿escuchaste? Oficialmente eres nuestro nuevo general — hablo animado un guardia mientras sonreía

— ¿¡Enserio?! — pregunto el rubio emocionado, casi saltando de la emoción

— ¡¡Yei!! — exclamo alzando los brazos —. Mi sensei es el nuevo general — chillo mientras subía a la mesa de piedra del jardín, dando el anuncio

— Yo invito las copas — comento alguien

— Mi esposa hará la comida — dijo otro sin ocultar su emoción

— Naruto felicidades — hablo una chica mientras aplaudía encantada

Ese día todo cambio nadie me temía, todo era paz como alguna vez lo fue; pero se que en sus ojos estaba la felicidad así como también el temor, temor a que algún día le hiciéramos lo mismo que ellos.

— Siempre a tu lado — murmuró Haru

— Lo sé — respondió acariciando su cabello con ternura

Yo también tenia miedo, miedo a que alguien tratase de hacerle daño de nuevo, que en su mirada volviera a estar esa desesperación; Nunca dejaría que eso pasara de nuevo por que el es Sukai-bi スカイ日* de nosotros

*El sol del cielo

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